Retribuciones mensuales de más de $ 66 mil, tan lucrativa para los beneficiarios como ruinosas para el erario público. Almuerzos con ribetes pantagruélicos en un exclusivo restó del microcentro porteño, festines que, a un promedio de $ 1000 cada uno, terminaba pagando el Estado. Sillas de oficina con más nombre que diseño, eso sí, con aproyabrazos, que costaron la friolera de $ 40.500. O cajoneras que, a juzgar por $ 9300 pagados por ellas, deben contar con una confección exquisita. Tiempo argentino accedió a algunos de los documentos que avalan las denuncias del nuevo titular de la Sedronar, el cura Juan Carlos Molina, sobre el «desmanejo financiero» –así lo llamó– realizado durante la gestión de su antecesor en ese organismo, el subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas, Salvador Julio Postiglioni.
Las graves irregularidades denunciadas por la nueva gestión de la Sedronar, el organismo que ahora se dedica a la prevención de adicciones y el abordaje de personas con esos padecimientos, se centran en las compras y contrataciones realizadas por Postiglioni. Y, en principio, implican un monto que supera los 800 mil pesos.
El uso presuntamente discrecional e irregular de fondos públicos en la Sedronar se fundamente en una serie de facturas –y tickets– emitidas a nombre de dicho organismo. Uno de los comprobantes dados a conocer, con fecha 4 de diciembre pasado y emitida por el restaurante The New Brighton, es por $ 1500 para un almuerzo, del que no se detallan las consumisiones efectuadas.
Ubicado en Sarmiento 645, a una cuadra del organismo, el restaurante facturó más almuerzos: 1 de octubre, siempre de 2013, $ 1710; 10 de octubre, $ 565; 6 de noviembre, $ 380; y 21 de noviembre, $ 615. Total: $ 4770 por apenas cinco almuerzos de los que se presume no se caracterizaron por ser reuniones de protocolo de la Sedronar.
MOBILIARIO CHIC. A la hora de reformular el estilo de la secretaría, también hubo erogaciones exorbitantes. Eso no es todo. Se realizaron violando la normativa que obliga al llamado de licitación pública para la compulsa de precios. En apenas un piso de la Sedronar, la administración que encabezaba Postiglioni autorizó el pago directo de 243.812,58 pesos. La factura –emitida por la empresa Graciela Juárez SRL– describe de modo escueto los muebles adquiridos, al punto que una auditoría reciente dejó dudas sobre la conveniencia calidad-precio de los muebles comprados. Ejemplo de ello, siempre de acuerdo con los documentos difundidos, son cajoneras facturadas en $ 9285 y las sillas «Rudy 210, apoyabrazos» imputadas por 40.510,80 pesos.
Carlos Zabala Di Tomaso, jefe de Gabinete de Postiglioni, llegó a cobrar $ 66.209,43 por las «unidades redistributivas» autorizadas de puño y letra por el ex subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas. Un ingreso por encima del cargo. «
Las graves irregularidades denunciadas por la nueva gestión de la Sedronar, el organismo que ahora se dedica a la prevención de adicciones y el abordaje de personas con esos padecimientos, se centran en las compras y contrataciones realizadas por Postiglioni. Y, en principio, implican un monto que supera los 800 mil pesos.
El uso presuntamente discrecional e irregular de fondos públicos en la Sedronar se fundamente en una serie de facturas –y tickets– emitidas a nombre de dicho organismo. Uno de los comprobantes dados a conocer, con fecha 4 de diciembre pasado y emitida por el restaurante The New Brighton, es por $ 1500 para un almuerzo, del que no se detallan las consumisiones efectuadas.
Ubicado en Sarmiento 645, a una cuadra del organismo, el restaurante facturó más almuerzos: 1 de octubre, siempre de 2013, $ 1710; 10 de octubre, $ 565; 6 de noviembre, $ 380; y 21 de noviembre, $ 615. Total: $ 4770 por apenas cinco almuerzos de los que se presume no se caracterizaron por ser reuniones de protocolo de la Sedronar.
MOBILIARIO CHIC. A la hora de reformular el estilo de la secretaría, también hubo erogaciones exorbitantes. Eso no es todo. Se realizaron violando la normativa que obliga al llamado de licitación pública para la compulsa de precios. En apenas un piso de la Sedronar, la administración que encabezaba Postiglioni autorizó el pago directo de 243.812,58 pesos. La factura –emitida por la empresa Graciela Juárez SRL– describe de modo escueto los muebles adquiridos, al punto que una auditoría reciente dejó dudas sobre la conveniencia calidad-precio de los muebles comprados. Ejemplo de ello, siempre de acuerdo con los documentos difundidos, son cajoneras facturadas en $ 9285 y las sillas «Rudy 210, apoyabrazos» imputadas por 40.510,80 pesos.
Carlos Zabala Di Tomaso, jefe de Gabinete de Postiglioni, llegó a cobrar $ 66.209,43 por las «unidades redistributivas» autorizadas de puño y letra por el ex subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas. Un ingreso por encima del cargo. «