El 2013 comenzó agitado para el radicalismo. Por un lado, se produjo el pase de la ex diputada Silvana Giúdici al gobierno de Mauricio Macri. Por el otro, el ex senador Leopoldo Moreau redactó una carta abierta en la que llamó a construir la alternativa que hace falta, despertando la reacción del diputado Oscar Aguad y el ex jefe de Gobierno porteño Facundo Suárez Lastra, entre otros. La conducción de la UCR no pudo haber organizado mejor la confusión. Un día una foto con Macri, la semana siguiente la foto con Barrionuevo y el Momo Venegas y en el medio anuncios de intentos de frentes electorales con el FAP, advierte Moreau en diálogo con Página/12. El ex presidente de la Cámara de Diputados aclaró que no lanzó una candidatura sino que propone crear una corriente de opinión para que la UCR no haga antikirchnerismo sino que recupere una fuerza nacional, popular, democrática y progresista.
Hace poco comenzaron a verse afiches suyos por la calle, ¿va a ser candidato?
Nosotros estamos comprometidos con desarrollar una corriente de pensamiento no con una candidatura y nuestro objetivo es que el radicalismo vuelva a ser un actor principal en la transformación para recuperar una fuerza nacional, popular, democrática y progresista.
¿Por qué cree que algunos dirigentes radicales lo acusan de kirchnerista?
La historia me exime de tener que dar explicaciones de este tipo. Además creo que la gente está harta de que los políticos solo hablen de los políticos y no de política. Yo tengo una mirada que comprende los dos ojos, no me tapo uno para ver la realidad. Advierto lo que son avances en la distribución del ingreso, el ensanchamiento de derechos civiles, la recuperación de la identidad y la autonomía nacional y el afianzamiento del bloque regional. También la renovación de la Corte, el canje de deuda, recuperación de las AFJP y de YPF. Ahora, esto no significa que el Gobierno ha hecho todo bien. La economía va perdiendo competitividad, hay que asumir y disminuir la inflación. La política de educación también merece revisarse porque mayores recursos no siempre significa buenos resultados. También hay graves falencias en materia de transporte. Por eso decimos que lo nuestro no es hacer antikirchnerismo sino radicalismo y que nuestro esfuerzo está orientado a generar una oposición que no insulte sino que proponga, que no promueva rejuntes sino que tenga un proyecto de país, que no convoque a un fracaso tras otro, sino a una construcción mayoritaria y de poder.
El presidente del Comité Nacional, Mario Barletta, dijo que usted tiene alguna necesidad por la cual toma esta posición…
No me tomo el tiempo de contestarle.
Parecía más enojado que con el pase de Silvana Giúdici al PRO…
Sí, y con las posiciones del intendente Gustavo Posse proponiendo una alianza con el macrismo. Pero, bueno, cada uno en la vida termina desnudando lo que es. No quiero entrar en polémicas. Es muy importante lo que tenemos que hacer como para detenernos en la mediocridad.
Oscar Aguad le respondió a su carta diciendo que no había que quedar atrapado en ideologismos…
Agradezco todas las respuestas porque más allá de las diferencias lo han hecho con respeto. Es el debate que estábamos buscando y que no podíamos llevar adelante porque nos mandan barrabravas a pegarles a los jóvenes o los órganos partidarios no lo permiten. Aguad revela su apego a las concepciones neoliberales que en la década del 90 pregonaban el fin de la historia y la muerte de las ideologías. No comparto el intento de desideologizar la política porque eso puede llevar a cualquier puerto. Tampoco creo que en Argentina se esté asfixiando lo que él denomina la libertad creativa de los factores económicos.
¿Con qué espacios se debería construir esa alternativa?
Eso lo irá marcando el desarrollo dinámico de la política.
¿La falta de definiciones no contribuye a desdibujar la imagen de la UCR?
La conducción de la UCR no pudo haber organizado mejor la confusión. Un día una foto con Macri, dándole un lugar principalísimo en la celebración del 10 de diciembre, la semana siguiente la foto con Barrionuevo y el Momo Venegas y en el medio anuncios de intentos de frentes electorales con el FAP. Hay que superar esta confusión y una manera de hacerlo es reforzando identidad, debatiendo un proyecto de país y dejando de lado la desesperación por correr detrás de fulano, sutano o mengano. No hay que enfrascarse en líneas electorales de carácter pragmático.
¿Qué le pareció el regreso de la fragata?
