BELGRADO (Reuters) – Serbia afronta un periodo de incertidumbre política después de la victoria del derechista Tomislav Nikolic en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el domingo, que plantea dudas sobre el próximo gobierno y desatando los nervios en los Balcanes, donde lo vinculan con la sangrienta desmembración de la antigua Yugoslavia.
En una igualada elección ensombrecida por la apatía de los votantes, Nikolic derrotó al presidente liberal Boris Tadic y acabó con casi 12 años de presencia en el poder por parte de los reformistas que derrotaron a Slobodan Milosevic en 2000.
La victoria de este antiguo ultranacionalista aliado de Milosevic que ahora dice que apoya el objetivo de entrar en la Unión Europea, pone en peligro el acuerdo sobre una nueva coalición gubernamental encabezada por el Partido Democrático de Tadic.
También causa incomodidad entre las repúblicas vecinas, que siguen considerándolo el heredero ideológico de Milosevic y un nacionalista que no se ha disculpado, que estuvo en el Gobierno en 1999 cuando las tropas serbias expulsaron a casi un millón de albaneses de Kosovo y la OTAN intervino con ataques aéreos.
La Unión Europea saludará sus primeras palabras como vencedor.
«Serbia no se desviará de su camino europeo», declaró Nikolic a los periodistas, a los que dijo que tratará de reunirse primero con la canciller alemana, Angela Merkel, como «la principal aliada (de Serbia) en la UE».
En Twitter, el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, escribió: «Serbia con Nikolic debe crear confianza en su voluntad de moverse hacia Europa y acuerdos en la región».
Derrotado por un 50,2 por ciento contra un 46,8 por ciento, Tadic se ha visto castigado por un parón económico que ha llevado el paro al 24 por ciento y por lo que muchos serbios consideran una creciente cultura de elitismo.
Su partido también fue derrotado por el Partido Progresivo de Nikolic en las parlamentarias del 6 de mayo, pero se esperaba que los demócratas siguieran en el poder gracias a la repetición de su coalición con la formación que quedó tercera, los socialistas del ex portavoz de Milosevic Ivica Dacic.
Dacic dijo el domingo que mantendrá el acuerdo independientemente del resultado de la segunda vuelta presidencial, pero aún no han empezado las negociaciones en serio.Mientras la UE decide si abre las negociaciones de adhesión el próximo año, el próximo gobierno se verá presionado para reformar el sistema judicial, actuar contra el crimen organizado y la corrupción rampante durante la época de Milosevic y cooperar sobre Kosovo.
Este territorio de mayoría albanesa se declaró independiente en 2008, pero Belgrado sigue controlando una pequeña parte en el norte donde viven serbios, lo que supone un reparto étnico de facto que Occidente ha dicho que no va a permitir.
Nikolic, al igual que Tadic y casi todos los políticos serbios, ha dicho que nunca reconocerá un Kosovo independiente, pero la UE sí espera que relaje su control sobre el norte y mejore las relaciones con Pristina.
En una igualada elección ensombrecida por la apatía de los votantes, Nikolic derrotó al presidente liberal Boris Tadic y acabó con casi 12 años de presencia en el poder por parte de los reformistas que derrotaron a Slobodan Milosevic en 2000.
La victoria de este antiguo ultranacionalista aliado de Milosevic que ahora dice que apoya el objetivo de entrar en la Unión Europea, pone en peligro el acuerdo sobre una nueva coalición gubernamental encabezada por el Partido Democrático de Tadic.
También causa incomodidad entre las repúblicas vecinas, que siguen considerándolo el heredero ideológico de Milosevic y un nacionalista que no se ha disculpado, que estuvo en el Gobierno en 1999 cuando las tropas serbias expulsaron a casi un millón de albaneses de Kosovo y la OTAN intervino con ataques aéreos.
La Unión Europea saludará sus primeras palabras como vencedor.
«Serbia no se desviará de su camino europeo», declaró Nikolic a los periodistas, a los que dijo que tratará de reunirse primero con la canciller alemana, Angela Merkel, como «la principal aliada (de Serbia) en la UE».
En Twitter, el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, escribió: «Serbia con Nikolic debe crear confianza en su voluntad de moverse hacia Europa y acuerdos en la región».
Derrotado por un 50,2 por ciento contra un 46,8 por ciento, Tadic se ha visto castigado por un parón económico que ha llevado el paro al 24 por ciento y por lo que muchos serbios consideran una creciente cultura de elitismo.
Su partido también fue derrotado por el Partido Progresivo de Nikolic en las parlamentarias del 6 de mayo, pero se esperaba que los demócratas siguieran en el poder gracias a la repetición de su coalición con la formación que quedó tercera, los socialistas del ex portavoz de Milosevic Ivica Dacic.
Dacic dijo el domingo que mantendrá el acuerdo independientemente del resultado de la segunda vuelta presidencial, pero aún no han empezado las negociaciones en serio.Mientras la UE decide si abre las negociaciones de adhesión el próximo año, el próximo gobierno se verá presionado para reformar el sistema judicial, actuar contra el crimen organizado y la corrupción rampante durante la época de Milosevic y cooperar sobre Kosovo.
Este territorio de mayoría albanesa se declaró independiente en 2008, pero Belgrado sigue controlando una pequeña parte en el norte donde viven serbios, lo que supone un reparto étnico de facto que Occidente ha dicho que no va a permitir.
Nikolic, al igual que Tadic y casi todos los políticos serbios, ha dicho que nunca reconocerá un Kosovo independiente, pero la UE sí espera que relaje su control sobre el norte y mejore las relaciones con Pristina.