«El trabajo no es mercancía, el trabajo es dignidad». Bajo esa premisa brotará esta tarde desde las entrañas de la CGT una corriente de resistencia multisectorial a la reforma laboral que impulsa Mauricio Macri.
La «Resistencia» nacerá como contrapeso del «acuerdo» que algunos alfiles de la central obrera anunciaron entusiasmados que sellaron con el ministro Jorge Triaca por el texto definitivo de la ley, que modificará las reglas del empleo en la Argentina por las próximas décadas. Hay, incluso, cegetistas «negociadores» de la letra chica que al mismo tiempo agitan el rechazo.
Pablo Moyano será el capitán del barco. Desde hace meses que el líder camionero mantiene charlas públicas y privadas con diversos sectores políticos, sociales y económicos. El objetivo es uno solo: «Frenar el ajuste». Con ese horizonte a la vista y tras las elecciones legislativas, el secretario gremial de la CGT se propuso ser la cara visible del enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el Gobierno de Cambiemos. Detrás de él, se ordenan en fila, uno tras otro, gobernadores, intendentes, legisladores, pymes, cooperativistas, dirigentes gremiales, sociales y eclesiásticos.
La piedra fundacional de la «Resistencia» se colocará hoy a las 17 en el Salón Felipe Vallese. Ante 300 invitados especiales de cada uno de los sectores, Moyano dará un discurso inaugural. Alertará que la agenda política y económica del Gobierno «amenaza con restaurar una crisis en el sector obrero». En la primera fila se sentará monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia del Vaticano.
Es que la multisectorial que empieza a andar ya cuenta con el bautismo del Papa Francisco. El respaldo lo consiguió el propio Moyano en su último viaje a Roma. La comunión la tomará la semana que viene cuando una comitiva de sindicalistas argentinos desembarque nuevamente en la Santa Sede para participar de una cumbre con 400 delegados gremiales de todos los rincones del planeta. «El debate se centrará en la necesidad de establecer un nuevo paradigma para alcanzar la justicia social en el siglo XXI. El Papa Francisco le hablará así por primera vez a los trabajadores organizados de mundo entero», reza la prometedora invitación. Cegetistas, ceteístas y masistas (con una sola ese) fueron invitados.
La avanzada contra la iniciativa de Triaca y las cámaras empresarias tradicionales será «combatida» en varios frentes. En la calle, los escritorios y las fábricas. Ya se anunciaron marchas y huelgas, pero también se delinea una estrategia parlamentaria, donde el Congreso oficie como campo de batalla y los nuevos representantes del pueblo hagan honor a sus votantes. La multisectorial hará lo imposible para ubicar a uno de los suyos -de exterma confianza- en la presidencia de la nueva Comisión de Legislación del Trabajo en Diputados. En el Senado, la conduce el dirigente del sindicato de comercio de General Pico, Daniel Lovera.
• Adhesiones
Puertas adentro, Moyano cuenta con el apoyo incondicional del triunviro Juan Carlos Schmid para rechazar la reforma. Desde el exterior, se sumaron las CTA de Pablo Micheli y Hugo Yasky. Los estatales y docentes ya encararon planes de lucha de cara al fin de año. En igual camino se dirigen los aeronáuticos unidos.
La Corriente Federal de Trabajadores (CFT) enviará al Felipe Vallese a Walter Correa, curtidor y diputado electo de UC, y a Héctor «Gringo» Amichetti, de los gráficos. Son los enviados para la «Resistencia» del bancario Sergio Palazzo, enemistado con la patronal financiera.
El primer gobernador en dar un paso al frente será Alberto Rodríguez Saá. El puntano logró revertir una histórica derrota electoral en su terruño que le dio aire para armar juego propio, cerca de la oposición peronista, con el guiño papal a cambio de recibir refugiados, y apostando a una candidatura unificada en 2019.
Los intendentes y concejales provinciales embarcarán a la corriente lentamente, desde este viernes. Pablo Moyano volvió a convocar a un grupo de líderes territoriales peronistas a participar de una «reunión política» en Azopardo 802. La última vez que los citó fue a un acto en homenaje a José Ignacio Rucci: asistieron Gustavo Menéndez (Merlo), Santiago Maggiotti (Navarro), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Aníbal Rucci (Ituzaingó), Julio Zamora (Tigre) y Verónica Magario (La Matanza).
