Reunión con corresponsales extranjeros en San PabloEl ex presidente defendió la gestión de Dilma, que buscará su reelección en octubre.
Eleonora Gosman
En una reunión con corresponsales de medios extranjeros acreditados en Brasil, entre ellos Clarín, el ex presidente Lula da Silva defendió enfáticamente la organización del Mundial. “Quedó probado que Brasil estaba en condiciones de ser la sede de la Copa” señaló para agregar que “lo mejor que podía ocurrir en nuestro país es este encuentro extraordinario de civilizaciones”. Los días transcurridos rebaten, a su juicio, el “terrorismo” de una ola informativa contraria a la realización del mayor acontecimiento deportivo mundial.
Cuestionó, inclusive, a los corresponsales extranjeros que “desde la playa de Copacabana transcriben lo que dicen en los órganos de masa brasileños”. Pero luego defendió “la más absoluta libertad de prensa”, como un elemento central de la consolidación del sistema democrático. “Aquí la prensa es totalmente libre. Y queremos absoluta libertad de prensa, aun cuando veamos en algunos medios un pensamiento único contra mí y contra Dilma”.
Lula dedicó al análisis del fútbol buena parte de la hora y media de entrevista. Confió en que los resultados finales del Mundial, con un triunfo o una derrota de la selección brasileña, no tendrán influencia en las elecciones presidenciales de octubre, en la que Dilma Rousseff aspira a un segundo mandato. Sostuvo que “la política está podrida en muchas partes del mundo” y que eso lleva a que los jóvenes opten por negarla: “No me gusta esa negación de la política que aparece en algunas protestas”.
–¿Usted no cree que es excesiva la reacción de la policía contra las manifestaciones?
–Primero, pienso que el pueblo brasileño diezmó las protestas. Yo no soy contrario a las manifestaciones, porque yo mismo fui producto de ellas. Sobre el accionar policial, creo que hay policías mucho más truculentas que la brasileña. Pero pienso que existió un terrorismo informativo contra la Copa, sobre las fallas que tendría y la imposibilidad de realizar el torneo. Si no hubiera sido por eso, tendríamos hoy muchos más turistas extranjeros de los que tenemos.
–La economía brasileña ha crecido un 2 por ciento promedio desde 2011. La inflación también está cerca del techo. ¿Cuál es la explicación?
–Es obvio que nuestro PBI, no es el PBI que nos gustaría tener. Cuando las personas dicen que Brasil no creció mucho en estos últimos cuatro años, la pregunta que yo me hago es quién creció más que Brasil. China, que llegó a crecer 14%, ahora no avanza en más de 7%. Hay gente que piensa que nosotros tenemos que derrotar la inflación aun a costa de desempleo. Bien, nosotros no pensamos de esa manera. Creo que tenemos condiciones para recuperar nuestra capacidad de crecimiento en sociedad con el sector privado. Y los cambios que tenemos que introducir son reformas más puntuales, como la reforma tributaria y la política –¿Usted estima que los resultados del Mundial podrán influir en las elecciones de octubre?
–No creo que el resultado del Mundial pueda influir en la cuestión electoral. Yo fui electo en 2002 venciendo al oficialismo de entonces luego de que la selección venciera el Mundial y reelecto en 2006, tras la eliminación en Alemania. Creo que Dilma tiene todas las condiciones para ser reelecta por la fuerte creación de empleos durante su mandato. Miren, según la Organización Mundial del Trabajo, se perdieron con la crisis 62 millones de puestos. En Brasil se crearon, en cambio, 11 millones.
Lula descartó que haya un ciclo decadente en los procesos actuales de América del Sur. “No veo ninguna decadencia en América latina, que nunca en su historia vivió en estabilidad como vive hoy”, afirmó. Dijo sobre Venezuela, por ejemplo, que “puede tener problemas, cometer errores. No debe dejar subir la inflación y tiene que cuidar de la cuestión del cambio. Pero no se puede dudar que ese país tiene un potencial extraordinario”. Aplaudió la reelección de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia por impulsar el diálogo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “Me sentí muy feliz” subrayó finalmente.
