El presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados está convencido de que no existen riesgos de que se repita una crisis de deuda, como en 2001
Foto: Hernán Zenteno
El proyecto de presupuesto 2017, el primero que elabora Mauricio Macri, refleja un cambio clave de la receta económica: para sostener el gasto público en el año electoral, el Gobierno va a apostar al financiamiento del mercado de capitales. El oficialista Luciano Laspina, presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, defiende ese camino y sostiene que no hay riesgo de que se repita una crisis de deuda, como la de 2001. «No vamos camino a un proceso de endeudamiento», asegura, en una entrevista con LA NACION.
-El presupuesto 2017 prevé un crecimiento muy fuerte de los pagos de deuda. Aumentan un 32,4%, más que el gasto social y la obra pública. ¿Por qué?
-Refleja la decisión de financiarnos menos con el Banco Central, lo que generaba inflación, y más con deuda de mercado. La otra diferencia es que antes no se contabilizaban los intereses de la deuda acumulada con los holdouts, que nosotros renegociamos con una quita del 40%.
-¿No es riesgoso financiar el déficit con deuda?
-El déficit fiscal es peligroso si la economía no crece y si se mantiene en el tiempo. Nosotros apostamos a que la economía crezca y a que el déficit se vaya reduciendo. Además, la Argentina tiene niveles muy bajos de endeudamiento con el sector privado, con lo cual tenemos mucho margen para financiar una reducción virtuosa del déficit. No ajustar el gasto, sino mejorar los ingresos.
-El país tiene una historia complicada con el endeudamiento, con el antecedente de 2001.
-El financiamiento con el mercado, que es en gran parte para la obra pública, nos permitirá financiar la transición al equilibrio fiscal. Cuando eso se alcance no va a ser necesario contraer más deuda. No vamos camino a un proceso de endeudamiento.
-El déficit de 2017 no será mucho más bajo que el de este año.
-Es medio punto del PBI. Puede parecer poco en un año, pero en dos o tres años, con esta misma política, nos vamos a encontrar con un apetito inversor ilimitado.
-Macri dijo: «Los argentinos no pueden pagar más impuestos». Pero el presupuesto 2017 prevé una recaudación en términos del PBI mayor a la de este año. Aumenta la carga impositiva.
-Vayamos a los hechos. El Presidente redujo las retenciones al campo y a la industria, bajó los impuestos a las pymes, devolvió el IVA de la canasta básica a los jubilados, redujo bienes personales a la mínima expresión y subió después de muchos años el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias. Son hechos fácticos de reducción impositiva. La recaudación va a crecer porque hay una recuperación de la economía.
-Pero entonces no debería crecer en términos del PBI.
-Hay una expansión de la cosecha agrícola, una reducción de la evasión y no vamos a tener la devolución que se hizo este año de ganancias por las compras en el exterior y de dólar ahorro.
-En definitiva, los argentinos pagarán más impuestos el año que viene, según el presupuesto.
-Es una lectura equivocada. Los supuestos que fijan un Gobierno están en las leyes, no en la dinámica de la economía. Si por alguna razón los argentinos deciden gastar todo su ingreso en leche, que no paga IVA, diríamos que el Gobierno bajó los impuestos. No es así.
-Macri dijo en campaña que los trabajadores no iban a pagar ganancias y cada vez pagan más trabajadores.
-La suba del mínimo no imponible de este año tuvo un costo fiscal de $ 50.000 millones. Hay un sector muy chiquito, unas 200.000 personas, que antes no pagaba por un decreto absurdo de 2013. Lo que hay que garantizar es una progresividad del impuesto. Hoy, los trabajadores que se pasan un poco del piso y enseguida entran en las escalas más altas.
-Pero la promesa de campaña era otra.
-Este año los trabajadores estarían pagando $ 50.000 millones más, si el Presidente no hubiese duplicado el mínimo no imponible. Y el año que viene los trabajadores en su conjunto también van a pagar menos.
-Según el proyecto, la balanza comercial será cada vez más deficitaria de acá a 2019. ¿Por qué?
-La Argentina tenía una economía muy cerrada y es natural que haya cierta normalización en la recuperación de las importaciones.
-¿Vamos a necesitar cada vez más dólares?
-Cuando hay un proceso de aumento de la inversión y se puede financiar con la recuperación de la inversión extranjera directa, eso se traduce en una reducción del superávit de la balanza comercial. Pero se hace de manera virtuosa, por un aumento de la inversión y no por una caída de las exportaciones.
-El Gobierno quiere reformar la ley de responsabilidad fiscal ¿Van a controlar el rojo fiscal de las provincias?
-Se pondrá el ojo en el déficit y en la estructura del gasto, para que mejore la participación de la obra pública. Este será el presupuesto más federal de los últimos 15 años. Primero, porque les estamos devolviendo el 15% de la precoparticipación a las provincias. Segundo, vamos a transferir $ 14.000 millones para financiar el déficit de las cajas jubilatorias. Tercero, porque estamos invirtiendo $ 95.000 millones en el Plan Belgrano, casi un punto del PBI.
