La multitudinaria manifestación de hoy vino a potenciar el poder de un movimiento que ha madurado y resistido a los cambios de administración. Más de 100 mil en Santiago y otros miles en todo Chile salieron a las calles a recordar que aún queda mucho que discutir acerca de la reforma educacional.
Los estudiantes rindieron hoy su primera prueba. Luego de meses sin movilizaciones en las calles, e instalados de cara a un nuevo gobierno, era evidente cierta incertidumbre respecto al desarrollo de la marcha programa para hoy. La primera tras el regreso de Bachelet.
Desde muy temprano, la capital fue invadida de una dinámica diferente. En el metro, grupos de jóvenes se reunieron para asistir a la manifestación en compañía de lienzos y carteles. Algunos de ellos, entonando gritos a favor de la gratuidad de la educación antes de salir del andén.
En Plaza Italia, la heterogénea multitud no paró de crecer y ocupó sin problemas las dos calzadas de la calle principal de Santiago. Así, cerca de las 11 de la mañana, estudiantes, trabajadores, sindicatos y diversos colectivos emprendieron el rumbo inundando el espacio público de una energía que se creyó perdida.
“Es sin lugar a dudas una marcha con una tremenda convocatoria, una demostración clara de que el movimiento estudiantil está alerta, que no va a permitir que continúen las ambigüedades y las contradicciones y que estamos donde corresponde: en la calle, con los estudiantes”, comentó el diputado Gabriel Boric cuando la marcha ya alcanzaba la altura de la Biblioteca Nacional, en Santa Lucía.
En efecto, según los organizadores, la manifestación alcanzó a reunir a más de 100 mil personas, una muestra contundente de que el equipo de Eyzaguirre aún no ha logrado convencer al movimiento con sus propuestas. A su vez, en las pancartas de los estudiantes, fue posible advertir críticas y referencias directas a una reforma que, según señalan, no logra atacar el espíritu mercantil instalado en la educación chilena.
Otra vez por La Moneda
Habían pasado dos años desde que el movimiento estudiantil no volvía a marchar frente al Palacio de Gobierno. Esta mañana, entre la comparsa y el inusitado calor de otoño, los manifestantes caminaron a sus anchas por Alameda hasta invadir el frontis de La Moneda como en los tiempos de gloria de la movilización de 2011.
Ya en el espacio, algunos levantaron las manos haciendo gestos obscenos hacia la fachada y otros se quedaron mirando en silencio. De alguna forma, la postal renovó un sentimiento de fuerza entre los asistentes que, en compañía de carteles que rezaban “No repetiremos los errores del 2006”, acusaron una lección aprendida.
“Sabemos que la solución está en las calles”, declaró Lorenza Soto, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces). “Nosotros el llamado no se lo hacemos al gobierno, se lo hacemos al pueblo chileno que realmente se tiene que organizar y luchar por lo que es nuestro y nos han quitado”, añadió.
A su lado, un grupo de trabajadores del Sindicato de París se perdía al interior de una de esas batucadas que ya son parte del inventario de las marchas. En representación de los perros callejeros, en tanto, el ya mítico Negro Matapaco también dijo presente, paseando entre la multitud con una pañoleta azul al cuello. La hinchada de la U y el humorista Palta Meléndez, cargando un llamativo cartel en contra de los encapuchados, fueron otros invitados de la jornada.
Ya en San Ignacio, una recurrente postal de las calurosas jornadas como la de hoy se dio cuando vecinos de los edificios más altos refrescaban a los asistentes lanzando agua desde los balcones. Agradecidos, festivos y emocionados, grupos se agolpaban para recibir los agradables goterones o para sencillamente hidratarse. Hasta un grifo quedaría abierto más tarde a dos cuadras del Parque Almagro.
Banditas de trompetas, tambores y huiros animaban la comparsa, y esos himnos festivos como “aunque me duele, dejaré a Daniela” sacaban a relucir las voces de los más entusiastas, que bailaban espontáneamente en un carnaval que alegraba más a los asistentes, con esa certeza de que son miles los que respaldan una transformación de fondo.
