Atribuyen el freno del consumo al aumento de la inflación, al final de los incentivos tributarios a compras de ciertos artículos y al encarecimiento del crédito
Las ventas minoristas en Brasil bajaron en marzo por segundo mes consecutivo y sufrieron un declive mayor al esperado.
Según datos del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la caída fue de un 0,9% en el mes de marzo respecto a febrero. La merma fue mayor a la calculada previamente que era estimada en un 0,35% según un sondeo de Reuters entre 26 economistas.
El comercio minorista, uno de los principales motores de la economía brasileña, ya había bajado un 3,1 % en febrero y en el primer trimestre acumula un descenso del 0,8 %, lo que indica el peor desempeño en 12 años.
Estos números confirman la brusca caída del índice de confianza de los consumidores que está en su nivel más bajo en una década y conducen a la mayor economía de América Latina hacia lo que podría ser su peor recesión en 25 años.
Los rubros más afectados fueron las ventas en supermercados y tiendas de productos para el hogar que bajaron un 2% y un 3% respectivamente, ya que los hogares redujeron su gasto tanto en alimentos como en artículos duraderos.
Un índice minorista más amplio, que incluye las ventas de autos y de materiales de construcción cayó un 1,6% desde febrero.
Los recientes despidos podrían poner aun más presión sobre el consumo de los hogares, lo que a la vez empeoraría la desaceleración.
Las ganancias del primer trimestre de las principales empresas de productos de consumo reflejaron el ambiente. El fabricante de cosméticos Natura tuvo una baja en sus ventas, mientras que el minorista de vestuario Cia Hering advirtió que la crisis afectará la rentabilidad de la empresa durante gran parte del año.
La mayoría de los economistas esperan que el banco central suba las tasas de interés nuevamente este año, lo que elevaría los costos del endeudamiento más y desalentaría la demanda.
Aunque las ventas minoristas de marzo mostraron una suba del 0,4% interanual, es significativamente menor al 1,5% arrojado por la mediana de las estimaciones en el sondeo de Reuters, cuyas proyecciones variaron entre una caída de un 0,5% y un incremento de un 2,7%.
El IBGE atribuyó el descenso de las ventas al aumento de la inflación, el deterioro del poder de compra de la población, el final de los incentivos tributarios a la compra de electrodomésticos de línea blanca y al encarecimiento del crédito, entre otros factores.
Las ventas minoristas en Brasil bajaron en marzo por segundo mes consecutivo y sufrieron un declive mayor al esperado.
Según datos del estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la caída fue de un 0,9% en el mes de marzo respecto a febrero. La merma fue mayor a la calculada previamente que era estimada en un 0,35% según un sondeo de Reuters entre 26 economistas.
El comercio minorista, uno de los principales motores de la economía brasileña, ya había bajado un 3,1 % en febrero y en el primer trimestre acumula un descenso del 0,8 %, lo que indica el peor desempeño en 12 años.
Estos números confirman la brusca caída del índice de confianza de los consumidores que está en su nivel más bajo en una década y conducen a la mayor economía de América Latina hacia lo que podría ser su peor recesión en 25 años.
Los rubros más afectados fueron las ventas en supermercados y tiendas de productos para el hogar que bajaron un 2% y un 3% respectivamente, ya que los hogares redujeron su gasto tanto en alimentos como en artículos duraderos.
Un índice minorista más amplio, que incluye las ventas de autos y de materiales de construcción cayó un 1,6% desde febrero.
Los recientes despidos podrían poner aun más presión sobre el consumo de los hogares, lo que a la vez empeoraría la desaceleración.
Las ganancias del primer trimestre de las principales empresas de productos de consumo reflejaron el ambiente. El fabricante de cosméticos Natura tuvo una baja en sus ventas, mientras que el minorista de vestuario Cia Hering advirtió que la crisis afectará la rentabilidad de la empresa durante gran parte del año.
La mayoría de los economistas esperan que el banco central suba las tasas de interés nuevamente este año, lo que elevaría los costos del endeudamiento más y desalentaría la demanda.
Aunque las ventas minoristas de marzo mostraron una suba del 0,4% interanual, es significativamente menor al 1,5% arrojado por la mediana de las estimaciones en el sondeo de Reuters, cuyas proyecciones variaron entre una caída de un 0,5% y un incremento de un 2,7%.
El IBGE atribuyó el descenso de las ventas al aumento de la inflación, el deterioro del poder de compra de la población, el final de los incentivos tributarios a la compra de electrodomésticos de línea blanca y al encarecimiento del crédito, entre otros factores.
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