Los mercados no esperan que un fallo final adverso a Argentina, en el juicio en Estados Unidos contra fondos especulativos que exigen cobrar deuda en bancarrota desde 2001, cambie la política del gobierno de la presidenta del país, Cristina Kirchner, o impacte en sus finanzas, según expertos.
La Asociación de Comercio de Mercados Emergentes (EMTA, según sus siglas en inglés) organizó el lunes un gran seminario ante unos 200 invitados en la sede del Bank of America Merrill Lynch para analizar los últimos pasos del caso que se encuentra en la Corte de Apelaciones de Nueva York.
El juez federal Thomas Griesa ordenó el 22 de noviembre a Argentina pagar 1.330 millones de dólares a los fondos de riesgo NML Capital y Aurelius por título de deuda en quiebra, «al mismo tiempo o antes de que les pague a los tenedores de bonos reestructurados» en los canjes de 2005 y 2010.
Argentina recurrió al tribunal de apelaciones para que revise ese fallo, actualmente en suspenso, que la puso en peligro de quiebra técnica y abre la puerta a futuros reclamos judiciales, además de amenazar otros procesos de reestructuración de deuda, como la de Grecia.
Según los expertos, podría haber una decisión final de esa Corte hacia mayo o junio. Luego podría quedar la opción de recurrir a la Corte Suprema estadounidense, aunque nada garantiza que el juicio llegue a esa instancia.
Si bien «puede haber una perturbación» en el pago de la deuda en caso de fallo adverso definitivo, Argentina encontrará margen de maniobra legal para continuar honrando su compromiso con el más de 92% de tenedores de bonos que aceptaron los canjes con quitas de hasta el 75% sobre el valor nominal de esos papeles, dijo el experto Ben Heller, de Hutchin Hill Capital.
«Creo que va a haber un fuerte esfuerzo para continuar pagando la deuda externa» de parte del gobierno de Cristina Kirchner, afirmó Heller, aunque eso podría implicar que Argentina deba buscar una alternativa a la plaza neoyorquina para evitar la incautación judicial de sus fondos.
El economista Vladimir Werning, de JP Morgan Chase, aseguró que un fallo adverso no haría que en lo inmediato Argentina se siente a negociar con los denominados «fondos buitres», que compraron en su momento papeles de la deuda a precio de remate y recurrieron a la justicia para cobrar el 100% del capital más intereses sin aceptar ningún canje.
«Argentina parece con menos capacidad de pagar a los ‘holdouts’. Si el gobierno permite una negociación con ellos, hay una larga fila de espera detrás», afirmó, en referencia por un lado a las finanzas de la administración Kirchner y por otro a otros posibles reclamos.
Para Werning, la presidenta Kirchner «hará un esfuerzo por pagar la deuda local» para demostrar que Argentina cumple con sus compromisos.
Hans Humes, de Greylock Capital Management, también señaló que no cree que un fallo contrario «tenga ningún impacto sobre el comportamiento de Argentina» de negarse a aceptar lo que disponga la justicia estadounidense en este caso, tal como lo viene desde hace años.
«No es el país, es la actual administración, los Kirchner», sostuvo, en referencia a esa política de línea dura.
Para Sebastián Vargas, economista de Barclays, Argentina «va a agotar todos los recursos legales antes de negociar» con los fondos especulativos y continuará pagando su deuda a nivel local.
«Para los defensores de la teoría de la línea dura, Argentina ya está afuera de los mercados, por lo que no tendrá ningún impacto», señaló, advirtiendo sin embargo sobre los «cambios» que está experimentando el país en materia política.
«Las cosas están cambiando en Argentina. Hay un proceso político que debe ser tomado en cuenta. La economía ha cambiado y enfrenta muchos desafíos», indicó, dejando la puerta abierta a sorpresas.
Al presentar sus argumentos el 29 de diciembre para que se revise ese fallo, Argentina propuso al tribunal de apelaciones reabrir el canje de su deuda en default para que puedan entrar los fondos especulativos, a pesar de haber reiterado durante años que no pagaría ni un centavo a esos litigantes.
De todos modos, esa propuesta parece más bien un gesto de cara a la opinión pública y la comunidad internacional sin incidencia en el proceso, afirmó el jurista Henry Weisburg, de Shearman & Sterling.
«Los litigantes ciertamente la rechazarán y el tribunal lo más probable es que la ignore», señaló Weisburg en el seminario.
