El reconocido politólogo examina las condiciones del partido gobernante y dice que es «una coalición a la argentina»
Marcelo Leiras.
En la visión del politólogo Marcelo Leiras, el macrismo ocupa en el sistema político argentino el lugar que ocupaba el radicalismo antes del Pacto de Olivos: una fuerza política no peronista, que puede competir y ganarle al peronismo.
Así, el director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés define a Cambiemos como una coalición «a la argentina», adaptada a las condiciones de los partidos locales, sin una orientación programática -lo que no quiere decir que el Gobierno no la tenga- ni una distribución equitativa de espacios de poder.
-¿Cambiemos es una alianza electoral o una coalición de gobierno?
-Sin duda fue una alianza electoral. Y hay integrantes de algunas de las fuerzas en el gobierno nacional y en ámbitos provinciales. Pero es una coalición de gobierno «a la argentina»: adaptada a las condiciones de los partidos políticos argentinos. No tiene una orientación programática definida, lo que no quiere decir que el Gobierno no la tenga, pero no es una posición de la coalición. Tampoco hay un espacio de poder simétrico ni previsible.
-¿Está llamada a durar?
-Yo creo que sí, definida como la participación de miembros de otros partidos en un organizado alrededor de la figura de Macri.
-¿La continuidad estará atada a la suerte electoral?
-Sin duda. Un gobierno que no fuera exitoso tendría problemas para seguir reuniendo socios. Hay, de todos modos, un espacio de tensión. El macrismo ocupa en el sistema político argentino el lugar que ocupaba el radicalismo antes del Pacto de Olivos: una fuerza política no peronista, que puede competir y ganarle al peronismo. Esa posición la UCR la resignó firmando el pacto de Olivos. Para una parte de sus votantes su credibilidad como fuerza no peronista se debilitó. Y ese espacio quedó vacante, con excepción del período de la Alianza.
-¿Cambiemos enfrenta problemas internos?
-Hay un problema, que es la afinidad entre los oficialismos. Un presidente necesita de los gobernadores para gestionar y éstos precisan de los presidentes para sobrevivir financieramente. Hay una solidaridad derivada de la gestión. Para quien quiera competir con el peronismo en nombre de Cambiemos, el hecho de que el Presidente tenga buenas relaciones con el gobernador puede generar alguna tensión en la coalición gobernante.
-¿Qué lugar ocupa la UCR en el frente Cambiemos?
-Un papel que no es el de antes, pero es importante: en el Congreso y en el ejercicio de gobiernos provinciales, como Mendoza y Jujuy. La UCR tiene un rol muy parecido al que desempeña el PMDB en Brasil: una organización antigua con amplio desarrollo territorial, muchos cuadros dirigentes y capacidad de ganar elecciones locales o estaduales. Pero sin viabilidad para una candidatura presidencial.
-¿Y la Coalición Cívica?
-La Coalición Cívica se me escapa. Elisa Carrió apostó al fracaso de las experiencias políticas en que participó, desde la Alianza en adelante. Hizo lo que hacen muchos dirigentes: oscilar ideológicamente entre organizaciones, pero siempre conservando mucha vocación para promover su figura y presentarse con una superioridad ética
-¿Carrió le puede provocar un daño a Cambiemos?
-No. Carrió sigue haciendo política porque los productores de los programas de TV tienen una agenda limitada .
-¿Es negocio para Cambiemos sumar sectores peronistas?
-Creo que no. La apuesta ganadora sería una fórmula más puramente no peronista, menos híbrida.
-¿La situación social influirá en la campaña en 2017?
-Muchísimo. El Gobierno hizo una apuesta riesgosa, que es pagar un costo social alto, todo junto, lo más pronto posible, para darse tiempo a lograr algún resultado económico antes de las elecciones que permita genera un clima favorable antes de la votación.
-¿Le van a dar los tiempos?
