El ex ministro de Economía Roberto Lavagna sugirió hoy durante una entrevista a Radio Mitre que los fondos buitre podrían estar negociando con Argentina con la mira puesta en hacer efectivos sus seguros contra default: «Todo indica que los fondos especulativos están esperando llegar al 10 de agosto para cobrar los seguros de crédito».
Los seguros de crédito a los que se refirió se llaman Credit Default Swaps o CDS y, pese a que se conocen como seguros, son instrumentos financieros que se compran y venden libremente en el mercado y no se someten a la rígida regulación de las aseguradoras. A diferencia de los seguros tradicionales, el dueño de un CDS no tiene por que ser la misma persona que el teneder del bono asegurado.
A fines de junio, el Gobierno depositó US$ 539 millones en el Bank of New York (BoNY) para atender el vencimiento de intereses de deuda reestructurada que se cumplía el 30 de junio. Pero el juez Thomas Griesa prohibió al BoNY que entregara el dinero a los tenedores de esos bonos y ayer fue el último de los treinta días de gracia que se conceden antes de una posible declaración de default.
Según Lavagna, la originalidad de la situación que vive Argentina hace difícil que sea catalogada como de default. «En Estados Unidos hay sectores que entienden que se está en un terreno desconocido desde el punto de vista legal», dijo.
– ¿Cuál es la salida?, le preguntó el periodista Ismael Bermúdez.
– Lo primero que Argentina creo que tiene que hacer es seguir cumpliendo con lo que estaba cumpliendo hasta ahora. Hay que olvidarse de esos quinientos y pico millones de dólares que quedarán ahí. No están embargados pero están bloqueados. Ni se distribuyen ni vuelven para Argentina. Dejarlos ahí. Eso es una cuestión legal que se irá arreglando con el tiempo.
Disponer de 900 millones de dólares, que era el conjunto de lo que había que pagar en esta oportunidad, y buscar cómo encaminarlos para que lleguen a quienes son los acreedores. O sea, seguir manteniendo el cumplimiento que se ha venido dando en estos años. Los mecanismos hay que buscarlos. Hay legislaciones como la legislación belga, por ejemplo, el corazón del Mercado Común, que expresamente impide que se embargue un pago a un acreedor. Es justamente lo que ha hecho el juez. No embargó pero bloqueó, que finalmente es lo mismo.
Hay que buscar la Caja de Valores de Argentina, que tiene un know how suficiente. Cuando se hizo la reestructuración de la deuda en el 2005, Clearstream y la Caja de Calores de Argentina fueron las que procesaron más operaciones. Llegaron a procesar 25 mil operaciones en un día. De manera tal que tiene el know how como para encontrar el camino de llegar a algún lugar desde el cual se le pueda distribuir a los acreedores que ingresaron al canje.
– ¿Y con la sentencia?
– Nada. Por ahora se seguirá negociando. Enero cambia las cosas. A partir de enero hay una situación distinta. No quiero dar soluciones mágicas ni extremadamente precisas. Mi comentario es de orden general. Quién está sentado en el lugar con equipos de abogados que cuestan mucho dinero y son muy expertos, y con equipos de financistas, toma la decisión. Pero en grandes líneas es no dejar de cumplir hoy con lo que se estaba cumpliendo.
Me parece que no se preparó este camino, lo cual es una lástima, porque se debió haber usado estas últimas dos o tres semanas como para armar ese otro camino. Bueno, tarde, pero habrá que hacerlo.
Y por el otro lado, seguir en una situación como la que estamos ahora, en este terreno que los propios financistas y abogados americanos reconocen como un terreno no conocido. No es el simple y claro default al cual están acostumbrados. Esta es una situación con otro grado de complejidad.
Los seguros de crédito a los que se refirió se llaman Credit Default Swaps o CDS y, pese a que se conocen como seguros, son instrumentos financieros que se compran y venden libremente en el mercado y no se someten a la rígida regulación de las aseguradoras. A diferencia de los seguros tradicionales, el dueño de un CDS no tiene por que ser la misma persona que el teneder del bono asegurado.
A fines de junio, el Gobierno depositó US$ 539 millones en el Bank of New York (BoNY) para atender el vencimiento de intereses de deuda reestructurada que se cumplía el 30 de junio. Pero el juez Thomas Griesa prohibió al BoNY que entregara el dinero a los tenedores de esos bonos y ayer fue el último de los treinta días de gracia que se conceden antes de una posible declaración de default.
Según Lavagna, la originalidad de la situación que vive Argentina hace difícil que sea catalogada como de default. «En Estados Unidos hay sectores que entienden que se está en un terreno desconocido desde el punto de vista legal», dijo.
– ¿Cuál es la salida?, le preguntó el periodista Ismael Bermúdez.
– Lo primero que Argentina creo que tiene que hacer es seguir cumpliendo con lo que estaba cumpliendo hasta ahora. Hay que olvidarse de esos quinientos y pico millones de dólares que quedarán ahí. No están embargados pero están bloqueados. Ni se distribuyen ni vuelven para Argentina. Dejarlos ahí. Eso es una cuestión legal que se irá arreglando con el tiempo.
Disponer de 900 millones de dólares, que era el conjunto de lo que había que pagar en esta oportunidad, y buscar cómo encaminarlos para que lleguen a quienes son los acreedores. O sea, seguir manteniendo el cumplimiento que se ha venido dando en estos años. Los mecanismos hay que buscarlos. Hay legislaciones como la legislación belga, por ejemplo, el corazón del Mercado Común, que expresamente impide que se embargue un pago a un acreedor. Es justamente lo que ha hecho el juez. No embargó pero bloqueó, que finalmente es lo mismo.
Hay que buscar la Caja de Valores de Argentina, que tiene un know how suficiente. Cuando se hizo la reestructuración de la deuda en el 2005, Clearstream y la Caja de Calores de Argentina fueron las que procesaron más operaciones. Llegaron a procesar 25 mil operaciones en un día. De manera tal que tiene el know how como para encontrar el camino de llegar a algún lugar desde el cual se le pueda distribuir a los acreedores que ingresaron al canje.
– ¿Y con la sentencia?
– Nada. Por ahora se seguirá negociando. Enero cambia las cosas. A partir de enero hay una situación distinta. No quiero dar soluciones mágicas ni extremadamente precisas. Mi comentario es de orden general. Quién está sentado en el lugar con equipos de abogados que cuestan mucho dinero y son muy expertos, y con equipos de financistas, toma la decisión. Pero en grandes líneas es no dejar de cumplir hoy con lo que se estaba cumpliendo.
Me parece que no se preparó este camino, lo cual es una lástima, porque se debió haber usado estas últimas dos o tres semanas como para armar ese otro camino. Bueno, tarde, pero habrá que hacerlo.
Y por el otro lado, seguir en una situación como la que estamos ahora, en este terreno que los propios financistas y abogados americanos reconocen como un terreno no conocido. No es el simple y claro default al cual están acostumbrados. Esta es una situación con otro grado de complejidad.