Foro por la Emancipación y la Igualdad
Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad
Al cierre del Foro, importantes políticos e intelectuales de dieciete países de América Latina y Europa suscribieron un manifiesto final, que fue leído al culminar la última mesa, en un teatro Cervantes colmado de público.
El encuentro, realizado en el Teatro Nacional Cervantes en Buenos Aires y del que participaron Noam Chomsky, Ignacio Ramonet, Gianni Vattimo, Emir Sader, Iñigo Errejón, Horacio González, entre otras personalidades, fue organizado por el Minterio de Cultura de la Nación, a través de la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional que encabeza Ricardo Forster.
Los participantes alcanzaron un documento final, llamado Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad, en el que destacaron la necesidad del fortalecimiento de las democracias; al tiempo que expresaron su compromo con las luchas socia les y construir una alternativa al modelo neoliberal.
En esta línea, los firmantes definieron una serie de prioridades para “guiar el ideario social y político de nuestros pueblos”. Así, consideraron que es necesario reivindicar la política, los partidos políticos, los sindicatos y las organizaciones populares y sociales; como así también “repudiar enérgicamente los intentos destituyentes por parte de los países poderosos, asociados a empresas multinacionales y a grandes medios de comunicación”.
También llamaron a establecer límites al poder del capital financiero, los fondos buitres y las instituciones de crédito dominadas por las grandes potencias; y a generar formas de producción para mejorar la dtribución de la renta. Además, consideraron que es primordial defender la soberanía política, cultural y económica de los pueblos latinoamericanos y europeos; y también “realizar una crítica abierta y permanente del contenido y del régimen de propiedad de los medios masivos de comunicación”.
Asimmo, los políticos e intelectuales coincidieron en la “necesidad estratégica de regulaciones antimonopólicas en el mundo empresario de la prensa gráfica, audiovual y digital”.
Los debates que planteó el foro, al que astieron más de 5.000 personas desde el jueves 12 de marzo, fueron: “Desafíos y encrucijadas de América Latina”, “América Latina y Europa en espejo”, “Nuevas izquierdas y tradiciones populares en América Latina”, “Nuevas izquierdas y tradiciones populares en Europa”, “Actualidad de las tradiciones emancipatorias”, “Cultura: nuevas subjetividades, neoliberalmo y proyecto emancipador”, “La nueva generación ante la dputa del presente”, además de la conferencia magtral del lingüta y filósofo Noam Chomsky.
“Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad”
Reunidos en Buenos Aires, los días 12, 13 y 14 de marzo de 2015, en el marco del Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad, realizado en el ámbito del Teatro Nacional Cervantes de esta ciudad, referentes políticos, sociales e intelectuales que suscriben, provenientes de 17 países de América y Europa, desean expresar su compromo público y mundial con las luchas sociales y políticas que en este momento anida la humanidad en aras de construir un destino mejor para nuestros pueblos.
Estamos viviendo una época htórica en la que se cruzan experiencias políticas que iniciaron en los últimos años una profunda revión crítica de la hegemonía neoliberal. Un aire fresco de renovación, aquí y allá, que intenta recuperar las tradiciones emancipatorias e igualitartas, abriendo líneas de diálogo entre las dos márgenes del Atlántico. Se trata de lenguajes y prácticas que emergen de la especificidad de sociedades que buscan escapar de quienes sostienen el fin de la htoria y la muerte de las ideologías. Se trata de movimientos políticos y culturales que se resten a la ampliación de una lógica de la desigualdad fundada en la dominación del poder financiero global. Pero estas experiencias políticas saben de las oportunidades y los peligros de este momento, saben de los enormes desafíos y conocen tamb ién los riesgos de expansión de una nueva ola reaccionaria.
