Davos-Zurich-Amsterdam-Buenos Aires-Tigre-Pinamar. En poco más de 24 horas, Sergio Massa hizo todas esas escalas para saltar del Foro Económico Mundial a la arena de la costa argentina. Antes, durante su estadía en Suiza –en la que se lo vio siempre pegado al Presidente–, dio mucha tela para cortar: para muchos lució como un funcionario más; para otros es un opositor que quiere colaborar y diferenciarse de los actores del convulsionado PJ.
– Dígalo usted, Massa: ¿Qué es?
– Yo soy adversario del Gobierno pero no su enemigo. La Argentina necesita gestos generosos de todos en esta etapa para reinsertarse en el mundo y abrir mercados. Brasil y China, que son los principales compradores de nuestro país, están en crisis. No hay que ponerle techo a la capacidad de producción. El trabajo es el motor más importante. No es tiempo para mezquindades.
– ¿Por eso aceptó viajar a Davos?
– Fue una decisión muy inteligente del Presidente de mostrarle al mundo que oficialismo y oposición podemos mostrarnos juntos. Las diferencias las dirimimos puertas para adentro. Desde Italia hasta Estados Unidos, pasando por muchos líderes del mundo valoraron este gesto de plantear juntos una nueva etapa. Creo, además, que el Gobierno tuvo una actitud de mucha apertura. Lo valoro.
– Es raro: lo noto muy macrista
– ¿Macrista? No, estoy absolutamente equilibrado. Estoy en el lugar que me pusieron mis votantes.
– Pero usted venía criticando al Gobierno…
– Lo bueno lo voy a apoyar y los errores los voy a señalar con la misma firmeza.
– ¿Cuál es su balance de Davos?
– Es satisfactorio saber que en sólo dos días para la Argentina se anunciaron más de 2.500 millones de dólares de inversión. Coca Cola, Shell, Total, entre otros. Eso es generar trabajo para mucha gente,Y desde lo político, en 72 horas recorrimos una agenda que va desde Peña Nieto y el comercio biltateral con México hasta David Cameron y la decisión Argentina de sostener la defensa de la soberanía sobre las Islas Malvinas. Se habló con Netanyahu, con el primer ministro francés, con la reina de Holanda, con el vicepresidente de Estados Unidos… Hasta la Casa Blanca valoró la idea de ir juntos oficialistas y opositores. Todo esto es fundamental.
– Se supone que usted en algún momento va a traicionar a Macri, ¿no es así?
– Traicionar, no. Vamos a competir con herramientas sanas. Creo en las propuestas, no en la destrucción de mi adversario. Tenemos que competir por el mejor camino de la Argentina. No se puede construir sobre un derrumbe. El desafío es que la gente sienta que estamos construyendo una alternativa que nos lleve a ser gobierno en cuatro años. Es decir, yo quiero competir y ganarle a Macri pero sobre una Argentina que crezca.
– Macri dijo que usted debería ser el líder del peronismo. ¿Fue una devolución de gentilezas?
– No lo hablé con él. Yo represento a cinco millones y medio de argentinos que confiaron en mí y tengo una agenda: 82 por ciento móvil, baja del impuesto a las Ganancias, infraestructura, federalismo, seguridad y lucha contra el narcotráfico. Sobre eso vamos a trabajar.
– A propósito del PJ, ¿Lo están dejando afuera del rearmado?
– Nuestro espacio es el Frente Renovador. Somos plurales, con peronistas como De de la Sota, del que aprendí que hay que ser republicano e institucional o como Lavagna, que me enseñó que tenemos que actuar como hombres de Estado. Pero también tenemos desarrollistas, radicales e independientes. Yo soy peronista, pero creo en un peronismo moderno, democrático y que trabaje sobre la idea de la buena gestión y de la defensa de los más humildes. Los que quieren que al Gobierno le vaya mal es porque no se animan a subir la vara en la competencia. Yo sí me animo.
– Le preguntaba si lo están dejando afuera porque no fue invitado a ninguna de las cumbres peronistas
– Somos espacios distintos. En el Frente Renovador buscamos una discusión más amplia. La discusión sobre el PJ es en abstracto.
– ¿El peronismo lo va dejar gobernar a Macri?
– Insisto: yo creo que la Argentina tiene que subir su vara y competir. Hay que dejar gobernar y hacer. Entiendo que algunos tienen una mirada chiquita de ver cómo le complican la vida al otro. Yo tengo otra mirada. Los que creen que se construye sobre el daño no se dan cuenta de que en realidad están perjudicando a la gente.
– ¿Lo ve a Scioli como conductor del PJ?
– No me corresponde opinar. No quiero entrometerme en la interna.
– Nombre tres aciertos de la gestión de Macri
– Lo digo así: me gustó que pusieran en marcha al campo, me gustó la seguridad con la que salieron del cepo y me gustó que convocaran a todos los que habían competido con él en las elecciones.
– ¿Qué no le gustó?
– No me gustó el decreto para designar a los jueces en la Corte. No me gustó el perro sentado en el sillón de Rivadavia. Y no me gusta lo que están haciendo con Fútbol para Todos.
