Taussig, Blanco, Campos, Vaquer y Etchevehere, ayer, en la UCA.
Minutos antes del cierre del encuentro empresarial que se celebró ayer en la Universidad Católica (UCA), el presidente de la Sociedad Rural (SRA), Luis Miguel Etchevehere , destacó la necesidad de que los hombres de negocios participen de una manera más activa en la definición y el seguimiento de las políticas públicas. «Si no tenemos injerencia en los temas que conocemos, no podemos esperar otros resultados que los que hemos tenido», dijo. Y añadió: «Que termine un mal gobierno no significa que el que venga va a ser mejor, en la medida en que no aportemos».
El «diálogo interempresario» que se celebró ayer quiso ser un primer paso en ese sentido. En un encuentro inédito por la cantidad de entidades que participaron de su organización -tal como pusieron de relieve expositores y organizadores-, directivos de ocho de las principales asociaciones empresariales coincidieron en señalar que las violaciones a las instituciones democráticas tienen efectos negativos concretos sobre el desarrollo económico y las inversiones.
El encuentro fue organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham), la Cámara de Comercio Argentino Brasileña (Cambras), la Fundación Mediterránea, el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) y la SRA.
«Estamos empezando un camino de coordinación entre entidades empresarias», destacó Miguel Blanco, presidente de IDEA. Y añadió: «Tenemos que salir del concepto del «voto y me voy», para ir al «voto y me quedo participando»».
También el presidente de AEA, Jaime Campos, resaltó la importancia de que los empresarios sean «actores más activos» en la vida pública. Campos, además, se refirió al tema central del diálogo, que llevó el título de «Constitución y desarrollo económico»: «Tenemos la convicción de que, sin instituciones fuertes y la vigencia plena de la Constitución, no hay futuro», dijo.
Antes de las palabras de cierre de los presidentes de las entidades organizadoras -además de Etchevehere, Blanco y Campos, hablaron Pablo Taussig, presidente de ACDE, y Juan Vaquer, presidente AmCham-, el economista Orlando Ferreres, el filósofo Santiago Kovadloff y el constitucionalista Daniel Sabsay analizaron, desde sus ópticas particulares, los efectos del incumplimiento de la Constitución en el desarrollo del país.
En su exposición titulada «¿Cuánto vale una Constitución?», Ferreres presentó cifras de los efectos nocivos que las violaciones a la Constitución tienen sobre la economía argentina. Según el presidente de la consultora Orlando Ferreres y Asociados, no respetar las instituciones hace que en el país se genere menos «capital producido» (concepto que, según explicó, se refiere a la inversión bruta interna menos las amortizaciones). En ese sentido, el economista destacó que en 2012 la tasa de inversión como porcentaje del PBI en la Argentina fue de 20,5%, mientras que en países como China y la India la relación fue de 47,8 y 36%, respectivamente. En opinión de Ferreres, la inversión es necesaria para generar empleo y, en ese contexto, dijo: «Cada vez que no cumplimos la Constitución o las leyes estamos mandando al desempleo a muchas personas».
El analista también mostró la evolución de la calificación que la agencia Moody’s ha dado a la deuda soberana de la Argentina, desde la «A» de 1918 -calificación que compartía con países como Suiza- hasta el B3 actual, que la ubica dentro del «grado especulativo» y muy cerca de la nota que reciben las deudas en default. Según Ferreres, esa caída en las calificaciones resume «la falta de institucionalidad» en el país que, en su opinión, arrancó con el golpe de Estado de 1930.
Para Ferreres, el irrespeto a las instituciones también ha provocado que el valor de las empresas en la Argentina, en relación con sus ganancias, sea menor que en el promedio de la región y mucho más bajo que en el sudeste asiático. Sin embargo, el analista destacó que la demanda china de carne vacuna va a seguir creciendo y que la Argentina cuenta, además, con grandes reservas de gas y petróleo no convencionales. Para aprovechar esas oportunidades, dijo, el país debe ser «predecible».
El filósofo y escritor Santiago Kovadloff, en tanto, lanzó una sentencia terminante: «Sin orden constitucional, no hay nación». En su opinión, la Argentina «se encuentra más cerca del pasado que del porvenir» y es «un país que está fuera de la ley, en el sentido del far west «, pero añadió que las manifestaciones callejeras que se llevaron a cabo el año pasado permitieron poner un límite al proyecto de re-reelección presidencial y proteger la autonomía de la Justicia, aunque consideró que esos logros «aún son insuficientes». Finalmente, propuso exigir a quienes se postulan como una alternativa al gobierno actual que firmen un acuerdo con políticas de Estado básicas que permitan «superar la fragmentación».
El último en exponer fue el constitucionalista Daniel Sabsay, que resaltó que desde que en el mundo se encontró la forma de controlar el poder de los gobernantes, el crecimiento económico fue el mayor de la historia. Sabsay, que criticó la sentencia de la Corte Suprema contra el Grupo Clarín por la ley de medios, resaltó que limitar los poderes del Gobierno fomenta el respeto de los derechos fundamentales, y que contar con seguridad jurídica genera previsibilidad.
Tras las exposiciones de Ferreres, Kovadloff y Sabsay, los presidentes de la mayoría de las entidades que organizaron el encuentro subieron al estrado para cerrar el evento. En ese momento, el presidente de IDEA señaló que puede haber puntos en los que las distintas asociaciones estén en desacuerdo, pero que hay muchos otros en los que hay coincidencias y uno de ellos debe ser el cumplimiento de las leyes. .
Del editor: qué significa.
A tono con los nuevos tiempos políticos, los empresarios parecen estar perdiendo el miedo al castigo del Gobierno a quien exprese diferencias.
