El jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, es el funcionario señalado por todos en la brutal represión a la comunidad mapuche Pu Lof. Este abogado y amante del kitesurf tiene un currículum bastante particular: fue defensor de militares juzgados por crímenes de lesa humanidad.
Su nombre quedó en el ojo de la tormenta porque mientras la ministra Patricia Bullrich negaba su participación en el operativo que se llevó a cabo en Chubut, un periodista difundía su foto en la que se lo podía ver junto a un gendarme.
Ante la evidencia, Bullrich ensayó una explicación. Dijo que su jefe de Gabinete estaba de paso porque iba a ver al juez federal Guido Otranto, en Esquel. La versión oficial indica que Noceti no le dio directivas a Gendarmería durante el operativo y que estaba en la zona desde el día anterior, cuando mantuvo una reunión con los altos mandos de la fuerza, autoridades judiciales y de la Policía provincial de Río Negro y Chubut para coordinar una estrategia de detención “en flagrancia” por delitos menores a cualquier integrante de la comunidad mapuche. La idea era identificar a los integrantes del RAM que, supuestamente, actuaban de manera clandestina.
Siempre siguiendo el relato que Noceti dio puertas adentro del ministerio, el día del operativo el abogado estuvo dos veces en los alrededores de la comunidad. La primera a las 10:30 y la segunda a las 12:30. Las dos veces “pasó a saludar” a los gendarmes porque, dijo, son sus subordinados. Es cierto que mantuvo contacto con dos detenidas de la comunidad, una de ellas conocida como Soraya, y que intercambió el siguiente diálogo: “Estamos detenidas desde hace tres horas”, le recriminaron a Noceti. “Pueden estar hasta seis horas por averiguación de antecedentes”, les contestó.
Hay dos cosas que no están claras. Una es por qué el ministerio negó primero su presencia en el lugar de los hechos y la otra es por qué defendió de entrada a la Gendarmería, cuando todavía no había elementos de prueba. Este último punto ni siquiera es explicado con claridad por los funcionarios. Algunos aseguran que la defensa ciega fue para evitar un desmadre en la fuerza.
Pasado. Noceti estuvo once años en la justicia criminal federal, ocupando distintos cargos en juzgados federales de San Isidro, San Martín y Bariloche. Fue defensor y fiscal ad hoc y conjuez de esos juzgados hasta 2013. En el interín se dedicó a la actividad privada, en distintos estudios en los que defendió a militares acusados por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar, que luego terminaron condenados.
Uno de sus socios fue defensor del ex presidente de facto Leopoldo Galtieri, autor intelectual y operativo de la guerra de Malvinas.
Siguió de cerca el caso Jones Huala
Pablo Noceti estuvo en una audiencia que se realizó el año pasado en Chubut en la que se decidía si se iba a prorrogar la prisión al líder mapuche Facundo Jones Huala.
En la foto se lo puede ver sentado junto a otros referentes de la comunidad indígena.
En su momento, el jefe de Gabinete de Patricia Bullrich explicó en privado que tenía la misión de interiorizarse en el conflicto por las tierras en el Sur ante la aparición del grupo violento conocido como RAM.
Su nombre quedó en el ojo de la tormenta porque mientras la ministra Patricia Bullrich negaba su participación en el operativo que se llevó a cabo en Chubut, un periodista difundía su foto en la que se lo podía ver junto a un gendarme.
Ante la evidencia, Bullrich ensayó una explicación. Dijo que su jefe de Gabinete estaba de paso porque iba a ver al juez federal Guido Otranto, en Esquel. La versión oficial indica que Noceti no le dio directivas a Gendarmería durante el operativo y que estaba en la zona desde el día anterior, cuando mantuvo una reunión con los altos mandos de la fuerza, autoridades judiciales y de la Policía provincial de Río Negro y Chubut para coordinar una estrategia de detención “en flagrancia” por delitos menores a cualquier integrante de la comunidad mapuche. La idea era identificar a los integrantes del RAM que, supuestamente, actuaban de manera clandestina.
Siempre siguiendo el relato que Noceti dio puertas adentro del ministerio, el día del operativo el abogado estuvo dos veces en los alrededores de la comunidad. La primera a las 10:30 y la segunda a las 12:30. Las dos veces “pasó a saludar” a los gendarmes porque, dijo, son sus subordinados. Es cierto que mantuvo contacto con dos detenidas de la comunidad, una de ellas conocida como Soraya, y que intercambió el siguiente diálogo: “Estamos detenidas desde hace tres horas”, le recriminaron a Noceti. “Pueden estar hasta seis horas por averiguación de antecedentes”, les contestó.
Hay dos cosas que no están claras. Una es por qué el ministerio negó primero su presencia en el lugar de los hechos y la otra es por qué defendió de entrada a la Gendarmería, cuando todavía no había elementos de prueba. Este último punto ni siquiera es explicado con claridad por los funcionarios. Algunos aseguran que la defensa ciega fue para evitar un desmadre en la fuerza.
Pasado. Noceti estuvo once años en la justicia criminal federal, ocupando distintos cargos en juzgados federales de San Isidro, San Martín y Bariloche. Fue defensor y fiscal ad hoc y conjuez de esos juzgados hasta 2013. En el interín se dedicó a la actividad privada, en distintos estudios en los que defendió a militares acusados por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar, que luego terminaron condenados.
Uno de sus socios fue defensor del ex presidente de facto Leopoldo Galtieri, autor intelectual y operativo de la guerra de Malvinas.
Siguió de cerca el caso Jones Huala
Pablo Noceti estuvo en una audiencia que se realizó el año pasado en Chubut en la que se decidía si se iba a prorrogar la prisión al líder mapuche Facundo Jones Huala.
En la foto se lo puede ver sentado junto a otros referentes de la comunidad indígena.
En su momento, el jefe de Gabinete de Patricia Bullrich explicó en privado que tenía la misión de interiorizarse en el conflicto por las tierras en el Sur ante la aparición del grupo violento conocido como RAM.