“El verdadero adversario”
Con un ritmo más acompasado por el encajonamiento de una calle mucho más estrecha que la Alameda, los miles de asistentes se fueron sumando en un tránsito interminable de organizaciones que iban llegando en procesión, al tiempo que los dirigentes subieron al escenario para ejercer ese rito proselitista que los pone frente a la masa para arengar y recalcar los puntos de divergencia con el actual lineamiento de La Moneda.
Allí, la desconfianza hacia los sectores con más cercanía al gobierno se pudo palpar entre los asistentes. Melissa Sepúlveda, presidenta de la Fech, inició su intervención asegurando que “el movimiento social por la Educación está más vigente que nunca. Estamos muy contentos por la convocatoria, lo que demuestra la legitimidad del movimiento estudiantil”, y agregó más tarde que “en un escenario donde se cooptan las demandas del movimiento estudiantil no hay garantías, por lo que hay que salir a la calle en busca de esos cambios reales”.
Las bien hiladas ideas fueron reiteradas por Naschla Aburman, recalcando el incierto escenario en el que transita el proyecto que estudia Eyzaguirre con sus asesores, y afirmó que “se hace necesaria la participación ciudadana en este reforma educacional”. “Esto no ha terminado, los problemas en la Educación no se han resuelto. Y no solo queremos que nos vean pasar por La Moneda, también que nos escuchen”, agregó en medio del interés de los asistentes.
No pasó lo mismo con Ricardo Paredes, vocero de la Cones -sector que propone un discurso menos radical que otras organizaciones secundarias como la Aces, y que ha estado más alineada con la agenda oficialista-, ya que en medio de sus palabras aparecieron una que otra silbatina. Después de asegurar que apoyaban la reforma tributaria “porque es necesaria para lo que viene con la educación”, apuntó a la UDI y a los sectores conservadores como el verdadero adversario.
Su tono quedó más opacado ante los aplausos que recibieron a Lorenza Soto, vocera de la Aces, que ya con poca voz pero con entusiasmo, apuntó a los orígenes más antiguos del movimiento secundario cuando recordó la lucha estudiantil de 2001, “cuando se perdió el pase escolar gratuito, y desde allí no ha habido respuesta de ningún gobierno”, sentenció.
Recordaron huelga de hambre mapuche
Antes de finalizar las intervenciones, los dirigentes dieron espacio para que el vocero de los presos mapuche en huelga de hambre, Freddy Marileo, aprovechara de recordar los 32 días de ayuno seco que guardan Leonardo Quijón , Cristián Levinao, y Luis Marileo. En medio de cánticos tradicionales como “liberar al mapuche por luchar” y afafanes mapuche, los característicos gritos del pueblo originario, los asistentes recibían con buen ánimo al vocero. Entonces, el reconocido “¡Marri Chi Weu!” se multiplicó en las gargantas de muchos.
Ya pasadas las 13:30 horas, el acto cultural planificado, que musicalizó Nano Stern, dio paso a una breve presentación interrumpida a causa de los incidentes que, casi como por arte de magia, comenzaron a suceder cuando ya todos los noticieros de medio día estaban al aire. Pero el pavor de algunos se confundía con el jolgorio de quienes disfrutaban de la música y sólo se mantenían participando del acto cultural. Allí, cuando la sensatez indicaba retirarse, San Ignacio se convirtió en una muestra de los múltiples mundos que conviven en convocatorias como la de hoy.
Cuando algunos se inundaban en el mar de adrenalina, tapando sus caras para protegerse de los gases y enfrentar a la represión policial, en otros espacios se mantenía el sonido constante de las batucadas que no dejaban de llegar y se mantenían en un trance de música y expresión pacífica, sin querer ceder espacios para que el campo de batalla se desarrollara a sus anchas.
Así comenzó a desalojarse lenta y pacíficamente un Parque Almagro que presenció una jornada de recuperación de esperanza. A pocas cuadras de allí, pacientes y con sus barriletes, palas y rastrillos, escuadrones de limpieza municipal aguardaban su turno para ir a recoger los desechos que inevitablemente dejan estos actos.
“Está bien que marchen por una educación que sea gratis para todos, porque todos lo merecemos” dijo Yerko Bravo, quien junto a sus compañeros tendría que limpiar el sector más tarde. “Cómo van a confiar en este gobierno si ninguno les ha dado lo que todo el pueblo pide, porque al final el Gobierno cuida sus intereses y no están ni ahí con que el pueblo surja, porque no les conviene, mejor los mantienen dentro de este sistema, para producir para ellos”, finalizó.