Latinoamérica, por un lado, con los gobiernos populares y progrestas que comenzó su camino a principios de siglo, tuvo uno de sus momentos clave hace una década, cuando cuatro presidentes de América del Sur se dieron la mano para decirle no al atropello de quienes pregonan el libre comercio mientras protegen con furia a un puñado de corporaciones y saquean las soberanías nacionales. Allí comenzó un ciclo político que todavía desafía el tiempo, contra viento y marea.
Europa, por el otro, ha comenzado a cuestionarse en los últimos años la imposición de brutales planes de ajuste asociados al desmontaje del Estado de Bienestar, y países que ayer ingresaban a mercados comunes con la promesa de una solidaridad continental, de beneficios para el progreso humano, se han encontrado, a la vuelta de la esquina, con la destrucción de sus economías, el aumento del desempleo y la intemperie social de sus jóvenes. Buscan un camino alternativo, un punto de inflexión que tuerza la correlación de fuerzas.
La polarización entre una concepción mercantil de la sociedad que solo admite consumidores desiguales y una concepción democrática que supone ciudadanos sujetos de derechos fue y es una dputa en el campo teórico y en el campo de la política, fue y es una lucha civilizatoria. Construir una alternativa al modelo neoliberal supone la reconstrucción del Estado y su carácter imprescindible como sostén de los derechos sociales, la promoción de formas autogestionadas de producción, la función social de los bancos públicos, las políticas inclusivas en salud, educación y vivienda. El Estado y las comunidades deben volver a ser instrumentos de universalización de derechos, de construcción de ciudadanía, de hegemonía de los intereses públicos por sobre los mercantiles. Nuevas alternativas de expansión democrática deben ser reconoc idas en el camino de una humanidad que necesita romper ataduras en su búsqueda de nuevas formas de convivencia entre los seres humanos, y con la naturaleza en todas sus expresiones vitales.
Los problemas que estamos tratando son a escala planetaria. Se trata de un mundo sumergido en guerras injustas, con poblaciones pauperizadas y formas irracionales del capitalmo, que imponen la necesidad de redefinir los alcances de un nuevo ideario humanta capaz de recoger los mejores legados emancipatorios, libertarios, populares e igualitartas; de un diálogo intenso entre las tradiciones latinoamericanas y su profundidad htórica, por un lado, con las htorias singulares de los países mediterráneos dpuestos a emprender la larga tarea de redefinir a Europa, por el otro. Una América Latina orgullosa de su indigenmo autorrenovado, de los movimientos campesinos, de los trabajadores organizados, y de los jóvenes que intentan salir del vacío en serie de la industria cultural. Una Europa obligada a descolonizar su mirada y abonar el surgimiento de procesos políticos y culturales que reivindiquen ser aquella tie rra en donde se gestaron los derechos universales del hombre, las ideas de la emancipación, la libertad y la igualdad, que siguen instiendo en el interior de un mundo injusto, junto con la creación de los movimientos sociales más avanzados.
Por todo esto, quienes suscribimos este Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad, entendemos impostergable definir una serie de prioridades que deberán guiar el ideario social y político de nuestros pueblos y sus líderes en los próximos años, y que pueden resumirse en estos principios:
Reivindicar la política y los partidos políticos, sindicatos, poderes comunales y otras organizaciones populares, sociales y ciudadanas de cada país y de cada región, como el ámbito y los canales primordiales que fundan una democracia participativa universal, única garantía para la expresión cabal y representativa de los derechos y la voluntad de miles de millones de ciudadanos anónimos.
Repudiar enérgicamente los intentos destituyentes por parte de los países poderosos, asociados a empresas multinacionales y a grandes medios de comunicación, que cotidianamente horadan la legitimidad tanto de los gobiernos populares y progrestas de América Latina como de los nuevos movimientos políticos y gobiernos transformadores que proponen el cambio social en Europa.
Establecer límites eficaces frente al poder infinito del capital financiero, los fondos buitres y las instituciones de crédito dominadas por las grandes potencias, a través de mecanmos multilaterales de negociación que respeten las soberanías nacionales, expresen la igualdad de posibilidades de los pueblos y garanticen tratos justos, igualitarios y sustentables que no provoquen el ahogo presupuestario y la consecuente exclusión social de millones de personas.