Los cooperativistas y organizaciones sociales son un motor fundamental de la «Resistencia». Se contabilizan de a miles de personas. En la lista de adherentes figuran Cristian Miño, de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT); la federación de cooperativas textiles La Alameda, de Gustavo Vera; Barrios de Pie, de Daniel Menéndez; la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que animan Juan Grabois y Esteban «Gringo» Castro; la Corriente Clasista y Combativa (CCC), de Juan Carlos Alderete; y la organización anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal «Frente Popular Darío Santillán», entre decenas más.
Las dos sorpresivas incorporaciones a la movida «antireforma» que se gesta provienen de sectores institucionales centenarios de la Argentina. Por un lado, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), con su nuevo presidente Oscar Ojea. El obispo de San Isidro y máximo responsable de la administración de los fondos de Cáritas cuenta con el respaldo de Jorge Bergoglio para la tarea. Con la misión de alcanzar consensos, será una pieza clave para la «Resistencia» en la disputa con el Gobierno por la nueva de ley laboral. La masiva celebración de una próxima fecha religiosa evidenciaría la postura.
La segunda anexión sorpresiva la dio el radicalismo díscolo. «Es un retroceso de 100 años», sentenció el diputado nacional Ricardo Alfonsín sobre el proyecto del oficialismo. «No sólo no se genera más empleo, sino que se genera empleo de baja calidad», describió el rebelde de la UCR, alejado de la conducción partidaria aliada a Cambiemos. Por ahora, se conoció el otrora rechazo a la reforma del presidente de la Convención Nacional del radicalismo, Jorge Sappia. «Es una aberración», sintetizó. Se escucharán más voces en contra.
Cuando las protestas se echen a rodar también se espera la afiliación de partidos o frentes opositores, como FIT o Izquierda al Frente, de los sindicatos que integran el MASA, del Movimiento Obrero Santafesino, los organismos de Derechos Humanos, entidades pymes, agrupaciones estudiantiles, de intelectuales y demás congregaciones contrarios a este tipo de cambio en la legislación laboral.
Aunque cerca de Moyano consideran que todos los apoyos son contundentes, hay uno que desvela: Cristina de Kirchner. Al menos dos fuentes consultadas por este medio para esta nota coinciden que la «Resistencia» a la reforma une a muchos, que la referencia sindical es el jefe camionero, la política el Papa, y que una «venida al pie» de la expresidente es bienvenida. Los aspavientos tuiteros no indican lo contrario.
La «Resistencia» nacerá como contrapeso del «acuerdo» que algunos alfiles de la central obrera anunciaron entusiasmados que sellaron con el ministro Jorge Triaca por el texto definitivo de la ley, que modificará las reglas del empleo en la Argentina por las próximas décadas. Hay, incluso, cegetistas «negociadores» de la letra chica que al mismo tiempo agitan el rechazo.
Pablo Moyano será el capitán del barco. Desde hace meses que el líder camionero mantiene charlas públicas y privadas con diversos sectores políticos, sociales y económicos. El objetivo es uno solo: «Frenar el ajuste». Con ese horizonte a la vista y tras las elecciones legislativas, el secretario gremial de la CGT se propuso ser la cara visible del enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el Gobierno de Cambiemos. Detrás de él, se ordenan en fila, uno tras otro, gobernadores, intendentes, legisladores, pymes, cooperativistas, dirigentes gremiales, sociales y eclesiásticos.
La piedra fundacional de la «Resistencia» se colocará hoy a las 17 en el Salón Felipe Vallese. Ante 300 invitados especiales de cada uno de los sectores, Moyano dará un discurso inaugural. Alertará que la agenda política y económica del Gobierno «amenaza con restaurar una crisis en el sector obrero». En la primera fila se sentará monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia del Vaticano.
Es que la multisectorial que empieza a andar ya cuenta con el bautismo del Papa Francisco. El respaldo lo consiguió el propio Moyano en su último viaje a Roma. La comunión la tomará la semana que viene cuando una comitiva de sindicalistas argentinos desembarque nuevamente en la Santa Sede para participar de una cumbre con 400 delegados gremiales de todos los rincones del planeta. «El debate se centrará en la necesidad de establecer un nuevo paradigma para alcanzar la justicia social en el siglo XXI. El Papa Francisco le hablará así por primera vez a los trabajadores organizados de mundo entero», reza la prometedora invitación. Cegetistas, ceteístas y masistas (con una sola ese) fueron invitados.
