La población de menos ingresos no sólo es la más endeudada, sino la que más depende del crédito de corto plazo. Foto: Archivo
La población de menos ingresos es no sólo la más endeudada, sino también la que más depende del crédito de corto plazo.
Así se desprende del Informe de Estabilidad Financiera presentado ayer por el Banco Central (BCRA), según el cual quienes ganan entre $ 45.000 y $ 83.000 anuales tienen un nivel de endeudamiento que equivale al 22,8% de sus ingresos, mientras que, en el otro extremo, quienes tienen ingresos por más de $ 342.000 anuales están endeudados en un 17,8 por ciento.
«Los niveles de endeudamiento son bajísimos en todos los casos. Pero un sistema financiero sin depósitos mal va a poder tener altos niveles de endeudamiento», subrayó el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, en conferencia de prensa.
Entre los deciles de la población de menores ingresos, los préstamos hipotecarios apenas representan 0,5 puntos porcentuales del total de la deuda. Mientras que entre las familias de mayores ingresos contribuyen con 2,5 puntos porcentuales. En contrapartida, los préstamos con tarjetas no bancarias (generalmente mucho caras), personales y de tarjetas bancarias tienen una mayor preponderancia entre los estratos de menos ingresos.
«El crédito hipotecario en la Argentina estuvo muy orientado al segmento de altos ingresos. Ése es el desafío que tenemos con la UVA [la Unidad de Valor Adquisitivo]», aseguró Sturzenegger.
Desde que se desarrolló en abril pasado el esquema de créditos UVA, que permite a los bancos actualizar el capital del préstamo por inflación y, por ende, ofrecer tasas de interés más bajas (y así reducir la barrera de entrada para personas de menos ingresos), se colocaron en el sistema financiero hipotecas por poco más de $ 1000 millones. Sin embargo, los plazos fijos que se actualizan por UVA, y que sirven para fondear esos préstamos, apenas sumaron poco más de $ 300 millones.
Para fomentar el fondeo de las hipotecas UVA, adelantó Sturzenegger, el Banco Central está trabajando en varias alternativas. Como, por ejemplo, la posibilidad de que los bancos tomen plazos fijos UVA, que luego puedan venderlos en el mercado de capitales (y, por ende, también acotar el riesgo de tenerlos en cartera). Otra alternativa en la que trabajan es en la posibilidad de habilitar la creación de fondos comunes de inversión, que tengan entre sus activos plazos fijos UVA, pero que también los fondos puedan cotizar en el mercado de capitales.
«Somos optimistas con el producto y con la inflación», aseguró Sturzenegger, quien además destacó que «el salario real ha empezado a crecer en la Argentina».
Las normas que vienen
El presidente del BCRA adelantó, además, que el banco tiene previsto flexibilizar las condiciones para los préstamos en moneda extranjera, dado que debido a los ingresos del blanqueo existen hoy en el sistema financiero cerca de US$ 10.000 millones de depósitos que no están siendo utilizados.
«En las flexibilizaciones que ya hicimos acreditamos que un productor agropecuario tomara un crédito en dólares, más allá de que no exportara directamente. Pero hoy no podría invertirse en riego para el campo. No hay disponibilidad de crédito de largo plazo y a tasas bajas para ese segmento. Es un tema que estamos pensando abordar», explicó.
Una vez más, el titular del BCRA advirtió que los bancos deberán ganar en escala y en eficiencia para poder seguir ganando dinero, dado que, a medida que baje la inflación, también deberían ajustarse los márgenes de intermediación del sistema financiero.
«El spread [diferencial entre el costo de fondeo y el costo que cobran por sus créditos] de los bancos es relativamente alto. Cómo hacemos para reducirlo. Necesitamos que se reduzca para que el crédito en términos reales se siga abaratando y esto se va a dar a medida que se consolida el proceso de desinflación», dijo Sturzenegger.
También, según los datos del BCRA, los bancos argentinos son en la región los que mayor nivel de gastos administrativos tienen, con un 8% del activo, contra casi el 2% de países como Chile, Colombia o Perú.
