El jefe de Gabinete habló de tarifas y cuestionó la actitud del kirchnerismo
Foto: Prensa Pro
El día no parece tener fin para Marcos Peña. Atrás quedaron dos actos, varios discursos, un almuerzo con un gobernador y la arenga a la tropa que viajó hasta San Juan para escuchar a la primera plana del Gobierno. Cerca de las 18, en un salón reservado del Hotel del Bono Park, de San Juan, Peña se recuesta sobre una silla y por primera vez en el día estira las piernas.
«Siempre somos optimistas», dice sobre el desafío que por estas horas tiene a gran parte de la administración nacional trabajando por lograr acuerdos de largo plazo con gobernadores, sindicatos y empresarios en materia de energía, educación y narcotráfico. Pese al evidente cansancio, nunca pierde la amabilidad y la tranquilidad.
-¿Qué posibilidades tiene el Gobierno de llegar al 16 de septiembre con un acuerdo más o menos amplio con gobernadores, sindicatos y empresas?
-Hay una conciencia grande de que la Argentina no puede seguir subsidiando indiscriminadamente y centralmente a los más ricos, y que tenemos que lograr un acuerdo energético.
-¿Cómo está avanzando esa negociación? ¿Será con cada gobernador?
-La semana que viene lo vamos a tener más claro. Tenemos una buena predisposición, centralmente de los gobernadores. Casi todos han apoyado la necesidad de este tema. Y va a depender un poco, también, del consenso que podamos generar con las propuestas.
-¿A qué se refiere?
-Validamos el documento que firmamos con los ex secretarios de Energía, que indica que todos se convencieron de que había que salir del esquema subsidio y generar energía. Y, segundo, en cuánto tiempo y a quiénes hay que subsidiar.
-¿Intentar evitar las audiencias no fue contrario al discurso de que venían a reforzar la institucionalidad?
-No lo comparto. En el fallo de la Corte está claro que no había una jurisprudencia sobre el tema. Nunca había habido una sentencia de lo que era el precio de boca de pozo. Estamos en una situación novedosa, en medio de todo este descalabro energético que hemos recibido. Pero me parece que todo el debate sirvió para que estemos en condiciones de generar más consenso.
-Independientemente del resultado judicial, ¿no deberían haber tomado más recaudos? Algunos funcionarios alertaron que no hacer audiencias podía generar problemas.
– Nunca hubo una postura formal en el Gobierno, ni una reunión oficial, nadie que haya dicho que había que hacer las audiencias; ningún escrito en ningún área. Puede haber opiniones, pero en el Gobierno no fueron expresadas en el momento de la toma de decisiones. Pero no sentimos que esto pueda indicar un desvío de una actitud institucional.
-Usted destacó que el Gobierno tomó en nueve meses unas 50 medidas importantes. ¿Las críticas se deben a que no se ve la película completa?
-Hoy, la Argentina está en transición y se combinan muchas cosas. Hay algunos sectores minoritarios que necesitan que nos vaya mal porque lo que está en juego no es tanto el futuro, sino el pasado.
-¿Se refiere al kirchnerismo?
-A todo aquel que se sienta representado por la ex presidenta [Cristina Kirchner] y sus actitudes. En general, creo que la mayoría de los sectores quieren que las cosas vayan bien y, en muchos casos, están confiados y esperanzados. Pero también conviven algunos miedos. Miedo a que esto no salga bien, a los errores y a muchos traumas del pasado. Pero nosotros no podemos gobernar con los traumas del pasado.
-Pero las quejas también parten de la gente que los votó.
-Dentro de la gente que tiene esperanzas y expectativas puede haber quejas, pueden marcar errores, que seguramente vamos a cometer. Y seguramente tengan miedos, pero no los sentimos tan dramáticos, sentimos que las cosas van bien.
-El Gobierno planteó que en el segundo semestre se verían mejoras, sin embargo las últimas semanas con las tarifas, el caso Gómez Centurión y la caída del empleo parece que todo se demora. ¿Esto es así?
