“Me gusta el boicot a los precios altos”

Una idea simple y genial. Que merece ser copiada. Movilizadora ¿Cómo utilizar las redes sociales en beneficio de todos? ¿Cómo combatir de una forma ágil y moderna el abuso de los precios y la inflación? ¿Cómo enfrentar colectivamente a los poderes de las grandes corporaciones que instalan la inseguridad social? ¿Cómo participar para construir una red multitudinaria con objetivos comunes?
Acaba de surgir en Río de Janeiro, Brasil, un amplio movimiento popular que comenzó hace dos semanas en internet y que en menos de seis horas llegó a 50.000 participantes. Causa furor, múltiples adhesiones diarias y ya congrega casi 200.000 seguidores. Es el movimiento “Rio $urreal-No pague”. La iniciativa partió de dos amigas indignadas por el precio de un sándwich de jamón y queso (20 reales/US$ 8,30). La indignación las llevó a reaccionar, y así decidieron publicar una página en Facebook con esta finalidad. Su objetivo inicial fue divulgar y estimular el boicot a los precios extorsivos que se están cobrando en la ciudad.
Y el movimiento ganó un impulso mayor cuando días después un web design creó para la página una nueva moneda para Brasil, el “$urreal”. Estampó digitalmente la imagen del criador del surrealismo, Salvador Dalí, sobre la imagen de la República, en las notas de los billetes que circulan en Brasil. Para el design, los precios que el comercio está practicando son $urreales, algo más real que la realidad, al decir de los surrealistas. No hay mejor antídoto que el propio veneno. Por caminos imaginarios, el dinero ficticio acabó parodiando al verdadero “real” brasileño.
La potencialidad viral del Facebook hizo lo suyo, rápidamente la propuesta ganó más seguidores. El paso siguiente fue avanzar con el movimiento y pasar a publicar en la red todos aquellos establecimientos que practican precios abusivos, bares, restaurantes, negocios, supermercados, panaderías y todo espacio privado donde el consumidor se sienta ante una práctica comercial desleal. La noticia se divulga y corre como reguero de pólvora. El proceso es simple pero merece registro. Se fotografían los precios exorbitantes o abusivos, se identifica el comercio y los comentarios se replican. Nació una nueva brújula y un canal de comunicación para ciudadanos indignados. La solidaridad es total. Los seguidores en la red manifiestan su disconformidad y estimulan no comprar lo que se juzga fuera de la realidad. No pague más de lo que vale, es la consigna. Pero hay más. El movimiento no se manifiesta contra espacios sofisticados o contra servicios con valor agregado. El objetivo es ir contra los que se aprovechan con precios altos o remarcaciones en los productos de consumo del día a día. Y los nuevos billetes virales, “el $urreal”, son el medio, el “Patacón” brasileño, que sirve para escrachar al comerciante. No para no pagar de hecho y si para ridiculizar la situación y mostrar a los empresarios que nadie es tonto. Y divulgar esto rápidamente para ampliar en la red, la vigilia. Los seguidores aumentan en progresión geométrica y el movimiento comienza a tener hijitos por todo el país. En San Pablo, ya se creó el sitio, Sampa $urreal y en Belo Horizonte, BH $urreal ya reúne 24.000 consumidores. También ya surgieron sitios similares “$urreales” en Brasilia, Curitiba y Espíritu Santo. Los consumidores quieren ser ciudadanos, no tienen miedo a las represalias anunciadas por los empresarios descontentos, temerosos de la divulgación veloz y descontrolada en las redes sociales. Durante esta semana el movimiento se amplió con nuevas propuestas. Cinco mil internautas ya definieron una nueva consigna. No pagar por los almuerzos buffet más de 45 reales (US$ 17) por kilo. La comida a peso/kilo es un hábito cultural muy arraigado en todo el país. En un año su precio medio escaló, en las grandes ciudades, de 40 reales (US$ 15) por kilo, para una nueva media de 60 reales por kilo (US$ 25 al dólar actual), 50% más caro en reales para una inflación anual ¡de 6%!
El movimiento de boicot está previsto para comenzar a las 18 horas del día 10 de febrero y acabar el 2 de junio. La propuesta es no frecuentar restaurantes y establecimientos comerciales que practiquen precios fuera de la media propuesta. Estos buffets son muy frecuentados, principalmente, por los trabajadores urbanos en la hora del almuerzo. Todas estas iniciativas muestran el nacimiento de un puente muy novedoso entre lo individual y lo colectivo. Está naciendo un consenso de que sólo la movilización popular es capaz de neutralizar situaciones extorsivas. La interacción que las redes sociales y en este caso Facebook ofrecen, es un camino de fácil manejo y un canal confiable para que los usuarios puedan doblarles la mano a los abusos de precios. La sensación es que el movimiento vino para quedarse y que en las redes lo plural gana una nueva fase antes desconocida.
Modelo para exportar. La propuesta y modelo de la página brasileña en Facebook puede ser muy útil en la actual Argentina de especuladores y oportunistas post devaluación. Si bien los empresarios son libres para practicar sus márgenes, nada como la presión popular para colocar los hechos en su lugar. Es necesario movilizarse por el control a los precios y las redes sociales son una herramienta amplia y de democrático alcance. Empresarios y comerciantes son llamados por las fuerzas políticas a encarar con seriedad su negocio, pensar en el largo plazo, pero el control efectivo llama a la realidad. Y en Argentina, la concentración de la producción, uno de los fenómenos más característicos del capitalismo contemporáneo, llevó a la práctica de precios oligopólicos desde hace un buen tiempo. Nada mejor, ante una demanda recalentada por programas de inclusión social y de aumento de la renta de los trabajadores, que aprovecharse de esta situación de la forma más capitalista posible, esto es, regulando que la oferta siempre sea menor que la demanda. Y así trasladar, sin miedos, a los precios la inflación actual y la futura. El mercado consumía igual. En este nuevo Brasil, tan movedizo, que hace menos de un año nos viene sorprendiendo con nuevas iniciativas de participación popular nos muestra ahora su mejor cara y humor. A precios $urreales, una moneda similar, a la remarcación de precios en la oscuridad de la noche, la luz de las redes sociales. A los precios abusivos, el boicot y la denuncia popular. Como varias veces manifestó nuestra presidente, hay empresarios que gracias a este modelo de inclusión social, juntaron el dinero que ganaron, con palas. Las grandes empresas y grupos oligopolios que controlan las principales cadenas de producción e insumos, ganan en todas las fases del proceso. Valorizar las conquistas obtenidas a lo largo de la implementación de este ciclo que puso su mirada principal en los sectores medios, en los trabajadores y en los de menor renda, exige un control sólido y permanente de la sociedad para cuidar y proteger precios y conquistas. De la sociedad y del estado, pues su ausencia ya dejó sus dolorosas huellas.
Dejar a los empresarios sin control es creer en los teóricos del capitalismo justo y moderno que presuponen, muy en sintonía con la modernidad, que poner en práctica activas políticas sociales y velar por la satisfacción de sus clientes presupone una gestión justa. Pero esta seductora verborragia brilla por su ausencia durante la práctica cotidiana de la remarcación de los precios. Porque cuidar de los precios es una herramienta crucial para sostener la política de ingresos y ayudar a reducir la inercia inflacionaria y así quebrar las expectativas de inflación futura.
Consolidar este modelo de inclusión social demanda una participación activa de la sociedad. Cepillar a contrapelo las redes sociales. El ejemplo de Brasil parece un buen camino para copiar y tomar en cuenta. Les recomiendo ver el perfil de esta página en Facebook: Rio $urreal-nao pague mais.

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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