11 AM. Roberto Lavagna recibe puntualmente a El Cronista WE. Café en mano, dispara: «Un programa económico es como un mecanismo de relojería donde cada engranaje tiene que combinar exactamente. No se trata de tomar medidas aisladas sino de que cada una coincida y que las agujas vayan para adelante y no para atrás».
La descripción es para muchos una síntesis de lo que ocurre en la economía local desde diciembre 2005, cuando dejó el sillón de Ministro. Él, de hecho, distingue dos etapas: la de Duhalde, Kirchner, Lavagna (2002-2005) y la que vino después en 2006 en lo que denomina K-K (Néstor-Cristina). Es que desde ese momento, el Gabinete dejó de tener la figura de una cartera económica única para dividirse en varios funcionarios con responsabilidades muchas veces competitivas más que complementarias. Tradición que aún hoy persiste. Asegura que en la política sería un «iluso» si esperara un reconocimiento por su rol en la renegociación de la deuda argentina: «Hay países con más consensos y más civilizados donde el reconocimiento llega y otros donde el que llega al poder toma todo y supone que la historia recién comienza». Evita hacer nombres, pero es claro en su mensaje. Así son sus respuestas. En los 60 minutos de entrevista no disimuló cuando una pregunta lo incomodaba ni evitó las respuestas cuando esto ocurría.
* ¿Cómo ve la economía hoy? ¿Cuáles son las perspectivas?
– La economía sigue una dinámica que no empezó hoy ni hace unos meses. Sino que empezó en realidad a partir de 2007. Esa dinámica hizo que se perdiera el superávit fiscal, que se perdiera el superávit en cuenta corriente, que apareciera la inflación con niveles elevados, que la inversión decreciera mucho respecto de lo que fue la tasa de expansión del período 2003-2005 y que el país fuera perdiendo progresivamente competitividad por el efecto de la inflación sobre el tipo de cambio.
* ¿Por qué cree que, sin embargo, la percepción de muchos no es la misma?
– No se percibió demasiado los primeros años porque había, entre comillas, un gran colchón, pero en la medida en que ese margen de maniobra se fue extinguiendo los problemas se hicieron más evidentes. La situación en la cual estamos hoy no es simplemente una coyuntura de un semestre, sino la consecuencia de una dinámica desde mi punto de vista con una orientación negativa.
* Hay quienes hablan de una recuperación…
– Podrá haber variaciones de corto plazo, por ejemplo, en el segundo semestre el efecto de una soja a u$s 630 puede mejorar algún dato pero no cambia lo que es la dinámica de lo que el Gobierno llamaría, aunque a mi la expresión no me gusta demasiado, el modelo. El modelo tiene una dinámica de déficit y desequilibrios de las variables económicas centrales y, en consecuencia, uno sabe que en esas condiciones el país no crece de manera sostenida, menos aún se desarrolla y menos aún atiende al 25% de los argentinos que están por debajo de la línea de la pobreza.
* ¿La Argentina ya está en un período de estanflación?
– Sí, pero no me preocupa demasiado. Si uno mira las cifras crudas del primer semestre y tiene alrededor de cero por ciento de crecimiento y 25 por ciento de inflación, podría decir sí, que es una situación de estanflación, pero eso es en el muy corto plazo. Lo que trato de destacar es que lo que pasa es fruto de una dinámica que el modelo del Gobierno tiene, y que a menos que haya cambios sustantivos en esa dinámica, podrá haber un trimestre un poco mejor o uno un poco peor, pero la dirección no es la de un país en búsqueda de bienestar
* ¿Qué medidas se deberían tomar?
– Tiene que retomar el rumbo de lo que fue la política inicial. Acá hay dos períodos claros: un primer período de lo que se ha llamado Duhalde, Lavagna, Kirchner y hay otro que es Kirchner-Kirchner. Uno de 2003 a 2006 y el otro desde ahí en adelante. Son dos modelos distintos. Hay que recuperar el superávit fiscal, el superávit en cuenta corriente, sin restricciones a las importaciones, recuperar las variables monetarias, salarios, tipo de cambio, y demás. En definitiva, cómo generar confianza para que los u$s 85.000 millones que se fueron de 2006 hasta ahora queden en el país.
El efecto Moreno* ¿Por qué dice que no funcionan las restricciones a las importaciones?
