La tormenta, que el Gobierno utiliza como alegoría, está produciendo algunos deslizamientos en el mapa político. La crisis, que es en verdad lo que transcurre, también. Aquellos cambios todavía resultan pequeños, inestables y precarios. Porque la Argentina exhibe una volatilidad gigantesca.
La mayor novedad tiene como protagonistas a dos mujeres. Son María Eugenia Vidal y Cristina Fernández. La gobernadora, en medio de las dificultades, volvió a recuperar ponderación en Buenos Aires. En torno a módicos tres puntos. El dato más significativo para Cambiemos, sin embargo, sería otro. Vidal le saca en la provincia a Mauricio Macri la diferencia de imagen más grande desde el 2015. Veinte puntos netos.
La otra cuestión involucra a la ex presidenta. También por primera vez desde que dejó el poder empareja en imagen positiva a Macri. Está incluso, en el orden nacional, dos puntos por encima. Es cierto que el presidente anda en estas horas por su piso. Pero la escena se configura de ese modo. Todas las evaluaciones corresponden a la consultora Poliarquía.
La fotografía arrima, pese a las circunstancias, algunos rasgos alentadores para Cambiemos. De los cinco primeros dirigentes mejor valorados en el plano nacional cuatro pertenecen a la coalición oficial. Son Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió y Macri. En ese orden. Claro que entre ellos se mete ahora como cuña la ex presidenta. No se visualiza todavía ningún peronista no kirchnerista que asome con posibilidades de incorporarse al podio.
No pareció una casualidad, por la existencia de ese paisaje, que Macri se haya mostrado de nuevo en Buenos Aires ladeado por Vidal. Fue durante una recorrida en La Plata. Los asesores de la gobernadora le acercaron otra buena novedad. Producto de un seguimiento doméstico. El escándalo por los aportantes truchos en la campaña 2017 de Cambiemos no habría tenido impacto sobre su figura. Quizá porque se puso rápido a la cabeza del problema. También, porque los verdaderos apremios bonaerenses pasan por el ajuste y las penurias económico-sociales. Las municiones, en esa cuestión, enfilan contra Macri.
La mayor novedad tiene como protagonistas a dos mujeres. Son María Eugenia Vidal y Cristina Fernández. La gobernadora, en medio de las dificultades, volvió a recuperar ponderación en Buenos Aires. En torno a módicos tres puntos. El dato más significativo para Cambiemos, sin embargo, sería otro. Vidal le saca en la provincia a Mauricio Macri la diferencia de imagen más grande desde el 2015. Veinte puntos netos.
La otra cuestión involucra a la ex presidenta. También por primera vez desde que dejó el poder empareja en imagen positiva a Macri. Está incluso, en el orden nacional, dos puntos por encima. Es cierto que el presidente anda en estas horas por su piso. Pero la escena se configura de ese modo. Todas las evaluaciones corresponden a la consultora Poliarquía.
La fotografía arrima, pese a las circunstancias, algunos rasgos alentadores para Cambiemos. De los cinco primeros dirigentes mejor valorados en el plano nacional cuatro pertenecen a la coalición oficial. Son Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió y Macri. En ese orden. Claro que entre ellos se mete ahora como cuña la ex presidenta. No se visualiza todavía ningún peronista no kirchnerista que asome con posibilidades de incorporarse al podio.
No pareció una casualidad, por la existencia de ese paisaje, que Macri se haya mostrado de nuevo en Buenos Aires ladeado por Vidal. Fue durante una recorrida en La Plata. Los asesores de la gobernadora le acercaron otra buena novedad. Producto de un seguimiento doméstico. El escándalo por los aportantes truchos en la campaña 2017 de Cambiemos no habría tenido impacto sobre su figura. Quizá porque se puso rápido a la cabeza del problema. También, porque los verdaderos apremios bonaerenses pasan por el ajuste y las penurias económico-sociales. Las municiones, en esa cuestión, enfilan contra Macri.