-Dijimos siempre que, en el segundo semestre, iba a haber mejoras de tendencias en tres temas: el primero, y el más importante, el tema inflación. Contra la opinión de muchos, decíamos que la inflación en el segundo semestre iba a bajar muy sustancialmente. Eso ya ocurrió en julio y estamos confiados que en agosto va a ser la inflación más baja de la última década, independientemente del fallo de la Corte. Se va a seguir consolidando un proceso de baja de inflación importante para retomar lo antes posible el crecimiento. Dijimos, también, que iba a haber cada vez más obra pública y eso está. Y tercero, que íbamos a notar un creciente movimiento en materia de inversión hacia el final del año. Y hoy seguimos expectantes que en el último trimestre eso lo vayamos viendo.
-Algunos especialistas relacionan la baja inflacionaria con el enfriamiento de la economía. ¿Qué responde usted?
-La inflación está bajando porque hay una política monetaria y fiscal responsable. Tenemos metas inflacionarias y un plan contra la inflación de un Banco Central independiente, que está haciendo lo que hicieron casi todos los países del planeta. Esta recesión va a ser más corta y menos profunda que la de 2014.
-Se habla de enfrentamientos en el Gabinete. ¿Cómo lidia, como jefe de Gabinete, en esos conflictos?
-Ninguna de las cosas que han salido en público yo las he visto en nuestro Gobierno. No hay ninguna pelea en el día a día en nuestro equipo; no la hay. Puede haber diferencias, pero yo no siento ni por asomo algo semejante a lo que pasó en otros gobiernos. Participo de todas las reuniones de toma de decisión y no veo ninguna diferencia planteada en términos personales.
-¿Qué representa para el Gobierno la próxima elección?
– Implica validar el contrato que nos dieron los argentinos. Estamos confiados de que si seguimos trabajando junto a la gente, la gran mayoría seguirá apoyando el cambio.
-Después de estos meses de gobierno, ¿cuál es su mayor preocupación?
-Primero, la enorme responsabilidad que tenemos ante todo lo que implica la confianza que nos dan los argentinos…
-¿Su temor es fallarles?
-No sé si temor, es un peso grande. El de no dejar de ser quiénes somos. Porque creo que la mayor esperanza que hemos podido sintonizar con los argentinos es nuestra transparencia, nuestro dialogo; no tenemos que traicionar eso. Después tenemos que tratar de mejorar el bienestar de los argentinos.
Foto: Prensa Pro
El día no parece tener fin para Marcos Peña. Atrás quedaron dos actos, varios discursos, un almuerzo con un gobernador y la arenga a la tropa que viajó hasta San Juan para escuchar a la primera plana del Gobierno. Cerca de las 18, en un salón reservado del Hotel del Bono Park, de San Juan, Peña se recuesta sobre una silla y por primera vez en el día estira las piernas.
«Siempre somos optimistas», dice sobre el desafío que por estas horas tiene a gran parte de la administración nacional trabajando por lograr acuerdos de largo plazo con gobernadores, sindicatos y empresarios en materia de energía, educación y narcotráfico. Pese al evidente cansancio, nunca pierde la amabilidad y la tranquilidad.
-¿Qué posibilidades tiene el Gobierno de llegar al 16 de septiembre con un acuerdo más o menos amplio con gobernadores, sindicatos y empresas?
-Hay una conciencia grande de que la Argentina no puede seguir subsidiando indiscriminadamente y centralmente a los más ricos, y que tenemos que lograr un acuerdo energético.
-¿Cómo está avanzando esa negociación? ¿Será con cada gobernador?
-La semana que viene lo vamos a tener más claro. Tenemos una buena predisposición, centralmente de los gobernadores. Casi todos han apoyado la necesidad de este tema. Y va a depender un poco, también, del consenso que podamos generar con las propuestas.
-¿A qué se refiere?
-Validamos el documento que firmamos con los ex secretarios de Energía, que indica que todos se convencieron de que había que salir del esquema subsidio y generar energía. Y, segundo, en cuánto tiempo y a quiénes hay que subsidiar.
-¿Intentar evitar las audiencias no fue contrario al discurso de que venían a reforzar la institucionalidad?
-No lo comparto. En el fallo de la Corte está claro que no había una jurisprudencia sobre el tema. Nunca había habido una sentencia de lo que era el precio de boca de pozo. Estamos en una situación novedosa, en medio de todo este descalabro energético que hemos recibido. Pero me parece que todo el debate sirvió para que estemos en condiciones de generar más consenso.