– Porque está comprobado que en el mundo no funcionan. Hay un estudio hecho sobre el PBI de la Argentina durante 79 años. Hubo 41 años de libre mercado cambiario, de importaciones y demás y 38 años con períodos de restricciones. En el primero, se creció a un ritmo del 3,8 por ciento y en el segundo, a un 2 por ciento. Eso mismo se puede aplicar a la inversión que varía también de tres a uno.
* La historia no se revisa…
– (Interrumpe) La historia no es algo que uno pueda ignorar, es lo que ayuda al aprendizaje. El funcionario es anecdótico, en dos años no nos acordamos de tal o cual funcionario. La política me parece errada desde mi punto de vista y desde las cifras concretas de los últimos 79 años.
* Cuando se habla de recuperar los superávits gemelos desde el Gobierno lo que surge es no al ajuste…
– Tienen razón, por supuesto. El superávit fiscal no se logra con ajuste y el mejor ejemplo es lo que pasa en Europa en este momento. En algunos casos no han logrado ni mejorar la situación fiscal y en otros sí, pero a un costo fenomenal. Al revés es el período argentino entre 2003 y 2005, cuando recuperamos el superávit fiscal en el marco de una tasa de crecimiento promedio de cuatro años de casi el 9 por ciento anual. El superávit fiscal en serio se logra en el marco de un país en crecimiento. Son cosas que vienen juntas.
* Sin embargo, desde lo discursivo se habla del no al ajuste, pero desde los hechos…
– En los hechos hoy hay una especie de rodrigazo en cuotas por una razón muy sencilla. En aquel momento frente a una serie de desajustes que se venían produciendo durante los dos o tres años anteriores, el equipo económico subió tarifas, dólar, desdobló el dólar, tasas de interés, etcétera, y muy poquito los salarios. Obviamente ocurrió lo que tenía que ocurrir. Hubo una reacción en búsqueda de lo que es legítimo de salarios que no perdieran brutalmente y generó una serie de deterioros económicos, políticos y sociales que son parte del pasado. Ahora hay algo similar.
* ¿A qué lo atribuye?
– La esencia es la misma. Se trata de un conjunto de variables monetarias totalmente desordenadas entre sí como consecuencia de la inflación y cuando la inflación no se reconoce, desordena aún más. Variables que se adelantan, variables que se atrasan. Basta ver el caso del GNC con un 300 por ciento de aumento, de los intendentes, gobernadores y demás con ajustes de las valuaciones fiscales que subieron hasta un 600 por ciento, por ejemplo, en Entre Ríos.
* ¿Qué pasa con el tipo de cambio?
– Se ha producido una devaluación de hecho, con un mercado desdoblado, con una brecha de entre el 30 y el 40 por ciento entre los dos. Hay una serie de mecanismos monetarios que se vienen dando con tasas muy altas con un impacto muy fuerte en la población. La única diferencia es que las medidas se están tomando en cómodas cuotas y el gobierno central está disimulando que es el responsable y trata de que sean los gobernadores o los intendentes, como si desde el punto de vista económico y social le cambiaría algo a la población. Para la población es exactamente lo mismo que lo haga Juan o que lo haga Pedro.
* ¿En qué se percibe concretamente?
– Hay una pérdida de poder adquisitivo, ni que hablar de los ajustes que se están dando en servicios, la misma nafta que viene aumentando, entonces empieza a observarse que el alineamiento de los datos monetarios de la economía ya no resiste. O el privado devalúa, como de hecho ha ocurrido, o el propio Gobierno, a través de algunas de sus jurisdicciones, ajusta variables. En ese punto envuelto en un discurso progresista hay un deterioro de las condiciones sociales.
* Desde el sindicalismo aseguran que hay que actualizar variables…
– El mejor ejemplo es el de la asignación universal por hijo que para una familia con dos chicos hoy está en 570 pesos y hace un mes y medio simplemente para mantener el valor debería estar en $ 630. El Gobierno tiene ya que actualizar esta variable desordenada. Asignaciones familiares, mínimo no imponible también, quedaron en falsa escuadra. La realidad se encargará de reorientar al Gobierno y en ello hay un programa de ajuste.
* ¿Las restricciones cambiarias llegaron para quedarse?
– Sin restricciones la cuenta corriente hoy es negativa, con éstas han generado u$s 10.000 millones entre comillas de superávit para pagar el infernal déficit en materia energética. La política energética es el fracaso más grosero en estos ocho años. La Argentina pasó de exportador neto de energía a importador neto. La factura de u$s 9000 a u$s 10.000 millones para una economía que no está creciendo es una herencia muy grave para el mismo Gobierno o para el que lo suceda, porque no se resuelven facilmente. La restricción va a ir y venir en función del monto que necesiten generar para poder pagar la factura energética que tiene la característica que desde que YPF es estatal tiene que pagar al contado lo que se compra. Están para quedarse.
