Copyright Clarín, 2012. – 20/07/12
La Presidenta le reprochó a Guillermo Moreno varios de los problemas por los que atraviesa la economía y también la falta de resultados de sus últimas medidas. Lo hizo en secreto, pero en presencia de varios testigos que gozaron ante la reprimenda de Cristina Kirchner al hombre fuerte del equipo económico y que suele maltratar a todos los funcionarios.
Esto ocurrió en la Quinta de Olivos, el martes 10 de julio. Un grupo de calificados funcionarios trataban el problema del dólar paralelo y, principalmente, el freno de la economía , cuando imprevistamente, y por primera vez, la Presidenta lanzó reproches a la gestión de Guillermo Moreno.
Cristina le pidió explicaciones por los problemas evidentes que tienen los controles sobre el comercio exterior y su impacto negativo en el nivel de actividad . La Presidenta hizo mención a un puñado de casos específicos.
Moreno se sorprendió. Sus colegas también. Era la primera vez, en mucho tiempo, que la Presidenta le hizo sentir al supersecretario Moreno el rigor de su poder.
Cristina también expresó su disgusto por el resurgimiento del dólar paralelo como tema de agenda pública y política.
El billete se disparó por las propias medidas del Gobierno y hoy se instaló como prioridad en las preocupaciones económicas.
Cuatro días después, Ricardo Etchegaray tuvo un pico de estrés y el Banco Central dejó de minimizar la escapada del paralelo y empezó a operar con financistas amigos para ponerle un techo al mercado marginal.
De ese encuentro en Olivos participaron varios ministros y un secretario de Estado.
Axel Kicillof reprimió su alegría por el castigo a Moreno y se deleitaron Hernán Lorenzino y Julio De Vido.
El duro secretario de Comercio sintió la reprimenda presidencial. Después, Cristina Fernández blanqueó su malestar con Moreno en un acto público. Sin que nadie entonces entendiera la comparación, ella miró al secretario y, desde el atril, dijo: “¿Por qué tiene esa cara? Moreno, no me mire como Angelici lo miró a Riquelme .” Los funcionarios que fueron testigos del apercibimiento a Moreno dicen que vieron al supersecretario golpeado y descorazonado por el cuestionamiento . Moreno consideró injusta la reprobación de la Presidenta, porque no tuvo en cuenta su tarea incondicional por el proyecto político.
Amado Boudou interpretó que la desaprobación presidencial reflejó el malhumor por otro tema: que Moreno sueña con ser un eventual candidato presidencial en 2015. Hernán Lorenzino trasladó la comidilla a los banqueros amigos del Ministerio de Economía, aquellos a quienes Moreno califica de traidores a la patria. Por eso, el secretario de Comercio esta semana volvió a arremeter contra el jefe político de Lorenzino, el vicepresidente Boudou. Así, repitió en la intimidad: “Que ese chorro deje de hablar de mí.” En la Casa Rosada se trabaja en una fórmula para intentar cerrar el escándalo de corrupción de la ex Ciccone . Carlos Zannini evalúa el impacto político de la estatización de la empresa que ahora manejan los amigos y supuestos testaferros de Boudou. La decisión le daría un corte al lacerante hecho con ribetes de corrupción, aunque no exculparía a Boudou . Así, se desempolvó un proyecto que el ministro Julio Alak había sugerido antes de que trascendiera públicamente el escándalo.
El traspié de Moreno se trató en las entidades empresarias, donde culpan de “mala praxis” al secretario y al conjunto del equipo económico. Para los líderes del Grupo de los 6, los problemas son más graves que los que reconoce el Gobierno y –además– están pésimamente administrados. Para este agrupamiento, sólo la impericia puede generar que, con precios récords de la soja, falten dólares en el BCRA .
Entre los hombres de negocios, existe consenso de tres cuestiones clave: –Que son graves el problema inflacionario y los desajustes macroeconómicos.
–Que hay un atraso cambiario que los controles no van a solucionar .
–Que nadie va a invertir hasta que estos problemas sean solucionados .
El retroceso productivo comenzó con las medidas de control de cambios y de importaciones. El Gobierno tiene un dato inquietante: por primera vez, desde mayo del 2002, cayó el empleo en la Argentina . Así, un logro del kirchnerismo habría comenzando a desvanecerse en el segundo mandato de Cristina Kirchner. Hasta los datos del propio INDEC lo confirman. Desde octubre y hasta marzo se perdieron 360.000 puestos de trabajo. La cifra habría empeorado a partir de abril, cuando la economía directamente se frenó.
Florencio Randazzo –ahora la figura ascendente del Gabinete– sigue de cerca el comportamiento del equipo económico. Para el ministro los pases de factura y la impericia de los funcionarios generan un costo político a la Casa Rosada.
Randazzo se queja entre íntimos: “Estos nos van a llevar puestos a todos.” Para seguir la cuestión económica, Randazzo incorporó a su equipo a un economista calificado y con experiencia, Gerardo Otero.
El ex ministro bonaerense ya preparó varios documentos confidenciales y un trabajo sobre la crisis financiera en la provincia de Buenos Aires. El documento sostiene que las cuentas bonaerenses no dan más. Sin embargo, a diferencia del inicial criterio duro del cristianismo, Otero sostiene que los inconvenientes bonaerense son estructurales y que constituyen un problema macro-fiscal que involucra al Gobierno nacional . No ahorra críticas a la gestión de Scioli, pero sugiere lo siguiente: una solución consensuada para evitarle costos políticos a la Presidenta.
