«No es solo su tamaño ni su enorme riqueza y sus activos lo que convierte a las transnacionales en un peligro para la democracia. También lo son su concentración y su cohesión, su cooperación y su capacidad para influir, infiltrar y en algunos casos reemplazar gobiernos. Están actuando como una genuina autoridad internacional con el fin de defender sus intereses comerciales, su poder y sus beneficios en contra del bien común. Comparten un mismo lenguaje, una ideología común e idénticas ambiciones, que nos afectan a todos. Los ciudadanos que valoran la democracia no pueden permitirse ignorar este peligro.»
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Acerca de Napule
es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.
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