Sergio Massa ya tomó nota de que se extinguieron las posibilidades de llegar a un acuerdo para competir en unas Primarias en el mismo espacio con Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Con ese dato plantado en su cabeza, el jefe del Frente Renovador pasó las últimas horas en su casa de Tigre, con la campaña electoral en suspenso y dedicado a su familia. El viernes, llevó a su hija a danza. Ayer durmió la siesta, festejó el cumpleaños de su hijo y vio la final europea entre Barcelona y Juventus rodeado de chicos de la escuela primaria. Para hoy tiene un plan parecido: celebrar el cumpleaños de su madre.
El retiro familiar de Massa, que contrasta con la hiperactividad que suele desplegar, tiene exasperados a los dirigentes que lo acompañan. A ellos ya les avisó que tendrán que esperar hasta el martes para conocer la decisión que le vienen reclamando desde hace semanas. ¿Qué piensa hacer el ex intendente de Tigre? ¿Seguir adelante con su plan presidencial o pegar un viraje hacia la candidatura de gobernador bonaerense? ¿Hacer un bollo con todos esos proyectos y quedarse en su casa esperando que pase la tormenta de 2015 para apostar en el próximo turno? En rigor, a pesar de que todas esas probabilidades circularon ayer en forma de rumores empaquetados como si fueran certezas, pocos, o nadie, saben qué ocurrirá.
Ayer, a los que lo llamaron, entre ellos los radicales mendocinos Julio Cobos y Alfredo Cornejo, el diputado nacional les dio poca información. En la intimidad, Massa desafió a Macri: «Vamos a ver cómo salimos candidato contra candidato», dijo en su casa.
Massa direccionó su enojo con el jefe de Gobierno porteño hacia un objetivo. Su idea, confesó ayer ante los suyos, es que Macri «pague los costos ante la sociedad de haber volteado un acuerdo». Ayer recibió la ayuda de varios dirigentes que hicieron afirmaciones públicas en ese mismo sentido.
El santafesino Carlos Reutemann, aliado de Mauricio Macri y precandidato a senador nacional en Santa Fe por la boleta del PRO, dijo que «la gente lo ve (a Massa) como candidato a gobernador y a Mauricio presidente». En las redes sociales Twitter y Facebook circuló profusamente la convocatoria a una «gran PASO opositora».
La caída del acuerdo Macri-Massa -que se volvió inapelable luego de una conversación entre Massa, Francisco De Narváez y el asesor macrista Jaime Durán Barba, revelada por La Nación- no congeló los frecuentes diálogos que mantienen los dirigentes de esos dos espacios. Según una fuente que trabaja cerca de Massa, ayer Elisa Carrió habló con De Narváez, que el viernes había bajado su candidatura a gobernador. Jorge Macri, jefe de la campaña bonaerense del PRO, conversó con el massista Joaquín De la Torre, intendente de San Miguel. Hace justo una semana, Mauricio Macri le había ofrecido a De la Torre ser el candidato a vicegobernador bonaerense de María Eugenia Vidal. Ese domingo, De la Torre rechazó el convite, porque prefería apostar a un acuerdo integral del Frente Renovador con la alianza del PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Ahora, ese «no», podría ser menos concluyente.
No es el único intendente del núcleo duro massista con ganas de dar el salto. Gabriel Katopodis, intendente de San Martín, ya había dicho en voz alta que no veía bien las negociaciones con Macri y que prefería un regreso en bloque al peronismo. Esa diferencia verbal se volverá más palpable en la semana que se abre (Ver página 8), luego de que Massa salga de su refugio familiar para volver a la intemperie de la política.
El retiro familiar de Massa, que contrasta con la hiperactividad que suele desplegar, tiene exasperados a los dirigentes que lo acompañan. A ellos ya les avisó que tendrán que esperar hasta el martes para conocer la decisión que le vienen reclamando desde hace semanas. ¿Qué piensa hacer el ex intendente de Tigre? ¿Seguir adelante con su plan presidencial o pegar un viraje hacia la candidatura de gobernador bonaerense? ¿Hacer un bollo con todos esos proyectos y quedarse en su casa esperando que pase la tormenta de 2015 para apostar en el próximo turno? En rigor, a pesar de que todas esas probabilidades circularon ayer en forma de rumores empaquetados como si fueran certezas, pocos, o nadie, saben qué ocurrirá.
Ayer, a los que lo llamaron, entre ellos los radicales mendocinos Julio Cobos y Alfredo Cornejo, el diputado nacional les dio poca información. En la intimidad, Massa desafió a Macri: «Vamos a ver cómo salimos candidato contra candidato», dijo en su casa.
Massa direccionó su enojo con el jefe de Gobierno porteño hacia un objetivo. Su idea, confesó ayer ante los suyos, es que Macri «pague los costos ante la sociedad de haber volteado un acuerdo». Ayer recibió la ayuda de varios dirigentes que hicieron afirmaciones públicas en ese mismo sentido.
El santafesino Carlos Reutemann, aliado de Mauricio Macri y precandidato a senador nacional en Santa Fe por la boleta del PRO, dijo que «la gente lo ve (a Massa) como candidato a gobernador y a Mauricio presidente». En las redes sociales Twitter y Facebook circuló profusamente la convocatoria a una «gran PASO opositora».
La caída del acuerdo Macri-Massa -que se volvió inapelable luego de una conversación entre Massa, Francisco De Narváez y el asesor macrista Jaime Durán Barba, revelada por La Nación- no congeló los frecuentes diálogos que mantienen los dirigentes de esos dos espacios. Según una fuente que trabaja cerca de Massa, ayer Elisa Carrió habló con De Narváez, que el viernes había bajado su candidatura a gobernador. Jorge Macri, jefe de la campaña bonaerense del PRO, conversó con el massista Joaquín De la Torre, intendente de San Miguel. Hace justo una semana, Mauricio Macri le había ofrecido a De la Torre ser el candidato a vicegobernador bonaerense de María Eugenia Vidal. Ese domingo, De la Torre rechazó el convite, porque prefería apostar a un acuerdo integral del Frente Renovador con la alianza del PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Ahora, ese «no», podría ser menos concluyente.
No es el único intendente del núcleo duro massista con ganas de dar el salto. Gabriel Katopodis, intendente de San Martín, ya había dicho en voz alta que no veía bien las negociaciones con Macri y que prefería un regreso en bloque al peronismo. Esa diferencia verbal se volverá más palpable en la semana que se abre (Ver página 8), luego de que Massa salga de su refugio familiar para volver a la intemperie de la política.
