En su luminosa oficina del piso 49 de la Avenida de las Américas, el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, famoso en el mundo por haber bajado drásticamente la delincuencia en su ciudad en los años 90, recibió al diputado Sergio Massa para hablar sobre seguridad y la reforma del código penal argentino. Fiel a la política que implantó aquí, Giuliani pidió para la Argentina penas más duras para los narcotraficantes y no ahorró elogios para el potencial candidato para las elecciones de 2015.
Algo cansado por su apretada agenda que lo llevó a Washington primero y a Nueva York después, Massa llegó a la consultora que hoy maneja Giuliani, donde fue recibido con un fuerte abrazo.
El ex alcalde ya conocía a Massa. Había visitado Tigre el año pasado, justo antes de las elecciones de 27 de octubre, cuando el líder del Frente Renovador se impuso ampliamente. Obviamente el diputado buscaba su apoyo ahora, cuando el debate sobre el Código penal está caliente en nuestro país.
“Estuve en Tigre el año pasado y me sorprendí mucho porque vi grandes logros. El centro de comunicaciones es tan bueno, o mejor, como cualquiera en EE.UU.”, dijo el ex alcalde.
Según contaron luego a la prensa, en su encuentro hablaron de la reforma del código penal argentino. Giuliani no quiso entrar en detalles sobre los delitos comunes, pero fue muy efusivo con el tema de las penas contra el tráfico de drogas. “Si vemos el incremento del narcotráfico, particularmente en Rosario y otros lugares, lo perturbador es que se bajen las penas. Si el narcotráfico crece y las reglas se debilitan la situación no funciona. Lo mejor es incrementar las penas” , dijo a .
Y allí sacó a relucir su teoría beisbolística “3 strikes and you are out”, que podría traducirse al fútbol en “dos tarjetas amarillas y luego roja”, que él sugiere para la Argentina. Es decir, según explicó Giuliani: “Después de dos delitos graves, la tercera vez estás afuera. Primer delito por narcotráfico, vas a la cárcel; al segundo, vas otra vez, pero al tercero, vas preso de por vida”.
Por la tarde, Massa tuvo reuniones con Jack Rosen, el presidente del Congreso Judío Mundial (Mauricio Macri también se había reunido con él cuando visitó la ciudad) y luego con inversionistas.
Al caer la noche, el diputado fue recibido en el Consejo de las Américas, que vio su salón principal desbordado de representantes de bancos, empresarios, analistas y argentinos curiosos por conocer a Massa.
Susan Seagal, la anfitriona, dio la bienvenida: “Si bien es muy joven tiene una extensa e importante carrera política. Después de las elecciones se ha despertado gran interés por Sergio Massa. Lo demuestra la concurrencia de tanta gente, estamos sobrepasados”, dijo.
Todos querían saber qué haría si ganaba en el 2015. El aclaró una y mil veces que aún no es candidato y que sólo venía como diputado. Sonreía y sonreía cada vez que le preguntaban qué haría si fuera elegido presidente con la inseguridad, la inflación, las inversiones, la educación, el comercio y las energías limpias, entre otros temas. Respondió, sin vueltas, todo lo que le preguntaron.
Algo cansado por su apretada agenda que lo llevó a Washington primero y a Nueva York después, Massa llegó a la consultora que hoy maneja Giuliani, donde fue recibido con un fuerte abrazo.
El ex alcalde ya conocía a Massa. Había visitado Tigre el año pasado, justo antes de las elecciones de 27 de octubre, cuando el líder del Frente Renovador se impuso ampliamente. Obviamente el diputado buscaba su apoyo ahora, cuando el debate sobre el Código penal está caliente en nuestro país.
“Estuve en Tigre el año pasado y me sorprendí mucho porque vi grandes logros. El centro de comunicaciones es tan bueno, o mejor, como cualquiera en EE.UU.”, dijo el ex alcalde.
Según contaron luego a la prensa, en su encuentro hablaron de la reforma del código penal argentino. Giuliani no quiso entrar en detalles sobre los delitos comunes, pero fue muy efusivo con el tema de las penas contra el tráfico de drogas. “Si vemos el incremento del narcotráfico, particularmente en Rosario y otros lugares, lo perturbador es que se bajen las penas. Si el narcotráfico crece y las reglas se debilitan la situación no funciona. Lo mejor es incrementar las penas” , dijo a .
Y allí sacó a relucir su teoría beisbolística “3 strikes and you are out”, que podría traducirse al fútbol en “dos tarjetas amarillas y luego roja”, que él sugiere para la Argentina. Es decir, según explicó Giuliani: “Después de dos delitos graves, la tercera vez estás afuera. Primer delito por narcotráfico, vas a la cárcel; al segundo, vas otra vez, pero al tercero, vas preso de por vida”.
Por la tarde, Massa tuvo reuniones con Jack Rosen, el presidente del Congreso Judío Mundial (Mauricio Macri también se había reunido con él cuando visitó la ciudad) y luego con inversionistas.
Al caer la noche, el diputado fue recibido en el Consejo de las Américas, que vio su salón principal desbordado de representantes de bancos, empresarios, analistas y argentinos curiosos por conocer a Massa.
Susan Seagal, la anfitriona, dio la bienvenida: “Si bien es muy joven tiene una extensa e importante carrera política. Después de las elecciones se ha despertado gran interés por Sergio Massa. Lo demuestra la concurrencia de tanta gente, estamos sobrepasados”, dijo.
Todos querían saber qué haría si ganaba en el 2015. El aclaró una y mil veces que aún no es candidato y que sólo venía como diputado. Sonreía y sonreía cada vez que le preguntaban qué haría si fuera elegido presidente con la inseguridad, la inflación, las inversiones, la educación, el comercio y las energías limpias, entre otros temas. Respondió, sin vueltas, todo lo que le preguntaron.