Mauricio Macri . Jefe de Gobierno porteño
Santiago Fioriti
Las palomas bajan a comer a Plaza de Mayo. Los porteños caminan apurados, los turistas sacan fotos y los autos y colectivos quedan aprisionados por el tránsito. De fondo, la Casa Rosada. Es jueves al mediodía y Mauricio Macri mira el paisaje desde un primer piso, apoyado sobre una columna, mientras el fotógrafo de Clarín lo retrata y sus asesores bromean. Es la primera vez que el jefe de Gobierno siente que puede ser presidente. La distancia con Sergio Massa y Daniel Scioli se ha achicado y ha provocado cierto aire de euforia en el PRO. Macri lo niega: “¿Vos me ves agrandado? ¿Cuándo me viste agrandado? Nunca. ¿Sabés qué pasa? Hace un año nos decían que estábamos locos y que no se podía. Y hoy esa locura avanza. Estamos creciendo en todo el país”.
–¿Qué está viendo que lo hace tan optimista?
–Veo que el Gobierno niega los problemas. Niega la inflación, se agrava la recesión y no hay respuesta para la inseguridad. La sociedad quiere un cambio y el cambio somos nosotros. Ellos no han podido, no han querido o no han sabido en estos 30 años. Hay un aire de cambio que va más allá de la Presidenta.
–¿Quiénes son “ellos”?
–Los que forman parte de la realidad del peronismo, que ha sido el protagonista central de los últimos 30 años. Estaría bueno que hicieran una autocrítica y plantearan una renovación.
–¿Massa y Scioli son “ellos”?
–Sí, obviamente. Son parte del peronismo. La pelea de Massa y Scioli es parte de la interna del PJ. Se pelean intendente por intendente. Son lo mismo. Ya han gobernado.
–¿Cuánto le preocupa que en la mayoría de los sondeos ellos estén por encima suyo?
–¿La verdad? Me preocupa que los argentinos se animen. Ellos van a agitar la bandera del miedo, a decir que el cambio es un peligro. Massa y Scioli instalarán el miedo para que la gente no se atreva. Para transmitir que con lo poco que les queda a los argentinos no les conviene arriesgar. Pero todas nuestras mediciones indican que la gente sabe que esto es un fin de ciclo y que la discusión va a ser continuidad o cambio. Y el cambio somos nosotros. No hay otra.
–¿Puede ganar sin la UCR?
–Las banderías políticas para mí están en segundo plano. Hay que tener generosidad y saber construir. Todo el espectro político me ha dicho que ha recorrido la Ciudad y que se ha sorprendido por la propuesta social de nuestro gobierno: por el trabajo en las villas, hospitales y escuelas públicas.
–¿Las villas? En la Capital crecieron más de un 150 por ciento en los últimos 13 años..
–Eso demuestra que el modelo no fue el éxito que ellos predicaban.
–¿Pero usted no es responsable siendo el jefe de Gobierno?
–Es que eso tiene que ver con la macroeconomía. Si hay oportunidades de empleo, si hay créditos para la primera vivienda, si hay un ordenamiento territorial razonable… En nuestro proyecto de país va a haber un enorme crecimiento de las economías regionales y eso va a poblar equilibradamente el país. Los que vinieron a la Ciudad y al GBA por trabajo van a poder volver a sus lugares porque van a tener trabajo.
–¿Los radicales lo elogian?
–Claro. Los radicales valoran lo que hemos hecho. Pero no solo ellos. También Luis Juez me reconoció que se había equivocado conmigo y que nuestra tarea era para destacar.
–Pensar que antes no lo querían nada. ¿Cambió el PRO o cambiaron los demás? ¿O todo es para tratar de ganar la elección?
–Se venció el prejuicio y se valoró lo que hemos hecho en la Ciudad. Al final del día es lo que cuenta. Y hay ciertas calificaciones que no corren más. Lo que va es: ¿podés? ¿sabés? ¿querés? ¿tenés valores para hacerlo? Lo que viene es una política focalizada en el hacer, no en enfocada en los políticos.
–¿La negociación con el radicalismo incluye que su candidato a vicepresidente sea radical?
–Nosotros no podemos hablar de un vice radical. Es una falta de respeto. Ellos tienen UNEN y nosotros nuestra propuesta.
–Los encuestadores dicen que si al país le va mal, usted tiene más chances de ser presidente, ¿coincide?
–Yo trabajo con mi equipo para que al país no le vaya mal. Voy a ser presidente igual, más allá de cuánto se deteriore la economía. Fui elegido presidente de Boca cuando el equipo iba primero y con Maradona en la cancha.
–Supongamos que el Gobierno controla la inflación y endereza algunas cuestiones. ¿No crecerían las posibilidades de algún candidato oficialista?
–No. El tsunami del cambio es imparable. Esta gente que nos gobernó estos 30 años no solucionó problemas graves como la pobreza. No supo, no quiso o no pudo.
–¿Usted dice lo que la gente quiere escuchar, como opina Scioli?
–Daniel es un amigo. Pero pensamos y gestionamos de manera distinta.
–¿No fue un acto de demagogia decir que eliminará el impuesto a las Ganancias?
–¡Nooo! Absolutamente, no. Yo a la gente no la voy a estafar con la inflación. Y no le voy a cobrar retenciones a ninguna economía regional porque eso nos va a permitir generar trabajo y tener la misma recaudación impositiva que se tiene hoy. Vamos a crear un millón de puesto de trabajo.
