Los líderes de la izquierda latinoamericana viven un momento de dificultades, con una crisis económica que avanza sobre varios países, pero reivindican su modelo de inclusión y gasto público frente al ajuste instalado en Europa. El expresidente brasileño Lula Da Silva ha ejercido en Buenos Aires como líder moral de ese grupo y ha logrado un entusiasta aplauso cuando ha criticado el modelo que se impone en los países europeos. “Europa ha tercerizado la política” para dejarla en manos de los bancos, del sistema financiero, explicó. “El problema es que ayudan a Grecia solo para resolver el problema de los bancos alemanes y franceses. Todos aquellos que tenían siempre listas las soluciones para nuestras crisis, en 2008 no supieron resolver su propia crisis. Todos los países que hicieron ajustes incrementaron su deuda pública. Así fue en Grecia, Portugal, España…y no han logrado resolver la crisis”.
Esto podría ser entendido como una crítica indirecta al propio Gobierno de Brasil, del partido de Lula, que ha iniciado una política de ajuste severo. En su país algunas informaciones apuntan a la posibilidad de que el líder histórico del Partido de los Trabajadores vuelva en algún momento a la presidencia. “Con los primeros síntomas de una crisis empiezan a hablar de recortes, de rebajar salarios. Todas las medidas llevadas a cabo en los 90 llevaron a los países al empobrecimiento. Pensaba que esas cosas se hacían en Brasil, Argentina, Bolivia, pero no en el primer mundo”, insistió durante su participación en un congreso mundial de responsabilidad social que se desarrolla en Buenos Aires.
El expresidente brasileño defendió el modelo latinoamericano frente al europeo. “Logramos un pequeño milagro con la políticas de tranferencia de rentas que para algunos eran asistencialismo o populismo. Logramos que millones de personas por primera vez pudieran comprar el alimento necesario para sus hijos. Lo primero que hice fue llevar a todos los ministros a barrios pobres para que vieran cómo vivía la gente. Sabía que si mejoraba la vida de los más humildes todos ganarían, también las empresas”.
Lula prefería hablar de Europa antes que hurgar en las políticas de ajuste de su propio país, y se limitó a quejarse de la bajada de rating de Brasil que acaban de decidir las agencias de calificación. Él sobre todo quería apuntar a los responsables de la crisis. “Han gastado más 10 trillones de dólares para intentar resolver el problema del sistema financiero y no lo han logrado. Esta vez no fueron los países latinoamericanos, fueron los países ricos los que nos metieron en esta crisis. Empezaron a ganar dinero vendiendo papeles en vez de vender productos, pagaban bonus altísimos a los directivos sin producir nada. Y claro, la economía quebró”.
El expresidente brasileño reivindicó en todo momento la gestión de los grandes líderes de la izquierda latinoamericana y rechazó con dureza el modelo de los países avanzados. “En abril de 2009 en Londres, en un G-20, tomamos la decisión de restaurar el crecimiento, el empleo, reformar el sistema financiero y rechazar el proteccionismo. Ningún país cumplió esas promesas. Los países ricos adoptaron el proteccionismo para evitar que los países pobres de América latina y otros pudiéramos competir. Solo creen en el libre comercio cuando se trata de vender, cuando tienen que comprar nuestros productos ya no creen tanto”.
Lula, que ha acudido a Buenos Aires para apoyar la campaña de Daniel Scioli, el candidato del peronismo para suceder a Cristina Fernández de Kirchner, también reclamó que Suramérica sea capaz de tomar ejemplo de las cosas buenas que tiene la Unión Europea, como la capacidad de resolver los problemas entre países. El brasileño pidió que “mis amigos el presidente Maduro y el presidente Santos busquen la mejor solución para Colombia y Venezuela. Son dos países muy importantes y en tiempo de crisis económica la paz es fundamental porque es mucho más barata. También pidió que crisis como la de la salida al mar de Bolivia no tengan que resolverse en La Haya sino se puedan cerrar dentro de Unasur. Y se mostró especialmente indignado con el juez Griesa, que con sus decisiones sobre las reclamaciones de los fondos buitre mantiene bloqueado parte del acceso a la financiación de Argentina. “Cuando veo que un juez americano decide el destino de millones de argentinos con los fondos buitre digo ¿en qué mundo vivimos? Lo que hizo Argentina fue un acto de soberanía”, remató el expresidente.
