Macri hace pie en el interior con un plan para 2015

Como la gota que horada la piedra, de manera lenta pero persistente, Mauricio Macri avanza en el armado de una propuesta nacional para intentar suceder a Cristina Kirchner en el hoy lejano diciembre de 2015.
En el macrismo coinciden: una pieza vital del engranaje futuro pasa por extender la hoy limitada influencia de Pro en la ancha geografía del país. Por eso, el jefe de gobierno porteño ya aprobó el lanzamiento de un ambicioso proyecto: la apertura de casas de la ciudad de Buenos Aires en las principales capitales provinciales, oficinas que harán las veces de embajadas del Pro en materia cultural, deportiva y, por supuesto, política.
Según pudo confirmar LA NACION, el programa comenzará a mediados de marzo con la apertura de la casa de la ciudad de Buenos Aires en Córdoba y tendrá su segundo capítulo en Rosario. La iniciativa surge del flamante Ministerio de Gobierno porteño, que encabeza Emilio Monzó, y se complementa con los acuerdos de intercambio que su par de Cultura, Hernán Lombardi, lleva adelante con gobernaciones y municipios. El objetivo, afirman en el macrismo, es claro: anudar vínculos con intendentes y gobernadores considerados afines, como paso previo a una eventual y futura confluencia política.
«Serán intercambios en materia cultural con los distritos más poblados. Acuerdos que van en línea con los que ya hemos desarrollado con Neuquén y otras ciudades», afirmó Monzó a LA NACION, en referencia al reciente acuerdo firmado por Macri con el intendente radical de la capital neuquina, Horacio «Pechi» Quiroga, punta del iceberg de charlas y encuentros entre macristas y jefes comunales de distinto signo político (sobre todo de la UCR) que se vienen desarrollando desde hace meses. Aída Ayala, intendenta radical de Resistencia, Chaco, y los cobistas Mario Meoni (Junín) y Héctor Gutiérrez (Pergamino) son otros de los dirigentes que afinan sus lazos con dirigentes de Pro y funcionarios porteños del área de Educación y Salud, entre otras.
Algo sorprendido por la difusión del plan, Monzó afirmó a LA NACION que las casas porteñas en las provincias del país no significarán una erogación importante para su partido ni para la ciudad. «Es sólo el gasto de alquiler», puntualizó el ministro, y negó que el plan consista, a largo plazo, en erigir una oficina del gobierno porteño en cada provincia, como sí confirmaron a LA NACION otras tres fuentes del macrismo. «Va a ser un plan gasolero», minimizó otro dirigente macrista al tanto de las negociaciones. El propio Macri, según cuentan a su lado, puso freno a las ansias de los promotores y sólo dio vía libre a los proyectos de la capital cordobesa y Rosario.
«La presencia de la ciudad en las provincias, poner un pie institucional en ellas, es importante como señal política: Mauricio va en serio hacia 2015», afirmó otro dirigente cercano al proyecto, que Monzó diseña junto al flamante presidente de Pro a nivel nacional, Humberto Schiavoni, y el diputado porteño Rogelio Frigerio, entre otros.
Lombardi, en tanto, afirmó que su tarea de «acercamiento cultural» con las provincias, que va desde la muestra itinerante de Jorge Luis Borges hasta giras de los teatros San Martín y Colón, y el festival de tango, «se dará aquí en la Argentina como ya lo hicimos en París, Santiago de Chile y otros países», y le restó exclusiva significación política al asunto. «En principio, son actividades culturales. Y cualquier acuerdo de gestión puede traer acuerdos políticos, o no», afirmó el ministro aLA NACION.
Planes y resistencias
Cerca de Macri evitaron hacer comentarios sobre el proyecto y se lo adjudicaron casi con exclusividad a Monzó. La prudencia va de la mano de algunos reparos del macrismo «puro» a la «velocidad» que el ex ministro de Agricultura de Daniel Scioli pretende imprimirle al armado de Pro en las provincias.