Tras la presentación argentina de finales de diciembre, el 25 de enero será el turno de NML y Aurelius y el 27 de febrero tendrá lugar una audiencia clave con la presencia de las partes involucradas destinada a revisar el fallo de Griesa.
La Asociación de Comercio de Mercados Emergentes (EMTA, según sus siglas en inglés) organizó el lunes un gran seminario ante unos 200 invitados en la sede del Bank of America Merrill Lynch para analizar los últimos pasos del caso que se encuentra en la Corte de Apelaciones de Nueva York.
El juez federal Thomas Griesa ordenó el 22 de noviembre a Argentina pagar 1.330 millones de dólares a los fondos de riesgo NML Capital y Aurelius por título de deuda en quiebra, «al mismo tiempo o antes de que les pague a los tenedores de bonos reestructurados» en los canjes de 2005 y 2010.
Argentina recurrió al tribunal de apelaciones para que revise ese fallo, actualmente en suspenso, que la puso en peligro de quiebra técnica y abre la puerta a futuros reclamos judiciales, además de amenazar otros procesos de reestructuración de deuda, como la de Grecia.
Según los expertos, podría haber una decisión final de esa Corte hacia mayo o junio. Luego podría quedar la opción de recurrir a la Corte Suprema estadounidense, aunque nada garantiza que el juicio llegue a esa instancia.
Si bien «puede haber una perturbación» en el pago de la deuda en caso de fallo adverso definitivo, Argentina encontrará margen de maniobra legal para continuar honrando su compromiso con el más de 92% de tenedores de bonos que aceptaron los canjes con quitas de hasta el 75% sobre el valor nominal de esos papeles, dijo el experto Ben Heller, de Hutchin Hill Capital.
«Creo que va a haber un fuerte esfuerzo para continuar pagando la deuda externa» de parte del gobierno de Cristina Kirchner, afirmó Heller, aunque eso podría implicar que Argentina deba buscar una alternativa a la plaza neoyorquina para evitar la incautación judicial de sus fondos.
El economista Vladimir Werning, de JP Morgan Chase, aseguró que un fallo adverso no haría que en lo inmediato Argentina se siente a negociar con los denominados «fondos buitres», que compraron en su momento papeles de la deuda a precio de remate y recurrieron a la justicia para cobrar el 100% del capital más intereses sin aceptar ningún canje.
«Argentina parece con menos capacidad de pagar a los ‘holdouts’. Si el gobierno permite una negociación con ellos, hay una larga fila de espera detrás», afirmó, en referencia por un lado a las finanzas de la administración Kirchner y por otro a otros posibles reclamos.
Para Werning, la presidenta Kirchner «hará un esfuerzo por pagar la deuda local» para demostrar que Argentina cumple con sus compromisos.
Hans Humes, de Greylock Capital Management, también señaló que no cree que un fallo contrario «tenga ningún impacto sobre el comportamiento de Argentina» de negarse a aceptar lo que disponga la justicia estadounidense en este caso, tal como lo viene desde hace años.
«No es el país, es la actual administración, los Kirchner», sostuvo, en referencia a esa política de línea dura.
Para Sebastián Vargas, economista de Barclays, Argentina «va a agotar todos los recursos legales antes de negociar» con los fondos especulativos y continuará pagando su deuda a nivel local.
«Para los defensores de la teoría de la línea dura, Argentina ya está afuera de los mercados, por lo que no tendrá ningún impacto», señaló, advirtiendo sin embargo sobre los «cambios» que está experimentando el país en materia política.
«Las cosas están cambiando en Argentina. Hay un proceso político que debe ser tomado en cuenta. La economía ha cambiado y enfrenta muchos desafíos», indicó, dejando la puerta abierta a sorpresas.
Al presentar sus argumentos el 29 de diciembre para que se revise ese fallo, Argentina propuso al tribunal de apelaciones reabrir el canje de su deuda en default para que puedan entrar los fondos especulativos, a pesar de haber reiterado durante años que no pagaría ni un centavo a esos litigantes.
De todos modos, esa propuesta parece más bien un gesto de cara a la opinión pública y la comunidad internacional sin incidencia en el proceso, afirmó el jurista Henry Weisburg, de Shearman & Sterling.
«Los litigantes ciertamente la rechazarán y el tribunal lo más probable es que la ignore», señaló Weisburg en el seminario.
Tras la presentación argentina de finales de diciembre, el 25 de enero será el turno de NML y Aurelius y el 27 de febrero tendrá lugar una audiencia clave con la presencia de las partes involucradas destinada a revisar el fallo de Griesa.