Macri pidió «terminar con la cultura del impostor»

En el Gobierno aseguran que el mensaje del Presidente, en la última reunión de Gabinete ampliado, no se trató de un dardo hacia Sergio Massa, sino de «un concepto general» dirigido a terminar con las internas en su equipo. Pero las palabras que utilizó, justo en una jornada clave por el tratamiento del proyecto de Ganancias que impuso el líder del Frente Renovador, en consenso con el kirchnerismo y otros sectores de la oposición, refrescaron el duro reproche que le hizo durante el fin de semana largo al tigrense: «Hay que terminar con la cultura del impostor», dijo esta mañana, el jefe de Estado en el Centro Cultural Kirchner. Fue un encuentro sólo para funcionarios, que Clarín pudo reconstruir de diversas fuentes oficiales.
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«No hay que mentir: hay que ser auténticos, la gente reconoce eso en nosotros», arengó Mauricio Macri a sus funcionarios en el que fue el balance de su primer año de gestión. «Hay que terminar con la pequeñez de acusar al de al lado, con la cultura del impostor, porque el impostor tarde o temprano sale a la luz», completó. Ante la frase del Presidente, hubo varias sonrisas en el CCK: días atrás, calificó de «impostor» a Massa, al sugerirle que «aprenda a ser confiable».
Aunque durante su discurso no hizo nombres propios, el jefe de Estado buscó diferenciar a su espacio de la oposición, justo cuando dentro de su Gabinete un sector impulsa acuerdos con referentes opositores para garantizar políticas a largo plazo. «La mayoría de la gente quiere un cambio, pero los dirigentes no. Tenemos que demostrar está convicción. No subestimen la importancia de esta forma distinta de hacer política», resaltó.
En ese sentido, les hizo un guiño a tres de sus hombres del ala técnica: «Marcos (Peña), Mario (Quintana) y Gustavo (Lopetegui) son mis ojos, mi inteligencia y son yo».
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«Lo mágico de esto -siguió Macri- es la devolución y la maduración de la Argentina. Ellos (por la gente) han entendido la necesidad de un cambio y nos han empoderado para hacer el cambio».
No obstante, admitió que «la mayoría no ve este nuevo camino porque tiene miedo, miedo a ilusionarse o a que sea cierto. No hay que tener expectativas en el reconocimiento inmediato porque esto no es magia, tiene que ver con la convicción, coherencia y coraje». «Siempre a la larga el trabajo se ve y este no es un camino corto. Este no es un partido sino un campeonato», graficó.
Pero no todo fue en tono zen. Si bien defendió el «8» que se puso como nota por su primer año de gestión («Lo hice a conciencia porque hay mucho esfuerzo y amor puesto ahí», explicó) y dijo no dudar que ha «puesto el mejor equipo en la cancha», Macri les recordó a sus funcionarios que «en 2017 ya no hay tiempo para el aprendizaje, los resultados se tienen que ver en la cancha».
«No quiero que me cuenten algo lindo sino que se cumplan los objetivos, que me digan cómo avanzan: yo no le puedo fallar a la gente pero ustedes no me pueden fallar a mí», les advirtió, antes de desearles «Felices Fiestas».

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