«Nadie se va a jugar tanto tiempo antes de las elecciones y pasarse a Pro mañana. Emilio va demasiado rápido y se presiona solo, sin que Mauricio se lo pida», afirman otros dirigentes del macrismo en relación con los esfuerzos del ministro de Gobierno por incorporar dirigentes en el corto plazo. «No hay 2015 sin 2013», les suele contestar Monzó a quienes proponen ir más lento en la búsqueda de figuras y candidatos extrapartidarios.
El panorama que enfrentan Monzó y Schiavoni es, por lo menos hoy, complejo. Más allá de tener muy buenas perspectivas en la Capital y en la provincia de Buenos Aires, el resto del país aparece con signos de interrogación. Miguel del Sel, en Santa Fe, y Alfredo Olmedo, en Salta, son dos de los escasos dirigentes propios o aliados que tienen buenas perspectivas de triunfo en las legislativas que se celebrarán en dos años. Por eso, reconocen en el macrismo, acordar con peronistas o radicales con buena imagen y respetable intención de voto resulta imprescindible para asegurar una sólida base territorial y competir en condiciones de igualdad contra el kirchnerismo.
Ajeno al menos por el momento a las tensiones internas, Macri diseñó un fin de enero con alto perfil. El sábado 28 estará, junto a Monzó, en el festival de folklore de Cosquín, en Córdoba, y un día después asistirá al superclásico Boca-River, que se jugará en Mendoza. A su paso por tierra mendocina, aprovechará para firmar un acuerdo de intercambio cultural con el intendente de Godoy Cruz, el radical Alfredo Cornejo, cercano al ex vicepresidente Julio Cobos hasta hace muy poco tiempo.
En febrero habrá una visita personal de Macri a Ayala, en Resistencia, en el contexto de la expansión por el país en la que el jefe de Pro planea embarcarse durante 2012, y que ya le valió críticas desde el propio radicalismo, que lo acusa de «intentar cooptar dirigentes» de manera similar a la del kirchnerismo en sus primeros años.
Mientras pone énfasis en la gestión porteña, atestada de complicaciones cotidianas como las que representan el subterráneo y los manteros en la calle Florida, Macri piensa en el futuro. Su plan de expansión territorial apunta a su ambición presidencial para 2015.Expansión. Abrirá casas de la Ciudad de Buenos Aires en varias provincias. El objetivo declarado es impulsar el intercambio cultural, pero detrás de ellas está la intención de hacer política y crear militancia.
Objetivos. Macri busca afianzar su influencia en el interior y tejer lazos con gobernadores e intendentes.
Futuro. La primera casa se abrirá en la ciudad de Córdoba y la segunda, en Rosario. Después seguirán otras provincias.
Detalles del proyecto
Buenos Aires al país. El plan del ministro de Gobierno y otros dirigentes de Pro, avalado por Macri, consiste en la apertura de casas de la ciudad de Buenos Aires en distintos centros poblados del país. Comenzarán en marzo en Córdoba, y la segunda casa se abrirá en Rosario.
Cultura y política. Tanto el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, como su par de Cultura, Hernán Lombardi, atribuyeron fines «de intercambio cultural» a la iniciativa. Pero en Pro reconocen que para Macri será «un paso» para afianzarse en las provincias en las que al macrismo le faltan referentes de peso.
Planes. La primera casa porteña se abrirá en la capital de Córdoba, cuyo intendente es el radical Ramón Mestre en marzo próximo. Le seguirá Rosario, que es gobernada por la socialista Mónica Fein. La idea original contempla la apertura de casas en otros puntos del país.
Quejas y reparos. El plan de acercamiento de Macri a intendentes opositores, en su mayoría de extracción radical, motivó el enojo de dirigentes de ese partido. El ex candidato presidencial Ricardo Alfonsín acusó días atrás al líder de Pro de «cooptar dirigentes», al igual «que el kirchnerismo».

Ministro de Gobierno porteño
«Este proyecto será para intercambios en materia cultural con los distritos más importantes del país. Va en línea con lo que venimos trabajando en Neuquén y en otras ciudades.».

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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