La población de menos ingresos es no sólo la más endeudada, sino también la que más depende del crédito de corto plazo.
Así se desprende del Informe de Estabilidad Financiera presentado ayer por el Banco Central (BCRA), según el cual quienes ganan entre $ 45.000 y $ 83.000 anuales tienen un nivel de endeudamiento que equivale al 22,8% de sus ingresos, mientras que, en el otro extremo, quienes tienen ingresos por más de $ 342.000 anuales están endeudados en un 17,8 por ciento.
«Los niveles de endeudamiento son bajísimos en todos los casos. Pero un sistema financiero sin depósitos mal va a poder tener altos niveles de endeudamiento», subrayó el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, en conferencia de prensa.
Entre los deciles de la población de menores ingresos, los préstamos hipotecarios apenas representan 0,5 puntos porcentuales del total de la deuda. Mientras que entre las familias de mayores ingresos contribuyen con 2,5 puntos porcentuales. En contrapartida, los préstamos con tarjetas no bancarias (generalmente mucho caras), personales y de tarjetas bancarias tienen una mayor preponderancia entre los estratos de menos ingresos.
«El crédito hipotecario en la Argentina estuvo muy orientado al segmento de altos ingresos. Ése es el desafío que tenemos con la UVA [la Unidad de Valor Adquisitivo]», aseguró Sturzenegger.
Desde que se desarrolló en abril pasado el esquema de créditos UVA, que permite a los bancos actualizar el capital del préstamo por inflación y, por ende, ofrecer tasas de interés más bajas (y así reducir la barrera de entrada para personas de menos ingresos), se colocaron en el sistema financiero hipotecas por poco más de $ 1000 millones. Sin embargo, los plazos fijos que se actualizan por UVA, y que sirven para fondear esos préstamos, apenas sumaron poco más de $ 300 millones.
Para fomentar el fondeo de las hipotecas UVA, adelantó Sturzenegger, el Banco Central está trabajando en varias alternativas. Como, por ejemplo, la posibilidad de que los bancos tomen plazos fijos UVA, que luego puedan venderlos en el mercado de capitales (y, por ende, también acotar el riesgo de tenerlos en cartera). Otra alternativa en la que trabajan es en la posibilidad de habilitar la creación de fondos comunes de inversión, que tengan entre sus activos plazos fijos UVA, pero que también los fondos puedan cotizar en el mercado de capitales.
«Somos optimistas con el producto y con la inflación», aseguró Sturzenegger, quien además destacó que «el salario real ha empezado a crecer en la Argentina».
Las normas que vienen
El presidente del BCRA adelantó, además, que el banco tiene previsto flexibilizar las condiciones para los préstamos en moneda extranjera, dado que debido a los ingresos del blanqueo existen hoy en el sistema financiero cerca de US$ 10.000 millones de depósitos que no están siendo utilizados.
«En las flexibilizaciones que ya hicimos acreditamos que un productor agropecuario tomara un crédito en dólares, más allá de que no exportara directamente. Pero hoy no podría invertirse en riego para el campo. No hay disponibilidad de crédito de largo plazo y a tasas bajas para ese segmento. Es un tema que estamos pensando abordar», explicó.
Una vez más, el titular del BCRA advirtió que los bancos deberán ganar en escala y en eficiencia para poder seguir ganando dinero, dado que, a medida que baje la inflación, también deberían ajustarse los márgenes de intermediación del sistema financiero.
«El spread [diferencial entre el costo de fondeo y el costo que cobran por sus créditos] de los bancos es relativamente alto. Cómo hacemos para reducirlo. Necesitamos que se reduzca para que el crédito en términos reales se siga abaratando y esto se va a dar a medida que se consolida el proceso de desinflación», dijo Sturzenegger.
También, según los datos del BCRA, los bancos argentinos son en la región los que mayor nivel de gastos administrativos tienen, con un 8% del activo, contra casi el 2% de países como Chile, Colombia o Perú.