Los candidatos moderados son favoritos para 2011, Rosendo Fraga, La Nación.
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Acerca de Patricio
Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.
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Es cosa sabida que los que se enrrolan en corrientes de opinión y en tendencias políticas antipopulares recurren a la propaganda más que a los argumentos. Este buen señor, que desde hace años postula una mayoría que es minoría, una mayoría no peronista y antipopular, ahora nos esclarece sobre la moderación pero sin aclarar de qué se trata.Y sus ejemplos son demoledores: la Momia (ex Lole -chone) que puede ver a su provincia inundada sin recordar que él es el gobernador, que puede votar en favor de los ricos en nombre de una radición popular,sin ocular encima que defiende sus propios intereses particulares. Pero, ojo Rosendo, no olvides que tamb ien en política se gana con audacia y que Lole es segundón. En cuanto al moderado Cobos…La expresión denota la nula agudeza de Don Rosendo (no el de la zambita)
Ay, Rosendo, Rosendo… Moderación hasta en la moderación, decía Epicuro. Pero bueno, ahí va el bueno de don Fraga a engrosar las filas de los talibanes de la mesura.
Hace rato que vienen hinchando con el consenso, como comentábamos aquí: http://enanosenelefante.blogspot.com/2008/10/consenso-la-palabra-mgica_11.html .
A responder como corresponde, entonces: con un poquito de exceso.
Los «moderados», al decir de esta gente, son aquellos que en realidad debieran catalogarse de «arreglistas», aquellos que en pós de una ficticia paz social ceden las porciones de poder, quintitas de la estancia, para que los sectores de poder extra gubernamentales no interfieran su accionar. Es el ejemplo del menemismo. Buscan esta vez un Cobos, a quien facilmente podrían imponerle condiciones (tanto como a Reutemann) para ganar espacios de influencia.
Yo digo del sentido contra fáctico: proponer diálogos para eliminar las divergencias, acotar las diferencias, es negar la democracia. Porque si se eliminan las diferencias se resignan ideas, y si se resignan ideas pierde sentido el debate democrático. Es imposible evitar ciertos descontentos y no ganarse enemigos cuando se implementa un proyecto, porque siempre beneficiará a unos en detrimento de otros y generará descontentos en el reparto de intereses.
Lo que si es cierto, es la busqueda de características diferentes en el cambio de mando, cual describe en ejemplos históricos Fraga. Es propio de los sectores desideologizados de las sociedades que son los que, girando en el eje, mueven las desiciones electorales alternativamente cuando se dan situaciones de empates ideológicos.