Cuál sería el beneficio de estatizar el juego? Sin duda, sacarlo de la caja negra de la política y evitar que siga siendo vehículo del lavado de dinero. El tema, engorroso por cierto, se convirtió en polémica cuando desde la provincia de Buenos Aires se decidió que la recaudación por el juego de azar podría servir para pagar el medio aguinaldo de los empleados públicos. Con la sola extensión, por decreto, de las licencias a los concesionarios. Así, a través de la Resolución 1078/12 del presidente del Instituto Provincial de Loterías y Casinos se prorrogó por 15 años más la concesión de 15 de las 40 salas de bingos y casinos provinciales, a los que se les vencían las licencias en 2015. Serán 1500 millones de pesos en concepto de adelanto del canon por 1100 millones por parte de los bingos más un canon extraordinario.
Un terreno resbaloso el del juego, que entró en la opinión pública por la ventana y se transformó en una discusión en la que el aporte “Cargo Fijo Extraordinario” ya es poco menos que vox populi.
La cuestión es que el juego ya lleva 14 años de privatización y que, según los datos recabados por el diputado Walter Martello de la Coalición Cívica, quien presentó un proyecto para estatizar el juego, la provincia de Buenos Aires dejó de ganar casi 84 mil millones de pesos en esos casi 15 años. Una suma onerosa si se tiene en cuenta que en total, en 2009, el gasto en salud de la población argentina llegó a los $ 102 mil millones, un 9,6% del PBI.
Según señala la investigación del diputado provincial, la española Codere obtiene una recaudación diaria de 270,2 euros, mientras que en España, alcanza 42. En el balance del último trimestre de 2012, la firma dio cuenta de un aumento del 10% de las máquinas tragamonedas, que llegan a 5566. Otro de los empresarios del juego es Cristóbal López. Maneja el Casino Flotante de Puerto Madero, el casino de Rosario y tiene la concesión hasta 2032 de las máquinas tragamonedas del Hipódromo de Palermo; también es dueño de BinBaires en Los Polvorines, de otros dos bingos en Avellaneda (uno que compró por 240 millones de dólares junto a su socio Federico Achaval), otro en Florencio Varela y otro en Olavaría. El empresario busca instalar ahora más de 5000 tragamonedas en la zona norte.
La tercera potencia del azar es la empresa Bolt de Antonio Tabanelli que, sin llamado a licitación, fue beneficiada por decreto del gobierno bonaerense con un contrato para la provisión de máquinas de captación de apuestas online, además de la extensión de la concesión del casino Trillenium del Tigre hasta el 1 de diciembre de 2013.
El proyecto del Martello impulsa que a partir del vencimiento de cada una de las licencias, el Estado recupere para sí el monopolio y pueda disponer de los 12.500 millones que se cree ganará en 2012. Hoy, de cada 100 pesos que se recaudan, 85 van para los premios, diez a la licenciataria y cinco para el Estado, que se convertirían en 50 con la modificación de la ley.
Hoy, en el país habría unas 120 mil máquinas, que llegaron durante el menemismo de la mano de Eduardo Duhalde, y que recaudarían unos 65 mil millones de pesos al año. De cada 100 pesos que se juegan en ese territorio, dice Martello, el gobierno recibe cinco pesos que se reparten de la siguiente manera: $ 1 va a educación, $ 0,25 a los municipios, $ 0,55 a rentas generales, $ 1,25 a programas de empleo, $ 0,95 para la asistencia de hipódromos y $ 1 a la policía.
En la Ciudad de Buenos Aires, donde el Instituto de Juegos y Apuestas relevó a más de 60 mil personas que “no pueden dejar de jugar”, las apuestas en tragamonedas superan al presupuesto porteño. Según un informe publicado en Tiempo Argentino en noviembre de 2011, realizado por el periodista Claudio Mardones, “el Instituto de Juegos de Apuestas porteño (IJACBA) señala que la masa de dinero que se apuesta en la Ciudad, comenzó a superar los presupuestos anuales de las principales provincias. La prueba está en las planillas de ingresos y premios pagados en 2008, 2009 y el año pasado, en todos los juegos que se realizan en la Ciudad.»
En Brasil, por ejemplo, las loterías Caixa registraron en 2011 la mayor recaudación de su historia: 4900 millones de dólares. Casi la mitad del importe recaudado regresó a la sociedad en forma de inversiones destinadas a proyectos de asistencia social, deporte, cultura, seguridad pública, educación y salud, además de cobrar impuesto a la renta sobre los premios.
En Paraguay, por ejemplo, la recaudación por el juego en 2010 ascendió a 31.311 millones de dólares de los cuales la quiniela aportó 27.216 millones.
¿Recuperar el juego para qué? Un poco de revisionismo no está de más. En noviembre de 1944, el presidente de facto Edelmiro Farrel, a través del decreto 31090, declaró caducas las concesiones otorgadas por los gobiernos provinciales a empresas privadas para la explotación de casinos. Y más: pasaron a ser de utilidad pública y sujetos de expropiación. Vale la pena leer un pequeño y valioso estudio socializado en Internet del profesor de Historia y becario del CONICET, Marcelo Pedetta, que pone en valor el conflicto de los legisladores provinciales al tener que responder como bonaerenses o como peronistas. Los fondos recaudados por los juegos de azar en esa década fueron destinados a la Fundación Eva Perón como parte de los lineamientos políticos del General a la intervención del Estado en el tiempo libre de los ciudadanos.
