Creen que una agenda más proteccionista en EE.UU. puede retraer la llegada de capitales; no descartan una sucesión de devaluaciones
El nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump y su vice, Mike Pence. Foto: Reuters
Una mayor lentitud para conseguir inversiones y dificultades para negociar acuerdos de libre comercio conforman el contexto con el que deberá lidiar la Argentina a partir del triunfo de Donald Trump.
«Esto es un desastre, se vienen una guerra de monedas y un mundo que puede ser parecido al que hubo entre las dos guerras mundiales», confesó a LA NACION un importante funcionario del área económica que, como varios de sus colegas, había tejido excelentes relaciones con los funcionarios demócratas.
Luego de once meses de relaciones bilaterales muy armónicas, el Gobierno vuelve al punto inicial. De todos modos, en el Departamento de Estado creen que la encendida retórica electoral se apaciguará en forma tajante una vez que Trump asuma el poder y que el vínculo bilateral seguirá consolidándose.
Nadie cree que Trump pueda cumplir con sus contradictorias promesas de la campaña electoral porque perjudicaría el crecimiento de Estados Unidos, y el Partido Republicano -que manejará ambas cámaras- será el primero en impedírselo. De hecho, los analistas políticos pensaban que el proteccionismo tenía más viabilidad si el Congreso quedaba en manos de los demócratas.
Pero eso no significa que el mercado no siga asustado por unos cuantos días hasta que se conozcan el programa y el equipo del republicano. Para el Tesoro se habla del ex ejecutivo de Goldman Sachs Steve Mnuchin.
El ex secretario de Finanzas Daniel Marx sostuvo que «se puede esperar que esto afecte algo el comercio en forma lenta e indirecta y por medidas fiscales que se cree que va a tomar, pondrá más presión a la suba de tasas de mediano y largo plazo, lo cual afectará el precio de las materias primas y encarecerá el costo del financiamiento».
José Siaba Serrate afirmó a LA NACION: «Si arreglamos con los holdouts, vamos a poder arreglar con Trump. No sé si será lo mismo que con Obama porque la economía se cerrará, pero tampoco puede cumplir con todo lo que dijo en la campaña porque lo primero que perjudicaría sería al propio crecimiento de los Estados Unidos».
«Esto es parecido al Brexit: primero el efecto parecía ser muy negativo para la Argentina, pero luego el pánico se diluyó en términos financieros. Con la guerra arancelaria que prometió puede pasar algo similar: si ocurriera, podría traducirse en devaluaciones sucesivas», expresó.
Por otro lado, indicó que si el Gobierno buscaba inversiones «muchas van a quedar en stand by».
Luis Palma Cané advirtió que «si Trump hace la mitad de lo que prometió en la campaña, el panorama para la economía global es muy malo». En particular, «a la Argentina la perjudicaría porque se demorará la integración con Estados Unidos y habrá fuga de capitales de los países emergentes».
De todos modos, aclaró que «puede ser que se cumpla el teorema de Baglini y deje de lado muchas de las cosas que dijo en la campaña».
En el mismo sentido, el director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, dijo que «nadie se tira un tiro en el pie: el panorama está bastante más lleno de preguntas que de respuestas».
«Creo que Trump tiene una agenda de reversión de la globalización productiva, pero será más moderada que lo previsto porque en el Partido Republicano tiene una influencia muy grande el libre comercio», explicó. «Si la Argentina quiere seguir con su agenda de integración deberá pensar en otros actores que no sean Estados Unidos o Europa. Y, además, ya no será tan cómodo conseguir financiamiento, que en este programa económico es un pilar fundamental», aseguró.
En cambio, el ex presidente del Banco Central Mario Blejer dijo que «el ambiente se ha deteriorado respecto de la liberalización, pero todo será mucho más moderado que lo que se dice». Respecto de la Argentina, aseguró que «Trump tiene que cambiar de idea para no verla alineada con Venezuela. En cuanto a las inversiones, su triunfo puede favorecer a la Argentina porque los empresarios tienen que elegir algún lugar para invertir».
El director de Abeceb, Dante Sica, afirmó que «en el corto plazo provocará una mayor volatilidad financiera que encarecerá el crédito, y en el mediano, un discurso de un mayor proteccionismo comercial que genera preocupación».
En este sentido, Mariano Sardans, de FDI, dijo que «si las tasas de interés suben más rápido, como muchos prevén, eso va a afectar más los bonos del resto de la región que los bonos argentinos. Habrá nubarrones por un par de días, pero seguirán ingresando capitales. No nos afecta en lo fundamental», concluyó, optimista.
El nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump y su vice, Mike Pence. Foto: Reuters
Una mayor lentitud para conseguir inversiones y dificultades para negociar acuerdos de libre comercio conforman el contexto con el que deberá lidiar la Argentina a partir del triunfo de Donald Trump.
«Esto es un desastre, se vienen una guerra de monedas y un mundo que puede ser parecido al que hubo entre las dos guerras mundiales», confesó a LA NACION un importante funcionario del área económica que, como varios de sus colegas, había tejido excelentes relaciones con los funcionarios demócratas.
Luego de once meses de relaciones bilaterales muy armónicas, el Gobierno vuelve al punto inicial. De todos modos, en el Departamento de Estado creen que la encendida retórica electoral se apaciguará en forma tajante una vez que Trump asuma el poder y que el vínculo bilateral seguirá consolidándose.
Nadie cree que Trump pueda cumplir con sus contradictorias promesas de la campaña electoral porque perjudicaría el crecimiento de Estados Unidos, y el Partido Republicano -que manejará ambas cámaras- será el primero en impedírselo. De hecho, los analistas políticos pensaban que el proteccionismo tenía más viabilidad si el Congreso quedaba en manos de los demócratas.
Pero eso no significa que el mercado no siga asustado por unos cuantos días hasta que se conozcan el programa y el equipo del republicano. Para el Tesoro se habla del ex ejecutivo de Goldman Sachs Steve Mnuchin.
El ex secretario de Finanzas Daniel Marx sostuvo que «se puede esperar que esto afecte algo el comercio en forma lenta e indirecta y por medidas fiscales que se cree que va a tomar, pondrá más presión a la suba de tasas de mediano y largo plazo, lo cual afectará el precio de las materias primas y encarecerá el costo del financiamiento».
José Siaba Serrate afirmó a LA NACION: «Si arreglamos con los holdouts, vamos a poder arreglar con Trump. No sé si será lo mismo que con Obama porque la economía se cerrará, pero tampoco puede cumplir con todo lo que dijo en la campaña porque lo primero que perjudicaría sería al propio crecimiento de los Estados Unidos».
«Esto es parecido al Brexit: primero el efecto parecía ser muy negativo para la Argentina, pero luego el pánico se diluyó en términos financieros. Con la guerra arancelaria que prometió puede pasar algo similar: si ocurriera, podría traducirse en devaluaciones sucesivas», expresó.
Por otro lado, indicó que si el Gobierno buscaba inversiones «muchas van a quedar en stand by».
Luis Palma Cané advirtió que «si Trump hace la mitad de lo que prometió en la campaña, el panorama para la economía global es muy malo». En particular, «a la Argentina la perjudicaría porque se demorará la integración con Estados Unidos y habrá fuga de capitales de los países emergentes».
De todos modos, aclaró que «puede ser que se cumpla el teorema de Baglini y deje de lado muchas de las cosas que dijo en la campaña».
En el mismo sentido, el director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo, dijo que «nadie se tira un tiro en el pie: el panorama está bastante más lleno de preguntas que de respuestas».
«Creo que Trump tiene una agenda de reversión de la globalización productiva, pero será más moderada que lo previsto porque en el Partido Republicano tiene una influencia muy grande el libre comercio», explicó. «Si la Argentina quiere seguir con su agenda de integración deberá pensar en otros actores que no sean Estados Unidos o Europa. Y, además, ya no será tan cómodo conseguir financiamiento, que en este programa económico es un pilar fundamental», aseguró.
En cambio, el ex presidente del Banco Central Mario Blejer dijo que «el ambiente se ha deteriorado respecto de la liberalización, pero todo será mucho más moderado que lo que se dice». Respecto de la Argentina, aseguró que «Trump tiene que cambiar de idea para no verla alineada con Venezuela. En cuanto a las inversiones, su triunfo puede favorecer a la Argentina porque los empresarios tienen que elegir algún lugar para invertir».
El director de Abeceb, Dante Sica, afirmó que «en el corto plazo provocará una mayor volatilidad financiera que encarecerá el crédito, y en el mediano, un discurso de un mayor proteccionismo comercial que genera preocupación».
En este sentido, Mariano Sardans, de FDI, dijo que «si las tasas de interés suben más rápido, como muchos prevén, eso va a afectar más los bonos del resto de la región que los bonos argentinos. Habrá nubarrones por un par de días, pero seguirán ingresando capitales. No nos afecta en lo fundamental», concluyó, optimista.