Los conflictos internos están a la orden del día en el arco opositor. Luego de que la encarnizada interna radical estallara en el Congreso la semana pasada, ayer fue el Frente Amplio Progresista (FAP) el que mostró sus grietas, a propósito del acto que el gobernador socialista Antonio Bonfatti compartió en Ushuaia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los socios políticos del socialismo reclamaron públicamente que el partido adopte un perfil más opositor frente al gobierno nacional.
Está tan difuso lo institucional de lo partidario en los actos de la Presidenta, que (la presencia de Bonfatti) termina siendo convalidante de un esquema donde la Presidenta partidiza todo, lamentó el diputado Gerardo Milman, del GEN, fuerza fundada por Margarita Stolbizer. Uno no sabe a lo que va cuando lo invitan a un acto, qué va a escuchar… pero si eso termina siendo partidario, uno tiene que contestar, exhortó el legislador.
Este debate interno en el FAP se actualiza cada vez que el santafesino es invitado a un acto presidencial y remite a una discusión que atraviesa a toda la oposición después de las elecciones del año pasado: cómo pararse frente al gobierno nacional. Para los sectores más cercanos al GEN, el FAP debería adoptar un perfil opositor claro, que se plasme tanto en el Congreso como en los actos institucionales. El acto en Ushuaia no fue un hecho aislado. La postal del voto dividido en ambas Cámaras por la transferencia del subte a la Ciudad (debate en el que el socialismo, excepto Roy Cortina, y Unidad Popular se abstuvieron mientras que el resto del FAP votó en contra) resultó urticante al interior de la fuerza.
Para el Partido Socialista, que preside Rubén Giustiniani pero que se referencia principalmente en el ex candidato presidencial Hermes Binner, la actitud de Bonfatti no debería ser opinable, dado que el rosarino debe hacer lo necesario para afrontar sin sobresaltos la gestión provincial. Aun así, el tema insiste en colarse entre las principales preocupaciones partidarias. Binner y Bonfatti debieron salir a desmentir la semana pasada que hayan discutido por la relación del gobernador con la Casa Rosada.
Además, hay otro punto de conflicto al interior del FAP: la posibilidad de iniciar negociaciones con la UCR tendientes a un acuerdo electoral el año próximo. No descarto conversaciones con el radicalismo, sostuvo Binner en las últimas horas y volvió a agitar el avispero. Todos los temas serán analizados la semana próxima, cuando el jueves se reúna la mesa de conducción nacional del Frente en la Ciudad de Buenos Aires. Las grietas, por lo pronto, ya quedaron expuestas.
Está tan difuso lo institucional de lo partidario en los actos de la Presidenta, que (la presencia de Bonfatti) termina siendo convalidante de un esquema donde la Presidenta partidiza todo, lamentó el diputado Gerardo Milman, del GEN, fuerza fundada por Margarita Stolbizer. Uno no sabe a lo que va cuando lo invitan a un acto, qué va a escuchar… pero si eso termina siendo partidario, uno tiene que contestar, exhortó el legislador.
Este debate interno en el FAP se actualiza cada vez que el santafesino es invitado a un acto presidencial y remite a una discusión que atraviesa a toda la oposición después de las elecciones del año pasado: cómo pararse frente al gobierno nacional. Para los sectores más cercanos al GEN, el FAP debería adoptar un perfil opositor claro, que se plasme tanto en el Congreso como en los actos institucionales. El acto en Ushuaia no fue un hecho aislado. La postal del voto dividido en ambas Cámaras por la transferencia del subte a la Ciudad (debate en el que el socialismo, excepto Roy Cortina, y Unidad Popular se abstuvieron mientras que el resto del FAP votó en contra) resultó urticante al interior de la fuerza.
Para el Partido Socialista, que preside Rubén Giustiniani pero que se referencia principalmente en el ex candidato presidencial Hermes Binner, la actitud de Bonfatti no debería ser opinable, dado que el rosarino debe hacer lo necesario para afrontar sin sobresaltos la gestión provincial. Aun así, el tema insiste en colarse entre las principales preocupaciones partidarias. Binner y Bonfatti debieron salir a desmentir la semana pasada que hayan discutido por la relación del gobernador con la Casa Rosada.
Además, hay otro punto de conflicto al interior del FAP: la posibilidad de iniciar negociaciones con la UCR tendientes a un acuerdo electoral el año próximo. No descarto conversaciones con el radicalismo, sostuvo Binner en las últimas horas y volvió a agitar el avispero. Todos los temas serán analizados la semana próxima, cuando el jueves se reúna la mesa de conducción nacional del Frente en la Ciudad de Buenos Aires. Las grietas, por lo pronto, ya quedaron expuestas.
Típico gobernador cooptado por La Caja.