por MARÍA GABRIELA ENSINCK
Directo, frontal, casi políticamente incorrecto. Así se muestra Walter Canido, presidente de Manaos, la marca que muchos consideran la versión Nac&Pop de la Coca Cola. La firma fue creada en 2004 por su padre, Omar, y sus tíos Norberto, Mari y Orlando, que habían comandado durante cuatro décadas un negocio de distribución de bebidas (cerveza Bieckert, vino Crespi y la gaseosa Sao, entre otras), en Puente La Noria.
En la actualidad, la planta de Virrey del Pino, en La Matanza, produce 1,8 millones de botellas de refrescos por día y emplea a 140 personas. Días después de inaugurar, con una inversión de u$s 12 millones, una nueva línea de embotellamiento que permitirá aumentar en un 40% la producción, Canido charló con El Cronista sin esquivar ningún tema: la inflación, el tarifazo, sus competidores y su estrategia para ganar mercado y seguir creciendo en un contexto de caída del consumo.
¿Alguna vez soñó con hacer la versión nacional y popular de la Coca Cola?
Mi familia viene del negocio de distribución de bebidas. Nunca habíamos estado en la industria. Mi padre y mis tíos decidieron apostar a la producción, invirtiendo u$s 200.000 de sus ahorros en esta planta que hoy es una de las más modernas de Sudamérica. Se embarcaron en esto porque creyeron en el país, de ahí nuestro lema, «Vamos Manaos!»
¿Por qué le pusieron un nombre brasileño?
La historia de la marca es simple: durante muchos años, nosotros distribuíamos la gaseosa Sao, que se vendió muy bien en los 90. La empresa decidió dejarnos para vender por su cuenta y se fundió. Entonces mi tío Orlando vió que había una oportunidad en el mercado y fue a un estudio de abogados especializados en marcas. Manaos estaba vacante, y sonaba parecido a Sao. Así que la compró.
¿De qué forma una marca tan identificada con la visión Nac&Pop del kirchnerismo termina inaugurando instalaciones junto al gobierno del Pro?
A la inauguración vinieron el Presidente Macri, la gobernadora Vidal y la intendenta Magario, del PJ. No hacemos cuestiones partidarias. Estamos por encima de eso.
¿Como cuando juntaron para una publicidad a Enzo Francescoli con Martín Palermo?
Exacto. Los elegimos por sus valores, sin importar la camiseta. Ellos simbolizan el trabajo y el esfuerzo, algo con lo que identificamos la marca.
El grito de Macri «vamos Manaos» fue muy comentado en las redes sociales…
Sí, pero nosotros no nos guiamos por lo que dicen en las redes sociales. Además, pensamos que los argentinos podemos, antes de que el presidente lo tomara como lema (se ríe)
Y hablando de la inversión que acaban de hacer, cómo ven el mercado y el consumo?
La verdad es que crecimos mucho en la década pasada. Montamos todo esto de cero, y en 10 años nos posicionamos entre Coca y Pepsi. Ahora el consumo bajó. Pero decidimos invertir. No queremos dejar el dinero en una bolsa o llevarlo afuera porque vivimos acá, y necesitamos producir más, para llegar a más hogares del país.
¿La caída del poder adquisitivo los favoreció por volcar el consumo hacia segundas marcas?
La gente nos elige porque vendemos calidad a buen precio. Hoy tenemos 1800 bocas de distribución, y queremos llegar a más lugares. En el único canal que no estamos es en bares y restaurantes, porque ahí Coca no nos deja. Si queremos entrar, ellos vienen con promociones muy agresivas y no podemos competir.
¿Los afectó el tarifazo?
Como a todos, porque fue un golpe general, no sólo para nosotros. Entre los motivos por los que hicimos esta inversión en la planta, también está el de reducir un 45% el consumo de electricidad y 60% el de agua y químicos.
¿Qué le preocupa de la situación económica actual?
Que haya desigualdad, que falte salud y seguridad. Y la inflación. Hace años que venimos con este problema. tener 25% o 35% de inflación anual es una barbaridad. Tendríamos que tener menos del 10%.