Generar formas económicas de producción cooperativas, autogestionadas, solidarias y sustentables, que promuevan una mejor dtribución de la renta; mecanmos de copartipación obrera y empresaria en las ganancias, stemas regulados de paritarias libres entre el capital y el trabajo, protección social pública para jubilados y desempleados, así como el estímulo de una explotación de la tierra y los recursos naturales que respete tanto la soberanía y el desarrollo económico de los países como su carácter no renovable.
Defender por todos los medios políticos, institucionales y académicos la soberanía política, cultural y económica de todos y cada de los pueblos latinoamericanos y europeos que luchan por su dignidad, promoviendo espacios de encuentro entre los representantes legítimos de los estudiantes, los trabajadores, los movimientos sociales, los colectivos en favor de los derechos de la mujer, los pueblos originarios, la diversidad sexual, y de todas aquellas organizaciones que enfrentan a los poderes dominantes en defensa y ampliación de sus derechos sociales y políticos.
Realizar una crítica abierta y permanente del contenido y del régimen de propiedad de los medios masivos de comunicación que, en el presente mundial, se han convertido en redes globales de desinformación, difamación pública y tergiversación de toda temática social, económica y cultural que afecte sus intereses corporativos, cumpliendo un rol político injuriante de la dignidad de las poblaciones desfavorecidas y los movimientos sociales y políticos que intentan representarlas. En tal sentido, se reafirma una vez más tanto la necesidad estratégica de regulaciones antimonopólicas en el mundo empresario de la prensa gráfica, audiovual y digital, como el fortalecimiento de los stemas públicos y comunitarios de comunicación, y el carácter impostergable de una crítica cultural de los abusos sociales que producen la industria cultural y la socie dad de espectáculo.
Teatro Nacional Cervantes, Buenos Aires, 14 de marzo de 2015.
Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad
Al cierre del Foro, importantes políticos e intelectuales de dieciete países de América Latina y Europa suscribieron un manifiesto final, que fue leído al culminar la última mesa, en un teatro Cervantes colmado de público.
El encuentro, realizado en el Teatro Nacional Cervantes en Buenos Aires y del que participaron Noam Chomsky, Ignacio Ramonet, Gianni Vattimo, Emir Sader, Iñigo Errejón, Horacio González, entre otras personalidades, fue organizado por el Minterio de Cultura de la Nación, a través de la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional que encabeza Ricardo Forster.
Los participantes alcanzaron un documento final, llamado Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad, en el que destacaron la necesidad del fortalecimiento de las democracias; al tiempo que expresaron su compromo con las luchas socia les y construir una alternativa al modelo neoliberal.
En esta línea, los firmantes definieron una serie de prioridades para “guiar el ideario social y político de nuestros pueblos”. Así, consideraron que es necesario reivindicar la política, los partidos políticos, los sindicatos y las organizaciones populares y sociales; como así también “repudiar enérgicamente los intentos destituyentes por parte de los países poderosos, asociados a empresas multinacionales y a grandes medios de comunicación”.
También llamaron a establecer límites al poder del capital financiero, los fondos buitres y las instituciones de crédito dominadas por las grandes potencias; y a generar formas de producción para mejorar la dtribución de la renta. Además, consideraron que es primordial defender la soberanía política, cultural y económica de los pueblos latinoamericanos y europeos; y también “realizar una crítica abierta y permanente del contenido y del régimen de propiedad de los medios masivos de comunicación”.
Asimmo, los políticos e intelectuales coincidieron en la “necesidad estratégica de regulaciones antimonopólicas en el mundo empresario de la prensa gráfica, audiovual y digital”.
