González Catán. Ruta 3, kilómetro 29. Segundo cordón del conurbano, históricamente una de las localidades más pobres de La Matanza. Y a la vez, una zona con alta densidad poblacional, con trabajadores que han ganado en los últimos años estabilidad laboral y poder adquisitivo. Mirando la mitad llena de este cóctel, un grupo de inversores decidió que el cruce de la ruta 3 y la ruta 21 era el lugar ideal para poner un shopping. En dos meses se sabrá si esa corazonada fue acertada, ya que el Catán Shopping tiene fecha de apertura para el 1 de diciembre.
El camino de los shoppings arrancó en la Argentina en 1986, curiosamente también en el conurbano, con el Shopping Sur, en Avellaneda. Pero la expansión del negocio llegaría en la década siguiente, cuando el modelo menemista generaba la ilusión de pertenecer al Primer Mundo. “En los 90, el público tradicional de los shoppings era la clase alta y la media alta”, dice Santiago Blaksley, presidente de la Cámara Argentina de Shopping Centers. En los últimos diez años “hubo un crecimiento de la base de la pirámide de consumo”, sostiene. “Lo que ha hecho la política del Gobierno es disminuir la desocupación y esto permitió incorporar más gente a estos niveles de consumo”, resume. Este nuevo modelo trae shoppings más pequeños que los de los 90, pero diseminados por el conurbano y el interior.
Oxant Group es la empresa a cargo del desarrollo comercial de Catán Shopping. Es la misma compañía que asesoró al Recoleta Mall, que se abrió en ese aristocrático barrio porteño la semana pasada.
Al explicar por qué eligieron González Catán, Fernando Pacotto apunta al nuevo perfil de consumidores. “Las mejoras en los salarios de las líneas medias de la pirámide hacen que perfiles de consumo que hasta hace 2 o 3 años no se adecuaban al formato shopping center, ahora se hayan adecuado”. Y desliza que hoy quienes tienen sus salarios atados a las paritarias sindicales son los que mejores beneficios consiguen (ver recuadro). Para Oxant, esto ha generado que “una gran cantidad de habitantes se haya incorporado a lo que conocemos como clase media típica”.
Blaksley coincide con este diagnóstico. ”Ahora lo que vemos es que está creciendo ese segmento, con ingresos promedio de $6.500”. Para el ejecutivo, “ese el core del negocio. Esa porción de la clase media que en estos años pasó de ser el 23% de la población a ser el 30%”.
El Catán Shopping tendrá 65 locales, patio de comidas, 6 cines y un supermercado Chango Más. Y contará con marcas de primera línea en indumentaria, electrodomésticos, telefonía y decoración. “Estamos convencidos del éxito del proyecto”, subraya Pacotto.
El antecedente más cercano a este formato es el Shopping San Justo, inaugurado en diciembre de 2009. “La apuesta fue hacer un centro comercial destinado al segmento C2 C3 (clase media y media baja) de la población, con características y servicios ABC1 (clase alta)”, cuenta Fabián Becari, director comercial de GLA, la empresa gerenciadora del complejo. Ubicado en las inmediaciones de la rotonda de San Justo, el mall tiene 80 locales, un complejo de Cinemark, supermercados Walmart e Easy y un centro de atención de Norauto. “El comportamiento de las ventas ha sido sorprendente”, dice Becari y remarca que la clave del éxito está en que tanto la arquitectura como los servicios son de alto nivel, lo que permite darles a las clases populares una oferta premium . “Y eso es algo que la gente de esos segmentos sociales valora especialmente”. El mall de San Justo “tiene tasas de crecimiento interanuales del 70% en facturación, muy por encima de las del promedio de los centros comerciales”. Becari cuenta que el centro comercial Plaza Liniers, también de la gerenciadora GLA, fue pionero en los emprendimientos orientados al segmento C2 C3. Ahora planean ampliarlo con 60 locales más y una inversión de US$4 millones.