-No sé. Tiene que generar un costo social, compensar el costo social y después algo más para que lo voten.
Marcelo Leiras.
En la visión del politólogo Marcelo Leiras, el macrismo ocupa en el sistema político argentino el lugar que ocupaba el radicalismo antes del Pacto de Olivos: una fuerza política no peronista, que puede competir y ganarle al peronismo.
Así, el director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés define a Cambiemos como una coalición «a la argentina», adaptada a las condiciones de los partidos locales, sin una orientación programática -lo que no quiere decir que el Gobierno no la tenga- ni una distribución equitativa de espacios de poder.
-¿Cambiemos es una alianza electoral o una coalición de gobierno?
-Sin duda fue una alianza electoral. Y hay integrantes de algunas de las fuerzas en el gobierno nacional y en ámbitos provinciales. Pero es una coalición de gobierno «a la argentina»: adaptada a las condiciones de los partidos políticos argentinos. No tiene una orientación programática definida, lo que no quiere decir que el Gobierno no la tenga, pero no es una posición de la coalición. Tampoco hay un espacio de poder simétrico ni previsible.
-¿Está llamada a durar?
-Yo creo que sí, definida como la participación de miembros de otros partidos en un organizado alrededor de la figura de Macri.
-¿La continuidad estará atada a la suerte electoral?
-Sin duda. Un gobierno que no fuera exitoso tendría problemas para seguir reuniendo socios. Hay, de todos modos, un espacio de tensión. El macrismo ocupa en el sistema político argentino el lugar que ocupaba el radicalismo antes del Pacto de Olivos: una fuerza política no peronista, que puede competir y ganarle al peronismo. Esa posición la UCR la resignó firmando el pacto de Olivos. Para una parte de sus votantes su credibilidad como fuerza no peronista se debilitó. Y ese espacio quedó vacante, con excepción del período de la Alianza.
-¿Cambiemos enfrenta problemas internos?
-Hay un problema, que es la afinidad entre los oficialismos. Un presidente necesita de los gobernadores para gestionar y éstos precisan de los presidentes para sobrevivir financieramente. Hay una solidaridad derivada de la gestión. Para quien quiera competir con el peronismo en nombre de Cambiemos, el hecho de que el Presidente tenga buenas relaciones con el gobernador puede generar alguna tensión en la coalición gobernante.
-¿Qué lugar ocupa la UCR en el frente Cambiemos?
-Un papel que no es el de antes, pero es importante: en el Congreso y en el ejercicio de gobiernos provinciales, como Mendoza y Jujuy. La UCR tiene un rol muy parecido al que desempeña el PMDB en Brasil: una organización antigua con amplio desarrollo territorial, muchos cuadros dirigentes y capacidad de ganar elecciones locales o estaduales. Pero sin viabilidad para una candidatura presidencial.
-¿Y la Coalición Cívica?
-La Coalición Cívica se me escapa. Elisa Carrió apostó al fracaso de las experiencias políticas en que participó, desde la Alianza en adelante. Hizo lo que hacen muchos dirigentes: oscilar ideológicamente entre organizaciones, pero siempre conservando mucha vocación para promover su figura y presentarse con una superioridad ética
-¿Carrió le puede provocar un daño a Cambiemos?
-No. Carrió sigue haciendo política porque los productores de los programas de TV tienen una agenda limitada .
-¿Es negocio para Cambiemos sumar sectores peronistas?
-Creo que no. La apuesta ganadora sería una fórmula más puramente no peronista, menos híbrida.
-¿La situación social influirá en la campaña en 2017?
-Muchísimo. El Gobierno hizo una apuesta riesgosa, que es pagar un costo social alto, todo junto, lo más pronto posible, para darse tiempo a lograr algún resultado económico antes de las elecciones que permita genera un clima favorable antes de la votación.
-¿Le van a dar los tiempos?
-No sé. Tiene que generar un costo social, compensar el costo social y después algo más para que lo voten.
