El ingreso de dólares al sistema financiero puso límites al recorrido alcista del billete
Las elevadas tasas de ganancias en acciones y bonos públicos hacen que los inversores no miren al sector productivo que tiene que enfrentar los costos e impuestos más elevados del mundo, sin mencionar las tasas de interés que hay que pagar cuando necesitan financiarse.
Mientras no se corrijan estas desventajas, el sector financiero seguirá ganándole al productivo porque, además, tiene la ventaja de que se puede salir cuando uno quiera; esto es, cuenta con singular liquidez, a diferencia del capital que se hunde en la economía real.
Empresas, Gobierno y sindicatos, se merecen una conversación porque son responsables de estos festivales de dinero que se viven periódicamente en el país. «Esto es como el verano. Cuando se va el sol, poco tiempo después se va el bronceado», ironizó un operador experto en euforias efímeras.
El aumento de las reservas en más de USD 5.600 millones en lo que va de octubre y la baja del dólar, son el producto de la expectativa de que esta lluvia de dólares siga un tiempo más. ¿Sequía? Llegará en algún momento pero por ahora todos están concentrados en hacer importantes diferencias. Mientras se gana dinero, el momento se parece a la eternidad.
De hecho, el jueves habrá otra emisión de Bonos del Tesoro a 7 y 10 años que pagan una tasa fija que es elevada. En otras palabras, es un título que asegura una excelente renta por algunos años.
En la Argentina aunque se sabe que nada es para siempre y que la diferencia hay que hacerla en los primeros tiempos porque después las ventajas desaparecen, son legión los que esperan para comprar este título en pesos. Los dólares que llegan para pagarlos son una muestra de que hasta los poseedores de cuentas en el exterior son tentados por los pesos que genera el nuevo Bono del Tesoro. No extrañará entonces que en los próximos días las reservas sigan en alza y el dólar en baja.
Por eso ante estas, en el mercado «hoy» donde operan los ahorristas que compran y venden sus divisas en casas de cambio y bancos, el dólar perdió 8 centavos y bajó a 15,36 pesos. En la plaza marginal, también se sintió la presencia de vendedores y el «blue» bajó 6 centavos a 15,53 pesos.
En la plaza mayorista, por donde pasa el dinero más grande, porque allí operan exportadores, importadores y se giran las divisas de las empresas, el dólar abrió a $15,23, pero no hubo interesados. Los primeros compradores aparecieron cuando se ofreció a $15,173. Pronto la plaza se vio desbordada de vendedores y terminó a 15,079 pesos, 10 centavos menos que el día anterior.
Por supuesto que este desinterés por el billete de Estados Unidos se trasladó al mercado de futuro donde todos los plazos cerraron en baja. Fin de mes perdió 0,77% a $15,27 y fin de agosto de 2017 se pagó $17,7333, cedió 0,79 por ciento.
Las reservas se incrementaron en USD 3.087 millones a USD 35.544 millones a pesar de que se perdieron 11 millones por la baja del euro y el oro. La suba obedeció a que ingresaron 2.478 millones de euros que se recaudaron colocando deuda en el exterior.
La depresión no alcanzó plenamente a los bonos en divisas porque los tenedores salieron a defender sus valores y no los malvendieron. Por eso el volumen en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) descendió abruptamente a $2.864 millones. Esto representa 40% menos de negocios.
Entre los títulos en dólares con legislación argentina, el Bonar X que vence en 2017 quedó sin cambios y el Bonar 2024 cedió apenas 0,38%, un porcentaje inferior al retroceso del dólar billete.
En la Bolsa, el índice Merval de las acciones líderes siguió batiendo récords. Esta vez aumentó 0,28%. Algunos papeles, como YPF, padecieron la toma de ganancias. Los inversores aprovecharon para expandirse hacia otras acciones.
Edenor fue lo más destacado con un alza de 1,55% en la plaza local y de más de 2,5% en Wall Street. Los demás papeles de empresas de electricidad y de gas, tuvieron leves retrocesos después de las fuertes alzas de los últimos días.
Como se ve, las reservas crecieron y los dólares abundan pero no por el crecimiento de exportaciones o mayor producción, sino por vivir de prestado. Esta época los argentinos ya la vivieron. Todos los gobernantes que aplicaron este sistema se ilusionaron conque es algo pasajero mientras llega la reactivación.