Directo, frontal, casi políticamente incorrecto. Así se muestra Walter Canido, presidente de Manaos, la marca que muchos consideran la versión Nac&Pop de la Coca Cola. La firma fue creada en 2004 por su padre, Omar, y sus tíos Norberto, Mari y Orlando, que habían comandado durante cuatro décadas un negocio de distribución de bebidas (cerveza Bieckert, vino Crespi y la gaseosa Sao, entre otras), en Puente La Noria.
En la actualidad, la planta de Virrey del Pino, en La Matanza, produce 1,8 millones de botellas de refrescos por día y emplea a 140 personas. Días después de inaugurar, con una inversión de u$s 12 millones, una nueva línea de embotellamiento que permitirá aumentar en un 40% la producción, Canido charló con El Cronista sin esquivar ningún tema: la inflación, el tarifazo, sus competidores y su estrategia para ganar mercado y seguir creciendo en un contexto de caída del consumo.
¿Alguna vez soñó con hacer la versión nacional y popular de la Coca Cola?
Mi familia viene del negocio de distribución de bebidas. Nunca habíamos estado en la industria. Mi padre y mis tíos decidieron apostar a la producción, invirtiendo u$s 200.000 de sus ahorros en esta planta que hoy es una de las más modernas de Sudamérica. Se embarcaron en esto porque creyeron en el país, de ahí nuestro lema, «Vamos Manaos!»
¿Por qué le pusieron un nombre brasileño?
La historia de la marca es simple: durante muchos años, nosotros distribuíamos la gaseosa Sao, que se vendió muy bien en los 90. La empresa decidió dejarnos para vender por su cuenta y se fundió. Entonces mi tío Orlando vió que había una oportunidad en el mercado y fue a un estudio de abogados especializados en marcas. Manaos estaba vacante, y sonaba parecido a Sao. Así que la compró.
¿De qué forma una marca tan identificada con la visión Nac&Pop del kirchnerismo termina inaugurando instalaciones junto al gobierno del Pro?
A la inauguración vinieron el Presidente Macri, la gobernadora Vidal y la intendenta Magario, del PJ. No hacemos cuestiones partidarias. Estamos por encima de eso.
¿Como cuando juntaron para una publicidad a Enzo Francescoli con Martín Palermo?
Exacto. Los elegimos por sus valores, sin importar la camiseta. Ellos simbolizan el trabajo y el esfuerzo, algo con lo que identificamos la marca.
El grito de Macri «vamos Manaos» fue muy comentado en las redes sociales…
Sí, pero nosotros no nos guiamos por lo que dicen en las redes sociales. Además, pensamos que los argentinos podemos, antes de que el presidente lo tomara como lema (se ríe)
Y hablando de la inversión que acaban de hacer, cómo ven el mercado y el consumo?
La verdad es que crecimos mucho en la década pasada. Montamos todo esto de cero, y en 10 años nos posicionamos entre Coca y Pepsi. Ahora el consumo bajó. Pero decidimos invertir. No queremos dejar el dinero en una bolsa o llevarlo afuera porque vivimos acá, y necesitamos producir más, para llegar a más hogares del país.
¿La caída del poder adquisitivo los favoreció por volcar el consumo hacia segundas marcas?
La gente nos elige porque vendemos calidad a buen precio. Hoy tenemos 1800 bocas de distribución, y queremos llegar a más lugares. En el único canal que no estamos es en bares y restaurantes, porque ahí Coca no nos deja. Si queremos entrar, ellos vienen con promociones muy agresivas y no podemos competir.
¿Los afectó el tarifazo?
Como a todos, porque fue un golpe general, no sólo para nosotros. Entre los motivos por los que hicimos esta inversión en la planta, también está el de reducir un 45% el consumo de electricidad y 60% el de agua y químicos.
¿Qué le preocupa de la situación económica actual?
Que haya desigualdad, que falte salud y seguridad. Y la inflación. Hace años que venimos con este problema. tener 25% o 35% de inflación anual es una barbaridad. Tendríamos que tener menos del 10%.