Foto: Hernán Zenteno
El proyecto de presupuesto 2017, el primero que elabora Mauricio Macri, refleja un cambio clave de la receta económica: para sostener el gasto público en el año electoral, el Gobierno va a apostar al financiamiento del mercado de capitales. El oficialista Luciano Laspina, presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, defiende ese camino y sostiene que no hay riesgo de que se repita una crisis de deuda, como la de 2001. «No vamos camino a un proceso de endeudamiento», asegura, en una entrevista con LA NACION.
-El presupuesto 2017 prevé un crecimiento muy fuerte de los pagos de deuda. Aumentan un 32,4%, más que el gasto social y la obra pública. ¿Por qué?
-Refleja la decisión de financiarnos menos con el Banco Central, lo que generaba inflación, y más con deuda de mercado. La otra diferencia es que antes no se contabilizaban los intereses de la deuda acumulada con los holdouts, que nosotros renegociamos con una quita del 40%.
-¿No es riesgoso financiar el déficit con deuda?
-El déficit fiscal es peligroso si la economía no crece y si se mantiene en el tiempo. Nosotros apostamos a que la economía crezca y a que el déficit se vaya reduciendo. Además, la Argentina tiene niveles muy bajos de endeudamiento con el sector privado, con lo cual tenemos mucho margen para financiar una reducción virtuosa del déficit. No ajustar el gasto, sino mejorar los ingresos.
-El país tiene una historia complicada con el endeudamiento, con el antecedente de 2001.
-El financiamiento con el mercado, que es en gran parte para la obra pública, nos permitirá financiar la transición al equilibrio fiscal. Cuando eso se alcance no va a ser necesario contraer más deuda. No vamos camino a un proceso de endeudamiento.
-El déficit de 2017 no será mucho más bajo que el de este año.
-Es medio punto del PBI. Puede parecer poco en un año, pero en dos o tres años, con esta misma política, nos vamos a encontrar con un apetito inversor ilimitado.
-Macri dijo: «Los argentinos no pueden pagar más impuestos». Pero el presupuesto 2017 prevé una recaudación en términos del PBI mayor a la de este año. Aumenta la carga impositiva.
-Vayamos a los hechos. El Presidente redujo las retenciones al campo y a la industria, bajó los impuestos a las pymes, devolvió el IVA de la canasta básica a los jubilados, redujo bienes personales a la mínima expresión y subió después de muchos años el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias. Son hechos fácticos de reducción impositiva. La recaudación va a crecer porque hay una recuperación de la economía.
-Pero entonces no debería crecer en términos del PBI.
-Hay una expansión de la cosecha agrícola, una reducción de la evasión y no vamos a tener la devolución que se hizo este año de ganancias por las compras en el exterior y de dólar ahorro.
-En definitiva, los argentinos pagarán más impuestos el año que viene, según el presupuesto.
-Es una lectura equivocada. Los supuestos que fijan un Gobierno están en las leyes, no en la dinámica de la economía. Si por alguna razón los argentinos deciden gastar todo su ingreso en leche, que no paga IVA, diríamos que el Gobierno bajó los impuestos. No es así.
-Macri dijo en campaña que los trabajadores no iban a pagar ganancias y cada vez pagan más trabajadores.
-La suba del mínimo no imponible de este año tuvo un costo fiscal de $ 50.000 millones. Hay un sector muy chiquito, unas 200.000 personas, que antes no pagaba por un decreto absurdo de 2013. Lo que hay que garantizar es una progresividad del impuesto. Hoy, los trabajadores que se pasan un poco del piso y enseguida entran en las escalas más altas.
-Pero la promesa de campaña era otra.
-Este año los trabajadores estarían pagando $ 50.000 millones más, si el Presidente no hubiese duplicado el mínimo no imponible. Y el año que viene los trabajadores en su conjunto también van a pagar menos.
-Según el proyecto, la balanza comercial será cada vez más deficitaria de acá a 2019. ¿Por qué?
-La Argentina tenía una economía muy cerrada y es natural que haya cierta normalización en la recuperación de las importaciones.
-¿Vamos a necesitar cada vez más dólares?
-Cuando hay un proceso de aumento de la inversión y se puede financiar con la recuperación de la inversión extranjera directa, eso se traduce en una reducción del superávit de la balanza comercial. Pero se hace de manera virtuosa, por un aumento de la inversión y no por una caída de las exportaciones.
-El Gobierno quiere reformar la ley de responsabilidad fiscal ¿Van a controlar el rojo fiscal de las provincias?
-Se pondrá el ojo en el déficit y en la estructura del gasto, para que mejore la participación de la obra pública. Este será el presupuesto más federal de los últimos 15 años. Primero, porque les estamos devolviendo el 15% de la precoparticipación a las provincias. Segundo, vamos a transferir $ 14.000 millones para financiar el déficit de las cajas jubilatorias. Tercero, porque estamos invirtiendo $ 95.000 millones en el Plan Belgrano, casi un punto del PBI.