Las elevadas tasas de ganancias en acciones y bonos públicos hacen que los inversores no miren al sector productivo que tiene que enfrentar los costos e impuestos más elevados del mundo, sin mencionar las tasas de interés que hay que pagar cuando necesitan financiarse.
Mientras no se corrijan estas desventajas, el sector financiero seguirá ganándole al productivo porque, además, tiene la ventaja de que se puede salir cuando uno quiera; esto es, cuenta con singular liquidez, a diferencia del capital que se hunde en la economía real.
Empresas, Gobierno y sindicatos, se merecen una conversación porque son responsables de estos festivales de dinero que se viven periódicamente en el país. «Esto es como el verano. Cuando se va el sol, poco tiempo después se va el bronceado», ironizó un operador experto en euforias efímeras.
El aumento de las reservas en más de USD 5.600 millones en lo que va de octubre y la baja del dólar, son el producto de la expectativa de que esta lluvia de dólares siga un tiempo más. ¿Sequía? Llegará en algún momento pero por ahora todos están concentrados en hacer importantes diferencias. Mientras se gana dinero, el momento se parece a la eternidad.
De hecho, el jueves habrá otra emisión de Bonos del Tesoro a 7 y 10 años que pagan una tasa fija que es elevada. En otras palabras, es un título que asegura una excelente renta por algunos años.
En la Argentina aunque se sabe que nada es para siempre y que la diferencia hay que hacerla en los primeros tiempos porque después las ventajas desaparecen, son legión los que esperan para comprar este título en pesos. Los dólares que llegan para pagarlos son una muestra de que hasta los poseedores de cuentas en el exterior son tentados por los pesos que genera el nuevo Bono del Tesoro. No extrañará entonces que en los próximos días las reservas sigan en alza y el dólar en baja.
Por eso ante estas, en el mercado «hoy» donde operan los ahorristas que compran y venden sus divisas en casas de cambio y bancos, el dólar perdió 8 centavos y bajó a 15,36 pesos. En la plaza marginal, también se sintió la presencia de vendedores y el «blue» bajó 6 centavos a 15,53 pesos.
En la plaza mayorista, por donde pasa el dinero más grande, porque allí operan exportadores, importadores y se giran las divisas de las empresas, el dólar abrió a $15,23, pero no hubo interesados. Los primeros compradores aparecieron cuando se ofreció a $15,173. Pronto la plaza se vio desbordada de vendedores y terminó a 15,079 pesos, 10 centavos menos que el día anterior.
Por supuesto que este desinterés por el billete de Estados Unidos se trasladó al mercado de futuro donde todos los plazos cerraron en baja. Fin de mes perdió 0,77% a $15,27 y fin de agosto de 2017 se pagó $17,7333, cedió 0,79 por ciento.
Las reservas se incrementaron en USD 3.087 millones a USD 35.544 millones a pesar de que se perdieron 11 millones por la baja del euro y el oro. La suba obedeció a que ingresaron 2.478 millones de euros que se recaudaron colocando deuda en el exterior.
La depresión no alcanzó plenamente a los bonos en divisas porque los tenedores salieron a defender sus valores y no los malvendieron. Por eso el volumen en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) descendió abruptamente a $2.864 millones. Esto representa 40% menos de negocios.
Entre los títulos en dólares con legislación argentina, el Bonar X que vence en 2017 quedó sin cambios y el Bonar 2024 cedió apenas 0,38%, un porcentaje inferior al retroceso del dólar billete.
En la Bolsa, el índice Merval de las acciones líderes siguió batiendo récords. Esta vez aumentó 0,28%. Algunos papeles, como YPF, padecieron la toma de ganancias. Los inversores aprovecharon para expandirse hacia otras acciones.
Edenor fue lo más destacado con un alza de 1,55% en la plaza local y de más de 2,5% en Wall Street. Los demás papeles de empresas de electricidad y de gas, tuvieron leves retrocesos después de las fuertes alzas de los últimos días.
Como se ve, las reservas crecieron y los dólares abundan pero no por el crecimiento de exportaciones o mayor producción, sino por vivir de prestado. Esta época los argentinos ya la vivieron. Todos los gobernantes que aplicaron este sistema se ilusionaron conque es algo pasajero mientras llega la reactivación.