Acerca de Patricio

Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.

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11 comentarios en «Libia y la izquierda mundial»

  1. Me es difícil dar una opinión muy definida sobre lo que pasa en Libia, pero a la luz de los bombardeos franceses que estoy viendo en la tele, podría decirse que el análisis de Wallerstein no parece muy preciso, sobre todo cuando dice: «El segundo punto en que falla el análisis de Hugo Chávez es que en Libia no va a haber ningún involucramiento militar significativo del mundo occidental. Los pronunciamientos públicos han sido mera alharaca, diseñada para impresionar a la opinión local».
    Para ser solo «alharaca», los bombardeos suenan bastante reales.

  2. Khadafi estuvo masacrando a su pueblo con bombardeos indiscriminados.

    ¿Para cuándo una flotilla «humanitaria» bienpensante europea (premios Nobel incluídos) para demostrar su defensa de los palestinos, epa, quise decir los libios asesinados.

    Seguramente no habrá ninguna marina israelí cortándoles el paso…

    1. Hay alguna pequeña diferencia.
      En Libia hay una guerra civil (al margen de la simpatía que se pueda manifestar por alguno de los bandos, simpatía difícil de determinar, dada la desinformación total y absoluta que hay sobre la real situación).
      En cambio, como todos sabemos, los palestinos crearon el 14 de mayo de 1948, con apoyo de las grandes potencias el estado de Palestina en tierras israelíes, sin el consentimiento de éstos, expulsando a sus legítimos pobladores (los israelíes), confinándolos a una ínfima parte del territorio original y aislándolos mediante muros, con un régimen de apartheid al que la antigua Sudáfrica no tendría nada que envidiar. Afortunadamente, humanistas de la talla de Netanyahu y sus compañeros del Likud han señalado el camino correcto y civilizado para disciplinar a esos bárbaros invasores, que nunca reconocen las resoluciones de la ONU y que, además, son los principales aliados de USA en esa parte de Oriente.
      Saludos

      1. Eternauta:

        Los palestinos de 1948 eran los judíos. Ese nombre figuraba en los sellos postales del correo hebreo.

        Tuvieron que pasar 20 años más para que los árabes desplazados de la guerra del ´48 comenzaran a llamarse a sí mismo palestinos.

        Así que tu ironía falla por la base.

        La solución era muy simple en el ’48: Aceptar los dos estados, uno judío y otro árabe. Pero los amigos árabes decidieron que era mejor echar a los judíos al mar. Y bueno, les salió mal.

        Lo demás es historia (des)conocida.

        PD: El tío Stalin mandó armas a los sionistas para luchar en el ’48 porque el sionismo original era socialista. Lo de aliados de USA vino después. No importa, forma parte de la ignorancia que campea sobre este tema.
        De nada.

      2. David:
        La primera actitud de los colonizadores es negar la existencia del otro.
        El lenguaje es muy elocuente. En nuestro país hubo una «conquista del desierto». Sus habitantes no tenían existencia.
        En 1898 Herzl hizo un viaje a Palestina y preparó un informe donde la palabra árabe no figuraba. Palestina era una “tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”.
        En 1917 Ben Gurion afirmaba que “en un sentido histórico y moral” Palestina
        era un país “sin habitantes”.

        (No todos los sionistas expresaban ese pensamiento que culminaría en la actual política israelí, al margen del “socialismo originario” del kibutz, socialismo que también excluía al árabe. Isaac Epstein, en 1907 sostuvo: “Sobre todos los problemas debatimos, pero de una cosa nos olvidamos: que hay en nuestra tierra querida un pueblo entero que se aferra a ella hace cientos de años y nunca se le ocurrió abandonarla”).

        Turquía hizo un censo en 1914, que dio como resultado 690.000 habitantes, de los cuales el 90% era de origen árabe.
        Inglaterra hizo un censo en 1922 que dio 760.000 habitantes, con algo más de 80.000 judíos, es decir, un 11%. La población judía aumentó por la inmigración: 28% en 1936 (dato que se correlaciona con la ola antisemita en gran parte de Europa, impulsada por el ascenso del nazismo). En 1936 se produjo la primera rebelión palestina (rebelión protagonizada “por los que no existían”) contra los ingleses, que costó millares de muertos.

        Los inexistentes palestinos a principios del siglo XX ya tenían 3 diarios. Uno de ellos, aparecido en 1911 tenía el extraño nombre de “Falastin” (Palestina). Los tres diarios se oponían a la inmigración judía, porque ya se conocían los objetivos del movimiento sionista y temían que con el tiempo la población árabe se convirtiese en minoritaria, con la previsible consecuencia de que Palestina dejase de ser árabe. (Ese tipo de colonización había sido aplicada a Texas por los estadounidenses en el siglo XIX y fue utilizada por USA para anexarse más de la mitad del territorio mexicano).

