Son más los ingresos que le genera al país que lo que se invierte mes a mes para su funcionamiento, aseguró el funcionario. Además, volvió a pedir la colaboración de los trabajadores de la empresa.
El presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, sostuvo ayer que el desempeño de la compañía no debe ser juzgado sólo por su balance. Lo que la Presidenta mira no es el balance de Aerolíneas, sino el de la Argentina y son más los ingresos que le genera al país que lo que se invierte mes a mes para su funcionamiento. Esto no lo digo yo: hay un informe de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo que tiene medido el impacto económico que genera el sostenimiento de la aviación en general y en particular en Argentina con Aerolíneas Argentinas. La empresa es rentable para la Argentina, agregó.
Según indicó el funcionario, la compañía aérea es como una escuela. ¿El Estado pierde plata en una escuela? No, no es un gasto: es una inversión que el Estado recupera en un servicio fundamental para que la Argentina esté mejor. Somos el octavo país más grande del mundo, necesitamos tener transporte aéreo. Es cierto que se podría invertir mucho menos. Si terminamos de hacer lo que tenemos pensado, no nos afecta el volcán y el combustible se acomoda, probablemente estemos muy cerca de no necesitar que el Estado invierta todos los meses, afirmó. De hecho, aseveró que el déficit que tenía Aerolíneas Argentinas cuando el Estado se hizo cargo se viene reduciendo a pasos agigantados. Esto no lo desconoce nadie y lo aceptan todos. Aun con las dificultades tremendas como es tener seis meses de volcán en actividad, que haría caer a cualquier línea aérea que no fuera sostenida por el Estado o un inversor fuerte, y el aumento tremendo del precio del combustible, pasó de 90 dólares el barril a 140.
La asistencia financiera que presta el Estado continuó no es solamente para cubrir la diferencia entre ingresos y costos operativos, sino para hacer las inversiones que hacen falta para que la empresa funcione normalmente. Subrayó que no agarramos la empresa de cero, la agarramos de menos diez, con aviones de 40 años de antigüedad, con 40 aviones por los que se pagaba alquiler y estaban imposibilitados de volar para siempre. No obstante, afirmó que es absolutamente falso el informe difundido por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que refleja un déficit para lo que va del año superior a los 600 millones de dólares.
El funcionario volvió además a pedir la colaboración de los trabajadores. No puede ser que los principales beneficiados, que son los trabajadores que estuvieron a punto de quedarse en la calle en el 2008, nos pongan palos en la rueda. Puede ser que en alguna cosa nos equivoquemos, todavía no nos lo demostraron. No queremos que nos boicoteen el funcionamiento de la compañía. Si hacemos algo mal, lo corregiremos. Ellos saben y reconocen que lo que hacemos no es lo que hacía Marsans, dijo en referencia a la última empresa del período en el cual Aerolíneas estuvo privatizada.
El presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, sostuvo ayer que el desempeño de la compañía no debe ser juzgado sólo por su balance. Lo que la Presidenta mira no es el balance de Aerolíneas, sino el de la Argentina y son más los ingresos que le genera al país que lo que se invierte mes a mes para su funcionamiento. Esto no lo digo yo: hay un informe de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo que tiene medido el impacto económico que genera el sostenimiento de la aviación en general y en particular en Argentina con Aerolíneas Argentinas. La empresa es rentable para la Argentina, agregó.
Según indicó el funcionario, la compañía aérea es como una escuela. ¿El Estado pierde plata en una escuela? No, no es un gasto: es una inversión que el Estado recupera en un servicio fundamental para que la Argentina esté mejor. Somos el octavo país más grande del mundo, necesitamos tener transporte aéreo. Es cierto que se podría invertir mucho menos. Si terminamos de hacer lo que tenemos pensado, no nos afecta el volcán y el combustible se acomoda, probablemente estemos muy cerca de no necesitar que el Estado invierta todos los meses, afirmó. De hecho, aseveró que el déficit que tenía Aerolíneas Argentinas cuando el Estado se hizo cargo se viene reduciendo a pasos agigantados. Esto no lo desconoce nadie y lo aceptan todos. Aun con las dificultades tremendas como es tener seis meses de volcán en actividad, que haría caer a cualquier línea aérea que no fuera sostenida por el Estado o un inversor fuerte, y el aumento tremendo del precio del combustible, pasó de 90 dólares el barril a 140.
La asistencia financiera que presta el Estado continuó no es solamente para cubrir la diferencia entre ingresos y costos operativos, sino para hacer las inversiones que hacen falta para que la empresa funcione normalmente. Subrayó que no agarramos la empresa de cero, la agarramos de menos diez, con aviones de 40 años de antigüedad, con 40 aviones por los que se pagaba alquiler y estaban imposibilitados de volar para siempre. No obstante, afirmó que es absolutamente falso el informe difundido por la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que refleja un déficit para lo que va del año superior a los 600 millones de dólares.
El funcionario volvió además a pedir la colaboración de los trabajadores. No puede ser que los principales beneficiados, que son los trabajadores que estuvieron a punto de quedarse en la calle en el 2008, nos pongan palos en la rueda. Puede ser que en alguna cosa nos equivoquemos, todavía no nos lo demostraron. No queremos que nos boicoteen el funcionamiento de la compañía. Si hacemos algo mal, lo corregiremos. Ellos saben y reconocen que lo que hacemos no es lo que hacía Marsans, dijo en referencia a la última empresa del período en el cual Aerolíneas estuvo privatizada.