Santiago Fioriti
Las palomas bajan a comer a Plaza de Mayo. Los porteños caminan apurados, los turistas sacan fotos y los autos y colectivos quedan aprisionados por el tránsito. De fondo, la Casa Rosada. Es jueves al mediodía y Mauricio Macri mira el paisaje desde un primer piso, apoyado sobre una columna, mientras el fotógrafo de Clarín lo retrata y sus asesores bromean. Es la primera vez que el jefe de Gobierno siente que puede ser presidente. La distancia con Sergio Massa y Daniel Scioli se ha achicado y ha provocado cierto aire de euforia en el PRO. Macri lo niega: “¿Vos me ves agrandado? ¿Cuándo me viste agrandado? Nunca. ¿Sabés qué pasa? Hace un año nos decían que estábamos locos y que no se podía. Y hoy esa locura avanza. Estamos creciendo en todo el país”.
–¿Qué está viendo que lo hace tan optimista?
–Veo que el Gobierno niega los problemas. Niega la inflación, se agrava la recesión y no hay respuesta para la inseguridad. La sociedad quiere un cambio y el cambio somos nosotros. Ellos no han podido, no han querido o no han sabido en estos 30 años. Hay un aire de cambio que va más allá de la Presidenta.
–¿Quiénes son “ellos”?
–Los que forman parte de la realidad del peronismo, que ha sido el protagonista central de los últimos 30 años. Estaría bueno que hicieran una autocrítica y plantearan una renovación.
–¿Massa y Scioli son “ellos”?
–Sí, obviamente. Son parte del peronismo. La pelea de Massa y Scioli es parte de la interna del PJ. Se pelean intendente por intendente. Son lo mismo. Ya han gobernado.
–¿Cuánto le preocupa que en la mayoría de los sondeos ellos estén por encima suyo?
–¿La verdad? Me preocupa que los argentinos se animen. Ellos van a agitar la bandera del miedo, a decir que el cambio es un peligro. Massa y Scioli instalarán el miedo para que la gente no se atreva. Para transmitir que con lo poco que les queda a los argentinos no les conviene arriesgar. Pero todas nuestras mediciones indican que la gente sabe que esto es un fin de ciclo y que la discusión va a ser continuidad o cambio. Y el cambio somos nosotros. No hay otra.
–¿Puede ganar sin la UCR?
–Las banderías políticas para mí están en segundo plano. Hay que tener generosidad y saber construir. Todo el espectro político me ha dicho que ha recorrido la Ciudad y que se ha sorprendido por la propuesta social de nuestro gobierno: por el trabajo en las villas, hospitales y escuelas públicas.
–¿Las villas? En la Capital crecieron más de un 150 por ciento en los últimos 13 años..
–Eso demuestra que el modelo no fue el éxito que ellos predicaban.
–¿Pero usted no es responsable siendo el jefe de Gobierno?
–Es que eso tiene que ver con la macroeconomía. Si hay oportunidades de empleo, si hay créditos para la primera vivienda, si hay un ordenamiento territorial razonable… En nuestro proyecto de país va a haber un enorme crecimiento de las economías regionales y eso va a poblar equilibradamente el país. Los que vinieron a la Ciudad y al GBA por trabajo van a poder volver a sus lugares porque van a tener trabajo.
–¿Los radicales lo elogian?
–Claro. Los radicales valoran lo que hemos hecho. Pero no solo ellos. También Luis Juez me reconoció que se había equivocado conmigo y que nuestra tarea era para destacar.
–Pensar que antes no lo querían nada. ¿Cambió el PRO o cambiaron los demás? ¿O todo es para tratar de ganar la elección?
–Se venció el prejuicio y se valoró lo que hemos hecho en la Ciudad. Al final del día es lo que cuenta. Y hay ciertas calificaciones que no corren más. Lo que va es: ¿podés? ¿sabés? ¿querés? ¿tenés valores para hacerlo? Lo que viene es una política focalizada en el hacer, no en enfocada en los políticos.
–¿La negociación con el radicalismo incluye que su candidato a vicepresidente sea radical?
–Nosotros no podemos hablar de un vice radical. Es una falta de respeto. Ellos tienen UNEN y nosotros nuestra propuesta.
–Los encuestadores dicen que si al país le va mal, usted tiene más chances de ser presidente, ¿coincide?
–Yo trabajo con mi equipo para que al país no le vaya mal. Voy a ser presidente igual, más allá de cuánto se deteriore la economía. Fui elegido presidente de Boca cuando el equipo iba primero y con Maradona en la cancha.
–Supongamos que el Gobierno controla la inflación y endereza algunas cuestiones. ¿No crecerían las posibilidades de algún candidato oficialista?
–No. El tsunami del cambio es imparable. Esta gente que nos gobernó estos 30 años no solucionó problemas graves como la pobreza. No supo, no quiso o no pudo.
–¿Usted dice lo que la gente quiere escuchar, como opina Scioli?
–Daniel es un amigo. Pero pensamos y gestionamos de manera distinta.
–¿No fue un acto de demagogia decir que eliminará el impuesto a las Ganancias?
–¡Nooo! Absolutamente, no. Yo a la gente no la voy a estafar con la inflación. Y no le voy a cobrar retenciones a ninguna economía regional porque eso nos va a permitir generar trabajo y tener la misma recaudación impositiva que se tiene hoy. Vamos a crear un millón de puesto de trabajo.
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