        La política humanitaria del gobierno israelí creó esa nueva Basutolandia que son los actuales territorios palestinos; mucho más moderna, ya que la sudafricana no estaba cercada y fragmentada como éstos y la represión es mucho más eficaz.

        Como nota al pie, debo hacerte notar que la primera pretensión de ironía partió de tu comentario anterior, cuando para referirte a la situación libia saliste hablando de “una flotilla “humanitaria” bienpensante europea (premios Nobel incluídos) para demostrar su defensa de los palestinos…”

        Saludos

      3. Eternauta:

        Los judíos pueden tomarse como colonizadores, o como regresando a su tierra ancestral. No nos pondremos de acuerdo en esto.

        Sin embargo, la ONU interpretó en el `48 «mi» versión, no la tuya. Lo cual es apenas un dato más de la realidad. Si, ya sé: vale la ONU cuando queremos y no vale cuando no queremos. También es un dato de la realidad.

        Sobre la «represión» te cuento que el gobierno de Abbas, en Cisjordania, ayuda mucho a Israel contra el terrorismo. No ocurre lo mismo con Hamas en Gaza, ellos son la punta de lanza del terrorismo iraní por el sur, y Hezbolla hace lo mismo en Líbano por el norte.

        Y si el «muro» ayudó a frenar el terrorismo, bienvenido sea. Cuando reconozcan a Israel desaparecerá el muro.

        Finalmente, mi ironía no se basaba en ningún error histórico, sino en una simple provocación intelectual. No son comparables.

        Saludos.

      4. David:
        Con ese criterio, comencemos devolviendo las tierras americanas a los pueblos originarios para que puedan disfrutar libremente de sus tierras ancestrales. O reivindiquemos el accionar de las cruzadas, que fueron para «recuperar» la tierra santa para los cristianos.
        Pero también tengamos en cuenta que hasta casi fines del siglo XIX no existía ninguna corriente judía que reivindicara el territorio físico de Israel como propio. Abraham León, el lúcido marxista de origen judío asesinado en Auswitch contextuó muy bien el origen del sionismo, cuando lo caracterizó como un producto tardío del capitalismo europeo: “El sionismo, que pretende extraer su origen de un pasado dos veces milenario, es en realidad el producto de la última fase del capitalismo”. La idea del Estado Judío surgió a fines del siglo pasado, como el último proyecto de un estado europeo cuando ya no existía en Europa lugar para un nuevo estado.
        Ese estado debía en consecuencia instalarse fuera de Europa y el lugar elegido resultó Oriente. La contradicción fue “resuelta” a través de la ideología –el sionismo– y la ideología se alimentó en el mito bíblico y en la simulación de que Palestina estaba deshabitada.

        El hecho concreto es que Palestina estaba habitada por otro pueblo cuando fue invadida de a poco (no cabe otra designación, porque la inmigración apuntaba explícitamente a la fundación de un nuevo estado, con exclusión de los árabes; en 1940, Weitz, director de la Agencia Judía, escribía: «Entre nosotros debe quedar claro que en el país no hay lugar para ambos pueblos […] Con los árabes dentro del país no podremos alcanzar nuestro objetivo de llegar a ser un pueblo independiente en este pequeño territorio, la única solución es una tierra de Israel sin árabes») hasta terminar con la creación del Estado de Israel, y eso se hizo a sangre y fuego sobre sus habitantes originarios. Hasta el siglo XIX no había, en el actual Israel, ningún problema serio entre árabes y judíos.

        Antes de Hamas, antes de que existiera el estado de Israel, existieron el Irgun, clara organización terrorista, y Haganah, la que le dio origen. Pero claro, éstas eran judías, por lo que era válida su existencia.

        Hamas no es otra cosa que la contracara de la derecha israelí, y el resultado esperado del terrorismo de estado que aplica el Estado de Israel. ¿Qué otra cosa, si no terrorismo de estado, es bombardear varios días y matar a cientos o miles de civiles -con la maquinaria de guerra más desarrollada de medio oriente- como respuesta al atentado que sea, o como ataque preventivo? Lídice pasó a la historia, como muestra de barbarie (y está muy bien que haya pasado a la historia), porque cuando fue asesinado Reinhard Heydrich, en represalia asesinaron a sus 340 habitantes. En el ataque a la franja de Gaza en 2008 murieron 14 israelíes (11 soldados y 3 civiles) y -según cifras de la organización israelí para los derechos humanos B’Tselem- 1387 palestinos, de los que al menos 774 serían civiles, 320 de ellos por debajo de los dieciocho años.