-Independientemente del resultado judicial, ¿no deberían haber tomado más recaudos? Algunos funcionarios alertaron que no hacer audiencias podía generar problemas.
– Nunca hubo una postura formal en el Gobierno, ni una reunión oficial, nadie que haya dicho que había que hacer las audiencias; ningún escrito en ningún área. Puede haber opiniones, pero en el Gobierno no fueron expresadas en el momento de la toma de decisiones. Pero no sentimos que esto pueda indicar un desvío de una actitud institucional.
-Usted destacó que el Gobierno tomó en nueve meses unas 50 medidas importantes. ¿Las críticas se deben a que no se ve la película completa?
-Hoy, la Argentina está en transición y se combinan muchas cosas. Hay algunos sectores minoritarios que necesitan que nos vaya mal porque lo que está en juego no es tanto el futuro, sino el pasado.
-¿Se refiere al kirchnerismo?
-A todo aquel que se sienta representado por la ex presidenta [Cristina Kirchner] y sus actitudes. En general, creo que la mayoría de los sectores quieren que las cosas vayan bien y, en muchos casos, están confiados y esperanzados. Pero también conviven algunos miedos. Miedo a que esto no salga bien, a los errores y a muchos traumas del pasado. Pero nosotros no podemos gobernar con los traumas del pasado.
-Pero las quejas también parten de la gente que los votó.
-Dentro de la gente que tiene esperanzas y expectativas puede haber quejas, pueden marcar errores, que seguramente vamos a cometer. Y seguramente tengan miedos, pero no los sentimos tan dramáticos, sentimos que las cosas van bien.
-El Gobierno planteó que en el segundo semestre se verían mejoras, sin embargo las últimas semanas con las tarifas, el caso Gómez Centurión y la caída del empleo parece que todo se demora. ¿Esto es así?
-Dijimos siempre que, en el segundo semestre, iba a haber mejoras de tendencias en tres temas: el primero, y el más importante, el tema inflación. Contra la opinión de muchos, decíamos que la inflación en el segundo semestre iba a bajar muy sustancialmente. Eso ya ocurrió en julio y estamos confiados que en agosto va a ser la inflación más baja de la última década, independientemente del fallo de la Corte. Se va a seguir consolidando un proceso de baja de inflación importante para retomar lo antes posible el crecimiento. Dijimos, también, que iba a haber cada vez más obra pública y eso está. Y tercero, que íbamos a notar un creciente movimiento en materia de inversión hacia el final del año. Y hoy seguimos expectantes que en el último trimestre eso lo vayamos viendo.
-Algunos especialistas relacionan la baja inflacionaria con el enfriamiento de la economía. ¿Qué responde usted?
-La inflación está bajando porque hay una política monetaria y fiscal responsable. Tenemos metas inflacionarias y un plan contra la inflación de un Banco Central independiente, que está haciendo lo que hicieron casi todos los países del planeta. Esta recesión va a ser más corta y menos profunda que la de 2014.
-Se habla de enfrentamientos en el Gabinete. ¿Cómo lidia, como jefe de Gabinete, en esos conflictos?
-Ninguna de las cosas que han salido en público yo las he visto en nuestro Gobierno. No hay ninguna pelea en el día a día en nuestro equipo; no la hay. Puede haber diferencias, pero yo no siento ni por asomo algo semejante a lo que pasó en otros gobiernos. Participo de todas las reuniones de toma de decisión y no veo ninguna diferencia planteada en términos personales.
-¿Qué representa para el Gobierno la próxima elección?
– Implica validar el contrato que nos dieron los argentinos. Estamos confiados de que si seguimos trabajando junto a la gente, la gran mayoría seguirá apoyando el cambio.
-Después de estos meses de gobierno, ¿cuál es su mayor preocupación?
-Primero, la enorme responsabilidad que tenemos ante todo lo que implica la confianza que nos dan los argentinos…
-¿Su temor es fallarles?
-No sé si temor, es un peso grande. El de no dejar de ser quiénes somos. Porque creo que la mayor esperanza que hemos podido sintonizar con los argentinos es nuestra transparencia, nuestro dialogo; no tenemos que traicionar eso. Después tenemos que tratar de mejorar el bienestar de los argentinos.