La avanzada contra la iniciativa de Triaca y las cámaras empresarias tradicionales será «combatida» en varios frentes. En la calle, los escritorios y las fábricas. Ya se anunciaron marchas y huelgas, pero también se delinea una estrategia parlamentaria, donde el Congreso oficie como campo de batalla y los nuevos representantes del pueblo hagan honor a sus votantes. La multisectorial hará lo imposible para ubicar a uno de los suyos -de exterma confianza- en la presidencia de la nueva Comisión de Legislación del Trabajo en Diputados. En el Senado, la conduce el dirigente del sindicato de comercio de General Pico, Daniel Lovera.
• Adhesiones
Puertas adentro, Moyano cuenta con el apoyo incondicional del triunviro Juan Carlos Schmid para rechazar la reforma. Desde el exterior, se sumaron las CTA de Pablo Micheli y Hugo Yasky. Los estatales y docentes ya encararon planes de lucha de cara al fin de año. En igual camino se dirigen los aeronáuticos unidos.
La Corriente Federal de Trabajadores (CFT) enviará al Felipe Vallese a Walter Correa, curtidor y diputado electo de UC, y a Héctor «Gringo» Amichetti, de los gráficos. Son los enviados para la «Resistencia» del bancario Sergio Palazzo, enemistado con la patronal financiera.
El primer gobernador en dar un paso al frente será Alberto Rodríguez Saá. El puntano logró revertir una histórica derrota electoral en su terruño que le dio aire para armar juego propio, cerca de la oposición peronista, con el guiño papal a cambio de recibir refugiados, y apostando a una candidatura unificada en 2019.
Los intendentes y concejales provinciales embarcarán a la corriente lentamente, desde este viernes. Pablo Moyano volvió a convocar a un grupo de líderes territoriales peronistas a participar de una «reunión política» en Azopardo 802. La última vez que los citó fue a un acto en homenaje a José Ignacio Rucci: asistieron Gustavo Menéndez (Merlo), Santiago Maggiotti (Navarro), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Aníbal Rucci (Ituzaingó), Julio Zamora (Tigre) y Verónica Magario (La Matanza).
Los cooperativistas y organizaciones sociales son un motor fundamental de la «Resistencia». Se contabilizan de a miles de personas. En la lista de adherentes figuran Cristian Miño, de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT); la federación de cooperativas textiles La Alameda, de Gustavo Vera; Barrios de Pie, de Daniel Menéndez; la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que animan Juan Grabois y Esteban «Gringo» Castro; la Corriente Clasista y Combativa (CCC), de Juan Carlos Alderete; y la organización anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal «Frente Popular Darío Santillán», entre decenas más.
Las dos sorpresivas incorporaciones a la movida «antireforma» que se gesta provienen de sectores institucionales centenarios de la Argentina. Por un lado, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), con su nuevo presidente Oscar Ojea. El obispo de San Isidro y máximo responsable de la administración de los fondos de Cáritas cuenta con el respaldo de Jorge Bergoglio para la tarea. Con la misión de alcanzar consensos, será una pieza clave para la «Resistencia» en la disputa con el Gobierno por la nueva de ley laboral. La masiva celebración de una próxima fecha religiosa evidenciaría la postura.
La segunda anexión sorpresiva la dio el radicalismo díscolo. «Es un retroceso de 100 años», sentenció el diputado nacional Ricardo Alfonsín sobre el proyecto del oficialismo. «No sólo no se genera más empleo, sino que se genera empleo de baja calidad», describió el rebelde de la UCR, alejado de la conducción partidaria aliada a Cambiemos. Por ahora, se conoció el otrora rechazo a la reforma del presidente de la Convención Nacional del radicalismo, Jorge Sappia. «Es una aberración», sintetizó. Se escucharán más voces en contra.
Cuando las protestas se echen a rodar también se espera la afiliación de partidos o frentes opositores, como FIT o Izquierda al Frente, de los sindicatos que integran el MASA, del Movimiento Obrero Santafesino, los organismos de Derechos Humanos, entidades pymes, agrupaciones estudiantiles, de intelectuales y demás congregaciones contrarios a este tipo de cambio en la legislación laboral.
Aunque cerca de Moyano consideran que todos los apoyos son contundentes, hay uno que desvela: Cristina de Kirchner. Al menos dos fuentes consultadas por este medio para esta nota coinciden que la «Resistencia» a la reforma une a muchos, que la referencia sindical es el jefe camionero, la política el Papa, y que una «venida al pie» de la expresidente es bienvenida. Los aspavientos tuiteros no indican lo contrario.