x Diogo Martins Rio de Janeiro
Las áreas del Gran San Pablo y de Rio de Janeiro concentran el mayor número de personas viviendo en ‘favelas’ en Brasil, pero las regiones metropolitanas de las ciudades del norte y nordeste del país poseen la más alta proporción de personas residentes en lugares precarios.
En todo el país, al final del año pasado, había 3.224.529 habitaciones ocupadas en favelas, con cerca de 6% de la población brasileña, el equivalente a 11.425.644 personas. Juntas, las regiones metropolitanas de San Pablo, Rio de Janeiro y Belém responden por 43,7% de ese total.
En relación al porcentaje de habitantes de favelas y el número total de brasileños, la gran Belém, en Pará, se ubicó en primer lugar, con 53,9%, seguida por las regiones metropolitanas de Salvador (26,1%) y de Recife (23,2%).
Los datos surgen del Censo Demográfico 2010 – Conglomerados Anormales, divulgado la semana pasada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El trabajo busca retratar la diversidad de asentamientos irregulares en el país, conocidos como favelas, invasiones, grutas y otras construcciones precarias, desprovistas de servicios básicos, como abastecimiento de agua, cloacas sanitarias, colecta selectiva y energía eléctrica.
El IBGE evita comparar los datos levantados para el censo 2010 con los del año 2000. Atribuye diferencias de metodología y de tecnología. Pero, hace once años, el número de residentes en los aglomerados anormales contabilizados por el instituto era de 6.535.634.
En la época, en los datos referentes a las ciudades y no a las regiones metropolitanas, Rio, San Pablo y Belém tenían el mayor número de habitantes en favelas. En el informe actual, San Pablo pasa a Rio en números absolutos y Belém permanece en tercer lugar.
El proceso de crecimiento de las favelas en todas las regiones metropolitanas ocurre como consecuencia de la migración de la población, según el IBGE. Ciudadanos buscan mejores condiciones de vida, atraídos por el crecimiento económico, explicó la investigadora de la dirección de sondeos del instituto, Elisa Caillaux.
Según Caillaux, la diferencia es que las regiones metropolitanas de Rio de Janeiro y San Pablo reciben personas de otros estados. En cambio, las que llegan a los grandes centros urbanos del norte y nordeste del país provienen de áreas próximas a esas localidades.
«En el nordeste, por ejemplo, parte de la migración fue de personas que salieron del campo a las regiones metropolitanas, áreas que crecieron mucho en los últimos años», afirmó. Un punto en común en la formación de las favelas en las regiones metropolitanas es que en esas regiones, el crecimiento económico no fue capaz de absorber toda la mano de obra migratoria, según la experta del IBGE.
Dos pequeños municipios lideran el ranking de mayor porcentaje de habitantes en favelas. El primero es Marituba, en Pará, donde el 77,2% de la población vive en los llamados conglomerados anormales. La ciudad dormitorio abriga a los que trabajan en la capital del estado. El segundo colocado en el triste ranking es Vitoria do Jari, en Amapá, con 73,7% de la gente viviendo en favelas.
Localizada en el sur de Amapá, Vitoria do Jari es uno de los casos en que en 1997 migraron personas de regiones cercanas en busca de trabajo en una fábrica de papel local. Según los datos del Censo, el año pasado había cerca de 9.000 personas viviendo en condiciones precarias.
En tanto, San Pablo y Rio tienen, en conjunto, 4.738.811 habitantes en los llamados conglomerados anormales. La región metropolitana paulita concentraba 2,715.067 personas viviendo en condiciones de precariedad, mientras la fluminense tenía 2.023.744 de su población en áreas de ese tipo.
De acuerdo con el IBGE, se identificaron 6.329 de los llamados conglomerados anormales, en 323 municipios, lo que corresponde al porcentaje de 5,8% de los municipios brasileños. El sudeste concentraba 49,8% del total.
Según el levantamiento del IBGE, las regiones nordeste y norte poseían, respectivamente, 28,7% y 14,4% del porcentaje total del país de domicilios en conglomerados. El instituto señaló que índices más bajos en las regiones sur (5,3%) y centro-oeste (1,8%).
El IBGE observó que las características de esos conglomerados varían en cada localidad. Con frecuencia ocupan áreas menos propicias a la urbanización, como laderas escarpadas en Rio de Janeiro, áreas de playa en Fortaleza, valles profundos (grutas) en Maceió, tierras bajas permanentemente inundadas en Macapá, manglares en Cubatao, laderas en Manaus.
Las cloacas son el servicio público con menos presencia en las favelas brasileñas, si se lo compara con el abastecimiento de agua, la colecta de basura y la provisión de energía eléctrica. De las 6.329 favelas identificadas por el IBGE, 67,3% disponían de cloacas sanitarias, de los cuales 56,3% de los domicilios estaban en la red general de cloacas y 11% con fosa séptica. En las áreas urbanas regulares de municipios con conglomerados anormales -con las ciudades analizadas como un todo–, el porcentaje era de 85,1%. En municipios sin favelas, las cloacas sanitarias llegaban a 65,6% de las áreas.
