La presidente Cristina Kirchner lanzará hoy, en la Quinta de Olivos, junto al ministro de Agricultura, Julián Domínguez, el Plan Estratégico Agroalimentario 2016-2020,
En la iniciativa trabajaron conjuntamente más de 40 universidades nacionales, las distintas entidades del agro y organismos como el INTA, el INTI y el SENASA, entre otros.
Domínguez adelantó que con el plan se aspira a que “las universidades puedan repensar la formación educativa a través del modelo de país que hoy existe”.
“No nos cansamos de repetir al decir que la población rural es superada por la urbana, esto implica un cambio en las costumbres de la población. A todos nos ha despertado una nueva realidad, donde el paradigma del siglo XX, donde la centralidad estaba puesta en Europa, comenzó a cambiar por China, India y los países en desarrollo”, explicó.
En ese sentido, destacó que “hay que aumentar la productividad y el rendimiento”.
“Con el plan, vamos a cumplir en 10 años las metas quela FAO fijo para los próximos 40”, dijo.
Según este organismo dela ONU encargado de los alimentos, para los próximos 40 años será necesario incrementar la producción un 70% para abastecer el exponencial crecimiento de la demanda mundial.
Según trascendió, el plan estima a futuro en cuanto a cereales una demanda creciente por alimentos y por energía, relaciones stock-consumo más ajustadas y mayores precios.
Por el lado de la oferta, es prevé que habrá un contexto ambiental más impredecible por factores climáticos y climático-bióticos, aunque se espera un incremento en la producción sustentado fundamentalmente en el aumento de los rendimientos por hectárea.
Respecto a las oleaginosas, el proyecto contempla un contexto internacional favorable por demanda creciente por alimentos (harinas y aceites) y por energía, además de un complejo sojero netamente exportador.
Se estima que la oferta de soja crecerá en respuesta a aumentos de productividad y de área mientras que en el girasol hay un contexto de estabilidad en productividad, área, producción y localización del cultivo en ambientes más limitantes.
En la iniciativa trabajaron conjuntamente más de 40 universidades nacionales, las distintas entidades del agro y organismos como el INTA, el INTI y el SENASA, entre otros.
Domínguez adelantó que con el plan se aspira a que “las universidades puedan repensar la formación educativa a través del modelo de país que hoy existe”.
“No nos cansamos de repetir al decir que la población rural es superada por la urbana, esto implica un cambio en las costumbres de la población. A todos nos ha despertado una nueva realidad, donde el paradigma del siglo XX, donde la centralidad estaba puesta en Europa, comenzó a cambiar por China, India y los países en desarrollo”, explicó.
En ese sentido, destacó que “hay que aumentar la productividad y el rendimiento”.
“Con el plan, vamos a cumplir en 10 años las metas quela FAO fijo para los próximos 40”, dijo.
Según este organismo dela ONU encargado de los alimentos, para los próximos 40 años será necesario incrementar la producción un 70% para abastecer el exponencial crecimiento de la demanda mundial.
Según trascendió, el plan estima a futuro en cuanto a cereales una demanda creciente por alimentos y por energía, relaciones stock-consumo más ajustadas y mayores precios.
Por el lado de la oferta, es prevé que habrá un contexto ambiental más impredecible por factores climáticos y climático-bióticos, aunque se espera un incremento en la producción sustentado fundamentalmente en el aumento de los rendimientos por hectárea.
Respecto a las oleaginosas, el proyecto contempla un contexto internacional favorable por demanda creciente por alimentos (harinas y aceites) y por energía, además de un complejo sojero netamente exportador.
Se estima que la oferta de soja crecerá en respuesta a aumentos de productividad y de área mientras que en el girasol hay un contexto de estabilidad en productividad, área, producción y localización del cultivo en ambientes más limitantes.