La Presidenta le reprochó a Guillermo Moreno varios de los problemas por los que atraviesa la economía y también la falta de resultados de sus últimas medidas. Lo hizo en secreto, pero en presencia de varios testigos que gozaron ante la reprimenda de Cristina Kirchner al hombre fuerte del equipo económico y que suele maltratar a todos los funcionarios.
Esto ocurrió en la Quinta de Olivos, el martes 10 de julio. Un grupo de calificados funcionarios trataban el problema del dólar paralelo y, principalmente, el freno de la economía , cuando imprevistamente, y por primera vez, la Presidenta lanzó reproches a la gestión de Guillermo Moreno.
Cristina le pidió explicaciones por los problemas evidentes que tienen los controles sobre el comercio exterior y su impacto negativo en el nivel de actividad . La Presidenta hizo mención a un puñado de casos específicos.
Moreno se sorprendió. Sus colegas también. Era la primera vez, en mucho tiempo, que la Presidenta le hizo sentir al supersecretario Moreno el rigor de su poder.
Cristina también expresó su disgusto por el resurgimiento del dólar paralelo como tema de agenda pública y política.
El billete se disparó por las propias medidas del Gobierno y hoy se instaló como prioridad en las preocupaciones económicas.
Cuatro días después, Ricardo Etchegaray tuvo un pico de estrés y el Banco Central dejó de minimizar la escapada del paralelo y empezó a operar con financistas amigos para ponerle un techo al mercado marginal.
De ese encuentro en Olivos participaron varios ministros y un secretario de Estado.
Axel Kicillof reprimió su alegría por el castigo a Moreno y se deleitaron Hernán Lorenzino y Julio De Vido.
El duro secretario de Comercio sintió la reprimenda presidencial. Después, Cristina Fernández blanqueó su malestar con Moreno en un acto público. Sin que nadie entonces entendiera la comparación, ella miró al secretario y, desde el atril, dijo: “¿Por qué tiene esa cara? Moreno, no me mire como Angelici lo miró a Riquelme .” Los funcionarios que fueron testigos del apercibimiento a Moreno dicen que vieron al supersecretario golpeado y descorazonado por el cuestionamiento . Moreno consideró injusta la reprobación de la Presidenta, porque no tuvo en cuenta su tarea incondicional por el proyecto político.
Amado Boudou interpretó que la desaprobación presidencial reflejó el malhumor por otro tema: que Moreno sueña con ser un eventual candidato presidencial en 2015. Hernán Lorenzino trasladó la comidilla a los banqueros amigos del Ministerio de Economía, aquellos a quienes Moreno califica de traidores a la patria. Por eso, el secretario de Comercio esta semana volvió a arremeter contra el jefe político de Lorenzino, el vicepresidente Boudou. Así, repitió en la intimidad: “Que ese chorro deje de hablar de mí.” En la Casa Rosada se trabaja en una fórmula para intentar cerrar el escándalo de corrupción de la ex Ciccone . Carlos Zannini evalúa el impacto político de la estatización de la empresa que ahora manejan los amigos y supuestos testaferros de Boudou. La decisión le daría un corte al lacerante hecho con ribetes de corrupción, aunque no exculparía a Boudou . Así, se desempolvó un proyecto que el ministro Julio Alak había sugerido antes de que trascendiera públicamente el escándalo.
El traspié de Moreno se trató en las entidades empresarias, donde culpan de “mala praxis” al secretario y al conjunto del equipo económico. Para los líderes del Grupo de los 6, los problemas son más graves que los que reconoce el Gobierno y –además– están pésimamente administrados. Para este agrupamiento, sólo la impericia puede generar que, con precios récords de la soja, falten dólares en el BCRA .
Entre los hombres de negocios, existe consenso de tres cuestiones clave: –Que son graves el problema inflacionario y los desajustes macroeconómicos.
–Que hay un atraso cambiario que los controles no van a solucionar .
–Que nadie va a invertir hasta que estos problemas sean solucionados .
El retroceso productivo comenzó con las medidas de control de cambios y de importaciones. El Gobierno tiene un dato inquietante: por primera vez, desde mayo del 2002, cayó el empleo en la Argentina . Así, un logro del kirchnerismo habría comenzando a desvanecerse en el segundo mandato de Cristina Kirchner. Hasta los datos del propio INDEC lo confirman. Desde octubre y hasta marzo se perdieron 360.000 puestos de trabajo. La cifra habría empeorado a partir de abril, cuando la economía directamente se frenó.
Florencio Randazzo –ahora la figura ascendente del Gabinete– sigue de cerca el comportamiento del equipo económico. Para el ministro los pases de factura y la impericia de los funcionarios generan un costo político a la Casa Rosada.
Randazzo se queja entre íntimos: “Estos nos van a llevar puestos a todos.” Para seguir la cuestión económica, Randazzo incorporó a su equipo a un economista calificado y con experiencia, Gerardo Otero.
El ex ministro bonaerense ya preparó varios documentos confidenciales y un trabajo sobre la crisis financiera en la provincia de Buenos Aires. El documento sostiene que las cuentas bonaerenses no dan más. Sin embargo, a diferencia del inicial criterio duro del cristianismo, Otero sostiene que los inconvenientes bonaerense son estructurales y que constituyen un problema macro-fiscal que involucra al Gobierno nacional . No ahorra críticas a la gestión de Scioli, pero sugiere lo siguiente: una solución consensuada para evitarle costos políticos a la Presidenta.