Lula, que reivindica el kirchnerismo porque “cambió la historia de Argentina”, estará casi toda la semana en Buenos Aires apoyando la candidatura de Scioli, que también recibirá en unos días el respaldo del boliviano Evo Morales. Anoche también le llegó otro empujón del expresidente uruguayo José Mujica. Dijo que él prefiere que Argentina la gobierne el peronismo porque cuando llega uno de otro partido, como sucedió con Raúl Alfonsín o Fernando de la Rúa, “la pasa muy mal”. Por eso Mujica apoya a Scioli para evitar una “fogata” en Argentina.
Esto podría ser entendido como una crítica indirecta al propio Gobierno de Brasil, del partido de Lula, que ha iniciado una política de ajuste severo. En su país algunas informaciones apuntan a la posibilidad de que el líder histórico del Partido de los Trabajadores vuelva en algún momento a la presidencia. “Con los primeros síntomas de una crisis empiezan a hablar de recortes, de rebajar salarios. Todas las medidas llevadas a cabo en los 90 llevaron a los países al empobrecimiento. Pensaba que esas cosas se hacían en Brasil, Argentina, Bolivia, pero no en el primer mundo”, insistió durante su participación en un congreso mundial de responsabilidad social que se desarrolla en Buenos Aires.
El expresidente brasileño defendió el modelo latinoamericano frente al europeo. “Logramos un pequeño milagro con la políticas de tranferencia de rentas que para algunos eran asistencialismo o populismo. Logramos que millones de personas por primera vez pudieran comprar el alimento necesario para sus hijos. Lo primero que hice fue llevar a todos los ministros a barrios pobres para que vieran cómo vivía la gente. Sabía que si mejoraba la vida de los más humildes todos ganarían, también las empresas”.
Lula prefería hablar de Europa antes que hurgar en las políticas de ajuste de su propio país, y se limitó a quejarse de la bajada de rating de Brasil que acaban de decidir las agencias de calificación. Él sobre todo quería apuntar a los responsables de la crisis. “Han gastado más 10 trillones de dólares para intentar resolver el problema del sistema financiero y no lo han logrado. Esta vez no fueron los países latinoamericanos, fueron los países ricos los que nos metieron en esta crisis. Empezaron a ganar dinero vendiendo papeles en vez de vender productos, pagaban bonus altísimos a los directivos sin producir nada. Y claro, la economía quebró”.
El expresidente brasileño reivindicó en todo momento la gestión de los grandes líderes de la izquierda latinoamericana y rechazó con dureza el modelo de los países avanzados. “En abril de 2009 en Londres, en un G-20, tomamos la decisión de restaurar el crecimiento, el empleo, reformar el sistema financiero y rechazar el proteccionismo. Ningún país cumplió esas promesas. Los países ricos adoptaron el proteccionismo para evitar que los países pobres de América latina y otros pudiéramos competir. Solo creen en el libre comercio cuando se trata de vender, cuando tienen que comprar nuestros productos ya no creen tanto”.
Lula, que ha acudido a Buenos Aires para apoyar la campaña de Daniel Scioli, el candidato del peronismo para suceder a Cristina Fernández de Kirchner, también reclamó que Suramérica sea capaz de tomar ejemplo de las cosas buenas que tiene la Unión Europea, como la capacidad de resolver los problemas entre países. El brasileño pidió que “mis amigos el presidente Maduro y el presidente Santos busquen la mejor solución para Colombia y Venezuela. Son dos países muy importantes y en tiempo de crisis económica la paz es fundamental porque es mucho más barata. También pidió que crisis como la de la salida al mar de Bolivia no tengan que resolverse en La Haya sino se puedan cerrar dentro de Unasur. Y se mostró especialmente indignado con el juez Griesa, que con sus decisiones sobre las reclamaciones de los fondos buitre mantiene bloqueado parte del acceso a la financiación de Argentina. “Cuando veo que un juez americano decide el destino de millones de argentinos con los fondos buitre digo ¿en qué mundo vivimos? Lo que hizo Argentina fue un acto de soberanía”, remató el expresidente.
Lula, que reivindica el kirchnerismo porque “cambió la historia de Argentina”, estará casi toda la semana en Buenos Aires apoyando la candidatura de Scioli, que también recibirá en unos días el respaldo del boliviano Evo Morales. Anoche también le llegó otro empujón del expresidente uruguayo José Mujica. Dijo que él prefiere que Argentina la gobierne el peronismo porque cuando llega uno de otro partido, como sucedió con Raúl Alfonsín o Fernando de la Rúa, “la pasa muy mal”. Por eso Mujica apoya a Scioli para evitar una “fogata” en Argentina.
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