La entrevista tuvo lugar en la consultora del economista, en Palermo.
-Si tuviera que definirse, ¿cuál es su especialidad?
-Yo sé de historia económica argentina y de política económica en situaciones de crisis. De eso sé un montón. Analizo la situación y me imagino el curso de los acontecimientos.
-¿Existe un indicador de la efectividad de sus pronósticos?
-Yo soy ocho sobre once, históricamente. Mi marca registrada es que no confundo mis deseos con la evaluación de la realidad.
-Mire esta foto (él reunido con Scioli). ¿Qué es exactamente lo que hace con él?
-Cuando Scioli piensa que hablar conmigo le puede servir, me llama y yo estoy. Hace dos años que tenemos diálogo por iniciativa de él. Yo no lo llamo, porque no soy un bicho molesto y no aspiro a nada que tenga que ver con mi situación personal.
-Algunos dicen que si Scioli fuera presidente, usted sería un posible ministro de Economía.
-No es tiempo de hablar de eso. No tengo una vocación enferma y menos por la función pública. Tengo mi empresa, mis inversiones.
-Pero si Scioli lo llamara, ¿lo pensaría?
-Siempre uno piensa.
-Mire este video: en febrero, por cadena nacional, Cristina dijo: «Hubo un intento de desestabilización financiera. No lo digo yo, ni Axel, ni Coqui, ni La Cámpora. Lo dice Miguel Bein».
-Te pasa una vez en la vida. A la mayoría de los economistas no les va a pasar nunca. Que una presidenta de la democracia, y con los juicios duros que ella tiene sobre algunos economistas, se refiera a mí en términos elogiosos fue una conmoción. Soy un elegido.
-¿Qué le parece Kicillof?
-Sumamente inteligente, hay muchas orientaciones de él que no comparto y otras que sí.
-¿Cuáles sí y cuáles no?
-No comparto la política agropecuaria. Para nada. Yo liberaría la capacidad productiva e innovadora del campo. La forma de seguir abasteciendo una industria que es fuertemente importadora de insumos y bienes de capital es conseguir más dólares. Y los dólares se consiguen con la exportación de minería sustentable y alimentos.
-¿Cuál es su estimación de inflación para 2014?
-Estamos en 31%. Es un número preocupante, pero controlado. No hay peligro de espiralización. El año que viene puede ser entre 25 y 30.
-¿Cree que habrá nuevas devaluaciones fuertes?
-No.
-Verdadero o falso: «El Gobierno hizo el desendeudamiento más grande de la historia».
-Recontraverdadero, porque lo único que es relevante es el desendeudamiento con el mercado de capitales, no el desendeudamiento interno. La deuda donde hay un riesgo de default, de desestabilización es la deuda que flota en el mercado. La deuda pública interna que el Estado tiene con la Anses, con el Banco Central, se puede refinanciar.
-Circula una frase: «Se financian con la plata de los jubilados».
-Es una estupidez. Es mala leche o ignorancia. Esto es un fondo de garantía y sustentabilidad en un régimen de reparto. Tampoco es la plata de los jubilados. Es el fondo de donde surgen los pagos a los jubilados intergeneracionales.
-Inflación. ¿Cómo se baja?
-Son cuatro años para llegar al 10%. No hay tratamiento de shock. Hay gradualismo, acuerdo político. Hace falta consenso de la dirigencia.
-¿A qué se refiere con que falta consenso?
-Acuerdo político. Sindicatos adentro y empresarios adentro. Y dirigentes en serio, no abogados de cámaras empresarias. El país necesita que su dirigencia tome un compromiso. Sólo acá se discute en la cena en qué país van a vivir los chicos.
-¿Quiénes discuten eso?
-La dirigencia, los empresarios. El país no se terminó de hacer. Por eso los argentinos tenemos 170.000 millones de dólares en el exterior financiando al gobierno de los EE.UU. Y yo me incluyo, porque tengo dinero en el exterior.
-Y para el final, el plato caliente: ¿qué le pareció lo que resolvió el juez Griesa?
-Es la primera vez que Griesa retrocede. No aplicó su fallo, su concepto de pari passu.
-¿En qué sentido retrocede?
-No se animó a embargar los fondos para el pago a los bonistas. Eso hubiera tenido consecuencias muy graves. En EE.UU. no se pueden afectar derechos de terceros en un conflicto entre partes.
-¿La estrategia del Gobierno fue la mejor posible?
-Hace tres años, no, pero ahora se está negociando una cuestión de Estado que puede cambiar la vida económica de la Argentina. Por lo tanto, negocia la República y los de afuera son de palo.
-Cuando Kicillof dijo que si la Argentina debía pagar 15.000 millones podría estar al borde del abismo.
-(Interrumpe.) No hay que atender a las palabras demasiado. Los gobiernos hacen política con cualquier tema. Son temas muy complicados, uno no puede estar contándoles todo el día a los programas de chismes cómo va la negociación.
-Si se les paga a los buitres, ¿se aplicará la cláusula RUFO y habrá que compensar a todos?
-Eso no va a suceder. Hay gente a la que le gustaría que pasara, para que volara por el aire, y otra a la que le gustaría que no pasara. Independientemente de lo que quieran, no va a suceder. Creeme: ocho sobre once.
-Dejamos acá.
Historia clínica
Bein, Miguel
Edad: 63
Ocupación
Economista. Asesora a Scioli, sin un cargo formal
Observaciones
Trabajó en gobiernos radicales, pero tiene origen peronista: «De joven milité en la JP. Me fui después de lo de Herminio Iglesias»
-Si tuviera que definirse, ¿cuál es su especialidad?