De Roca a Eva Perón* ¿Qué opina del rol del Banco Central?
– Hoy el Banco Central es simplemente un adicional proinflación. Hay que tener cuidado en caer en los extremos. De un lado está la ortodoxia pura, la del ajuste que no sólo no haría emisión sino reducción monetaria. Del otro lado está quien dice tengo problemas fiscales y entonces emito. La falsa solución al déficit energético y de cuenta corriente son las restricciones porque como descubrió la Presidenta el otro día, el país no emite dólares. La falsa solución al déficit fiscal es la emisión. Son dos falsas soluciones.
* ¿Por qué un gobierno que tuvo una salida sólida de 2001 y tenía un buen rumbo en materia económica lo perdió… ¿Es la Presidenta que está mal aconsejada?
– Mi recomendación es: recuperen el rumbo que han perdido. Cuando empieza el modelo K-K no hay que suponer malas intenciones, supongo que es falta de conocimiento. La distribución funcionó al revés porque la pobreza dejó de caer desde 2007 y prácticamente no hubo mejoras. Las visiones ideológicas extremas de derecha conservadora o populismo voluntarista tienen los mismos defectos.
* ¿El concepto de independencia financiera que esgrime el ministro Lorenzino es real?
– Se estatiza Aerolíneas y eso es la soberanía aeronáutica, se toma la mayoría en YPF y eso es la soberanía energética, se dispone estatizar una imprenta de billetes y eso es soberanía monetaria. Alguien hará un zanjón y será la soberanía del zanjón.
Un político en sus zapatos* ¿Será candidato para las elecciones de medio término?
– Hay dos maneras de hacer política. Una es ser candidato y conseguir un puesto. La política argentina ha ido perdiendo sustancia y los partidos políticos se convirtieron en agencias de colocaciones que le encuentran trabajo a la gente. Hay otra manera, que es seguir los acontecimientos, dar opinión, hacer críticas cuando hay que hacerlas. Intento hacer política de la segunda manera. A veces se combinan los dos caminos pero no necesariamente.
* ¿Cómo ve las perspectivas del Gobierno para estas elecciones?
– Les preguntaría a los encuestadores. La economía incide mucho en cualquier lugar del mundo. La particularidad argentina es que los bandazos suelen ser de mayor magnitud.
* ¿La división de la CGT favorece o perjudica al Gobierno?
– La división no ayuda a conseguir soluciones pero es la característica de la Argentina donde no se tiende a tener interlocutores unificados y sí, en cambio, las instituciones de representación están fragmentadas. Habrá que saber cuál de todas las organizaciones tiene una mejor visión de mediano plazo.
* ¿Cómo evalúa que estén encolumnados?
-(Interrumpe) El gobierno oficial está encolumnando detrás de los recursos y una oposición desperdigada sin recursos. Ojo que el alegre montón no da resultados. La Alianza no está tan lejos y había despertado una gran esperanza. Existen límites para juntarse. En mi caso tengo diálogo dentro y fuera del justicialismo con mucha gente. Es una manera de hacer política. Tuve el honor de ser en 2007 candidato presidencial y me da la posibilidad de un diálogo activo. z we
La descripción es para muchos una síntesis de lo que ocurre en la economía local desde diciembre 2005, cuando dejó el sillón de Ministro. Él, de hecho, distingue dos etapas: la de Duhalde, Kirchner, Lavagna (2002-2005) y la que vino después en 2006 en lo que denomina K-K (Néstor-Cristina). Es que desde ese momento, el Gabinete dejó de tener la figura de una cartera económica única para dividirse en varios funcionarios con responsabilidades muchas veces competitivas más que complementarias. Tradición que aún hoy persiste. Asegura que en la política sería un «iluso» si esperara un reconocimiento por su rol en la renegociación de la deuda argentina: «Hay países con más consensos y más civilizados donde el reconocimiento llega y otros donde el que llega al poder toma todo y supone que la historia recién comienza». Evita hacer nombres, pero es claro en su mensaje. Así son sus respuestas. En los 60 minutos de entrevista no disimuló cuando una pregunta lo incomodaba ni evitó las respuestas cuando esto ocurría.