Los estudiantes rindieron hoy su primera prueba. Luego de meses sin movilizaciones en las calles, e instalados de cara a un nuevo gobierno, era evidente cierta incertidumbre respecto al desarrollo de la marcha programa para hoy. La primera tras el regreso de Bachelet.
Desde muy temprano, la capital fue invadida de una dinámica diferente. En el metro, grupos de jóvenes se reunieron para asistir a la manifestación en compañía de lienzos y carteles. Algunos de ellos, entonando gritos a favor de la gratuidad de la educación antes de salir del andén.
En Plaza Italia, la heterogénea multitud no paró de crecer y ocupó sin problemas las dos calzadas de la calle principal de Santiago. Así, cerca de las 11 de la mañana, estudiantes, trabajadores, sindicatos y diversos colectivos emprendieron el rumbo inundando el espacio público de una energía que se creyó perdida.
“Es sin lugar a dudas una marcha con una tremenda convocatoria, una demostración clara de que el movimiento estudiantil está alerta, que no va a permitir que continúen las ambigüedades y las contradicciones y que estamos donde corresponde: en la calle, con los estudiantes”, comentó el diputado Gabriel Boric cuando la marcha ya alcanzaba la altura de la Biblioteca Nacional, en Santa Lucía.
En efecto, según los organizadores, la manifestación alcanzó a reunir a más de 100 mil personas, una muestra contundente de que el equipo de Eyzaguirre aún no ha logrado convencer al movimiento con sus propuestas. A su vez, en las pancartas de los estudiantes, fue posible advertir críticas y referencias directas a una reforma que, según señalan, no logra atacar el espíritu mercantil instalado en la educación chilena.
Otra vez por La Moneda
Habían pasado dos años desde que el movimiento estudiantil no volvía a marchar frente al Palacio de Gobierno. Esta mañana, entre la comparsa y el inusitado calor de otoño, los manifestantes caminaron a sus anchas por Alameda hasta invadir el frontis de La Moneda como en los tiempos de gloria de la movilización de 2011.
Ya en el espacio, algunos levantaron las manos haciendo gestos obscenos hacia la fachada y otros se quedaron mirando en silencio. De alguna forma, la postal renovó un sentimiento de fuerza entre los asistentes que, en compañía de carteles que rezaban “No repetiremos los errores del 2006”, acusaron una lección aprendida.
“Sabemos que la solución está en las calles”, declaró Lorenza Soto, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces). “Nosotros el llamado no se lo hacemos al gobierno, se lo hacemos al pueblo chileno que realmente se tiene que organizar y luchar por lo que es nuestro y nos han quitado”, añadió.
A su lado, un grupo de trabajadores del Sindicato de París se perdía al interior de una de esas batucadas que ya son parte del inventario de las marchas. En representación de los perros callejeros, en tanto, el ya mítico Negro Matapaco también dijo presente, paseando entre la multitud con una pañoleta azul al cuello. La hinchada de la U y el humorista Palta Meléndez, cargando un llamativo cartel en contra de los encapuchados, fueron otros invitados de la jornada.
Ya en San Ignacio, una recurrente postal de las calurosas jornadas como la de hoy se dio cuando vecinos de los edificios más altos refrescaban a los asistentes lanzando agua desde los balcones. Agradecidos, festivos y emocionados, grupos se agolpaban para recibir los agradables goterones o para sencillamente hidratarse. Hasta un grifo quedaría abierto más tarde a dos cuadras del Parque Almagro.
Banditas de trompetas, tambores y huiros animaban la comparsa, y esos himnos festivos como “aunque me duele, dejaré a Daniela” sacaban a relucir las voces de los más entusiastas, que bailaban espontáneamente en un carnaval que alegraba más a los asistentes, con esa certeza de que son miles los que respaldan una transformación de fondo.
“El verdadero adversario”
Con un ritmo más acompasado por el encajonamiento de una calle mucho más estrecha que la Alameda, los miles de asistentes se fueron sumando en un tránsito interminable de organizaciones que iban llegando en procesión, al tiempo que los dirigentes subieron al escenario para ejercer ese rito proselitista que los pone frente a la masa para arengar y recalcar los puntos de divergencia con el actual lineamiento de La Moneda.