Minutos antes del cierre del encuentro empresarial que se celebró ayer en la Universidad Católica (UCA), el presidente de la Sociedad Rural (SRA), Luis Miguel Etchevehere , destacó la necesidad de que los hombres de negocios participen de una manera más activa en la definición y el seguimiento de las políticas públicas. «Si no tenemos injerencia en los temas que conocemos, no podemos esperar otros resultados que los que hemos tenido», dijo. Y añadió: «Que termine un mal gobierno no significa que el que venga va a ser mejor, en la medida en que no aportemos».
El «diálogo interempresario» que se celebró ayer quiso ser un primer paso en ese sentido. En un encuentro inédito por la cantidad de entidades que participaron de su organización -tal como pusieron de relieve expositores y organizadores-, directivos de ocho de las principales asociaciones empresariales coincidieron en señalar que las violaciones a las instituciones democráticas tienen efectos negativos concretos sobre el desarrollo económico y las inversiones.
El encuentro fue organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham), la Cámara de Comercio Argentino Brasileña (Cambras), la Fundación Mediterránea, el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) y la SRA.
«Estamos empezando un camino de coordinación entre entidades empresarias», destacó Miguel Blanco, presidente de IDEA. Y añadió: «Tenemos que salir del concepto del «voto y me voy», para ir al «voto y me quedo participando»».
También el presidente de AEA, Jaime Campos, resaltó la importancia de que los empresarios sean «actores más activos» en la vida pública. Campos, además, se refirió al tema central del diálogo, que llevó el título de «Constitución y desarrollo económico»: «Tenemos la convicción de que, sin instituciones fuertes y la vigencia plena de la Constitución, no hay futuro», dijo.
Antes de las palabras de cierre de los presidentes de las entidades organizadoras -además de Etchevehere, Blanco y Campos, hablaron Pablo Taussig, presidente de ACDE, y Juan Vaquer, presidente AmCham-, el economista Orlando Ferreres, el filósofo Santiago Kovadloff y el constitucionalista Daniel Sabsay analizaron, desde sus ópticas particulares, los efectos del incumplimiento de la Constitución en el desarrollo del país.
En su exposición titulada «¿Cuánto vale una Constitución?», Ferreres presentó cifras de los efectos nocivos que las violaciones a la Constitución tienen sobre la economía argentina. Según el presidente de la consultora Orlando Ferreres y Asociados, no respetar las instituciones hace que en el país se genere menos «capital producido» (concepto que, según explicó, se refiere a la inversión bruta interna menos las amortizaciones). En ese sentido, el economista destacó que en 2012 la tasa de inversión como porcentaje del PBI en la Argentina fue de 20,5%, mientras que en países como China y la India la relación fue de 47,8 y 36%, respectivamente. En opinión de Ferreres, la inversión es necesaria para generar empleo y, en ese contexto, dijo: «Cada vez que no cumplimos la Constitución o las leyes estamos mandando al desempleo a muchas personas».
El analista también mostró la evolución de la calificación que la agencia Moody’s ha dado a la deuda soberana de la Argentina, desde la «A» de 1918 -calificación que compartía con países como Suiza- hasta el B3 actual, que la ubica dentro del «grado especulativo» y muy cerca de la nota que reciben las deudas en default. Según Ferreres, esa caída en las calificaciones resume «la falta de institucionalidad» en el país que, en su opinión, arrancó con el golpe de Estado de 1930.
Para Ferreres, el irrespeto a las instituciones también ha provocado que el valor de las empresas en la Argentina, en relación con sus ganancias, sea menor que en el promedio de la región y mucho más bajo que en el sudeste asiático. Sin embargo, el analista destacó que la demanda china de carne vacuna va a seguir creciendo y que la Argentina cuenta, además, con grandes reservas de gas y petróleo no convencionales. Para aprovechar esas oportunidades, dijo, el país debe ser «predecible».
El filósofo y escritor Santiago Kovadloff, en tanto, lanzó una sentencia terminante: «Sin orden constitucional, no hay nación». En su opinión, la Argentina «se encuentra más cerca del pasado que del porvenir» y es «un país que está fuera de la ley, en el sentido del far west «, pero añadió que las manifestaciones callejeras que se llevaron a cabo el año pasado permitieron poner un límite al proyecto de re-reelección presidencial y proteger la autonomía de la Justicia, aunque consideró que esos logros «aún son insuficientes». Finalmente, propuso exigir a quienes se postulan como una alternativa al gobierno actual que firmen un acuerdo con políticas de Estado básicas que permitan «superar la fragmentación».
El último en exponer fue el constitucionalista Daniel Sabsay, que resaltó que desde que en el mundo se encontró la forma de controlar el poder de los gobernantes, el crecimiento económico fue el mayor de la historia. Sabsay, que criticó la sentencia de la Corte Suprema contra el Grupo Clarín por la ley de medios, resaltó que limitar los poderes del Gobierno fomenta el respeto de los derechos fundamentales, y que contar con seguridad jurídica genera previsibilidad.
Tras las exposiciones de Ferreres, Kovadloff y Sabsay, los presidentes de la mayoría de las entidades que organizaron el encuentro subieron al estrado para cerrar el evento. En ese momento, el presidente de IDEA señaló que puede haber puntos en los que las distintas asociaciones estén en desacuerdo, pero que hay muchos otros en los que hay coincidencias y uno de ellos debe ser el cumplimiento de las leyes. .
Del editor: qué significa.
A tono con los nuevos tiempos políticos, los empresarios parecen estar perdiendo el miedo al castigo del Gobierno a quien exprese diferencias.