* ¿Cómo ve la economía hoy? ¿Cuáles son las perspectivas?
– La economía sigue una dinámica que no empezó hoy ni hace unos meses. Sino que empezó en realidad a partir de 2007. Esa dinámica hizo que se perdiera el superávit fiscal, que se perdiera el superávit en cuenta corriente, que apareciera la inflación con niveles elevados, que la inversión decreciera mucho respecto de lo que fue la tasa de expansión del período 2003-2005 y que el país fuera perdiendo progresivamente competitividad por el efecto de la inflación sobre el tipo de cambio.
* ¿Por qué cree que, sin embargo, la percepción de muchos no es la misma?
– No se percibió demasiado los primeros años porque había, entre comillas, un gran colchón, pero en la medida en que ese margen de maniobra se fue extinguiendo los problemas se hicieron más evidentes. La situación en la cual estamos hoy no es simplemente una coyuntura de un semestre, sino la consecuencia de una dinámica desde mi punto de vista con una orientación negativa.
* Hay quienes hablan de una recuperación…
– Podrá haber variaciones de corto plazo, por ejemplo, en el segundo semestre el efecto de una soja a u$s 630 puede mejorar algún dato pero no cambia lo que es la dinámica de lo que el Gobierno llamaría, aunque a mi la expresión no me gusta demasiado, el modelo. El modelo tiene una dinámica de déficit y desequilibrios de las variables económicas centrales y, en consecuencia, uno sabe que en esas condiciones el país no crece de manera sostenida, menos aún se desarrolla y menos aún atiende al 25% de los argentinos que están por debajo de la línea de la pobreza.
* ¿La Argentina ya está en un período de estanflación?
– Sí, pero no me preocupa demasiado. Si uno mira las cifras crudas del primer semestre y tiene alrededor de cero por ciento de crecimiento y 25 por ciento de inflación, podría decir sí, que es una situación de estanflación, pero eso es en el muy corto plazo. Lo que trato de destacar es que lo que pasa es fruto de una dinámica que el modelo del Gobierno tiene, y que a menos que haya cambios sustantivos en esa dinámica, podrá haber un trimestre un poco mejor o uno un poco peor, pero la dirección no es la de un país en búsqueda de bienestar
* ¿Qué medidas se deberían tomar?
– Tiene que retomar el rumbo de lo que fue la política inicial. Acá hay dos períodos claros: un primer período de lo que se ha llamado Duhalde, Lavagna, Kirchner y hay otro que es Kirchner-Kirchner. Uno de 2003 a 2006 y el otro desde ahí en adelante. Son dos modelos distintos. Hay que recuperar el superávit fiscal, el superávit en cuenta corriente, sin restricciones a las importaciones, recuperar las variables monetarias, salarios, tipo de cambio, y demás. En definitiva, cómo generar confianza para que los u$s 85.000 millones que se fueron de 2006 hasta ahora queden en el país.
El efecto Moreno* ¿Por qué dice que no funcionan las restricciones a las importaciones?
– Porque está comprobado que en el mundo no funcionan. Hay un estudio hecho sobre el PBI de la Argentina durante 79 años. Hubo 41 años de libre mercado cambiario, de importaciones y demás y 38 años con períodos de restricciones. En el primero, se creció a un ritmo del 3,8 por ciento y en el segundo, a un 2 por ciento. Eso mismo se puede aplicar a la inversión que varía también de tres a uno.
* La historia no se revisa…
– (Interrumpe) La historia no es algo que uno pueda ignorar, es lo que ayuda al aprendizaje. El funcionario es anecdótico, en dos años no nos acordamos de tal o cual funcionario. La política me parece errada desde mi punto de vista y desde las cifras concretas de los últimos 79 años.
* Cuando se habla de recuperar los superávits gemelos desde el Gobierno lo que surge es no al ajuste…
– Tienen razón, por supuesto. El superávit fiscal no se logra con ajuste y el mejor ejemplo es lo que pasa en Europa en este momento. En algunos casos no han logrado ni mejorar la situación fiscal y en otros sí, pero a un costo fenomenal. Al revés es el período argentino entre 2003 y 2005, cuando recuperamos el superávit fiscal en el marco de una tasa de crecimiento promedio de cuatro años de casi el 9 por ciento anual. El superávit fiscal en serio se logra en el marco de un país en crecimiento. Son cosas que vienen juntas.