Los debates que planteó el foro, al que astieron más de 5.000 personas desde el jueves 12 de marzo, fueron: “Desafíos y encrucijadas de América Latina”, “América Latina y Europa en espejo”, “Nuevas izquierdas y tradiciones populares en América Latina”, “Nuevas izquierdas y tradiciones populares en Europa”, “Actualidad de las tradiciones emancipatorias”, “Cultura: nuevas subjetividades, neoliberalmo y proyecto emancipador”, “La nueva generación ante la dputa del presente”, además de la conferencia magtral del lingüta y filósofo Noam Chomsky.
“Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad”
Reunidos en Buenos Aires, los días 12, 13 y 14 de marzo de 2015, en el marco del Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad, realizado en el ámbito del Teatro Nacional Cervantes de esta ciudad, referentes políticos, sociales e intelectuales que suscriben, provenientes de 17 países de América y Europa, desean expresar su compromo público y mundial con las luchas sociales y políticas que en este momento anida la humanidad en aras de construir un destino mejor para nuestros pueblos.
Estamos viviendo una época htórica en la que se cruzan experiencias políticas que iniciaron en los últimos años una profunda revión crítica de la hegemonía neoliberal. Un aire fresco de renovación, aquí y allá, que intenta recuperar las tradiciones emancipatorias e igualitartas, abriendo líneas de diálogo entre las dos márgenes del Atlántico. Se trata de lenguajes y prácticas que emergen de la especificidad de sociedades que buscan escapar de quienes sostienen el fin de la htoria y la muerte de las ideologías. Se trata de movimientos políticos y culturales que se resten a la ampliación de una lógica de la desigualdad fundada en la dominación del poder financiero global. Pero estas experiencias políticas saben de las oportunidades y los peligros de este momento, saben de los enormes desafíos y conocen tamb ién los riesgos de expansión de una nueva ola reaccionaria.
Latinoamérica, por un lado, con los gobiernos populares y progrestas que comenzó su camino a principios de siglo, tuvo uno de sus momentos clave hace una década, cuando cuatro presidentes de América del Sur se dieron la mano para decirle no al atropello de quienes pregonan el libre comercio mientras protegen con furia a un puñado de corporaciones y saquean las soberanías nacionales. Allí comenzó un ciclo político que todavía desafía el tiempo, contra viento y marea.
Europa, por el otro, ha comenzado a cuestionarse en los últimos años la imposición de brutales planes de ajuste asociados al desmontaje del Estado de Bienestar, y países que ayer ingresaban a mercados comunes con la promesa de una solidaridad continental, de beneficios para el progreso humano, se han encontrado, a la vuelta de la esquina, con la destrucción de sus economías, el aumento del desempleo y la intemperie social de sus jóvenes. Buscan un camino alternativo, un punto de inflexión que tuerza la correlación de fuerzas.
La polarización entre una concepción mercantil de la sociedad que solo admite consumidores desiguales y una concepción democrática que supone ciudadanos sujetos de derechos fue y es una dputa en el campo teórico y en el campo de la política, fue y es una lucha civilizatoria. Construir una alternativa al modelo neoliberal supone la reconstrucción del Estado y su carácter imprescindible como sostén de los derechos sociales, la promoción de formas autogestionadas de producción, la función social de los bancos públicos, las políticas inclusivas en salud, educación y vivienda. El Estado y las comunidades deben volver a ser instrumentos de universalización de derechos, de construcción de ciudadanía, de hegemonía de los intereses públicos por sobre los mercantiles. Nuevas alternativas de expansión democrática deben ser reconoc idas en el camino de una humanidad que necesita romper ataduras en su búsqueda de nuevas formas de convivencia entre los seres humanos, y con la naturaleza en todas sus expresiones vitales.
