El BCE lleva alivio y euforia a los mercados
PARIS.- Si algo faltaba para confirmar el desprestigio de los bancos internacionales, ayer se produjo la renuncia de los principales directivos del japonés Nomura, sacudido por un escándalo de filtraciones de información privilegiada.
Entre la manipulación del Libor, el lavado de dinero operado por el HSBC y las pérdidas por especulación del JP Morgan, los escándalos que se suceden sin solución de continuidad en lo que antes eran sólidas instituciones financieras deterioran cada vez más la confianza del público en el sector bancario. Una confianza que empezó a derrumbarse apenas estalló la crisis de 2008.
Asumiendo la responsabilidad del delito cometido por varios de los consejeros en inversiones de Nomura, su director general, Kenichi Watanabe, renunció ayer, al igual que su brazo derecho, Takumi Shibata.
Desde 2010, los empleados del prestigioso banco japonés recuperaban informaciones confidenciales de sus propios colegas -por ejemplo, sobre futuras ampliaciones de capital- y las transmitían a sus clientes. Nomura reconoció ayer que existieron filtraciones sobre el grupo petrolero Inpex, el banco Mizuho Financial Group o la compañía de electricidad Tepco.
Watanabe y Shibata serán rápidamente reemplazados, pero nada indica que ese cambio consiga detener los efectos devastadores de este episodio que, según los analistas, pone en tela de juicio la estrategia de expansión internacional del banco.
El escándalo de Nomura es apenas el último de una infinita sucesión de revelaciones, más asombrosas una que otra. En apenas un mes, el universo financiero fue estremecido por la estafa planetaria realizada con el Libor, las pérdidas siderales que sufrirá JP Morgan como resultado de las especulaciones de la «ballena del Támesis» y el lavado de dinero practicado durante años por el HSBC.
El más grave de todos, que amenaza con arrasar el prestigio de la city londinense, se desató a fines de junio, cuando el presidente de Barclays, Robert Diamond, reconoció ante el Parlamento británico que su banco «y otras instituciones» habían manipulado durante años la tasa de empréstito interbancario Libor.
En lo que ya es considerado por los especialistas «el mayor fraude financiero de todos los tiempos», en cuatro años, algunos traders de las principales plazas financieras del mundo manipularon el Libor y el Euribor. Iniciada en Barclays, esa operación de características mafiosas incluyó 20 bancos de primer nivel, como HSBC, Crédit Suisse, Deutsche Bank, JP Morgan, UBS, Royal Bank of Canada, Nomura, Société Générale o el Royal Bank of Scotland.
El escándalo adquirió mucha más envergadura cuando trascendió que el Banco de Inglaterra podría haber participado en el engaño. Una sospecha vigorosamente desmentida por sus responsables.
Al deshonor y el oprobio se agregará la multa que deberá pagar el conjunto de los bancos concernidos, estimada en unos 14.000 millones de dólares. Teniendo en cuenta que el Libor es la tasa de referencia para 350.000 millones de dólares de movimientos financieros, la sanción no parece demasiado exagerada.
Su eslogan afirma: «HSBC, su banco en cualquier parte del mundo». Incluso en México o Irán, donde se ocupó del dinero sucio de la droga y del terrorismo. El banco británico está implicado en un delicado caso de lavado de dinero, acusado de haber cerrado los ojos ante la transferencia de 7000 millones de dólares de los carteles mexicanos. A esa suma se agregan otros 16.000 millones de transacciones secretas con Irán y un préstamo de 1000 millones en cash a un banco saudita conocido por sus lazos con Al-Qaeda.
De nada sirvieron las disculpas que presentó por su «mala conducta»: HSBC podría ser pasible de 1000 millones de dólares de multa.
Unas semanas antes, el banco norteamericano JP Morgan descubrió las pérdidas siderales que le provocaron las especulaciones insensatas del francés Bruno Iksil, apodado la «ballena del Támesis» debido a la envergadura descomunal de las posiciones que tomaba en los mercados derivados de Londres. Aunque el presidente del primer banco de Estados Unidos, Jamie Damon, trata de evitar que cunda el pánico, fuentes bien informadas afirman que el perjuicio será superior a 9000 millones de dólares.
Esta vez, las cifras colosales que significan esos affaires en un mundo que lucha por extraerse de la crisis podrían transformarse en la gota que rebasa el vaso. Según un estudio del instituto Deloitte, la confianza de los clientes en sus instituciones bancarias pasó de 43% a 33% en menos de un año.
«Ya nadie ignora que cada uno de esos dólares de multa o esfumados terminarán saliendo del bolsillo de ahorristas e inversores», señala Pierre Towsend, profesor de la universidad de Lyon II. «Esa impunidad para disponer del dinero de la gente tiene que terminar mediante la instauración de una mayor regulación».Sus principales directivos renunciaron ayer luego de que se destapara un escándalo por filtraciones de información privilegiada.
El Congreso norteamericano destapó que el grupo lavó dinero de los carteles mexicanos y de grupos terroristas en Irán.
El mayor banco de inversión perdió millones de dólares por una mala operación especulativa de un trader apodado la «ballena del Támesis».
Es el principal banco involucrado en la manipulación de la tasa Libor, en lo que fue llamado el «mayor fraude financiero de todos los tiempos»..