Tras bajarse de la candidatura bonaerense, la diputada dice que cuenta con todo el apoyo de Macri: “Fue muy afectuoso”, afirma.
Por Ezequiel Spillman
29/09/12 – 12:53
Intimos. Le confesó a Macri su decisión mientras cenaban pastas.
Gabriela Michetti cenó el miércoles en el departamento de Mauricio Macri. Ante la mirada de sus parejas, Juan Tonelli y Juliana Awada, le confesó que no será candidata en la Provincia, una compleja definición para el armado del macrismo.
—¿Cómo tomó Macri su decisión?
—Muy bien. Cada vez que tengo que tomar una decisión importante no hago más que confirmar que Mauricio es la persona con la que quiero compartir mi vocación política, porque la actitud que tuvo para que reflexione si puedo ir como candidata (a Provincia) siempre fue súper respetuosa y afectuosa. Siempre que hablábamos del tema empezaba las charlas diciéndome que tenía que hacer lo que sienta porque se notaba si las cosas las hacía sin convicción. Cuando le dije que no, me contestó que tenía la libertad del caso y que iba a confiar en lo que sentía. Obviamente esto nos fuerza a todos a ponernos a trabajar muy intensamente para encontrar alternativas estratégicas a las elecciones del año que viene. Si podemos posicionar otras personas valiosas ante la opinión pública, en el 2015 vamos a llegar más fortalecidos.
—¿Por qué Macri no hizo más esfuerzo para convencerla?
—Porque yo estoy convencida, y es lo que él me dice. Algunas personas, que quizás tienen una visión cortita, chiquita, quieren meter ruido en la relación. Pero ninguno de los dos dio lugar a que esos ruidos externos nos hicieran perder la confianza. Entonces, cuando Mauricio no me insiste ni me presiona, lo hace porque está convencido de que cuando yo hago un proceso de reflexión es porque confía en lo que termino decidiendo. Como decíamos en la cena: si los dos le diéramos bolilla a lo que nos dicen algunos, estaríamos muy mal
—¿Antes se habría enojado?
—No, porque Mauricio nunca termina de enojarse conmigo o yo con él por más diferencias que tengamos. El sabe que si tomo una decisión es de corazón, aunque me pueda equivocar. Todos me decían “esto va a ser una guerra, un suicidio”, y yo les decía “no conocen mi relación con Mauricio”. Esto es una fortaleza del PRO y no van a poder destruirla fácilmente. Mauricio va a seguir confiando en mí, y yo en él.
—¿Qué opina de los que la acusan de privilegiar lo individual sobre lo colectivo?
—Muchísima gente, de dentro de la política, me dijo que la decisión era buena para el PRO, pero en la calle no hay uno solo que me haya dicho que me vaya a Provincia. Una minoría interna de la política se quedó con la idea de que tenía que ir. Hubiera sido más fácil tomar el desafío de la Provincia porque tenía posibilidades de hacer una buena elección, pasar a ser una protagonista de la gran pelea política argentina y de ahí pegar un salto a otras ligas. Y de paso dejar conformes a todos y que nadie se ponga nervioso. Esta decisión la tomé porque es lo mejor para el partido. Y si alguien mira mi proceder hasta hoy debería darse cuenta de que no puedo tomar una decisión egoísta centrada en mi propio interés mirando a los ojos de Mauricio. No tomo decisiones mirando mi propio ombligo.
—¿Se imagina en una interna del PRO?
—No tengo, ni por asomo, decidido qué hacer en el 2013. Lo único que decidí es no ser candidata en Provincia. Me siento representante de lo que conozco, y no de lo que no conozco. No es fácil, de repente, conocer una realidad diferente y representarla. Uno tiene que ser consciente de sus limitaciones y sus debilidades. Si soy candidata en la Ciudad, me parece imprescindible que haya internas.
—¿Y con Larreta?
—Trabajé muy bien con Horacio, pero compartir una fórmula es más difícil porque estamos, de alguna manera, en una interna natural.
—¿O sea que sigue soñando con ser jefa de Gobierno?
—Es un sueño que nunca voy a abandonar. Pero quiero dejar claro que en ningún momento tomé en cuenta eso como la variable definitoria para no pasar a Provincia.
