Por cada persona de “clase alta” hay 49 de “clase baja”, indica estudio. En “clase media” 39.2%.
A través de una investigación iniciada hace dos años para contabilizar a la “clase media” del país, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) encontró que esta capa de la población está constituida por 12.3 millones de hogares, 42.4 por ciento de los existentes en el país, los cuales están integrados por 44 millones de personas que representan 39.2 por ciento de la población nacional.
Elaborada con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares correspondiente a los años de 2000 y 2010, la investigación clasifica en tres “clases” la estructura social mexicana y de paso exhibe su profunda inequidad.
Así, la estructura social está conformada por una “clase alta”, constituida por alrededor de un millón 350 mil habitantes, quienes representan 1.7 por ciento de la población nacional; “la clase media” constituida por unos 44 millones de habitantes, y la “clase baja”, de la que forma parte 59.1 por ciento de la población, es decir, más de 66 millones 300 personas al término de la primera década del siglo veintiuno.
Los resultados del estudio, que aporta nuevos elementos al análisis de la sociedad, indican que por cada persona de “clase alta” que vive en México hay 49 de “clase baja” en los dos extremos de la estructura social mexicana.
Establece también diferencias conceptuales entre pobreza y “clase baja”. La primera, define, “más que constituir una clase social en sí misma, es una condición que puede presentarse con mayor probabilidad para la clase baja”, pero no son lo misma.
La “clase baja”, precisa, es un “segmento heterogéneo pero estable estadísticamente hablando, en el que se presentan distintas situaciones de previsión frente a la adversidad, de cercanía a los mecanismos de protección del Estado y de pertenencia a redes de solidaridad grupal”.
Por lo que respecta a su tema central, la investigación del Inegi descubrió que en el ámbito urbano 47 por ciento de la población es de “clase media”, mientras que en el rural, es decir localidades de menos de 15 mil habitantes, esa proporción se reduce a 26 por ciento. O sea que unos 33 millones de clasemedieros son citadinos y 11 millones, campiranos.
El estudio del Inegi para contabilizar a la clase media en México considera que un hogar promedio de este tipo cuenta al menos con una computadora, gasta 4 mil 400 pesos de 2010 en consumir alimentos y bebidas fuera de casa al trimestre; uno de sus integrantes está inserto en el ámbito formal de empleo, principalmente en el sector privado; quien lo encabeza tiene educación media superior, su estado civil es casado; está compuesto de 4 integrantes y los hijos asisten a escuelas públicas.
Además, para el acceso a la propiedad de una casa, un hogar de clase media “depende más de los créditos de interés social y/o recursos familiares que del crédito comercial bancario”.
De carácter exploratorio, el estudio del Inegi para contabilizar a la “clase media” en México ha comprendido siete etapas, da prioridad al gasto per cápita sobre el ingreso como criterio de clasificación, utiliza 17 indicadores cualitativos y en su aproximación utiliza la herramienta de estratificación multivaiable desarrollada por el propio organismo.
A través de una investigación iniciada hace dos años para contabilizar a la “clase media” del país, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) encontró que esta capa de la población está constituida por 12.3 millones de hogares, 42.4 por ciento de los existentes en el país, los cuales están integrados por 44 millones de personas que representan 39.2 por ciento de la población nacional.
Elaborada con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares correspondiente a los años de 2000 y 2010, la investigación clasifica en tres “clases” la estructura social mexicana y de paso exhibe su profunda inequidad.
Así, la estructura social está conformada por una “clase alta”, constituida por alrededor de un millón 350 mil habitantes, quienes representan 1.7 por ciento de la población nacional; “la clase media” constituida por unos 44 millones de habitantes, y la “clase baja”, de la que forma parte 59.1 por ciento de la población, es decir, más de 66 millones 300 personas al término de la primera década del siglo veintiuno.
Los resultados del estudio, que aporta nuevos elementos al análisis de la sociedad, indican que por cada persona de “clase alta” que vive en México hay 49 de “clase baja” en los dos extremos de la estructura social mexicana.
Establece también diferencias conceptuales entre pobreza y “clase baja”. La primera, define, “más que constituir una clase social en sí misma, es una condición que puede presentarse con mayor probabilidad para la clase baja”, pero no son lo misma.
La “clase baja”, precisa, es un “segmento heterogéneo pero estable estadísticamente hablando, en el que se presentan distintas situaciones de previsión frente a la adversidad, de cercanía a los mecanismos de protección del Estado y de pertenencia a redes de solidaridad grupal”.
Por lo que respecta a su tema central, la investigación del Inegi descubrió que en el ámbito urbano 47 por ciento de la población es de “clase media”, mientras que en el rural, es decir localidades de menos de 15 mil habitantes, esa proporción se reduce a 26 por ciento. O sea que unos 33 millones de clasemedieros son citadinos y 11 millones, campiranos.
El estudio del Inegi para contabilizar a la clase media en México considera que un hogar promedio de este tipo cuenta al menos con una computadora, gasta 4 mil 400 pesos de 2010 en consumir alimentos y bebidas fuera de casa al trimestre; uno de sus integrantes está inserto en el ámbito formal de empleo, principalmente en el sector privado; quien lo encabeza tiene educación media superior, su estado civil es casado; está compuesto de 4 integrantes y los hijos asisten a escuelas públicas.
Además, para el acceso a la propiedad de una casa, un hogar de clase media “depende más de los créditos de interés social y/o recursos familiares que del crédito comercial bancario”.
De carácter exploratorio, el estudio del Inegi para contabilizar a la “clase media” en México ha comprendido siete etapas, da prioridad al gasto per cápita sobre el ingreso como criterio de clasificación, utiliza 17 indicadores cualitativos y en su aproximación utiliza la herramienta de estratificación multivaiable desarrollada por el propio organismo.