* Sin embargo, desde lo discursivo se habla del no al ajuste, pero desde los hechos…
– En los hechos hoy hay una especie de rodrigazo en cuotas por una razón muy sencilla. En aquel momento frente a una serie de desajustes que se venían produciendo durante los dos o tres años anteriores, el equipo económico subió tarifas, dólar, desdobló el dólar, tasas de interés, etcétera, y muy poquito los salarios. Obviamente ocurrió lo que tenía que ocurrir. Hubo una reacción en búsqueda de lo que es legítimo de salarios que no perdieran brutalmente y generó una serie de deterioros económicos, políticos y sociales que son parte del pasado. Ahora hay algo similar.
* ¿A qué lo atribuye?
– La esencia es la misma. Se trata de un conjunto de variables monetarias totalmente desordenadas entre sí como consecuencia de la inflación y cuando la inflación no se reconoce, desordena aún más. Variables que se adelantan, variables que se atrasan. Basta ver el caso del GNC con un 300 por ciento de aumento, de los intendentes, gobernadores y demás con ajustes de las valuaciones fiscales que subieron hasta un 600 por ciento, por ejemplo, en Entre Ríos.
* ¿Qué pasa con el tipo de cambio?
– Se ha producido una devaluación de hecho, con un mercado desdoblado, con una brecha de entre el 30 y el 40 por ciento entre los dos. Hay una serie de mecanismos monetarios que se vienen dando con tasas muy altas con un impacto muy fuerte en la población. La única diferencia es que las medidas se están tomando en cómodas cuotas y el gobierno central está disimulando que es el responsable y trata de que sean los gobernadores o los intendentes, como si desde el punto de vista económico y social le cambiaría algo a la población. Para la población es exactamente lo mismo que lo haga Juan o que lo haga Pedro.
* ¿En qué se percibe concretamente?
– Hay una pérdida de poder adquisitivo, ni que hablar de los ajustes que se están dando en servicios, la misma nafta que viene aumentando, entonces empieza a observarse que el alineamiento de los datos monetarios de la economía ya no resiste. O el privado devalúa, como de hecho ha ocurrido, o el propio Gobierno, a través de algunas de sus jurisdicciones, ajusta variables. En ese punto envuelto en un discurso progresista hay un deterioro de las condiciones sociales.
* Desde el sindicalismo aseguran que hay que actualizar variables…
– El mejor ejemplo es el de la asignación universal por hijo que para una familia con dos chicos hoy está en 570 pesos y hace un mes y medio simplemente para mantener el valor debería estar en $ 630. El Gobierno tiene ya que actualizar esta variable desordenada. Asignaciones familiares, mínimo no imponible también, quedaron en falsa escuadra. La realidad se encargará de reorientar al Gobierno y en ello hay un programa de ajuste.
* ¿Las restricciones cambiarias llegaron para quedarse?
– Sin restricciones la cuenta corriente hoy es negativa, con éstas han generado u$s 10.000 millones entre comillas de superávit para pagar el infernal déficit en materia energética. La política energética es el fracaso más grosero en estos ocho años. La Argentina pasó de exportador neto de energía a importador neto. La factura de u$s 9000 a u$s 10.000 millones para una economía que no está creciendo es una herencia muy grave para el mismo Gobierno o para el que lo suceda, porque no se resuelven facilmente. La restricción va a ir y venir en función del monto que necesiten generar para poder pagar la factura energética que tiene la característica que desde que YPF es estatal tiene que pagar al contado lo que se compra. Están para quedarse.
De Roca a Eva Perón* ¿Qué opina del rol del Banco Central?
– Hoy el Banco Central es simplemente un adicional proinflación. Hay que tener cuidado en caer en los extremos. De un lado está la ortodoxia pura, la del ajuste que no sólo no haría emisión sino reducción monetaria. Del otro lado está quien dice tengo problemas fiscales y entonces emito. La falsa solución al déficit energético y de cuenta corriente son las restricciones porque como descubrió la Presidenta el otro día, el país no emite dólares. La falsa solución al déficit fiscal es la emisión. Son dos falsas soluciones.
* ¿Por qué un gobierno que tuvo una salida sólida de 2001 y tenía un buen rumbo en materia económica lo perdió… ¿Es la Presidenta que está mal aconsejada?
– Mi recomendación es: recuperen el rumbo que han perdido. Cuando empieza el modelo K-K no hay que suponer malas intenciones, supongo que es falta de conocimiento. La distribución funcionó al revés porque la pobreza dejó de caer desde 2007 y prácticamente no hubo mejoras. Las visiones ideológicas extremas de derecha conservadora o populismo voluntarista tienen los mismos defectos.