Dentro del conurbano, otro lugar de alto crecimiento para los shopping es Canning, en el partido de Ezeiza, zona sur. Esta localidad en la que florecieron los countries ya reúne cuatro centros comerciales de escala mediana. El gerente comercial de Las Toscas, Alejandro Aguilera, cuenta que si bien el público primario es la clase media alta de los countries “los fines de semana se nota más el público tradicional de Ezeiza, que tiene en el shopping un lugar de esparcimiento”. Aguilera relata que los sábados y domingos “sube mucho la facturación de los cines, el patio de comidas y los locales de entretenimiento”. Las Toscas cumple tres años en diciembre y están inviertiendo $12 millones para inaugurar, en torno a ese mes, 40 nuevos locales, otro patio de comidas y tres salas más de cine.
Otro pionero en el rubro fue Plaza Oeste, en Morón. El complejo pertenece a Cencosud. ”Es uno de nuestros shoppings de mayor crecimiento. Sus ventas suben 34% por sobre el 2010. Apunta principalmente al segmento C2, que constituye el principal motor del crecimiento del consumo”, dicen desde Cencosud.
Hoy hay 99 shoppings operando en el país. Para 2013 habrá 21 shoppings más (ver aparte). Con el ojo en la nueva clase media, ya hay proyectos en marcha para Canning, Benavídez y General Pacheco. “Sea la crisis que sea, en la Argentina está industria crece”, dice Blaksley y remarca que en 25 años de historia del formato en el país “no ha habido fracasos”, aunque admite que varios tuvieron que atravesar importantes reconversiones para salir adelante. Hoy esta industria “pasa por uno de los mejores momentos históricos”.
Juan Procaccini es el socio responsable del área de desarrollos inmobiliarios del grupo Pegasus. El año pasado debutaron en el segmento shopping con el Tortugas Open Mall, en la zona norte del conurbano. Pegasus quiere hacer pie con un mall en la ciudad de Buenos Aires, aunque Procaccini admite que “hay pocos espacios disponibles y muchas restricciones para construir”. El segundo punto de interés es justamente el oeste y el sur del conurbano. “Estamos mirando de cerca el GBA, porque en las familias de nivel económico medio hay mucha disponibilidad a consumir. Prueba de esto es que Alto Avellaneda y San Justo están vendiendo muy bien”, dice.
Ante la bonanza del consumo, la inflación aparece como una amenaza. “Con este aumento de costos no es fácil encarar proyectos a dos o tres años. Por eso somos bastante cautos; necesitaríamos un poco más de certidumbre”, dice Procaccini. “Que los niveles de consumo bajen es una amenaza para todo lo que es retail.
Pero acá estamos hablando de inversiones a largo plazo, entonces tenés que asumir que alguna crisis te puede tocar en el medio”, concluye Becari.
El camino de los shoppings arrancó en la Argentina en 1986, curiosamente también en el conurbano, con el Shopping Sur, en Avellaneda. Pero la expansión del negocio llegaría en la década siguiente, cuando el modelo menemista generaba la ilusión de pertenecer al Primer Mundo. “En los 90, el público tradicional de los shoppings era la clase alta y la media alta”, dice Santiago Blaksley, presidente de la Cámara Argentina de Shopping Centers. En los últimos diez años “hubo un crecimiento de la base de la pirámide de consumo”, sostiene. “Lo que ha hecho la política del Gobierno es disminuir la desocupación y esto permitió incorporar más gente a estos niveles de consumo”, resume. Este nuevo modelo trae shoppings más pequeños que los de los 90, pero diseminados por el conurbano y el interior.
Oxant Group es la empresa a cargo del desarrollo comercial de Catán Shopping. Es la misma compañía que asesoró al Recoleta Mall, que se abrió en ese aristocrático barrio porteño la semana pasada.
Al explicar por qué eligieron González Catán, Fernando Pacotto apunta al nuevo perfil de consumidores. “Las mejoras en los salarios de las líneas medias de la pirámide hacen que perfiles de consumo que hasta hace 2 o 3 años no se adecuaban al formato shopping center, ahora se hayan adecuado”. Y desliza que hoy quienes tienen sus salarios atados a las paritarias sindicales son los que mejores beneficios consiguen (ver recuadro). Para Oxant, esto ha generado que “una gran cantidad de habitantes se haya incorporado a lo que conocemos como clase media típica”.
Blaksley coincide con este diagnóstico. ”Ahora lo que vemos es que está creciendo ese segmento, con ingresos promedio de $6.500”. Para el ejecutivo, “ese el core del negocio. Esa porción de la clase media que en estos años pasó de ser el 23% de la población a ser el 30%”.
