La pizzería Kentucky, una de las marcas del grupo. Foto: Archivo
«Locales para gastronomía se buscan.» Un grupo de empresarios encabezados por Rafael Pereira Aragón acaba de constituir un fondo de inversiones por $ 50 millones para la compra de locales comerciales con el objetivo de instalar restaurantes y confiterías. Los empresarios precisan que la búsqueda está centrada en locales ubicados en zona de alto tránsito peatonal, con la mira principal puesta en Barrio Norte, Caballito, Belgrano y Palermo, y un mínimo de 150 metros cuadrados.
La inversión será canalizada por Pereira Aragón & Asociados, la empresa presidida por Rafael Pereira Aragón, que se especializa en la compra y venta de fondos de comercios de gastronomía y hotelería.
Se trata de uno de los jugadores más activos en el rubro a nivel local y tiene participaciones en varios de los proyectos gastronómicos más importantes de la ciudad, en una lista que va desde el clásico café Las Violetas hasta la cadena de pizzerías Kentucky, pasando por las confiterías Rond Point y Dandy, la parrilla La Tranquera y un clásico porteño como la pizzería Güerrín.
«Estamos buscando nuevas locaciones tanto para las pizzerías de Kentucky como para otros negocios de bares y confiterías. En todos los casos, la clave pasa por zonas de horario extendido y que ofrezcan un buen mix de público de clase media y sectores populares», explicó Pereira Aragón.
La cadena Kentucky hoy cuenta con catorce locales en operaciones y otros dos que serán inaugurados en los próximos meses en la City porteña y en el centro comercial de San Isidro. Para 2013 su plan contempla al menos cinco aperturas de la cadena, con una inversión de $ 6 millones. El empresario explicó que el mercado de los locales comerciales muestra una dinámica diferente a la del negocio de viviendas, que se muestra muy golpeado en la Capital Federal, con caídas en las ventas que superan el 35 por ciento.
«La demanda y los precios de los locales comerciales tienen una dinámica muy diferente al mercado de las viviendas. De hecho, más que el cepo al dólar, las operaciones en este negocio están mucho más influenciadas por el nivel de actividad comercial y la marcha del consumo», advirtió Pereira Aragón.
El empresario destacó que al menos en una primera etapa no buscan locales para alquilar y que su intención es cerrar operaciones de compraventa. «El negocio de la gastronomía exige inversiones muy importantes en instalaciones, que a su vez se empiezan a recuperar en plazos largos, que en la mayoría de los casos rondan los siete años, con lo cual no nos resultan operativos los contratos de alquiler», señaló Pereira Aragón.
Los planes de expansión del grupo empresario coinciden con una crisis que vive el mercado gastronómico porteño, que se vio muy afectado por la desaceleración del consumo y la menor afluencia de turistas extranjeros. Según las estimaciones de la consultora especializada Moebius, durante 2012 se registró una caída promedio de entre 15 y 20 en el número de cubiertos y los empresarios del rubro se quejan de que cada vez es más difícil trasladar las subas en sus costos a los precios de venta al público..
«Locales para gastronomía se buscan.» Un grupo de empresarios encabezados por Rafael Pereira Aragón acaba de constituir un fondo de inversiones por $ 50 millones para la compra de locales comerciales con el objetivo de instalar restaurantes y confiterías. Los empresarios precisan que la búsqueda está centrada en locales ubicados en zona de alto tránsito peatonal, con la mira principal puesta en Barrio Norte, Caballito, Belgrano y Palermo, y un mínimo de 150 metros cuadrados.
La inversión será canalizada por Pereira Aragón & Asociados, la empresa presidida por Rafael Pereira Aragón, que se especializa en la compra y venta de fondos de comercios de gastronomía y hotelería.
Se trata de uno de los jugadores más activos en el rubro a nivel local y tiene participaciones en varios de los proyectos gastronómicos más importantes de la ciudad, en una lista que va desde el clásico café Las Violetas hasta la cadena de pizzerías Kentucky, pasando por las confiterías Rond Point y Dandy, la parrilla La Tranquera y un clásico porteño como la pizzería Güerrín.
«Estamos buscando nuevas locaciones tanto para las pizzerías de Kentucky como para otros negocios de bares y confiterías. En todos los casos, la clave pasa por zonas de horario extendido y que ofrezcan un buen mix de público de clase media y sectores populares», explicó Pereira Aragón.
La cadena Kentucky hoy cuenta con catorce locales en operaciones y otros dos que serán inaugurados en los próximos meses en la City porteña y en el centro comercial de San Isidro. Para 2013 su plan contempla al menos cinco aperturas de la cadena, con una inversión de $ 6 millones. El empresario explicó que el mercado de los locales comerciales muestra una dinámica diferente a la del negocio de viviendas, que se muestra muy golpeado en la Capital Federal, con caídas en las ventas que superan el 35 por ciento.
«La demanda y los precios de los locales comerciales tienen una dinámica muy diferente al mercado de las viviendas. De hecho, más que el cepo al dólar, las operaciones en este negocio están mucho más influenciadas por el nivel de actividad comercial y la marcha del consumo», advirtió Pereira Aragón.
El empresario destacó que al menos en una primera etapa no buscan locales para alquilar y que su intención es cerrar operaciones de compraventa. «El negocio de la gastronomía exige inversiones muy importantes en instalaciones, que a su vez se empiezan a recuperar en plazos largos, que en la mayoría de los casos rondan los siete años, con lo cual no nos resultan operativos los contratos de alquiler», señaló Pereira Aragón.
Los planes de expansión del grupo empresario coinciden con una crisis que vive el mercado gastronómico porteño, que se vio muy afectado por la desaceleración del consumo y la menor afluencia de turistas extranjeros. Según las estimaciones de la consultora especializada Moebius, durante 2012 se registró una caída promedio de entre 15 y 20 en el número de cubiertos y los empresarios del rubro se quejan de que cada vez es más difícil trasladar las subas en sus costos a los precios de venta al público..