Allí, la desconfianza hacia los sectores con más cercanía al gobierno se pudo palpar entre los asistentes. Melissa Sepúlveda, presidenta de la Fech, inició su intervención asegurando que “el movimiento social por la Educación está más vigente que nunca. Estamos muy contentos por la convocatoria, lo que demuestra la legitimidad del movimiento estudiantil”, y agregó más tarde que “en un escenario donde se cooptan las demandas del movimiento estudiantil no hay garantías, por lo que hay que salir a la calle en busca de esos cambios reales”.
Las bien hiladas ideas fueron reiteradas por Naschla Aburman, recalcando el incierto escenario en el que transita el proyecto que estudia Eyzaguirre con sus asesores, y afirmó que “se hace necesaria la participación ciudadana en este reforma educacional”. “Esto no ha terminado, los problemas en la Educación no se han resuelto. Y no solo queremos que nos vean pasar por La Moneda, también que nos escuchen”, agregó en medio del interés de los asistentes.
No pasó lo mismo con Ricardo Paredes, vocero de la Cones -sector que propone un discurso menos radical que otras organizaciones secundarias como la Aces, y que ha estado más alineada con la agenda oficialista-, ya que en medio de sus palabras aparecieron una que otra silbatina. Después de asegurar que apoyaban la reforma tributaria “porque es necesaria para lo que viene con la educación”, apuntó a la UDI y a los sectores conservadores como el verdadero adversario.
Su tono quedó más opacado ante los aplausos que recibieron a Lorenza Soto, vocera de la Aces, que ya con poca voz pero con entusiasmo, apuntó a los orígenes más antiguos del movimiento secundario cuando recordó la lucha estudiantil de 2001, “cuando se perdió el pase escolar gratuito, y desde allí no ha habido respuesta de ningún gobierno”, sentenció.
Recordaron huelga de hambre mapuche
Antes de finalizar las intervenciones, los dirigentes dieron espacio para que el vocero de los presos mapuche en huelga de hambre, Freddy Marileo, aprovechara de recordar los 32 días de ayuno seco que guardan Leonardo Quijón , Cristián Levinao, y Luis Marileo. En medio de cánticos tradicionales como “liberar al mapuche por luchar” y afafanes mapuche, los característicos gritos del pueblo originario, los asistentes recibían con buen ánimo al vocero. Entonces, el reconocido “¡Marri Chi Weu!” se multiplicó en las gargantas de muchos.
Ya pasadas las 13:30 horas, el acto cultural planificado, que musicalizó Nano Stern, dio paso a una breve presentación interrumpida a causa de los incidentes que, casi como por arte de magia, comenzaron a suceder cuando ya todos los noticieros de medio día estaban al aire. Pero el pavor de algunos se confundía con el jolgorio de quienes disfrutaban de la música y sólo se mantenían participando del acto cultural. Allí, cuando la sensatez indicaba retirarse, San Ignacio se convirtió en una muestra de los múltiples mundos que conviven en convocatorias como la de hoy.
Cuando algunos se inundaban en el mar de adrenalina, tapando sus caras para protegerse de los gases y enfrentar a la represión policial, en otros espacios se mantenía el sonido constante de las batucadas que no dejaban de llegar y se mantenían en un trance de música y expresión pacífica, sin querer ceder espacios para que el campo de batalla se desarrollara a sus anchas.
Así comenzó a desalojarse lenta y pacíficamente un Parque Almagro que presenció una jornada de recuperación de esperanza. A pocas cuadras de allí, pacientes y con sus barriletes, palas y rastrillos, escuadrones de limpieza municipal aguardaban su turno para ir a recoger los desechos que inevitablemente dejan estos actos.
“Está bien que marchen por una educación que sea gratis para todos, porque todos lo merecemos” dijo Yerko Bravo, quien junto a sus compañeros tendría que limpiar el sector más tarde. “Cómo van a confiar en este gobierno si ninguno les ha dado lo que todo el pueblo pide, porque al final el Gobierno cuida sus intereses y no están ni ahí con que el pueblo surja, porque no les conviene, mejor los mantienen dentro de este sistema, para producir para ellos”, finalizó.
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