El Catán Shopping tendrá 65 locales, patio de comidas, 6 cines y un supermercado Chango Más. Y contará con marcas de primera línea en indumentaria, electrodomésticos, telefonía y decoración. “Estamos convencidos del éxito del proyecto”, subraya Pacotto.
El antecedente más cercano a este formato es el Shopping San Justo, inaugurado en diciembre de 2009. “La apuesta fue hacer un centro comercial destinado al segmento C2 C3 (clase media y media baja) de la población, con características y servicios ABC1 (clase alta)”, cuenta Fabián Becari, director comercial de GLA, la empresa gerenciadora del complejo. Ubicado en las inmediaciones de la rotonda de San Justo, el mall tiene 80 locales, un complejo de Cinemark, supermercados Walmart e Easy y un centro de atención de Norauto. “El comportamiento de las ventas ha sido sorprendente”, dice Becari y remarca que la clave del éxito está en que tanto la arquitectura como los servicios son de alto nivel, lo que permite darles a las clases populares una oferta premium . “Y eso es algo que la gente de esos segmentos sociales valora especialmente”. El mall de San Justo “tiene tasas de crecimiento interanuales del 70% en facturación, muy por encima de las del promedio de los centros comerciales”. Becari cuenta que el centro comercial Plaza Liniers, también de la gerenciadora GLA, fue pionero en los emprendimientos orientados al segmento C2 C3. Ahora planean ampliarlo con 60 locales más y una inversión de US$4 millones.
Dentro del conurbano, otro lugar de alto crecimiento para los shopping es Canning, en el partido de Ezeiza, zona sur. Esta localidad en la que florecieron los countries ya reúne cuatro centros comerciales de escala mediana. El gerente comercial de Las Toscas, Alejandro Aguilera, cuenta que si bien el público primario es la clase media alta de los countries “los fines de semana se nota más el público tradicional de Ezeiza, que tiene en el shopping un lugar de esparcimiento”. Aguilera relata que los sábados y domingos “sube mucho la facturación de los cines, el patio de comidas y los locales de entretenimiento”. Las Toscas cumple tres años en diciembre y están inviertiendo $12 millones para inaugurar, en torno a ese mes, 40 nuevos locales, otro patio de comidas y tres salas más de cine.
Otro pionero en el rubro fue Plaza Oeste, en Morón. El complejo pertenece a Cencosud. ”Es uno de nuestros shoppings de mayor crecimiento. Sus ventas suben 34% por sobre el 2010. Apunta principalmente al segmento C2, que constituye el principal motor del crecimiento del consumo”, dicen desde Cencosud.
Hoy hay 99 shoppings operando en el país. Para 2013 habrá 21 shoppings más (ver aparte). Con el ojo en la nueva clase media, ya hay proyectos en marcha para Canning, Benavídez y General Pacheco. “Sea la crisis que sea, en la Argentina está industria crece”, dice Blaksley y remarca que en 25 años de historia del formato en el país “no ha habido fracasos”, aunque admite que varios tuvieron que atravesar importantes reconversiones para salir adelante. Hoy esta industria “pasa por uno de los mejores momentos históricos”.
Juan Procaccini es el socio responsable del área de desarrollos inmobiliarios del grupo Pegasus. El año pasado debutaron en el segmento shopping con el Tortugas Open Mall, en la zona norte del conurbano. Pegasus quiere hacer pie con un mall en la ciudad de Buenos Aires, aunque Procaccini admite que “hay pocos espacios disponibles y muchas restricciones para construir”. El segundo punto de interés es justamente el oeste y el sur del conurbano. “Estamos mirando de cerca el GBA, porque en las familias de nivel económico medio hay mucha disponibilidad a consumir. Prueba de esto es que Alto Avellaneda y San Justo están vendiendo muy bien”, dice.
Ante la bonanza del consumo, la inflación aparece como una amenaza. “Con este aumento de costos no es fácil encarar proyectos a dos o tres años. Por eso somos bastante cautos; necesitaríamos un poco más de certidumbre”, dice Procaccini. “Que los niveles de consumo bajen es una amenaza para todo lo que es retail.
Pero acá estamos hablando de inversiones a largo plazo, entonces tenés que asumir que alguna crisis te puede tocar en el medio”, concluye Becari.