Notas relacionadas
Las áreas del Gran San Pablo y de Rio de Janeiro concentran el mayor número de personas viviendo en ‘favelas’ en Brasil, pero las regiones metropolitanas de las ciudades del norte y nordeste del país poseen la más alta proporción de personas residentes en lugares precarios.
En todo el país, al final del año pasado, había 3.224.529 habitaciones ocupadas en favelas, con cerca de 6% de la población brasileña, el equivalente a 11.425.644 personas. Juntas, las regiones metropolitanas de San Pablo, Rio de Janeiro y Belém responden por 43,7% de ese total.
En relación al porcentaje de habitantes de favelas y el número total de brasileños, la gran Belém, en Pará, se ubicó en primer lugar, con 53,9%, seguida por las regiones metropolitanas de Salvador (26,1%) y de Recife (23,2%).
Los datos surgen del Censo Demográfico 2010 – Conglomerados Anormales, divulgado la semana pasada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El trabajo busca retratar la diversidad de asentamientos irregulares en el país, conocidos como favelas, invasiones, grutas y otras construcciones precarias, desprovistas de servicios básicos, como abastecimiento de agua, cloacas sanitarias, colecta selectiva y energía eléctrica.
El IBGE evita comparar los datos levantados para el censo 2010 con los del año 2000. Atribuye diferencias de metodología y de tecnología. Pero, hace once años, el número de residentes en los aglomerados anormales contabilizados por el instituto era de 6.535.634.
En la época, en los datos referentes a las ciudades y no a las regiones metropolitanas, Rio, San Pablo y Belém tenían el mayor número de habitantes en favelas. En el informe actual, San Pablo pasa a Rio en números absolutos y Belém permanece en tercer lugar.
El proceso de crecimiento de las favelas en todas las regiones metropolitanas ocurre como consecuencia de la migración de la población, según el IBGE. Ciudadanos buscan mejores condiciones de vida, atraídos por el crecimiento económico, explicó la investigadora de la dirección de sondeos del instituto, Elisa Caillaux.
Según Caillaux, la diferencia es que las regiones metropolitanas de Rio de Janeiro y San Pablo reciben personas de otros estados. En cambio, las que llegan a los grandes centros urbanos del norte y nordeste del país provienen de áreas próximas a esas localidades.
«En el nordeste, por ejemplo, parte de la migración fue de personas que salieron del campo a las regiones metropolitanas, áreas que crecieron mucho en los últimos años», afirmó. Un punto en común en la formación de las favelas en las regiones metropolitanas es que en esas regiones, el crecimiento económico no fue capaz de absorber toda la mano de obra migratoria, según la experta del IBGE.
Dos pequeños municipios lideran el ranking de mayor porcentaje de habitantes en favelas. El primero es Marituba, en Pará, donde el 77,2% de la población vive en los llamados conglomerados anormales. La ciudad dormitorio abriga a los que trabajan en la capital del estado. El segundo colocado en el triste ranking es Vitoria do Jari, en Amapá, con 73,7% de la gente viviendo en favelas.
Localizada en el sur de Amapá, Vitoria do Jari es uno de los casos en que en 1997 migraron personas de regiones cercanas en busca de trabajo en una fábrica de papel local. Según los datos del Censo, el año pasado había cerca de 9.000 personas viviendo en condiciones precarias.
En tanto, San Pablo y Rio tienen, en conjunto, 4.738.811 habitantes en los llamados conglomerados anormales. La región metropolitana paulita concentraba 2,715.067 personas viviendo en condiciones de precariedad, mientras la fluminense tenía 2.023.744 de su población en áreas de ese tipo.
De acuerdo con el IBGE, se identificaron 6.329 de los llamados conglomerados anormales, en 323 municipios, lo que corresponde al porcentaje de 5,8% de los municipios brasileños. El sudeste concentraba 49,8% del total.
Según el levantamiento del IBGE, las regiones nordeste y norte poseían, respectivamente, 28,7% y 14,4% del porcentaje total del país de domicilios en conglomerados. El instituto señaló que índices más bajos en las regiones sur (5,3%) y centro-oeste (1,8%).
El IBGE observó que las características de esos conglomerados varían en cada localidad. Con frecuencia ocupan áreas menos propicias a la urbanización, como laderas escarpadas en Rio de Janeiro, áreas de playa en Fortaleza, valles profundos (grutas) en Maceió, tierras bajas permanentemente inundadas en Macapá, manglares en Cubatao, laderas en Manaus.
Las cloacas son el servicio público con menos presencia en las favelas brasileñas, si se lo compara con el abastecimiento de agua, la colecta de basura y la provisión de energía eléctrica. De las 6.329 favelas identificadas por el IBGE, 67,3% disponían de cloacas sanitarias, de los cuales 56,3% de los domicilios estaban en la red general de cloacas y 11% con fosa séptica. En las áreas urbanas regulares de municipios con conglomerados anormales -con las ciudades analizadas como un todo–, el porcentaje era de 85,1%. En municipios sin favelas, las cloacas sanitarias llegaban a 65,6% de las áreas.
Notas relacionadas