* ¿El concepto de independencia financiera que esgrime el ministro Lorenzino es real?
– Se estatiza Aerolíneas y eso es la soberanía aeronáutica, se toma la mayoría en YPF y eso es la soberanía energética, se dispone estatizar una imprenta de billetes y eso es soberanía monetaria. Alguien hará un zanjón y será la soberanía del zanjón.
Un político en sus zapatos* ¿Será candidato para las elecciones de medio término?
– Hay dos maneras de hacer política. Una es ser candidato y conseguir un puesto. La política argentina ha ido perdiendo sustancia y los partidos políticos se convirtieron en agencias de colocaciones que le encuentran trabajo a la gente. Hay otra manera, que es seguir los acontecimientos, dar opinión, hacer críticas cuando hay que hacerlas. Intento hacer política de la segunda manera. A veces se combinan los dos caminos pero no necesariamente.
* ¿Cómo ve las perspectivas del Gobierno para estas elecciones?
– Les preguntaría a los encuestadores. La economía incide mucho en cualquier lugar del mundo. La particularidad argentina es que los bandazos suelen ser de mayor magnitud.
* ¿La división de la CGT favorece o perjudica al Gobierno?
– La división no ayuda a conseguir soluciones pero es la característica de la Argentina donde no se tiende a tener interlocutores unificados y sí, en cambio, las instituciones de representación están fragmentadas. Habrá que saber cuál de todas las organizaciones tiene una mejor visión de mediano plazo.
* ¿Cómo evalúa que estén encolumnados?
-(Interrumpe) El gobierno oficial está encolumnando detrás de los recursos y una oposición desperdigada sin recursos. Ojo que el alegre montón no da resultados. La Alianza no está tan lejos y había despertado una gran esperanza. Existen límites para juntarse. En mi caso tengo diálogo dentro y fuera del justicialismo con mucha gente. Es una manera de hacer política. Tuve el honor de ser en 2007 candidato presidencial y me da la posibilidad de un diálogo activo. z we
«Rodrigazo en cuotas» es como decir inundación en gotas, don Roberto.
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Dice Roberto Lavagna:
«La historia no se revisa…
– (Interrumpe) La historia no es algo que uno pueda ignorar, es lo que ayuda al aprendizaje.»
El escritor recientemente fallecido, Gore Vidal decía:
«No aprendemos nada porque no recordamos nada».
¡Cuanta razón tienen!
El aprendizaje es destituyente.
Claro que hay quienes cambian la historia.
Dicen:
Lavagna hizo el milagro económico mientras NK lo (ad)miraba hacer.
En realidad, el ‘cast’ fue así:
Ejecución económica: Roberto Lavagna y su equipo
Dirección política: Néstor Kirchner
Aclaro, antes de que empiecen a bardear: voté a NK en 2003 porque dijo que iba a mantener a Lavagna.
Si Lavagna HOY demuestra resentimiento y ego herido y dice pavadas, no es mi problema.
Todo cambia: como decía un personaje de Isidoro Blaisten que quería hacerse el culto: ‘los avatares de la vida tienen muchas cosas’…
¿Kirchner y Lavagna?
Como dijo el premio nobel Stiglitz: “Argentina modificó el tipo de cambio y reestructuró la deuda para salir de la crisis. Si hubiera tomado sólo una de esas medidas, no lo habría solucionado.»
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-200988-2012-08-14.html
O sea Duhalde y Lavagna, luego apareció Néstor y respetó a Lavagna por algunos años hasta que aparecieron De Vido y Jaime y….
– Lo divertido del tema es que los que HOY dicen que Lavagna fue el salvador, son los que en 2003 NO VOTARON al que iba a mantener a Lavagna, sino que fueron con López Murphy o con Carrió (o con Menem desde la derecha)… para que aplicaran una economía muy distinta de la de Duhalde-Lavagna.
– ‘Néstor lo respetó’ no es exacto. La dirección política, repito, era de Néstor.
– Yo veía por TV a Haddad, E. Feinmann, Laje y asociados, es decir la derecha, en la época de Duhalde. Todos los días lo daban por renunciado a Lavagna. Y reemplazado por el ‘pollo’ de ellos, el eterno candidato a ministro de Economía Mario Blejer.
Son los mismos que ahora le cantan loas retrospectivas a Lavagna.