Pedirá a la Legislatura crear la cartera de Gobierno y la de Modernización del Estado. La reforma también implica un recorte de poder para Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña
Mauricio Macri iniciará su segundo mandato al frente del Ejecutivo porteño con el lanzamiento de un plan de obras que refresque su gestión y algunos cambios de Gabinete para imprimirle un perfil más político y equilibrar el poder interno. Si bien no habrá grandes movimientos en las primeras líneas, la decisión de crear dos nuevos ministerios está tomada y ya genera revuelo entre los principales hombres de Bolívar 1. El jefe de Gobierno porteño tiene pensado enviar a la Legislatura una modificación a la Ley de Ministerios para sumar al organigrama, a partir de diciembre. la cartera de Gobierno que estará a cargo del peronista y ex coordinador de la campaña del PRO, Emilio Monzó y otra de Modernización del Estado, en la que colocará al actual secretario de Recursos Humanos, Andrés Ibarra, su amigo personal.
Serán dos áreas clave para relanzar su gestión y preparar su plan presidencial de cara al 2015. Pero además, la llegada de Monzó e Ibarra funcionará de hecho como un recorte del poder adquirido por dos hombres clave del equipo porteño: el actual jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el secretario General, Marcos Peña.
El ministro de Gobierno tendrá a su cargo las gestiones políticas con gobernadores y referentes partidarios. Será un operador político, con la misión de posicionar a Macri en el plano nacional. En palabras oficiales, la función de Monzó, ex titular de Asuntos Agrarios de Daniel Scioli, será la de captar dirigentes heridos del peronismo para armar una estructura territorial que pueda llevar a Macri al sillón presidencial. Hay quienes aseguran que, por su pasado kirchnerista, será también quien tejerá los lazos con la Rosada para mejorar la relación entre ambos gobiernos. Posibilidad que, tras un corto romance, pareció ayer desvanecerse con las declaraciones cruzadas entre Nación y Ciudad ante el grave accidente ferroviario.
Algunos comparan su futura función con la que realizaba a nivel nacional el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Figura que, desde su génesis, faltó en el macrismo. Esto encendió la luz de alerta en el despacho de Rodríguez Larreta, quien en los últimos años creció política y territorialmente dentro del macrismo, a la par de sus aspiraciones para convertirse en jefe de Gobierno. El mayor temor de Larreta es que Monzó se transforme en la cara del gobierno y arruine sus planes para 2015. Las lenguas filosas destacan, por caso, que Monzó ya cambió su domicilio de residencia desde la provincia de Buenos Aires para la Ciudad.
Aunque en menor medida, el ex funcionario de Scioli también genera recelos en Peña. El secretario General posee una gran influencia en el líder del PRO. Terminó de consolidar su poder al ser uno de los pocos impulsores junto con el asesor Jaime Duran Barba y el amigo de Macri, Nicolás Caputo de la reelección porteña. Cuentan que es un de los pocos que entra al despacho de Macri sin golpear la puerta. No lo reconoce en voz alta pero también se anota en la lista por la sucesión.
Ibarra, en tanto, se ocupará de organizar y dinamizar la administración y modernizar lo procedimientos y sistemas.
Otra de las figuras que ganaron poder dentro del macrismo es la electa vicejefa porteña, María Eugenia Vidal. Dicen que será ella quien tendrá voz y veto para designar a su reemplazante al frente del Ministerio de Desarrollo Social. Suenan con fuerza la legisladora Carolina Stanley y la funcionaria del área, Soledad Acuña. Otra posibilidad es que la propia Vidal continúe un tiempo al frente de esa cartera.El operador
Emilio Monzó será el futuro ministro de Gobierno. Tendrá a su cargo las gestiones políticas con gobernadores y referentes partidarios para posicionar a Macri a nivel nacionalel amigo
Andrés Ibarra, actual secretario de Recursos Humanos y amigo de Macri, organizará la administración, al frente de la cartera de Modernización del Estadola preferida
María Eugenia Vidal, electa vicejefa, podría seguir en el Ministerio de Desarrollo Social unos meses. Suenan en su reemplazo Carolina Stanley y Soledad Acuña
Mauricio Macri iniciará su segundo mandato al frente del Ejecutivo porteño con el lanzamiento de un plan de obras que refresque su gestión y algunos cambios de Gabinete para imprimirle un perfil más político y equilibrar el poder interno. Si bien no habrá grandes movimientos en las primeras líneas, la decisión de crear dos nuevos ministerios está tomada y ya genera revuelo entre los principales hombres de Bolívar 1. El jefe de Gobierno porteño tiene pensado enviar a la Legislatura una modificación a la Ley de Ministerios para sumar al organigrama, a partir de diciembre. la cartera de Gobierno que estará a cargo del peronista y ex coordinador de la campaña del PRO, Emilio Monzó y otra de Modernización del Estado, en la que colocará al actual secretario de Recursos Humanos, Andrés Ibarra, su amigo personal.