Creo que lo que realmente hay que celebrar, además del retorno de la fragata es un fallo que descolocó jurídicamente y políticamente a los fondos buitre. Eso beneficia a la Argentina y también puede sentar un precedente favorable a futuro. Además, beneficia a la comunidad internacional porque necesita despejar la amenaza que significan los fondos buitre para afrontar situaciones como la de Grecia, España y otros que de alguna manera van a tener que renegociar sus deudas.
Hace poco comenzaron a verse afiches suyos por la calle, ¿va a ser candidato?
Nosotros estamos comprometidos con desarrollar una corriente de pensamiento no con una candidatura y nuestro objetivo es que el radicalismo vuelva a ser un actor principal en la transformación para recuperar una fuerza nacional, popular, democrática y progresista.
¿Por qué cree que algunos dirigentes radicales lo acusan de kirchnerista?
La historia me exime de tener que dar explicaciones de este tipo. Además creo que la gente está harta de que los políticos solo hablen de los políticos y no de política. Yo tengo una mirada que comprende los dos ojos, no me tapo uno para ver la realidad. Advierto lo que son avances en la distribución del ingreso, el ensanchamiento de derechos civiles, la recuperación de la identidad y la autonomía nacional y el afianzamiento del bloque regional. También la renovación de la Corte, el canje de deuda, recuperación de las AFJP y de YPF. Ahora, esto no significa que el Gobierno ha hecho todo bien. La economía va perdiendo competitividad, hay que asumir y disminuir la inflación. La política de educación también merece revisarse porque mayores recursos no siempre significa buenos resultados. También hay graves falencias en materia de transporte. Por eso decimos que lo nuestro no es hacer antikirchnerismo sino radicalismo y que nuestro esfuerzo está orientado a generar una oposición que no insulte sino que proponga, que no promueva rejuntes sino que tenga un proyecto de país, que no convoque a un fracaso tras otro, sino a una construcción mayoritaria y de poder.
El presidente del Comité Nacional, Mario Barletta, dijo que usted tiene alguna necesidad por la cual toma esta posición…
No me tomo el tiempo de contestarle.
Parecía más enojado que con el pase de Silvana Giúdici al PRO…
Sí, y con las posiciones del intendente Gustavo Posse proponiendo una alianza con el macrismo. Pero, bueno, cada uno en la vida termina desnudando lo que es. No quiero entrar en polémicas. Es muy importante lo que tenemos que hacer como para detenernos en la mediocridad.
Oscar Aguad le respondió a su carta diciendo que no había que quedar atrapado en ideologismos…
Agradezco todas las respuestas porque más allá de las diferencias lo han hecho con respeto. Es el debate que estábamos buscando y que no podíamos llevar adelante porque nos mandan barrabravas a pegarles a los jóvenes o los órganos partidarios no lo permiten. Aguad revela su apego a las concepciones neoliberales que en la década del 90 pregonaban el fin de la historia y la muerte de las ideologías. No comparto el intento de desideologizar la política porque eso puede llevar a cualquier puerto. Tampoco creo que en Argentina se esté asfixiando lo que él denomina la libertad creativa de los factores económicos.
¿Con qué espacios se debería construir esa alternativa?
Eso lo irá marcando el desarrollo dinámico de la política.
¿La falta de definiciones no contribuye a desdibujar la imagen de la UCR?
La conducción de la UCR no pudo haber organizado mejor la confusión. Un día una foto con Macri, dándole un lugar principalísimo en la celebración del 10 de diciembre, la semana siguiente la foto con Barrionuevo y el Momo Venegas y en el medio anuncios de intentos de frentes electorales con el FAP. Hay que superar esta confusión y una manera de hacerlo es reforzando identidad, debatiendo un proyecto de país y dejando de lado la desesperación por correr detrás de fulano, sutano o mengano. No hay que enfrascarse en líneas electorales de carácter pragmático.
¿Qué le pareció el regreso de la fragata?
Creo que lo que realmente hay que celebrar, además del retorno de la fragata es un fallo que descolocó jurídicamente y políticamente a los fondos buitre. Eso beneficia a la Argentina y también puede sentar un precedente favorable a futuro. Además, beneficia a la comunidad internacional porque necesita despejar la amenaza que significan los fondos buitre para afrontar situaciones como la de Grecia, España y otros que de alguna manera van a tener que renegociar sus deudas.
Ya se cerró el libro de pases para los veteranos.