Hoy, la enorme cantidad de dinero que genera el juego bien podría repartirse en tres partes iguales, las tres con necesidad de urgencia: salud, Asignación Universal por Hijo y aumento a jubilados. Valdría la pena intentarlo. – <dl
Un terreno resbaloso el del juego, que entró en la opinión pública por la ventana y se transformó en una discusión en la que el aporte “Cargo Fijo Extraordinario” ya es poco menos que vox populi.
La cuestión es que el juego ya lleva 14 años de privatización y que, según los datos recabados por el diputado Walter Martello de la Coalición Cívica, quien presentó un proyecto para estatizar el juego, la provincia de Buenos Aires dejó de ganar casi 84 mil millones de pesos en esos casi 15 años. Una suma onerosa si se tiene en cuenta que en total, en 2009, el gasto en salud de la población argentina llegó a los $ 102 mil millones, un 9,6% del PBI.
Según señala la investigación del diputado provincial, la española Codere obtiene una recaudación diaria de 270,2 euros, mientras que en España, alcanza 42. En el balance del último trimestre de 2012, la firma dio cuenta de un aumento del 10% de las máquinas tragamonedas, que llegan a 5566. Otro de los empresarios del juego es Cristóbal López. Maneja el Casino Flotante de Puerto Madero, el casino de Rosario y tiene la concesión hasta 2032 de las máquinas tragamonedas del Hipódromo de Palermo; también es dueño de BinBaires en Los Polvorines, de otros dos bingos en Avellaneda (uno que compró por 240 millones de dólares junto a su socio Federico Achaval), otro en Florencio Varela y otro en Olavaría. El empresario busca instalar ahora más de 5000 tragamonedas en la zona norte.
La tercera potencia del azar es la empresa Bolt de Antonio Tabanelli que, sin llamado a licitación, fue beneficiada por decreto del gobierno bonaerense con un contrato para la provisión de máquinas de captación de apuestas online, además de la extensión de la concesión del casino Trillenium del Tigre hasta el 1 de diciembre de 2013.
El proyecto del Martello impulsa que a partir del vencimiento de cada una de las licencias, el Estado recupere para sí el monopolio y pueda disponer de los 12.500 millones que se cree ganará en 2012. Hoy, de cada 100 pesos que se recaudan, 85 van para los premios, diez a la licenciataria y cinco para el Estado, que se convertirían en 50 con la modificación de la ley.
Hoy, en el país habría unas 120 mil máquinas, que llegaron durante el menemismo de la mano de Eduardo Duhalde, y que recaudarían unos 65 mil millones de pesos al año. De cada 100 pesos que se juegan en ese territorio, dice Martello, el gobierno recibe cinco pesos que se reparten de la siguiente manera: $ 1 va a educación, $ 0,25 a los municipios, $ 0,55 a rentas generales, $ 1,25 a programas de empleo, $ 0,95 para la asistencia de hipódromos y $ 1 a la policía.
En la Ciudad de Buenos Aires, donde el Instituto de Juegos y Apuestas relevó a más de 60 mil personas que “no pueden dejar de jugar”, las apuestas en tragamonedas superan al presupuesto porteño. Según un informe publicado en Tiempo Argentino en noviembre de 2011, realizado por el periodista Claudio Mardones, “el Instituto de Juegos de Apuestas porteño (IJACBA) señala que la masa de dinero que se apuesta en la Ciudad, comenzó a superar los presupuestos anuales de las principales provincias. La prueba está en las planillas de ingresos y premios pagados en 2008, 2009 y el año pasado, en todos los juegos que se realizan en la Ciudad.»
En Brasil, por ejemplo, las loterías Caixa registraron en 2011 la mayor recaudación de su historia: 4900 millones de dólares. Casi la mitad del importe recaudado regresó a la sociedad en forma de inversiones destinadas a proyectos de asistencia social, deporte, cultura, seguridad pública, educación y salud, además de cobrar impuesto a la renta sobre los premios.
En Paraguay, por ejemplo, la recaudación por el juego en 2010 ascendió a 31.311 millones de dólares de los cuales la quiniela aportó 27.216 millones.
¿Recuperar el juego para qué? Un poco de revisionismo no está de más. En noviembre de 1944, el presidente de facto Edelmiro Farrel, a través del decreto 31090, declaró caducas las concesiones otorgadas por los gobiernos provinciales a empresas privadas para la explotación de casinos. Y más: pasaron a ser de utilidad pública y sujetos de expropiación. Vale la pena leer un pequeño y valioso estudio socializado en Internet del profesor de Historia y becario del CONICET, Marcelo Pedetta, que pone en valor el conflicto de los legisladores provinciales al tener que responder como bonaerenses o como peronistas. Los fondos recaudados por los juegos de azar en esa década fueron destinados a la Fundación Eva Perón como parte de los lineamientos políticos del General a la intervención del Estado en el tiempo libre de los ciudadanos.
Hoy, la enorme cantidad de dinero que genera el juego bien podría repartirse en tres partes iguales, las tres con necesidad de urgencia: salud, Asignación Universal por Hijo y aumento a jubilados. Valdría la pena intentarlo. – <dl
Más que estatizarlo, habría que abolirlo, salvo los 2 o 3 casinos tradicionales.