Serán dos áreas clave para relanzar su gestión y preparar su plan presidencial de cara al 2015. Pero además, la llegada de Monzó e Ibarra funcionará de hecho como un recorte del poder adquirido por dos hombres clave del equipo porteño: el actual jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el secretario General, Marcos Peña.
El ministro de Gobierno tendrá a su cargo las gestiones políticas con gobernadores y referentes partidarios. Será un operador político, con la misión de posicionar a Macri en el plano nacional. En palabras oficiales, la función de Monzó, ex titular de Asuntos Agrarios de Daniel Scioli, será la de captar dirigentes heridos del peronismo para armar una estructura territorial que pueda llevar a Macri al sillón presidencial. Hay quienes aseguran que, por su pasado kirchnerista, será también quien tejerá los lazos con la Rosada para mejorar la relación entre ambos gobiernos. Posibilidad que, tras un corto romance, pareció ayer desvanecerse con las declaraciones cruzadas entre Nación y Ciudad ante el grave accidente ferroviario.
Algunos comparan su futura función con la que realizaba a nivel nacional el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Figura que, desde su génesis, faltó en el macrismo. Esto encendió la luz de alerta en el despacho de Rodríguez Larreta, quien en los últimos años creció política y territorialmente dentro del macrismo, a la par de sus aspiraciones para convertirse en jefe de Gobierno. El mayor temor de Larreta es que Monzó se transforme en la cara del gobierno y arruine sus planes para 2015. Las lenguas filosas destacan, por caso, que Monzó ya cambió su domicilio de residencia desde la provincia de Buenos Aires para la Ciudad.
Aunque en menor medida, el ex funcionario de Scioli también genera recelos en Peña. El secretario General posee una gran influencia en el líder del PRO. Terminó de consolidar su poder al ser uno de los pocos impulsores junto con el asesor Jaime Duran Barba y el amigo de Macri, Nicolás Caputo de la reelección porteña. Cuentan que es un de los pocos que entra al despacho de Macri sin golpear la puerta. No lo reconoce en voz alta pero también se anota en la lista por la sucesión.
Ibarra, en tanto, se ocupará de organizar y dinamizar la administración y modernizar lo procedimientos y sistemas.
Otra de las figuras que ganaron poder dentro del macrismo es la electa vicejefa porteña, María Eugenia Vidal. Dicen que será ella quien tendrá voz y veto para designar a su reemplazante al frente del Ministerio de Desarrollo Social. Suenan con fuerza la legisladora Carolina Stanley y la funcionaria del área, Soledad Acuña. Otra posibilidad es que la propia Vidal continúe un tiempo al frente de esa cartera.El operador
Emilio Monzó será el futuro ministro de Gobierno. Tendrá a su cargo las gestiones políticas con gobernadores y referentes partidarios para posicionar a Macri a nivel nacionalel amigo
Andrés Ibarra, actual secretario de Recursos Humanos y amigo de Macri, organizará la administración, al frente de la cartera de Modernización del Estadola preferida
María Eugenia Vidal, electa vicejefa, podría seguir en el Ministerio de Desarrollo Social unos meses. Suenan en su reemplazo Carolina Stanley y Soledad Acuña