La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy analizan la puesta en marcha de “un nuevo pacto de estabilidad”, que será limitado “a algunos países de la zona Euro”.
El proyecto fue publicado ayer por el diario alemán Welt am Sonntag y el gobierno francés se negó a confirmar o desmentir la información.
Esta nueva iniciativa podría dejar afuera de cualquier decisión estratégica en la emergencia al primer ministro británico David Cameron, que ya ha recibido un ultimatum por la Comisión Europea en Bruselas y por Sarkozy para que el reino decida de una buena vez si va a defender a la City financiera de Londres o a la Unión Europea.
Los ejes del proyecto de la pareja franco alemana se escucharán antes de la cumbre europea del 9 diciembre. Sarkozy ya ha anunciado que hablará a los franceses el jueves próximo, un día antes del aterrizaje de Cameron en “visita de trabajo” a París.
En el “nuevo pacto de estabilidad” habría “un nuevo modelo exclusivo” de Francia, Alemania y “ciertos países de la zona euro” s obre los acuerdos de Schengen de la libre circulación de personas, que incluye actualmente 10 de los 27 países de la UE. Gran Bretaña no quiso sumarse inicialmente a él.
Los países “virtuosos”, todos con calificación máxima “AAA” por las agencias de rating, son seis: Alemania, Francia, Holanda, Finlandia, Austria y Luxemburgo.
Afuera quedarían once, entre ellos Italia, España, Grecia, Irlanda y Portugal, que son los que más sufren la crisis de pago de los títulos públicos y reciben ayuda.
El actual pacto de estabilidad compromete a los países de la zona euro a limitar su déficit al 3 por ciento del PBI y su endeudamiento al 60 por ciento del PBI. Gran Bretaña no forma parte de la zona euro pero ha tomado medidas draconianas y muy resistidas para reducir su déficit fiscal del 13 por ciento del PBI en dos años y su deuda pública.
Según el diario alemán, también se va a discutir en ese “nuevo pacto de estabilidad” un reforzamiento de los fondos de emergencia europeos hasta llegar a “su quintuplicación” para enfrentar la crisis del euro. Una moneda que, en su peor hipótesis, Gran Bretaña considera que “es probable” que desaparezca y ha adoptado planes contingentes para sus ciudadanos de la zona Euro.
Los tratados vigentes de la UE y de la Eurozona no sirven para hacer nacer el nuevo Pacto de Estabilidad porque se exige el acuerdo de los 27 socios, de los Parlamentos nacionales, además de otros acuerdos específicos de los 17 países que están en la Eurozona, un proceso que llevaría años.
El nuevo pacto podría nacer en los próximos meses, porque los países que suscriban el acuerdo lo harán en forma individual, eludiendo a la Comisión Europea y a las instituciones burocráticas. Los firmantes contarían con el auxilio permantente del Banco Central Europeo, que no perdería su independencia y haría “intervenciones contundentes” en los mercados de capitales”, según Die Welt am Sontag.
Cameron, en tanto, libra su propia pelea. El presidente de la Comisión Europea, José Barroso, y Sarkozy le informaron que deberá adoptar una decisión sobre en qué lugar se posiciona antes del Consejo de Europa el 9 de diciembre. Ese día, los 27 miembros de la Unión Europea quieren adoptar posiciones vitales para salvar al Euro de los ataques de los mercados, sin tener que sufrir la defensa “corporativa” británica.
El argumento de los “burócratas” de Bruselas – como lo llaman los ingleses – y de Francia fue que Cameron busca tener los beneficios de un poderoso de Europa, pero después se niega ante la UE a ceder posiciones con las que la City Financiera en Londres se beneficia.
Cameron aterrizará en París el viernes próximo para otra cumbre con Sarkozy pero su casa no está en orden. El ultimátum de la Unión Europea es un serio dolor de cabeza para el primer ministro. Los euroescépticos –que atraviesan su coalición de gobierno– ya lo han desafiado en el parlamento con una moción, derrotada, para debatir abandonar la Unión Europea.
El Consejo de Europa del 9 de diciembre es para los euroescépticos un test para el liderazgo antieuropeo de Cameron, donde deberá demostrar que no cede ante la zona Euro en crisis.
Francia insiste con que Cameron no tiene nada que decir a los países de la Eurozona mientras el reino no se sume al Euro, más allá de que el primer ministro británico insista en que estas decisiones afectan los intereses británicos. Al mismo tiempo, Cameron pregona que los 17 países de la zona Euro no pueden adoptar medidas que dañen a los otros países que no están en ella, Las relaciones de Cameron con Merkel no son mejores, más allá de las sonrisas. Los alemanes están furiosos con la idea de los británicos de ser dobles beneficiarios. Los holandeses y los finlandeses tampoco están contentos con este doble juego inglés.
Cameron está frente a un galimatías con difícil solución, con los euroescépticos en su país creciendo y desestabilizando por primera vez la unidad del gobierno, masivo desempleo juvenil, riesgo de doble recesión, huelga general de servicios públicos este miércoles por las pensiones y la aplanadora “Merkozy”, el eje franco alemán, que dirige la implacable canciller Angela Merkel, con la amenaza del nuevo pacto de estabilidad.
