El argentino termina su mandato en 2012. Los especialistas cuestionan su perfil mediático y extravagante. Y por investigar sólo a líderes africanos.
Por Facundo F. Barrio
24/12/11 – 01:14
Informal. El ex fiscal del juicio a las juntas recibió a PERFIL en su casa. «Mi deber es investigar los delitos más serios», aseguró.
Luis Moreno Ocampo empieza a despedirse de La Haya. Luego de nueve años de trabajo como primer fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), el jurista argentino terminará su mandato en junio de 2012. Aunque Moreno Ocampo consiguió instalar a la CPI como un actor de peso en el terreno de la Justicia internacional, varios especialistas hacen un balance gris de su gestión y cuestionan su estilo de conducción. En un diálogo con PERFIL, el ex fiscal del juicio a las juntas respondió a las principales críticas de los expertos sobre su performance al frente de la fiscalía.
La semana pasada, los Estados que suscriben el Estatuto de Roma eligieron como sucesora de Moreno Ocampo a Fatou Bensouda, una jurista de Gambia. La elección de una africana para el cargo fue una clara señal dirigida a la Unión Africana que busca subsanar la desconfianza de ciertos países de Africa hacia la CPI, luego del paso de Moreno Ocampo por el organismo. Ocurre que todos los procesos judiciales que abrió la fiscalía en estos años involucran a líderes africanos y no hay casos que investiguen a líderes de países de otros continentes.
“El hecho de que las siete investigaciones de la CPI se centren en abusos cometidos en Africa pone en duda su reputación como un verdadero tribunal internacional”, escribió David Kaye, director del Programa de Legislación Internacional en Derechos Humanos de la Universidad de California, en un artículo que publicó Foreign Affairs bajo el título “¿Quién le teme a la Corte Penal Internacional?”. Como otros analistas, Kaye considera que Moreno Ocampo puso a la fiscalía al borde de la politización al no avanzar contra actores mundiales más poderosos.
“Ese es un prejuicio que instaló (el presidente sudanés) Al-Bashir. La idea de quién es poderoso y quién no es relativa: Thomas Lubanga no es un líder mundial, pero en un barrio del Congo es Dios –dijo Moreno Ocampo a este diario–. Mi deber es investigar los delitos más serios cuando no hay procedimientos nacionales para juzgarlos, que es lo que ocurre en algunos países de Africa. Hay crímenes masivos, y hay Estados que no los investigan por sí mismos. También es cierto que hay crímenes impunes en otros países, pero la CPI no tiene jurisdicción sobre ellos”.
Ese es, también, el principal argumento del fiscal a la hora de explicar por qué no indagó sobre la responsabilidad de George W. Bush en los famosos vuelos clandestinos de la CIA. “Hubo casos de ese tipo en España e Italia, donde tenemos jurisdicción, pero la Justicia de ambos países abrió procesos y por eso nosotros no debemos intervenir”. Lo mismo dice sobre la guerrilla y los paramilitares en Colombia, o sobre la operación Plomo Fundido, de Israel en Gaza. En cuanto a la violencia política en Afganistán, Moreno Ocampo se excusa: “Es un país muy complejo y es muy difícil establecer quiénes cometieron qué crímenes. Pero estamos trabajando en eso”.
Libia es un capítulo aparte. Luego de pedir la captura internacional de Muamar Kadafi y su hijo, la fiscalía aceptó una denuncia de la familia del ex dictador referida a su muerte. El fiscal manifestó que es probable que la ejecución de Kadafi haya constituido un crimen de guerra. Sin embargo, esta semana la CPI comunicó que dejará la investigación en manos del nuevo gobierno libio, una de las facciones involucradas en la guerra junto a la OTAN. “Las autoridades libias nos pidieron ocuparse del tema, así que esperaremos hasta marzo para ver si inician una investigación genuina, y en mayo anunciaremos si intervenimos o no”, aseveró Moreno Ocampo.
Otra de las críticas frecuentes a Moreno Ocampo tiene que ver con su estilo personal. Kai Ambos, catedrático de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Göttingen y juez del Tribunal Estatal de ese distrito alemán, defenestró al jurista argentino por su alto perfil y exposición mediática. “Prefiere las conferencias de prensa que el estudio de expedientes”, dijo Ambos a PERFIL. Shuval Yany, titular de Derecho Internacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén, señaló a este diario que el estilo “extravagante” de Moreno Ocampo sirvió para dar visibilidad a la CPI, pero advirtió que en la próxima etapa será mejor un fiscal más discreto.
“Es obvio que un fiscal que pide el procesamiento de Kadafi o Bashir va a aparecer en los medios. No es una cuestión de estilo, sino del rol que cumplo. Por otro lado, mi única forma de acercar el trabajo de la Fiscalía a la comunidad global es a través de la BBC o Al Jazeera –contestó Moreno Ocampo–. Siempre me van a criticar, pero es normal. Y está todo bien.”
