Interrumpió el silencio y la reflexión para criticar con dureza a sus viejos compañeros de ruta. Justo cuando ellos, con nueva conducción a la cabeza, daban los primeros pasos de su nueva etapa política.
Meses después de su sonoro fracaso electoral, Elisa Carrió marcó ayer su distancia con la nueva conducción de la Coalición Cívica-ARI, que ayer discutió una nueva agenda de prioridades para el país y dejó abierto el diálogo con fuerzas políticas como el socialismo y Proyecto Sur. «Tengo diferencias con el partido. No es momento de dejar la lucha contra la corrupción, una corrupción que mata, como quedó demostrado hoy», afirmó Carrió a LA NACION. Y reafirmó que seguirá «luchando contra la corrupción, pase lo que pase».
Las frases de la fundadora de ARI no fueron inocentes. Adrián Pérez, el nuevo secretario de la CC-ARI, y el diputado Alfonso Prat-Gay habían decidido dejar de lado el tono de denuncia que caracterizó a Carrió durante toda su carrera política. Y presentaron ayer a dirigentes de todas las provincias una «agenda de prioridades» a discutir con otras fuerzas, como la reforma previsional, la reforma prioritaria y la lucha contra el trabajo en negro.
«Sacamos menos del 2% y la idea es tratar de recuperarnos desde abajo. No tenemos la legitimidad de Lilita en 2007», afirmó Pérez en el plenario, en el que no faltaron discusiones sobre el rumbo a seguir. Del núcleo duro de la CC sólo faltaron, además de Carrió, los ex diputados Elsa Quiroz y Héctor Flores, que acompañan a la diputada en su movimiento Resistencia 2012.
Entre cafés en vasos de plástico y medialunas, Pérez y Prat-Gay expresaron su satisfacción por la convocatoria del encuentro partidario, el primero sin Carrió y luego de las elecciones. Distintos dirigentes acordaron con el perfil de centroizquierda que pretenden imprimir al partido. «No nos fue bien ni con el antikirchnerismo ni con el antimacrismo», afirmó a La Nacion Fernando Sánchez, legislador porteño de la CC, en un bar de la calle Rivadavia. Después llegaron las críticas de Carrió, disconforme con el rumbo que pretenden tomar sus sucesores..
Meses después de su sonoro fracaso electoral, Elisa Carrió marcó ayer su distancia con la nueva conducción de la Coalición Cívica-ARI, que ayer discutió una nueva agenda de prioridades para el país y dejó abierto el diálogo con fuerzas políticas como el socialismo y Proyecto Sur. «Tengo diferencias con el partido. No es momento de dejar la lucha contra la corrupción, una corrupción que mata, como quedó demostrado hoy», afirmó Carrió a LA NACION. Y reafirmó que seguirá «luchando contra la corrupción, pase lo que pase».
Las frases de la fundadora de ARI no fueron inocentes. Adrián Pérez, el nuevo secretario de la CC-ARI, y el diputado Alfonso Prat-Gay habían decidido dejar de lado el tono de denuncia que caracterizó a Carrió durante toda su carrera política. Y presentaron ayer a dirigentes de todas las provincias una «agenda de prioridades» a discutir con otras fuerzas, como la reforma previsional, la reforma prioritaria y la lucha contra el trabajo en negro.
«Sacamos menos del 2% y la idea es tratar de recuperarnos desde abajo. No tenemos la legitimidad de Lilita en 2007», afirmó Pérez en el plenario, en el que no faltaron discusiones sobre el rumbo a seguir. Del núcleo duro de la CC sólo faltaron, además de Carrió, los ex diputados Elsa Quiroz y Héctor Flores, que acompañan a la diputada en su movimiento Resistencia 2012.
Entre cafés en vasos de plástico y medialunas, Pérez y Prat-Gay expresaron su satisfacción por la convocatoria del encuentro partidario, el primero sin Carrió y luego de las elecciones. Distintos dirigentes acordaron con el perfil de centroizquierda que pretenden imprimir al partido. «No nos fue bien ni con el antikirchnerismo ni con el antimacrismo», afirmó a La Nacion Fernando Sánchez, legislador porteño de la CC, en un bar de la calle Rivadavia. Después llegaron las críticas de Carrió, disconforme con el rumbo que pretenden tomar sus sucesores..