El proyecto fue publicado ayer por el diario alemán Welt am Sonntag y el gobierno francés se negó a confirmar o desmentir la información.
Esta nueva iniciativa podría dejar afuera de cualquier decisión estratégica en la emergencia al primer ministro británico David Cameron, que ya ha recibido un ultimatum por la Comisión Europea en Bruselas y por Sarkozy para que el reino decida de una buena vez si va a defender a la City financiera de Londres o a la Unión Europea.
Los ejes del proyecto de la pareja franco alemana se escucharán antes de la cumbre europea del 9 diciembre. Sarkozy ya ha anunciado que hablará a los franceses el jueves próximo, un día antes del aterrizaje de Cameron en “visita de trabajo” a París.
En el “nuevo pacto de estabilidad” habría “un nuevo modelo exclusivo” de Francia, Alemania y “ciertos países de la zona euro” s obre los acuerdos de Schengen de la libre circulación de personas, que incluye actualmente 10 de los 27 países de la UE. Gran Bretaña no quiso sumarse inicialmente a él.
Los países “virtuosos”, todos con calificación máxima “AAA” por las agencias de rating, son seis: Alemania, Francia, Holanda, Finlandia, Austria y Luxemburgo.
Afuera quedarían once, entre ellos Italia, España, Grecia, Irlanda y Portugal, que son los que más sufren la crisis de pago de los títulos públicos y reciben ayuda.
El actual pacto de estabilidad compromete a los países de la zona euro a limitar su déficit al 3 por ciento del PBI y su endeudamiento al 60 por ciento del PBI. Gran Bretaña no forma parte de la zona euro pero ha tomado medidas draconianas y muy resistidas para reducir su déficit fiscal del 13 por ciento del PBI en dos años y su deuda pública.
Según el diario alemán, también se va a discutir en ese “nuevo pacto de estabilidad” un reforzamiento de los fondos de emergencia europeos hasta llegar a “su quintuplicación” para enfrentar la crisis del euro. Una moneda que, en su peor hipótesis, Gran Bretaña considera que “es probable” que desaparezca y ha adoptado planes contingentes para sus ciudadanos de la zona Euro.
Los tratados vigentes de la UE y de la Eurozona no sirven para hacer nacer el nuevo Pacto de Estabilidad porque se exige el acuerdo de los 27 socios, de los Parlamentos nacionales, además de otros acuerdos específicos de los 17 países que están en la Eurozona, un proceso que llevaría años.
El nuevo pacto podría nacer en los próximos meses, porque los países que suscriban el acuerdo lo harán en forma individual, eludiendo a la Comisión Europea y a las instituciones burocráticas. Los firmantes contarían con el auxilio permantente del Banco Central Europeo, que no perdería su independencia y haría “intervenciones contundentes” en los mercados de capitales”, según Die Welt am Sontag.
Cameron, en tanto, libra su propia pelea. El presidente de la Comisión Europea, José Barroso, y Sarkozy le informaron que deberá adoptar una decisión sobre en qué lugar se posiciona antes del Consejo de Europa el 9 de diciembre. Ese día, los 27 miembros de la Unión Europea quieren adoptar posiciones vitales para salvar al Euro de los ataques de los mercados, sin tener que sufrir la defensa “corporativa” británica.
El argumento de los “burócratas” de Bruselas – como lo llaman los ingleses – y de Francia fue que Cameron busca tener los beneficios de un poderoso de Europa, pero después se niega ante la UE a ceder posiciones con las que la City Financiera en Londres se beneficia.
Cameron aterrizará en París el viernes próximo para otra cumbre con Sarkozy pero su casa no está en orden. El ultimátum de la Unión Europea es un serio dolor de cabeza para el primer ministro. Los euroescépticos –que atraviesan su coalición de gobierno– ya lo han desafiado en el parlamento con una moción, derrotada, para debatir abandonar la Unión Europea.
El Consejo de Europa del 9 de diciembre es para los euroescépticos un test para el liderazgo antieuropeo de Cameron, donde deberá demostrar que no cede ante la zona Euro en crisis.
Francia insiste con que Cameron no tiene nada que decir a los países de la Eurozona mientras el reino no se sume al Euro, más allá de que el primer ministro británico insista en que estas decisiones afectan los intereses británicos. Al mismo tiempo, Cameron pregona que los 17 países de la zona Euro no pueden adoptar medidas que dañen a los otros países que no están en ella, Las relaciones de Cameron con Merkel no son mejores, más allá de las sonrisas. Los alemanes están furiosos con la idea de los británicos de ser dobles beneficiarios. Los holandeses y los finlandeses tampoco están contentos con este doble juego inglés.
Cameron está frente a un galimatías con difícil solución, con los euroescépticos en su país creciendo y desestabilizando por primera vez la unidad del gobierno, masivo desempleo juvenil, riesgo de doble recesión, huelga general de servicios públicos este miércoles por las pensiones y la aplanadora “Merkozy”, el eje franco alemán, que dirige la implacable canciller Angela Merkel, con la amenaza del nuevo pacto de estabilidad.
Que se apuren, porque si tardan un poco más, van a tener que incorporar a Moldavia si se quieren asociar a un país sólido.