Por Facundo F. Barrio
24/12/11 – 01:14
Informal. El ex fiscal del juicio a las juntas recibió a PERFIL en su casa. «Mi deber es investigar los delitos más serios», aseguró.
Luis Moreno Ocampo empieza a despedirse de La Haya. Luego de nueve años de trabajo como primer fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), el jurista argentino terminará su mandato en junio de 2012. Aunque Moreno Ocampo consiguió instalar a la CPI como un actor de peso en el terreno de la Justicia internacional, varios especialistas hacen un balance gris de su gestión y cuestionan su estilo de conducción. En un diálogo con PERFIL, el ex fiscal del juicio a las juntas respondió a las principales críticas de los expertos sobre su performance al frente de la fiscalía.
La semana pasada, los Estados que suscriben el Estatuto de Roma eligieron como sucesora de Moreno Ocampo a Fatou Bensouda, una jurista de Gambia. La elección de una africana para el cargo fue una clara señal dirigida a la Unión Africana que busca subsanar la desconfianza de ciertos países de Africa hacia la CPI, luego del paso de Moreno Ocampo por el organismo. Ocurre que todos los procesos judiciales que abrió la fiscalía en estos años involucran a líderes africanos y no hay casos que investiguen a líderes de países de otros continentes.
“El hecho de que las siete investigaciones de la CPI se centren en abusos cometidos en Africa pone en duda su reputación como un verdadero tribunal internacional”, escribió David Kaye, director del Programa de Legislación Internacional en Derechos Humanos de la Universidad de California, en un artículo que publicó Foreign Affairs bajo el título “¿Quién le teme a la Corte Penal Internacional?”. Como otros analistas, Kaye considera que Moreno Ocampo puso a la fiscalía al borde de la politización al no avanzar contra actores mundiales más poderosos.
“Ese es un prejuicio que instaló (el presidente sudanés) Al-Bashir. La idea de quién es poderoso y quién no es relativa: Thomas Lubanga no es un líder mundial, pero en un barrio del Congo es Dios –dijo Moreno Ocampo a este diario–. Mi deber es investigar los delitos más serios cuando no hay procedimientos nacionales para juzgarlos, que es lo que ocurre en algunos países de Africa. Hay crímenes masivos, y hay Estados que no los investigan por sí mismos. También es cierto que hay crímenes impunes en otros países, pero la CPI no tiene jurisdicción sobre ellos”.
Ese es, también, el principal argumento del fiscal a la hora de explicar por qué no indagó sobre la responsabilidad de George W. Bush en los famosos vuelos clandestinos de la CIA. “Hubo casos de ese tipo en España e Italia, donde tenemos jurisdicción, pero la Justicia de ambos países abrió procesos y por eso nosotros no debemos intervenir”. Lo mismo dice sobre la guerrilla y los paramilitares en Colombia, o sobre la operación Plomo Fundido, de Israel en Gaza. En cuanto a la violencia política en Afganistán, Moreno Ocampo se excusa: “Es un país muy complejo y es muy difícil establecer quiénes cometieron qué crímenes. Pero estamos trabajando en eso”.
Libia es un capítulo aparte. Luego de pedir la captura internacional de Muamar Kadafi y su hijo, la fiscalía aceptó una denuncia de la familia del ex dictador referida a su muerte. El fiscal manifestó que es probable que la ejecución de Kadafi haya constituido un crimen de guerra. Sin embargo, esta semana la CPI comunicó que dejará la investigación en manos del nuevo gobierno libio, una de las facciones involucradas en la guerra junto a la OTAN. “Las autoridades libias nos pidieron ocuparse del tema, así que esperaremos hasta marzo para ver si inician una investigación genuina, y en mayo anunciaremos si intervenimos o no”, aseveró Moreno Ocampo.
Otra de las críticas frecuentes a Moreno Ocampo tiene que ver con su estilo personal. Kai Ambos, catedrático de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Göttingen y juez del Tribunal Estatal de ese distrito alemán, defenestró al jurista argentino por su alto perfil y exposición mediática. “Prefiere las conferencias de prensa que el estudio de expedientes”, dijo Ambos a PERFIL. Shuval Yany, titular de Derecho Internacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén, señaló a este diario que el estilo “extravagante” de Moreno Ocampo sirvió para dar visibilidad a la CPI, pero advirtió que en la próxima etapa será mejor un fiscal más discreto.
“Es obvio que un fiscal que pide el procesamiento de Kadafi o Bashir va a aparecer en los medios. No es una cuestión de estilo, sino del rol que cumplo. Por otro lado, mi única forma de acercar el trabajo de la Fiscalía a la comunidad global es a través de la BBC o Al Jazeera –contestó Moreno Ocampo–. Siempre me van a criticar, pero es normal. Y está todo bien.”