Los problemas que estamos tratando son a escala planetaria. Se trata de un mundo sumergido en guerras injustas, con poblaciones pauperizadas y formas irracionales del capitalmo, que imponen la necesidad de redefinir los alcances de un nuevo ideario humanta capaz de recoger los mejores legados emancipatorios, libertarios, populares e igualitartas; de un diálogo intenso entre las tradiciones latinoamericanas y su profundidad htórica, por un lado, con las htorias singulares de los países mediterráneos dpuestos a emprender la larga tarea de redefinir a Europa, por el otro. Una América Latina orgullosa de su indigenmo autorrenovado, de los movimientos campesinos, de los trabajadores organizados, y de los jóvenes que intentan salir del vacío en serie de la industria cultural. Una Europa obligada a descolonizar su mirada y abonar el surgimiento de procesos políticos y culturales que reivindiquen ser aquella tie rra en donde se gestaron los derechos universales del hombre, las ideas de la emancipación, la libertad y la igualdad, que siguen instiendo en el interior de un mundo injusto, junto con la creación de los movimientos sociales más avanzados.
Por todo esto, quienes suscribimos este Manifiesto de Buenos Aires por la Emancipación y la Igualdad, entendemos impostergable definir una serie de prioridades que deberán guiar el ideario social y político de nuestros pueblos y sus líderes en los próximos años, y que pueden resumirse en estos principios:
Reivindicar la política y los partidos políticos, sindicatos, poderes comunales y otras organizaciones populares, sociales y ciudadanas de cada país y de cada región, como el ámbito y los canales primordiales que fundan una democracia participativa universal, única garantía para la expresión cabal y representativa de los derechos y la voluntad de miles de millones de ciudadanos anónimos.
Repudiar enérgicamente los intentos destituyentes por parte de los países poderosos, asociados a empresas multinacionales y a grandes medios de comunicación, que cotidianamente horadan la legitimidad tanto de los gobiernos populares y progrestas de América Latina como de los nuevos movimientos políticos y gobiernos transformadores que proponen el cambio social en Europa.
Establecer límites eficaces frente al poder infinito del capital financiero, los fondos buitres y las instituciones de crédito dominadas por las grandes potencias, a través de mecanmos multilaterales de negociación que respeten las soberanías nacionales, expresen la igualdad de posibilidades de los pueblos y garanticen tratos justos, igualitarios y sustentables que no provoquen el ahogo presupuestario y la consecuente exclusión social de millones de personas.
Generar formas económicas de producción cooperativas, autogestionadas, solidarias y sustentables, que promuevan una mejor dtribución de la renta; mecanmos de copartipación obrera y empresaria en las ganancias, stemas regulados de paritarias libres entre el capital y el trabajo, protección social pública para jubilados y desempleados, así como el estímulo de una explotación de la tierra y los recursos naturales que respete tanto la soberanía y el desarrollo económico de los países como su carácter no renovable.
Defender por todos los medios políticos, institucionales y académicos la soberanía política, cultural y económica de todos y cada de los pueblos latinoamericanos y europeos que luchan por su dignidad, promoviendo espacios de encuentro entre los representantes legítimos de los estudiantes, los trabajadores, los movimientos sociales, los colectivos en favor de los derechos de la mujer, los pueblos originarios, la diversidad sexual, y de todas aquellas organizaciones que enfrentan a los poderes dominantes en defensa y ampliación de sus derechos sociales y políticos.
Realizar una crítica abierta y permanente del contenido y del régimen de propiedad de los medios masivos de comunicación que, en el presente mundial, se han convertido en redes globales de desinformación, difamación pública y tergiversación de toda temática social, económica y cultural que afecte sus intereses corporativos, cumpliendo un rol político injuriante de la dignidad de las poblaciones desfavorecidas y los movimientos sociales y políticos que intentan representarlas. En tal sentido, se reafirma una vez más tanto la necesidad estratégica de regulaciones antimonopólicas en el mundo empresario de la prensa gráfica, audiovual y digital, como el fortalecimiento de los stemas públicos y comunitarios de comunicación, y el carácter impostergable de una crítica cultural de los abusos sociales que producen la industria cultural y la socie dad de espectáculo.
Teatro Nacional Cervantes, Buenos Aires, 14 de marzo de 2015.