Eleonora Gosman
En una reunión con corresponsales de medios extranjeros acreditados en Brasil, entre ellos Clarín, el ex presidente Lula da Silva defendió enfáticamente la organización del Mundial. “Quedó probado que Brasil estaba en condiciones de ser la sede de la Copa” señaló para agregar que “lo mejor que podía ocurrir en nuestro país es este encuentro extraordinario de civilizaciones”. Los días transcurridos rebaten, a su juicio, el “terrorismo” de una ola informativa contraria a la realización del mayor acontecimiento deportivo mundial.
Cuestionó, inclusive, a los corresponsales extranjeros que “desde la playa de Copacabana transcriben lo que dicen en los órganos de masa brasileños”. Pero luego defendió “la más absoluta libertad de prensa”, como un elemento central de la consolidación del sistema democrático. “Aquí la prensa es totalmente libre. Y queremos absoluta libertad de prensa, aun cuando veamos en algunos medios un pensamiento único contra mí y contra Dilma”.
Lula dedicó al análisis del fútbol buena parte de la hora y media de entrevista. Confió en que los resultados finales del Mundial, con un triunfo o una derrota de la selección brasileña, no tendrán influencia en las elecciones presidenciales de octubre, en la que Dilma Rousseff aspira a un segundo mandato. Sostuvo que “la política está podrida en muchas partes del mundo” y que eso lleva a que los jóvenes opten por negarla: “No me gusta esa negación de la política que aparece en algunas protestas”.
–¿Usted no cree que es excesiva la reacción de la policía contra las manifestaciones?
–Primero, pienso que el pueblo brasileño diezmó las protestas. Yo no soy contrario a las manifestaciones, porque yo mismo fui producto de ellas. Sobre el accionar policial, creo que hay policías mucho más truculentas que la brasileña. Pero pienso que existió un terrorismo informativo contra la Copa, sobre las fallas que tendría y la imposibilidad de realizar el torneo. Si no hubiera sido por eso, tendríamos hoy muchos más turistas extranjeros de los que tenemos.
–La economía brasileña ha crecido un 2 por ciento promedio desde 2011. La inflación también está cerca del techo. ¿Cuál es la explicación?
–Es obvio que nuestro PBI, no es el PBI que nos gustaría tener. Cuando las personas dicen que Brasil no creció mucho en estos últimos cuatro años, la pregunta que yo me hago es quién creció más que Brasil. China, que llegó a crecer 14%, ahora no avanza en más de 7%. Hay gente que piensa que nosotros tenemos que derrotar la inflación aun a costa de desempleo. Bien, nosotros no pensamos de esa manera. Creo que tenemos condiciones para recuperar nuestra capacidad de crecimiento en sociedad con el sector privado. Y los cambios que tenemos que introducir son reformas más puntuales, como la reforma tributaria y la política –¿Usted estima que los resultados del Mundial podrán influir en las elecciones de octubre?
–No creo que el resultado del Mundial pueda influir en la cuestión electoral. Yo fui electo en 2002 venciendo al oficialismo de entonces luego de que la selección venciera el Mundial y reelecto en 2006, tras la eliminación en Alemania. Creo que Dilma tiene todas las condiciones para ser reelecta por la fuerte creación de empleos durante su mandato. Miren, según la Organización Mundial del Trabajo, se perdieron con la crisis 62 millones de puestos. En Brasil se crearon, en cambio, 11 millones.
Lula descartó que haya un ciclo decadente en los procesos actuales de América del Sur. “No veo ninguna decadencia en América latina, que nunca en su historia vivió en estabilidad como vive hoy”, afirmó. Dijo sobre Venezuela, por ejemplo, que “puede tener problemas, cometer errores. No debe dejar subir la inflación y tiene que cuidar de la cuestión del cambio. Pero no se puede dudar que ese país tiene un potencial extraordinario”. Aplaudió la reelección de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia por impulsar el diálogo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “Me sentí muy feliz” subrayó finalmente.
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