El Gobierno reclama a los empresarios que firmen una tregua en la que no haya despidos. Durante el tiempo que dure ese acuerdo, quieren armar una mesa tripartita (funcionarios, ejecutivos, gremialistas) para discutir medidas que promuevan la creación de empleo. El objetivo último de la medida es frenar la ley antidespidos que impulsa la oposición, y que el oficialismo teme se convierta en un duro revés político.
Ayer se sucedieron intensas llamadas después del mediodía. Quienes levantaron el teléfono en nombre del Presidente fueron los vice jefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, además del ministro de la Producción, Francisco Cabrera. Hubo alguna comunicación también del secretario de Industria, Martín Etchegoyen. Los llamados tenían todos el mismo tono: “Necesitamos que firmen un acuerdo por escrito de que no habrá despidos por 2 o 3 meses, por un plazo a definir”, fue el pedido.
Del otro lado de la línea estuvieron los principales dirigentes del empresariado. Los llamaron uno a uno. Algunos recibieron más de un llamado. Sonaron los teléfonos de las cúpulas de la UIA, AEA, Sociedad Rural, CAME, Foro Empresario, IDEA, entre otros.
“Lo que me pidieron a mí concretamente fue que firmara un compromiso por 60 días sin despidos”, contó uno de los empresarios que recibió los llamados desde la Casa Rosada. “Algo público, y por escrito”, agregó otro de los ejecutivos con los que los funcionarios se contactaron.
Lo que los hombres del Presidente pretenden es que ese compromiso esté firmado por empresas, con nombre y apellido, no por cámaras. Es que las asociaciones con las que se contactaron les aseguraron que ellos, como entidades, no pueden asumir ese compromiso, que lo tiene que tomar cada compañía en sí. “Cada una tiene una realidad diferente, cada sector está en un momento económico particular, no es lo mismo una automotriz golpeada por la crisis de Brasil que un fabricante de alimentos sin grandes dificultades”, dijo un ejecutivo a uno de los funcionarios.
Lopetegui, Quintana y Cabrera entendieron el planteo, y entonces reclamaron a los dirigentes que se ocupen de hacer la recolección de firmas entre sus asociados. Y que eso debería hacerse durante este fin de semana. “Yo no puedo hacer eso, llamar uno por uno a mis pares, para convencerlos en un plazo de 72 horas”, dijo uno de los interpelados. “Me dieron plazo hasta mañana sábado para que les responda si lo voy a hacer”, explicó otro. El objetivo, según confesó un funcionario a un empresario, es que el compromiso esté firmado por más de 2.000 empresas.
El tema tiene un antecedente. Semanas atrás, Lopetegui y Quintana se reunieron con la AEA, y les plantearon un compromiso de este tipo. Se discutió en el seno de la asociación y se votó en contra de hacerlo. El presidente Macri tiene un mal recuerdo del tema, según confesó en estos días.
¿Para qué serviría esa tregua? “En ese lapso armaríamos una mesa de diálogo, que es lo que ha faltado con la ley antidespidos -contó uno de los funcionarios involucrados-. Ya tuvimos algún contacto con los sindicatos, que estarían dispuestos a sumarse a una discusión tripartita Gobierno/Empresas/Trabajadores para discutir medidas que generen trabajo, como la ley de primer empleo que impulsamos nosotros”.
Atrás de esta movida con los empresarios hay una tensión política. El Gobierno ve con preocupación cómo avanza una negociación entre el Frente Renovador y el Frente para la Victoria para sacar la ley. Eso sería, creen, un duro revés político. Y obligaría a Macri a vetarla, dicen. “Si quieren gobernabilidad, estabilidad, tienen que evitar que lleguemos a eso”, le plantearon los funcionarios a los empresarios ayer por la tarde.
Los plazos corren rápido. Hoy volverán a calentarse los teléfonos.
Ayer se sucedieron intensas llamadas después del mediodía. Quienes levantaron el teléfono en nombre del Presidente fueron los vice jefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, además del ministro de la Producción, Francisco Cabrera. Hubo alguna comunicación también del secretario de Industria, Martín Etchegoyen. Los llamados tenían todos el mismo tono: “Necesitamos que firmen un acuerdo por escrito de que no habrá despidos por 2 o 3 meses, por un plazo a definir”, fue el pedido.
Del otro lado de la línea estuvieron los principales dirigentes del empresariado. Los llamaron uno a uno. Algunos recibieron más de un llamado. Sonaron los teléfonos de las cúpulas de la UIA, AEA, Sociedad Rural, CAME, Foro Empresario, IDEA, entre otros.
“Lo que me pidieron a mí concretamente fue que firmara un compromiso por 60 días sin despidos”, contó uno de los empresarios que recibió los llamados desde la Casa Rosada. “Algo público, y por escrito”, agregó otro de los ejecutivos con los que los funcionarios se contactaron.
Lo que los hombres del Presidente pretenden es que ese compromiso esté firmado por empresas, con nombre y apellido, no por cámaras. Es que las asociaciones con las que se contactaron les aseguraron que ellos, como entidades, no pueden asumir ese compromiso, que lo tiene que tomar cada compañía en sí. “Cada una tiene una realidad diferente, cada sector está en un momento económico particular, no es lo mismo una automotriz golpeada por la crisis de Brasil que un fabricante de alimentos sin grandes dificultades”, dijo un ejecutivo a uno de los funcionarios.
Lopetegui, Quintana y Cabrera entendieron el planteo, y entonces reclamaron a los dirigentes que se ocupen de hacer la recolección de firmas entre sus asociados. Y que eso debería hacerse durante este fin de semana. “Yo no puedo hacer eso, llamar uno por uno a mis pares, para convencerlos en un plazo de 72 horas”, dijo uno de los interpelados. “Me dieron plazo hasta mañana sábado para que les responda si lo voy a hacer”, explicó otro. El objetivo, según confesó un funcionario a un empresario, es que el compromiso esté firmado por más de 2.000 empresas.
El tema tiene un antecedente. Semanas atrás, Lopetegui y Quintana se reunieron con la AEA, y les plantearon un compromiso de este tipo. Se discutió en el seno de la asociación y se votó en contra de hacerlo. El presidente Macri tiene un mal recuerdo del tema, según confesó en estos días.
¿Para qué serviría esa tregua? “En ese lapso armaríamos una mesa de diálogo, que es lo que ha faltado con la ley antidespidos -contó uno de los funcionarios involucrados-. Ya tuvimos algún contacto con los sindicatos, que estarían dispuestos a sumarse a una discusión tripartita Gobierno/Empresas/Trabajadores para discutir medidas que generen trabajo, como la ley de primer empleo que impulsamos nosotros”.
Atrás de esta movida con los empresarios hay una tensión política. El Gobierno ve con preocupación cómo avanza una negociación entre el Frente Renovador y el Frente para la Victoria para sacar la ley. Eso sería, creen, un duro revés político. Y obligaría a Macri a vetarla, dicen. “Si quieren gobernabilidad, estabilidad, tienen que evitar que lleguemos a eso”, le plantearon los funcionarios a los empresarios ayer por la tarde.
Los plazos corren rápido. Hoy volverán a calentarse los teléfonos.