» El 20 por ciento de los presos o procesados en cárceles argentinas es extranjero. La gran mayoría son uruguayos”, aseguró Miguel Pichetto, jefe del bloque oficialista, durante una de las últimas sesiones de la Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Seguridad Interior. Después les apuntó a los inmigrantes africanos. “A los senegaleses no los veo en las obras en construcción, los veo vender cosas truchas”, dijo. Fueron parte de los argumentos que esgrimió para anticipar que el oficialismo piensa en endurecer la ley migratoria para facilitar la deportación de sospechosos y delincuentes llegados de otras tierras.
No es casual que esa polémica receta haya sido promovida en distintas ocasiones por el secretario de Seguridad, Sergio Berni, ante las dificultades del Gobierno para controlar el avance del narcotráfico y frenar la creciente inseguridad. Cuando le pidieron que justifique la propuesta, el funcionario sostuvo que la mayoría de los detenidos por tráfico de cocaína son “peruanos”, los apresados por contrabando de marihuana “paraguayos” y los “colombianos” se especializan en los atracos en departamentos.
Días atrás, reiteró el reclamo “al Poder Legislativo” para que impulse leyes que impidan la radicación de extranjeros que vengan a delinquir. Como si un inspector de migraciones pudiera leer las intenciones del viajero mirándole la cara. Con todo, sectores de oposición no descartan sumarse a esa prédica nacionalista. De hecho, hay proyectos en ese sentido presentados por el radical tucumano Luis Sacca y la peronista disidente Ivana Bianchi, quienes consiguieron el acompañamiento de varios socios políticos en Diputados.
La excusa de culpar al extranjeros por el fracaso de políticas internas no es nueva. Y suele reaparecer en épocas de crisis. En Europa, los discursos nacionalistas resurgieron tras el fuerte ajuste provocado por la debacle económica, con el resultado de un fuerte avance populista y xenófobo en las recientes elecciones de eurodiputados. La “moda” sobrevuela ahora el Congreso argentino.
La propuesta de Bianchi, ligada a los hermanos Rodríguez Saá, tiene su fundamento en las comunidades colombianas asentadas en Salta, cerca de una frontera que todo el arco opositor considera “permeable” al tráfico de drogas. Por algo el primero en darle apoyo fue el diputado salteño Bernardo Biella Calvet, aliado del radicalismo. Apuntan a impedir que se le otorgue la residencia a extranjeros con antecedentes penales.
El proyecto de Sacca indica que “el Ministerio del Interior podrá disponer la cancelación de la residencia permanente o temporaria y la expulsión de la República de todo extranjero, cualquiera sea la situación de residencia, cuando realizare en el país o en el exterior”, una actividad ilegal considerada de alta gravedad.
“El proyecto surgió por charlas con diputados de Jujuy y Salta, sobre la preocupación por la falta de control en la frontera. Pero la idea es darle herramientas a la Justicia para que pueda prohibir el ingreso a las personas que ya cometieron delitos. Lo que pretende es proteger a la gente que viene a trabajar o a estudiar ” indicó el autor del proyecto que recibió, entre otras, la firma de Ricardo Alfonsín. Bianchi también le apuntó a la falta de control en las fronteras.
Del lado kirchnerista, Pichetto preguntó, en el debate de la Bicameral: “¿Por qué entran extranjeros con cambio de identidad, colombianos que son sujetos peligrosos o narcotraficantes que entran con documentos falsos y blanquean los recursos?”. Los senadores del pro Gabriela Michetti y Diego Santilli también impulsa una reforma a la ley migratoria.
No es casual que esa polémica receta haya sido promovida en distintas ocasiones por el secretario de Seguridad, Sergio Berni, ante las dificultades del Gobierno para controlar el avance del narcotráfico y frenar la creciente inseguridad. Cuando le pidieron que justifique la propuesta, el funcionario sostuvo que la mayoría de los detenidos por tráfico de cocaína son “peruanos”, los apresados por contrabando de marihuana “paraguayos” y los “colombianos” se especializan en los atracos en departamentos.
Días atrás, reiteró el reclamo “al Poder Legislativo” para que impulse leyes que impidan la radicación de extranjeros que vengan a delinquir. Como si un inspector de migraciones pudiera leer las intenciones del viajero mirándole la cara. Con todo, sectores de oposición no descartan sumarse a esa prédica nacionalista. De hecho, hay proyectos en ese sentido presentados por el radical tucumano Luis Sacca y la peronista disidente Ivana Bianchi, quienes consiguieron el acompañamiento de varios socios políticos en Diputados.
La excusa de culpar al extranjeros por el fracaso de políticas internas no es nueva. Y suele reaparecer en épocas de crisis. En Europa, los discursos nacionalistas resurgieron tras el fuerte ajuste provocado por la debacle económica, con el resultado de un fuerte avance populista y xenófobo en las recientes elecciones de eurodiputados. La “moda” sobrevuela ahora el Congreso argentino.
La propuesta de Bianchi, ligada a los hermanos Rodríguez Saá, tiene su fundamento en las comunidades colombianas asentadas en Salta, cerca de una frontera que todo el arco opositor considera “permeable” al tráfico de drogas. Por algo el primero en darle apoyo fue el diputado salteño Bernardo Biella Calvet, aliado del radicalismo. Apuntan a impedir que se le otorgue la residencia a extranjeros con antecedentes penales.
El proyecto de Sacca indica que “el Ministerio del Interior podrá disponer la cancelación de la residencia permanente o temporaria y la expulsión de la República de todo extranjero, cualquiera sea la situación de residencia, cuando realizare en el país o en el exterior”, una actividad ilegal considerada de alta gravedad.
“El proyecto surgió por charlas con diputados de Jujuy y Salta, sobre la preocupación por la falta de control en la frontera. Pero la idea es darle herramientas a la Justicia para que pueda prohibir el ingreso a las personas que ya cometieron delitos. Lo que pretende es proteger a la gente que viene a trabajar o a estudiar ” indicó el autor del proyecto que recibió, entre otras, la firma de Ricardo Alfonsín. Bianchi también le apuntó a la falta de control en las fronteras.
Del lado kirchnerista, Pichetto preguntó, en el debate de la Bicameral: “¿Por qué entran extranjeros con cambio de identidad, colombianos que son sujetos peligrosos o narcotraficantes que entran con documentos falsos y blanquean los recursos?”. Los senadores del pro Gabriela Michetti y Diego Santilli también impulsa una reforma a la ley migratoria.
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