Por Ezequiel Spillman
29/09/12 – 12:53
Intimos. Le confesó a Macri su decisión mientras cenaban pastas.
Gabriela Michetti cenó el miércoles en el departamento de Mauricio Macri. Ante la mirada de sus parejas, Juan Tonelli y Juliana Awada, le confesó que no será candidata en la Provincia, una compleja definición para el armado del macrismo.
—¿Cómo tomó Macri su decisión?
—Muy bien. Cada vez que tengo que tomar una decisión importante no hago más que confirmar que Mauricio es la persona con la que quiero compartir mi vocación política, porque la actitud que tuvo para que reflexione si puedo ir como candidata (a Provincia) siempre fue súper respetuosa y afectuosa. Siempre que hablábamos del tema empezaba las charlas diciéndome que tenía que hacer lo que sienta porque se notaba si las cosas las hacía sin convicción. Cuando le dije que no, me contestó que tenía la libertad del caso y que iba a confiar en lo que sentía. Obviamente esto nos fuerza a todos a ponernos a trabajar muy intensamente para encontrar alternativas estratégicas a las elecciones del año que viene. Si podemos posicionar otras personas valiosas ante la opinión pública, en el 2015 vamos a llegar más fortalecidos.
—¿Por qué Macri no hizo más esfuerzo para convencerla?
—Porque yo estoy convencida, y es lo que él me dice. Algunas personas, que quizás tienen una visión cortita, chiquita, quieren meter ruido en la relación. Pero ninguno de los dos dio lugar a que esos ruidos externos nos hicieran perder la confianza. Entonces, cuando Mauricio no me insiste ni me presiona, lo hace porque está convencido de que cuando yo hago un proceso de reflexión es porque confía en lo que termino decidiendo. Como decíamos en la cena: si los dos le diéramos bolilla a lo que nos dicen algunos, estaríamos muy mal
—¿Antes se habría enojado?
—No, porque Mauricio nunca termina de enojarse conmigo o yo con él por más diferencias que tengamos. El sabe que si tomo una decisión es de corazón, aunque me pueda equivocar. Todos me decían “esto va a ser una guerra, un suicidio”, y yo les decía “no conocen mi relación con Mauricio”. Esto es una fortaleza del PRO y no van a poder destruirla fácilmente. Mauricio va a seguir confiando en mí, y yo en él.
—¿Qué opina de los que la acusan de privilegiar lo individual sobre lo colectivo?
—Muchísima gente, de dentro de la política, me dijo que la decisión era buena para el PRO, pero en la calle no hay uno solo que me haya dicho que me vaya a Provincia. Una minoría interna de la política se quedó con la idea de que tenía que ir. Hubiera sido más fácil tomar el desafío de la Provincia porque tenía posibilidades de hacer una buena elección, pasar a ser una protagonista de la gran pelea política argentina y de ahí pegar un salto a otras ligas. Y de paso dejar conformes a todos y que nadie se ponga nervioso. Esta decisión la tomé porque es lo mejor para el partido. Y si alguien mira mi proceder hasta hoy debería darse cuenta de que no puedo tomar una decisión egoísta centrada en mi propio interés mirando a los ojos de Mauricio. No tomo decisiones mirando mi propio ombligo.
—¿Se imagina en una interna del PRO?
—No tengo, ni por asomo, decidido qué hacer en el 2013. Lo único que decidí es no ser candidata en Provincia. Me siento representante de lo que conozco, y no de lo que no conozco. No es fácil, de repente, conocer una realidad diferente y representarla. Uno tiene que ser consciente de sus limitaciones y sus debilidades. Si soy candidata en la Ciudad, me parece imprescindible que haya internas.
—¿Y con Larreta?
—Trabajé muy bien con Horacio, pero compartir una fórmula es más difícil porque estamos, de alguna manera, en una interna natural.
—¿O sea que sigue soñando con ser jefa de Gobierno?
—Es un sueño que nunca voy a abandonar. Pero quiero dejar claro que en ningún momento tomé en cuenta eso como la variable definitoria para no pasar a Provincia.