        ¿Qué otra cosa, si no terrorismo de estado, es legalizar la tortura como medio de obtener confesiones?
        «El Servicio General de Seguridad (Sinh Beth, que depende del primer ministro) sostiene que se ajusta a la ley y no emplea tortura, sino «presión física moderada» o «zarandeo violento». El problema es que la ley reglamentó el funcionamiento del Shin Beth, pero no sus métodos de «interrogatorio». El «zarandeo violento» consiste en tomar al detenido por el cuello de la camisa y darle vuelta la cabeza hasta caer inconsciente en el suelo «… durante cinco o 10 minutos». En abril de 1995, el palestino Abd al-Samed Arista fue «zarandeado» a lo largo de 12 horas seguidas, entró en coma y murió sin recuperar la conciencia. En 1996, la Corte Suprema autorizó el uso de «fuerza física moderada» contra sospechosos de terrorismo. En marzo de 1998, la tortura fue legalizada y dos meses después el Comité contra la Tortura de la ONU condenó a Israel. Yuri Guindar, dirigente de Betselem, aseguraba entonces que el Sinh Beth «interrogaba» entre mil y mil 500 palestinos por año. Betselem, organización humanitaria israelí, exige la derogación, a más de la tortura, el decreto que impide a los detenidos el recurso de un abogado.» ( http://www.jornada.unam.mx/2007/07/11/index.php?section=politica&article=024a1pol )
        Las voces judías que condenan este orden de cosas, los judíos con «auto-odio» -aunque muy minoritarios- muestran que puede haber otra historia, en la que convivan palestinos e israelíes en un estado con neutralidad religiosa y plurinacional, con respeto mutuo e igualdad real entre sus habitantes.

        Para terminar:
        Es cierto también que la ONU es un organismo no neutro, comenzando por un poder de veto instaurado desde su creación, en favor de las grandes potencias. La diferencia estriba en que cuando un país no respaldado por alguna de ellas (sobre todo USA) incumple (supuestamente) una resolución, lo bombardean y/o invaden. Israel viene incumpliendo todas las resoluciones, salvo la que autorizaba su creación y es plenamente respaldado por su aliado (que no es Rusia, ni la extinta URSS).

        Mi ironía tampoco se basaba en ningún error histórico. Todos los datos expuestos en el comentario anterior son ciertos, cambiando «israelíes» por «palestinos».

        Saludos

      5. Hay una realidad: Israel existe. Es un estado independiente. El estado árabe que debía nacer en conjunto no existe. Es importante que sí exista.

        Va a ser difícil convencer a los israelíes de que deben abandonar su país, tanto como convencerlos de que renuncien a su estado independiente para formar un estado binacional que lo devoraría por la demografía.

        También será poco probable que la Argentina desaparezca en beneficio de los pueblos originarios. Ni que se forme un estado binacional con las leyes de los tehuelches, onas, querandíes, ranqueles, guaraníes, and so on.

        Y en el supuesto caso de que alguna potencia que busca tener su bombucha y borrar a la Argentina del mapa, lograra cooptar a grupos terroristas ranqueles que tirasen cohetes sobre la población civil argentina, es razonable que la Argentina no lo admitiría, aunque tuviese que aplicar «fuerza física moderada» sobre algún prisionero «militante» para unos, «terrorista» para otros.

        En fin, creo que estamos agotando el debate, por ahora, y hasta el próximo país árabe que se levante contra sus propios déspotas.

        Salutes.

  3. El artículo de Wallerstein (en épocas anteriores un buen analista de la situación internacional) es un compendio burdo de la ceguera que tiene cierta izquierda para interpretar el mundo actual.
    Que unas horas antes de los humanitarios bombardeos de las democracias occidentales escriba:
    «…en Libia no va a haber ningún involucramiento militar significativo del mundo occidental. Los pronunciamientos públicos han sido mera alharaca, diseñada para impresionar a la opinión local. No va a haber ninguna resolución del Consejo de Seguridad porque Rusia y China no van a aceptarla. No va a haber ninguna resolución de la OTAN porque Alemania y otros no aceptarán. Aun la postura militante de Sarkozy contra Kadafi se topa con resistencia dentro de Francia» demuestra un desconocimiento patético de la realpolitik y de las relaciones de fuerza actuales. Lo más probable es que Libia siga el camino de Irak, en la conquista imperial del mundo.
    Saludos

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