-Yo sé de historia económica argentina y de política económica en situaciones de crisis. De eso sé un montón. Analizo la situación y me imagino el curso de los acontecimientos.
-¿Existe un indicador de la efectividad de sus pronósticos?
-Yo soy ocho sobre once, históricamente. Mi marca registrada es que no confundo mis deseos con la evaluación de la realidad.
-Mire esta foto (él reunido con Scioli). ¿Qué es exactamente lo que hace con él?
-Cuando Scioli piensa que hablar conmigo le puede servir, me llama y yo estoy. Hace dos años que tenemos diálogo por iniciativa de él. Yo no lo llamo, porque no soy un bicho molesto y no aspiro a nada que tenga que ver con mi situación personal.
-Algunos dicen que si Scioli fuera presidente, usted sería un posible ministro de Economía.
-No es tiempo de hablar de eso. No tengo una vocación enferma y menos por la función pública. Tengo mi empresa, mis inversiones.
-Pero si Scioli lo llamara, ¿lo pensaría?
-Siempre uno piensa.
-Mire este video: en febrero, por cadena nacional, Cristina dijo: «Hubo un intento de desestabilización financiera. No lo digo yo, ni Axel, ni Coqui, ni La Cámpora. Lo dice Miguel Bein».
-Te pasa una vez en la vida. A la mayoría de los economistas no les va a pasar nunca. Que una presidenta de la democracia, y con los juicios duros que ella tiene sobre algunos economistas, se refiera a mí en términos elogiosos fue una conmoción. Soy un elegido.
-¿Qué le parece Kicillof?
-Sumamente inteligente, hay muchas orientaciones de él que no comparto y otras que sí.
-¿Cuáles sí y cuáles no?
-No comparto la política agropecuaria. Para nada. Yo liberaría la capacidad productiva e innovadora del campo. La forma de seguir abasteciendo una industria que es fuertemente importadora de insumos y bienes de capital es conseguir más dólares. Y los dólares se consiguen con la exportación de minería sustentable y alimentos.
-¿Cuál es su estimación de inflación para 2014?
-Estamos en 31%. Es un número preocupante, pero controlado. No hay peligro de espiralización. El año que viene puede ser entre 25 y 30.
-¿Cree que habrá nuevas devaluaciones fuertes?
-No.
-Verdadero o falso: «El Gobierno hizo el desendeudamiento más grande de la historia».
-Recontraverdadero, porque lo único que es relevante es el desendeudamiento con el mercado de capitales, no el desendeudamiento interno. La deuda donde hay un riesgo de default, de desestabilización es la deuda que flota en el mercado. La deuda pública interna que el Estado tiene con la Anses, con el Banco Central, se puede refinanciar.
-Circula una frase: «Se financian con la plata de los jubilados».
-Es una estupidez. Es mala leche o ignorancia. Esto es un fondo de garantía y sustentabilidad en un régimen de reparto. Tampoco es la plata de los jubilados. Es el fondo de donde surgen los pagos a los jubilados intergeneracionales.
-Inflación. ¿Cómo se baja?
-Son cuatro años para llegar al 10%. No hay tratamiento de shock. Hay gradualismo, acuerdo político. Hace falta consenso de la dirigencia.
-¿A qué se refiere con que falta consenso?
-Acuerdo político. Sindicatos adentro y empresarios adentro. Y dirigentes en serio, no abogados de cámaras empresarias. El país necesita que su dirigencia tome un compromiso. Sólo acá se discute en la cena en qué país van a vivir los chicos.
-¿Quiénes discuten eso?
-La dirigencia, los empresarios. El país no se terminó de hacer. Por eso los argentinos tenemos 170.000 millones de dólares en el exterior financiando al gobierno de los EE.UU. Y yo me incluyo, porque tengo dinero en el exterior.
-Y para el final, el plato caliente: ¿qué le pareció lo que resolvió el juez Griesa?
-Es la primera vez que Griesa retrocede. No aplicó su fallo, su concepto de pari passu.
-¿En qué sentido retrocede?
-No se animó a embargar los fondos para el pago a los bonistas. Eso hubiera tenido consecuencias muy graves. En EE.UU. no se pueden afectar derechos de terceros en un conflicto entre partes.
-¿La estrategia del Gobierno fue la mejor posible?
-Hace tres años, no, pero ahora se está negociando una cuestión de Estado que puede cambiar la vida económica de la Argentina. Por lo tanto, negocia la República y los de afuera son de palo.
-Cuando Kicillof dijo que si la Argentina debía pagar 15.000 millones podría estar al borde del abismo.
-(Interrumpe.) No hay que atender a las palabras demasiado. Los gobiernos hacen política con cualquier tema. Son temas muy complicados, uno no puede estar contándoles todo el día a los programas de chismes cómo va la negociación.
-Si se les paga a los buitres, ¿se aplicará la cláusula RUFO y habrá que compensar a todos?
-Eso no va a suceder. Hay gente a la que le gustaría que pasara, para que volara por el aire, y otra a la que le gustaría que no pasara. Independientemente de lo que quieran, no va a suceder. Creeme: ocho sobre once.
-Dejamos acá.
Historia clínica
Bein, Miguel
Edad: 63
Ocupación
Economista. Asesora a Scioli, sin un cargo formal
Observaciones
Trabajó en gobiernos radicales, pero tiene origen peronista: «De joven milité en la JP. Me fui después de lo de Herminio Iglesias»
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