– Juéguesela: ¿Qué puntaje le pone al Gobierno en este mes y medio?
– No puedo. Dame hasta marzo para ponerle puntaje.
– Dígalo usted, Massa: ¿Qué es?
– Yo soy adversario del Gobierno pero no su enemigo. La Argentina necesita gestos generosos de todos en esta etapa para reinsertarse en el mundo y abrir mercados. Brasil y China, que son los principales compradores de nuestro país, están en crisis. No hay que ponerle techo a la capacidad de producción. El trabajo es el motor más importante. No es tiempo para mezquindades.
– ¿Por eso aceptó viajar a Davos?
– Fue una decisión muy inteligente del Presidente de mostrarle al mundo que oficialismo y oposición podemos mostrarnos juntos. Las diferencias las dirimimos puertas para adentro. Desde Italia hasta Estados Unidos, pasando por muchos líderes del mundo valoraron este gesto de plantear juntos una nueva etapa. Creo, además, que el Gobierno tuvo una actitud de mucha apertura. Lo valoro.
– Es raro: lo noto muy macrista
– ¿Macrista? No, estoy absolutamente equilibrado. Estoy en el lugar que me pusieron mis votantes.
– Pero usted venía criticando al Gobierno…
– Lo bueno lo voy a apoyar y los errores los voy a señalar con la misma firmeza.
– ¿Cuál es su balance de Davos?
– Es satisfactorio saber que en sólo dos días para la Argentina se anunciaron más de 2.500 millones de dólares de inversión. Coca Cola, Shell, Total, entre otros. Eso es generar trabajo para mucha gente,Y desde lo político, en 72 horas recorrimos una agenda que va desde Peña Nieto y el comercio biltateral con México hasta David Cameron y la decisión Argentina de sostener la defensa de la soberanía sobre las Islas Malvinas. Se habló con Netanyahu, con el primer ministro francés, con la reina de Holanda, con el vicepresidente de Estados Unidos… Hasta la Casa Blanca valoró la idea de ir juntos oficialistas y opositores. Todo esto es fundamental.
– Se supone que usted en algún momento va a traicionar a Macri, ¿no es así?
– Traicionar, no. Vamos a competir con herramientas sanas. Creo en las propuestas, no en la destrucción de mi adversario. Tenemos que competir por el mejor camino de la Argentina. No se puede construir sobre un derrumbe. El desafío es que la gente sienta que estamos construyendo una alternativa que nos lleve a ser gobierno en cuatro años. Es decir, yo quiero competir y ganarle a Macri pero sobre una Argentina que crezca.
– Macri dijo que usted debería ser el líder del peronismo. ¿Fue una devolución de gentilezas?
– No lo hablé con él. Yo represento a cinco millones y medio de argentinos que confiaron en mí y tengo una agenda: 82 por ciento móvil, baja del impuesto a las Ganancias, infraestructura, federalismo, seguridad y lucha contra el narcotráfico. Sobre eso vamos a trabajar.
– A propósito del PJ, ¿Lo están dejando afuera del rearmado?
– Nuestro espacio es el Frente Renovador. Somos plurales, con peronistas como De de la Sota, del que aprendí que hay que ser republicano e institucional o como Lavagna, que me enseñó que tenemos que actuar como hombres de Estado. Pero también tenemos desarrollistas, radicales e independientes. Yo soy peronista, pero creo en un peronismo moderno, democrático y que trabaje sobre la idea de la buena gestión y de la defensa de los más humildes. Los que quieren que al Gobierno le vaya mal es porque no se animan a subir la vara en la competencia. Yo sí me animo.
– Le preguntaba si lo están dejando afuera porque no fue invitado a ninguna de las cumbres peronistas
– Somos espacios distintos. En el Frente Renovador buscamos una discusión más amplia. La discusión sobre el PJ es en abstracto.
– ¿El peronismo lo va dejar gobernar a Macri?
– Insisto: yo creo que la Argentina tiene que subir su vara y competir. Hay que dejar gobernar y hacer. Entiendo que algunos tienen una mirada chiquita de ver cómo le complican la vida al otro. Yo tengo otra mirada. Los que creen que se construye sobre el daño no se dan cuenta de que en realidad están perjudicando a la gente.
– ¿Lo ve a Scioli como conductor del PJ?
– No me corresponde opinar. No quiero entrometerme en la interna.
– Nombre tres aciertos de la gestión de Macri
– Lo digo así: me gustó que pusieran en marcha al campo, me gustó la seguridad con la que salieron del cepo y me gustó que convocaran a todos los que habían competido con él en las elecciones.
– ¿Qué no le gustó?
– No me gustó el decreto para designar a los jueces en la Corte. No me gustó el perro sentado en el sillón de Rivadavia. Y no me gusta lo que están haciendo con Fútbol para Todos.
– Juéguesela: ¿Qué puntaje le pone al Gobierno en este mes y medio?
– No puedo. Dame hasta marzo para ponerle puntaje.